Ummo, el planeta de los corresponsales anónimos (Luis R. González Manso- Octubre 1993)

Descripción

 
MAGONIA # 47 (Octubre 1993)

UMMO, EL PLANETA DE LOS CORRESPONSALES ANÓNIMOS
27 Años de Encuentros Cercanos del Tipo Postal
Luis R. González Manso
 
 
 
En 1958 un escritor llamado Donald Franson publicó un breve relato titulado The Time for Delusion. (1) sobre un desmitificador que con el fin de dar un escarmiento a los crédulos de una vez por todas, decide publicar bajo seudónimo su propio montaje, un libro describiendo los informes telefónicos recibidos desde Venus. Para ello ha incluido en el texto una serie de errores, contradicciones y pistas que le permitirán hacer explotar el globo cuando esté en su máximo esplendor. El libro alcanzó un éxito inesperado y cuando el profesor revela su autoría, señalando las pistas ocultas, los creyentes rehusan admitirlas Todos saben que ¡ellos le han obligado a retractarse! Seguro que Bertrand Méheust no estaba pensando en esta clase de influencia cuando escribió su libro Science fiction et Soucoupes Volantes, pero yo mantengo de esta forma de contraataque es mucho más frecuente en Ufología de lo que se supone generalmente. Un ejemplo clásico también revelado en Magonia sería el libro Flying Saucer from Mars de Cedric Allingham, también conocido como Patrick Moore (2). Pero existen muchos otros ejemplos.

Ocasionalmente, alguno de ellos alcanza una fama duradera. El llamado affair Ummo, la mayor aportación hispana a la mitología extraterrestre, sigue atrayendo el interés de la gente más de 25 años después de su aparición. Pese a las docenas de Ummólogos que han analizado meticulosamente los «textos sagrados» en busca de la prueba definitiva de sus orígenes extraterrestres, no existe ninguna duda entre los ufólogos españoles serios que Ummo es un fraude. Pero eso sólo responde a la mitad del problema.

Los buenos fraudes nunca mueren. Cualquier investigador serio puede evitar sus efectos directos señalando su evidente falsedad (aunque no siempre con la rapidez suficiente como para evitar situaciones embarazosas) pero resulta más difícil evitar sus efectos secundarios. Me permitiré citar a nuestro apreciado Peter Rogerson: «Puede resultar reconfortante, incluso adulador, imaginar que el embaucador que ha conseguido engañarte necesitó los enormes recursos de un gobierno o una agencia de espionaje internacional para ocultar la verdad a tus penetrantes ojos». O incluso, terciarios… unas pocas frases más adelante el propio Peter Rogerson escribe: «Ummo, sospecho, tenía un propósito más serio. Se trató de literatura samizdat, hablando de temas que no se podían mencionar de manera pública en la España franquista» (3). Al final, volveremos sobre todas estas explicaciones.

Para apreciar en toda su profundidad esta asombrosa historia de los contactos unilaterales de un grupo expedicionario de alienígenas con algunos españoles durante la dictadura franquista a mediados de los años 60, debemos empezar por situarla en su contexto apropiado.

Primero, algunos antecedentes dignos de mención. La era de los contactados comenzó en 1952 cuando un autonombrado «profesor», George Adamski aseguró haberse entrevistado con unos alienígenas a bordo de su platillo volante. Gradualmente, este subfenómeno se extendió por todo el mundo: Coniston (Inglaterra), 15 de febrero de 1954: Oeydalen (Noruega), 20 de agosto de 1954; Natal (África del Sur), 27 de diciembre de 1954; Madrid (España), 17 de noviembre de 1954, etc..

