Abducciones e hipnosis
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Abducciones e hipnosis
Hipnosis y ufología
Por Ángel Rodríguez Álvarez
A través de los años, la práctica de la Hipnosis, (regresiva), ha sido utilizada en Ufología como método adicional en la investigación, particularmente en los casos de supuestas abducciones. Pero, ¿es realmente efectiva esa práctica, o contribuye al confusionismo?.
De la Hipnosis se puede decir que es tan antigua como el mismo ser humano, y en algunas pueblos como los egipcios, existían lo que llamaban los Templos del Sueño, donde se realizaban prácticas de este tipo.
Sin embargo el primer estudio en serio sobre hipnotismo como estado «psico-fisiológico» especial, conociéndose mucho más tarde ese estado con el nombre de «Hipnosis», fue realizado en el siglo XVIII.
Un doctor en Medicina, llamado Mesmer (Franz Anton Mesmer, 1734-1815), basó su tesis doctoral en este tema, que tituló «De planetarium influxu».
Esta tesis, como muchos de los pensamientos de Mesmer estaba influenciada por las teorías de Paracelso.
Mesmer fue muy criticado y ridiculizado en su época al formular su teoría sobre el Magnetismo Animal, críticas y burlas que se vieron plasmadas en multitud de caricaturas ridiculizantes de las publicaciones de aquellos años.
Según este doctor, todo ser vivo irradia una energía especial, parecida al magnetismo de otros cuerpos, y que esa energía, ese magnetismo, puede transmitirse de unos seres a otros, teniendo la facultad de poder producir curaciones de enfermedades
Tuvo, pese a los ataques sufridos, gran cantidad de pacientes de todas las clases sociales, pues su fama se extendió como la espuma. Llegó a tratar, incluso, al rey de Francia.
La Academia de Medicina del país galo, alarmada por la repercusión de esas teorías y prácticas, negó que existiese ninguna energía de esa naturaleza, rechazando que las curaciones tuviesen esa causa, ni fueran el resultado de ese tipo de influencia, que llegó a llamarse «Mesmerismo».
Si no era esa energía, ¿qué producía entonces esas curaciones?.
Una condición, llamada «Sugestión», es la que producía (y produce) estas curaciones, según los discípulos de Mesmer y otros investigadores, y fue un cirujano escocés de nombre James Braid (1795-1860), quien le puso nombre, utilizando el término «Hipnosis», definiéndola como «…la fijación sostenida de la mirada, que paraliza los centros nerviosos de los ojos y sus dependencias, que alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno».
Estuvo muy interesado en la Hipnosis el doctor Sigmund Freud, el creador de la Teoria del Psicoanálisis. Freud utilizó esta técnica para tratar algunas neurosis, pero lo dejó porque se consideraba un mal hipnotizador, centrando todos sus esfuerzos en desarrollar su Teoría.
Si se examina el electroencefalograma de una persona no hipnotizada y el de una que sí lo está, notaremos que existe diferencia entre uno y otro.
La persona hipnotizada se encuentra en un estado que se caracteriza por una fuerte sugestionabilidad, aceptando como real cuanto le indique el hipnotizador. Esto es muy importante para que un/a ufólogo/a lo tenga en cuenta, como veremos más adelante.
La hipnosis, aunque tradicionalmente se ha asociado a espectáculos circenses o teatrales, vinculándola de esta forma a lo «mágico» y espectacular, lo cierto es que es un arma muy potente para ser utilizada, y de hecho se utiliza, en Medicina, con resultados terapéuticos a veces muy interesantes. Es una técnica seria de exploración de la mente humana, de su subconsciente, y sirve para estudiar e incluso modificar el comportamiento de las personas sometidas a este trance, por el hipnólogo o hipnotizador.
La Hipnosis tiene tres fases, en su desarrollo.
a) Estado de relajación progresiva y general.
b) Trance medio.
c) Estado de trance profundo o pérdida de consciencia.
Durante el trance hipnótico, la persona hipnotizada está a merced de las órdenes del experimentador, quien le sugiere la «realidad» que desea.
Durante este estado es posible que algunas facultades paranormales se desarrollen o se «activen» en la persona hipnotizada, como la telepatía, etc.
El experimentador puede producir una «hipnosis regresiva», o un retorno a los períodos anteriores de tiempo, llegando a revivir momentos de la niñez, y más atrás, como experiencias intrauterinas, o incluso supuestas vidas anteriores.