En el caso madrileño, un enfermero llamado Alberto Sanmartin aseguró haber recibido de manos de unos ufonauta que no se identificó, una «piedra del espacio» cubierta con signos extraños. Justo hacía pocas semanas que otro autonombrado «profesor» (funcionario de telégrafos con aficiones grafológicas, policiacas y criptográficas) Fernando Sesma, había escrito una larga serie de artículos sobre OVNIs (incluyendo a Adamski) en un periódico local. Gracias a toda esta publicidad, Sesma consiguió formar su propio grupo, la «Sociedad de Amigos de los Visitantes del Espacio ‘BURU'». En los años siguientes, sus miembros debatirían incansables sobre la «piedra del espacio» y su significado. En 1961 Sesma vio su primer OVNI y empezó a recibir cartas sin remite; estaban llenas de frases cortas e incoherentes. Por fin, a mediados de 1962, le llegan las primeras cartas cuyo autor se identifica, siendo naturalmente, un extraterrestre: Saliano, procedente del planeta Auco, que giraba alrededor de la estrella Alfa de Centauro.

Mientras tanto, seguían añadiéndose nuevos detalles al folclore OVNI en distintas partes del mundo. El 24 de abril de 1964 tuvo lugar el famoso caso de Socorro, el primero donde el OVNI mostraba un símbolo en su fuselaje. Según Jacques Vallée (4) era el símbolo arábigo de Venus. También en 1964, el escritor francés Robert Charroux recibe varias cartas (de un corresponsal sólo identificado como MNY) supuestamente procedentes del planeta Baavi, en órbita alrededor de Próxima Centauri. En las mismas describen su civilización, gramática, sistemas de medida, y llegan incluso a incluir varios conceptos de astronomía, física y química (5).

George Adamski falleció el 25 de abril de 1965, y justo al día siguiente en Scorriton (Devon), Arthur Bryant aseguró haberse encontrado con los tres ocupantes de un gran platillo, uno de los cuales se identificó a sí mismo como «Yamski». Tras un segundo avistamiento en la noche del 6 de junio de ese mismo años, se encontraron varias piezas de maquinaria, así como un pequeño vial de cristal con un mensaje enrollado en su interior (6).

En 1965 se publicó un libro de Ciencia Ficción, que a su manera también iba a convertirse en objeto de culto: Dune, de Frank Herbert. ¿Será coincidencia que en él aparezca la palabra UMMA con este más que apropiado significado: «Dícese del miembro de la fraternidad de los profetas (término despectivo del Imperio, indicativo de una persona anormal que se dedica a predicciones fanáticas)».

Ahora que ya disponemos de todos los elementos del guión, demos un vistazo a los actores. Desgraciadamente, los más importantes han decidido permanecer en el anonimato: los misteriosos «caballeros procedentes de Ummo», los mecanógrafos (aparentemente fueron dos) encargados de la copia y distribución de los asombrosos documentos, muchos de los supuestos receptores de los mismos (incluyendo a cualquier ciudadano no español o científico), e incluso los dos fotógrafos del caso de San José de Valderas. No obstante, parece ser que muchos de estos papeles (si no todos) fueron protagonizados por la misma persona o personas.

Entre los extras, la primera mención debe ser para los miembros originales de la Sociedad de Amigos de los Visitantes del Espacio ‘BURU’, cada uno con sus peculiaridades: el «profesor» Sesma, líder carismático; el señor Villagrasa, ingeniero de construcción civil que recibiría los documentos más técnicos; el señor Garrido, comisario de policía que se convertiría cuando la salud de su hijo, en urgente necesidad de una operación a corazón abierto, mejoró lo suficiente como para que pudiese efectuarse, gracias a los ummitas y sus «OVNIs microscópicos»; la señorita Araujo, joven secretaria de la embajada de los Estados Unidos (facilitando así la inevitable conexión con la CIA, tan útil), etc. A su alrededor fueron acudiendo más y más espectadores y bromistas, conforme se desarrollaban los hechos.

Y así comienza la historia.

Durante 1965 Sesma alcanzó gran popularidad en toda España con sus revelaciones sobre la utópica sociedad de Auco, un verdadero paraíso en los cielos. Sus reuniones semanales en los sótanos de un bar llamado La Ballena Alegre se convirtieron en el punto de encuentro de moda para la fauna más peculiar de Madrid. La tentación resultaba irresistible.

A principios de 1966 y tras unas extrañas llamadas telefónicas, Sesma recibe en su domicilio como prueba de veracidad, unas fotografias en relieve que le dejan asombrado y convencido del origen extraterrestre de los ummitas (El propio Sesma reconocería años después que eran similares a esas fotografías japonesas en relieve ya existentes por aquel entonces pero desconocidas en España). A éstas las siguieron docenas de páginas describiendo su planeta natal, su civilización y los más variados temas. Todas y cada una de ellas era leída en voz alta por Sesma a sus acólitos, junto a los mensajes de Saliano y otras experiencias personales, como material en bruto para el debate permanente dentro de su asociación. Pero los documentos de Ummo no parecían fruto de ninguna mente desvariada. Su principal atracción eran sus aspectos nada mesiánicos ni proselitistas, sumados a una filosofía profundamente racional. Además, sus autores insistían en no ser creídos, aunque solicitando que se mantuviese en secreto la situación.

Sin embargo, al mismo tiempo que los ummitas proclamaban «no nos crean», un magistral golpe psicológico llegó de los cielos. El 6 de febrero de 1966, las 20:00 horas, un OVNI sobrevoló a un asombrado testigo, el señor Jordán Peña, mientras volvía a casa en su automóvil tras acabar su jornada laboral, aterrizando durante unos segundos en las afueras de Madrid. Dejó tras de sí unas marcas rectangulares en el suelo, cuyas fotografías aparecerían en la primera plana de varios periódicos de la capital. Para establecer una relación inevitable entre ambos sucesos, el OVNI mostraba en su panza el mismo emblema empleado para «autentificar» los documentos Ummo: muy parecido al símbolo alquímico de Urano. Además, los propios ummitas confirmaron el avistamiento, aparentemente unas pocas horas antes de que se hiciese público.

Con el paso del tiempo Jordán Peña llegaría a alcanzar la incómoda posición de ser el único testigo identificado -¿creíble?- de un encuentro cercano con una astronave ummita. Los periódicos hablaron de muchos otros testigos, pero ninguno ha podido ser localizado.

Hacia 1955 Peña había vivido en Alicante (una ciudad situada a unos 150 kilómetros de Albacete donde tuvo lugar un macabro incidente en 1954 que causó un gran revuelo en la zona, y cuya responsabilidad se adjudicaron años más tarde los ummitas) dedicado al estudio de distintos grupos esotéricos y espiritistas. Sus lecturas abarcaban campos como la antropología cultural, la filosofía y la historia de las religiones, entre otros muchos. Llegó a aprender varios idiomas y ha subscribirse a Nature y otras revistas científicas internacionales, al menos desde 1965. Sus investigaciones le permitieron familiarizarse con los falsos mediums, llevándole a estudiar ilusionismo y trucos de magia. Siempre se ha declarado un agnóstico, rechazando su formación católica, y un escéptico (pese a ser un opositor declarado de lo paranormal, reconoce haber creído en la telepatía hasta los años 70), pero fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Parapsicología, de la que llegó a ser vicepresidente durante muchos años. Llegó a licenciarse como técnico en Telecomunicaciones, aunque prefería presentarse como psicólogo. De hecho, en la época de su avistamiento, trabajaba en el departamento de personal de Agroman, unas de las principales empresas constructores de España.

Este breve resumen ofrece apenas unas pinceladas de tan asombrosa personalidad. Permítanme añadir un toque final. ¡el propio Peña niega el origen extraterrestre de la nave que vio! Asegura que se trató de algún tipo de prototipo experimental desarrollado por los americanos y probado en España gracias a la colaboración del régimen de Franco. Y el affair Ummo sería un experimento psico-social manipulado por la CIA. En cualquier caso, de forma inesperada Peña se unió al grupo de Sesma, al principio sin revelar que era el testigo de Aluche, y en pocos meses alcanzó el liderazgo de la asociación.