Y aquí es donde los ufólogos centraron su atención, en lo que se refiere a la aplicación de estas técnicas con personas aparentemente abducidas por seres supuestamente extraterrestres.
Estas personas, como todos/as sabemos, no recuerdan los hechos centrales de su experiencia de avistamiento, por haberles sido «borrada» de sus mentes por sus supuestos secuestradores.
Y es a través de la hipnosis regresiva la forma en que logran «revivir» ese tiempo en blanco.
Pero la cosa no está tan clara
En primer lugar, cuando una persona revive una vida anterior, hablando incluso idiomas desconocidos, (xenoglosia), y relatando hechos y experiencias que parecen haber sido vividas por esa persona, puede estar adquiriendo o percibiendo experiencias de personas pertenecientes a su familia, que han sido heredadas por ella, o incluso las ha percibido extrasensorialmente de otras personas, identificándose con ellas. O lo que sería más racional, en el caso de las abducciones: Se han creado recuerdos falsos, que para esa persona son reales, que pueden ser los que sustituyen a una experiencia negativa o traumática, que es la que se desea sumergir en lo más profundo del subconsciente.
Estoy hablando de los casos de supuesta abducción, donde no existen implantes, sino sólo el relato de los testigos, pero en todos los casos queda la duda, incluso en los casos de abducciones con implantes, pues pueden ser manipulaciones realizadas sobre núcleos de población por agencias gubernamentales, que controlan a esas personas a través de esos implantes, borrando recuerdos reales e implantando recuerdos o realidades falsas. Serían pues verdaderos abducidos, pero no por supuestos extraterrestres.
Si fuera cierto lo de la manipulación sobre núcleos de población, por parte de agencias gubernamentales, sí podrían lograr el efecto de una experiencia real en la «víctima», creándole avistamientos inexistentes, abducciones que no se han producido (excepto la abducción realizada por esa agencia gubernamental), haciendo creer a la persona manipulada, a través de trances hipnóticos y alucinaciones forzadas (¿tal vez a través de los implantes, los chips?) todo lo que ellos desean que crea. Se harían «borrados de memoria» y creación de recuerdos falsos. Y sería muy difícil para los/as ufólogos/as establecer cuáles son los casos reales y cuáles los «creados». Entraría dentro del programa de desinformación, aparte del de experimentación con humanos.
Todo esto es confusionismo, en realidad, por lo que contrariamente a lo que se cree, la hipnosis regresiva no revelaría la realidad de unos hechos, sino los hechos que se nos quieren presentar como reales.
La duda surge cuando uno/a se plantea la pregunta de si la Hipnosis es un estado alucinatorio inducido o no lo es.
Personalmente pienso que sí lo es, pues se induce una realidad que no es tal, sino la que el hipnotizador desea que la persona hipnotizada sienta.
Por tanto, esa realidad no existe, y la alucinación precisamente se entiende como la percepción como real de algo que no lo es.
Así pues, la hipnosis, cuando no trata de rastrear en algo que no se conoce, sino que se fuerza a la persona hipnotizada a vivir una experiencia no real, se convierte en un estado alucinatorio inducido.
Esto es muy claro en los estados de autosugestión, que es un estado de autohipnosis, donde el autohipnotizado vive una experiencia que no es real, y él cree que sí lo es, o vive una experiencia que el sí sabe que no es real, pero intenta y consigue que su mente la acepte y sienta como real, (para procurarse, por ejemplo sensaciones placenteras). Ocurre, para entenderlo mejor, con los estados de paroxismo religioso, y con los de estigmatización, (en los reales, claro), donde a través de procesos mentales se llega a afectaciones de tipo físico.
La realidad no es como es, sino como «creemos que es» y a veces, como «queremos que sea».
La diferencia entre Sofrología e Hipnotismo no está muy clara, pero podemos aceptar que en el estado «sofroliminal» no se pierde la consciencia, mientras que en el Hipnotismo puro y duro sí. Para no crear confusionismo, yo diría que todo es Hipnotismo, en diferentes modos de manifestación o de inducción.
Por ejemplo, al estado de sofronización se puede llegar por inducción de un hipnotizador o a través de uno mismo.