El flujo de documentos era continuo. Tras el primer grupo dedicado a la vida diaria en Ummo, lo siguieron toda clase de digresiones sobre filosofía, sociología y religión (tanto en Ummo como en la Tierra), entre ellas una con un especial atractivo para los lectores católicos: la vida y enseñanzas de UMMOWOA, un profeta cuyo cuerpo desapareció de la mesa donde acababa de ser viviseccionado por orden de una antigua y sanguinaria emperatriz del planeta. Pese a todas estas «pruebas», Sesma se fue desencantando con los ummitas; eran demasiado racionales… ni siquiera conocían las llamadas Bellas Artes. Se trato de un rechazo mutuo, porque los ummitas se mostraban obsesionados con los detalles de sus contactos. Aseguraban mantener un continuo seguimiento de cada tertulia, solicitando que los asistentes guardasen silencio y las lecturas se hiciesen con una voz potente, a fin de permitir una perfecta grabación. Y siempre se estaban quejando de que Sesma mezclase sus informes con los de Saliano y otros, hasta el punto de que en varias ocasiones interrumpieron el suministro de información como castigo.

En lo que podría ser un último recurso para evitar el desencanto y la desconfianza de Sesma éste recibe en Junio de 1966 una carta personal del mecanógrafo que trabaja para los ummitas, confirmándolo todo. Con esas cartas aflora la componente emotiva ausente en los áridos párrafos dictados por los ummitas. Pese a su deseo de anonimato (una medida transitoria, se supone) al fin disponemos de un ser humano que realmente conoce y ha trabajado con los ummitas. Así podemos obtener las primeras descripciones de estos seres alienígenas: completamente humanoides, altos y guapos, y con melena rubia. Angelicales, pero también con su lado siniestro: dado que se comunican por telepatía (¡claro!) sus cuerdas vocales están atrofiadas, por lo que en nuestro planeta deben emplear unas laringes artificiales que les dotas de una voz muy peculiar, sin inflexiones. El mecanógrafo manifiesta su asombro ante la insólita situación en la que se encuentra, y su carta revela una mezcla de miedo e ingenuidad que apela a nuestros instintos más básicos. Finalmente añade un toque casi surrealista: ¡los ummitas son unos expertos en el Sistema Francés de Contabilidad!.

Tras el paréntesis estival el envío de documentos se interrumpió, a excepción de alguna carta esporádica para mantener calientes los rescoldos. Quizá los ummitas necesitaban tiempo para evaluar sus actividades y planear futuros desarrollos. A comienzos de 1967 vuelven a la carga, con fuerza renovada y en un movimiento envolvente. Por un lado, apareció otro corresponsal anónimo que pretendía ser catedrático de Medicina en la Universidad de Madrid. En su única carta describe como los ummitas le convencieron de su origen extraterrestre al prestarle un pequeño aparato que mostraba varias preparaciones histológicas en tres dimensiones, de gran nitidez y en movimiento. Pudo filmar y conservar una película en color de todo el procedimiento. Terminaba su misiva solicitando una reunión confidencial de todos los iniciados en su domicilio para coordinar sus acciones y, en caso necesario, informar a las autoridades… ¡La cosa se complica!

Por otro lado, tuvo lugar un verdadero salto cualitativo hacia delante. Abandonando a Sesma, los ummitas empezaron a dirigirse a otros asistentes a la tertulia más receptivos (Garrido, Villagrasa, Araujo, etc.) con toda una andanada de documentos pseudo-técnicos, tratando de convertirlos definitivamente.

El primero, un minucioso y emotivo relato de su primera llegada a la Tierra (escrito con sus característicos detalles irrelevantes): «A las 4 horas 17 minutos 03 segundos GMT del día terrestre 28 de marzo de 1950, una OAWOLEA UEWA (astronave de forma lenticular) estableció contacto con la litosfera de la TIERRA por primera vez en nuestra historia. El descenso se efectuó en los alrededores de la aldea de «La Javie», departamento de los «Bajos Alpes», en Francia». Este extenso relato (49 páginas) es una obra maestra. Resulta enternecedor leer como el grupo expedicionario realiza su primer descubrimiento trascendental: «unos fragmentos de láminas blanco amarillentas, flexibles y quebradizas, arrugadas y llenas de caracteres o signos… (y) manchados por heces fecales» atribuyéndoles un carácter ritual. Y es un toque quizá excesivamente surrealista que el primer documento conservado para la posteridad galáctica resulte ser ¡unas hojas del periódico francés «Le Figaro» que algún campesino utilizó para fines higiénicos!

Tras las primeras e inevitables «meteduras de pata», los expedicionarios se adaptaron con rapidez a la cultura terrestre y durante los meses siguientes cometieron «diecinueve actos de transgresión contra la propiedad» que compensaron «tan pronto estuvieron en condiciones de obtener dinero sin sustraerlo». Muy en su papel de científicos, dichas transgresiones consistían en anestesiar a los habitantes de una vivienda y aprovechando su inconsciencia apoderarse de diversos objetos, además de (en un inquietante paralelismo con las actuales abducciones) «desnudar a los humanos y tomar muestras de cabellos, mucosidad nasal y secreción vulvar».

En segundo lugar llegaron un montón muy peculiar de documentos referidos al espiritismo y la parapsicología describiendo, entre otras cosas, una supuesta expedición ummita a la India para investigar, con ayuda de su avanzada tecnología, los «milagros» de los faquires. Naturalmente, descubren que son un fraude y revelan al lector los trucos empleados. En resumen, una fuerte crítica de los paranormal, ¡realizada por personas que aseguran haber nacido telépatas!

Y finalmente, las respuestas largo tiempo diferidas a las preguntas que se hace todo el mundo: 1) ¿Cómo llegan hasta aquí?, y 2) ¿Por qué se parecen tanto a nosotros?. Estos documentos constituyen el núcleo verdadero del mito, el que establece la diferencia entre los ummitas y cualquier otro relato contactista. Por desgracia, y pese a toda la publicidad favorable que los ha rodeado, desde Antonio Ribera en 1979 a Jean-Pierre Petit en 1992, se trata de simple jerga pseudocientífica. A continuación ofreceré un resumen muy superficial e incompleto, sólo para ofrecerles una pincelada de su contenido.

1) Para explicar la facilidad con la que atraviesan las distancia interestelares, los ummitas emplearon una estrategia en varias etapas: a) existe una infinitud de parejas de Cosmos gemelos (de materia y antimateria, respectivamente) que interactúan entre sí, provocando unas deformaciones geométricas que (cuando las condiciones isodinámicas son las apropiadas) acortan sustancialmente las distancias estelares. Por ejemplo, un viaje hasta el sistema estelar UYI ABEE, situado a 9.165 años luz de Ummo, les lleva apenas 40078427,56 milésimas de UIW (unos 86,06 días terrestres). Afortunadamente para ellos, dichas perturbaciones son aperiódicas e imposibles de predecir a medio y largo plazo, lo que les impide avisar de su llegada con el tiempo y la precisión suficientes, evitando así posibles citas comprometidas; b) No obstante, estos «atajos» siguen sin ser suficientes y se hace necesaria una ayuda adicional. Pues bien, oportunamente cada Cosmos se compondría de «por lo menos DIEZ dimensiones», con la gran ventaja de que serían intercambiables entre sí, y no sólo eso, sino que en cada nuevo espacio tridimensional la velocidad límite de la luz puede tomar cualquier otro valor entre cero e infinito; c) sólo queda el «pequeño» problema de lograr esa inversión de ejes. En un momento (los años sesenta) en que los físicos terrestres estaban desconcertados ante la inusitada proliferación de partículas subatómicas, los ummitas nos presentan (en 68 páginas y unas pocas fórmulas) el IBOZOO UU, definido como una entidad elemental (e inmaterial) integrada por un haz de ejes ortogonales. La masa, el espacio y el tiempo no existen, según la orientación que apliquemos a dichos ejes, podremos convertir unas entidades en otras.

Ya todo es muy sencillo. Se coge una nave y sus tripulantes (unos meros quintillones de IBOZOO UUs) y se reorientan todos y cada uno de sus ejes con total precisión (en un proceso denominado OAWOOALEAIDAA), se pasa al marco dimensional apropiado para que la distancia sea practicable (evitando cuidadosamente aquellos en que la velocidad de la luz sea todavía menor que en el espacio normal), y una vez llegados al punto deseado por medios de propulsión no revelados, se deshace la reorientación de manera tan exacta que ni un sólo átomo quede fuera de lugar, recuperando además la energía empleada en la transformación original. ¿Alguién da más?