La Sofronización es un término acuñado por un doctor colombiano (Alfonso Caycedo), que efectuó sus estudios en España, y que se hallaba cansado de que Hipnosis y Espectáculo caminasen juntos de la mano, y que estas técnicas tuvieran un conocimiento mayor a través de magos e ilusionistas, y no a través de la seriedad de la Ciencia.
El estado sofrónico (o sofroliminal), se encuentra situado entre el estado de vigilia y el sueño, y precisamente ése es el estado que yo llamo «crepuscular», o aquél donde se producen las alucinaciones oníricas, visitantes de dormitorio, etc. Por ello lo de mi impresión de que la Hipnosis (bajo la denominación que queramos), es en realidad un estado alucinatorio inducido, pero no tengo muy claro si la alucinación es algo que no existe, aunque lo percibamos, o es algo que sí existe, pero que al estar fuera de nuestros límites de percepción sólo lo vemos o sentimos cuando esos límites se amplían al modificarse o alterarse nuestro estado de consciencia.
Con los colores sólo percibimos los que se encuentran entre los ultracolores y los infracolores, y con los sonidos los que se encuentran entre los ultrasonidos y los infrasonidos, pero un perro percibe los ultrasonidos, aunque nosotros no podamos, y yo he visto con un receptor de infrarrojos una auténtica tormenta eléctrica en una apacible noche de verano a bordo de un barco. Luego existe una realidad de la que sólo podemos ver o sentir una parte muy pequeña.
Cuando uno/a llega, mediante la autosugestión al estado de «superconsciencia», (el electroencefalograma, sin embargo mostraría una menor actividad, lo que no apoya la definición de «superconsciencia»), puede percibir algo más de esa realidad que se nos escapa en estado «normal».
Y aquí es donde se puede confundir la realidad con la irrealidad, y que en Ufología puede ser un riesgo como «prueba» o «confirmación» de algo, pues una cosa es lo que existe, otra como lo vemos o sentimos, y otra, finalmente «cómo lo interpretamos», (y no dejemos de lado nuestra facultad de «crear recuerdos falsos» o «adherirnos realidades ajenas»).
No es tan fácil, ni se han hecho estudios profundos en ese campo, aunque sí se ha utilizado mucho en Medicina como técnica terapéutica, como ya comentamos anteriormente.
Por tanto, podemos aceptar que los estados sugestivos pueden ser muy útiles para muchas aplicaciones, sobre todo médicas, pero dudo mucho de su utilidad en Ufología.
Una de las creencias más comunes en lo que respecta a la Hipnosis, (en cualquiera de sus manifestaciones), es que no supone ningún peligro, que se puede regresar del trance hipnótico a la realidad, y que no se puede inducir al sujeto bajo hipnosis a realizar actos contrarios a su voluntad, a su ética o a su moralidad.
Bajo mi punto de vista ésto no es así. Si recordamos que la hipnosis es un estado de trance, ese trance se puede «disparar» y «escapar» del control del hipnotizador, con las consecuencias que de ello puedan derivarse. E incluyo como hipnotizador/a a la persona que es hipnotizada, pues se puede autohipnotizar a sí misma, como ya sabemos. (En realidad, toda hipnosis es autohipnosis, excepto en los casos de hipnosis o control mental conducido a través de implantes).
Los peligros que se derivan de la hipnosis, cuando las cosas van mal son espasmos musculares muy intensos que pueden afectar a todo el cuerpo, infarto, el terror , la locura y la muerte.
Pero hay algo más: En la Hipnosis regresiva, cuando «vamos hacia atrás», podemos revivir (en Hipnosis nunca se recuerda, siempre se revive), una supuesta muerte de una supuesta vida anterior. ¿Qué posibilidades existen de revivir esa muerte hasta su total culminación?.
En la Hipnosis inducida a distancia a través de chips implantados, se puede lograr el control absoluto sobre el sujeto (víctima, en este caso), obligándole a matar, o a suicidarse, o a actuar según los intereses de los abductores (agencias gubernamentales), que pueden modificar el estado de consciencia de la persona de forma temporal o definitiva, convirtiendo al implantado en un/a esclavo/a y que es el futuro de nuestra Humanidad, desgraciadamente, al servicio de Sinvergüenzas S.A.
Sobre el «dispararse» sin control una situación de hipnosis o de autosugestión, conozco alguna mala experiencia.