2) Para explicar su increíble parecido con nosotros, los ummitas apelan a sus «Bases Biogenéticas de los seres vivientes que habitan el Cosmos» (29 páginas). En un rasgo compartido con muchos de sus equivalentes humanos, los ummitas niegan la evolución al azar con argumentos pueriles y manidos, sustituyéndola por una información previa sobre todos los posibles seres del Cosmos, codificada en 86 parejas de átomos de Kriptón (tienen una extraña fijación con los gases nobles) «en misteriosa resonancia» y presentes en las células germinales de todos los seres vivos del Cosmos, que se expresaría en función del medio ecológico circundante en cada caso. Más exactamente, «cada cambio de un electrón en el seno de una subcapa orbital codifica (…) una variedad de animal posible». Ante el problema que representa la exponencial ramificación de posibilidades, se sacan de la manga una misteriosa convergencia teleológica que haría confluir esas infinitas ramas en el Hombre (sea terrestre o ummita), explicando así la tan sospechosa e improbable similitud entre ambos. Y no contentos con ello, afirman que el abanico vuelve abrirse (por ejemplo, con las distintas razas terrestres) para confluir por segunda vez, en un futuro más o menos lejano, en el Superhombre definitivo.

Hay muchas más páginas como estas, pero las revelaciones parecen apuntar a un próximo desenlace. La tensión dramática aumenta, al mismo tiempo que se complica la situación real en Oriente Medio. Entonces tiene lugar otro «golpe de efecto»: los «caballeros de Ummo» se enteraron de la reunión que se pretendía hacer a sus espaldas con el catedrático y la prohibieron tajantemente. Jamás se volvió a saber de él, aunque durante los meses siguientes el enigma ayudó a mantener ocupados a los creyentes, quienes trataron de descubrir, sin éxito, su identidad.

Lo que Dios quita, también lo devuelve. El último día del mes de Mayo de 1967, las cuarenta personas presentes en la tertulia del «profesor» Sesma pudieron escuchar el anuncio de una próxima llegada de tres naves espaciales ummitas, justo al día siguiente: una en Bolivia, otra en Brasil, y la tercera ¡nada menos que en el propio Madrid!. Por desgracia, aunque se organizaron varias partidas de búsqueda, ninguno fue capaz de ver la nave que supuestamente revoloteó sobre San José de Valderas, en las afueras de la capital, llegando a aterrizar fugazmente a las 20:20 horas del día en cuestión. Pero los adeptos no quedarían desilusionados. Un fotógrafo aficionado inmortalizó el avistamiento con su cámara, para contactar más tarde con el mismo periodista que cubrió el caso de Aluche cediéndole ¡gratis! los negativos y volviendo al anonimato. Las fotos alcanzaron la primera plana del periódico, no dejando ningún resquicio para la dura.

Parece claro que este episodio pretendió ser el gran final del asunto. Se acercaba otro verano, momento inmejorable para disfrutar de unas bien ganadas vacaciones. Pocos días después estallaría la «Guerra de los Seis Días» entre Israel y sus vecinos árabes, facilitando así la excusa inmejorable para la supuesta partida de los ummitas de vuelta a su planeta y la interrupción de la correspondencia. Soltando lastre, los seguidores recibieron un último envío muy heterogéneo, con documentos sobre Derecho, Astronomía, etc. además de una carta personal del anónimo mecanógrafo confirmando la huida de los extraterrestres, sin fecha de retorno… y lo mismo hizo el mecanógrafo, asegurando que abandonaba su hogar y se marchaba al extranjero, para hacer inútiles cualesquiera intentos de localizarlo. ¿R.I.P.?

Como en cualquier mala novela de ciencia ficción, los ummitas no contaron con el elemento humano. Hasta ese momento el affair Ummo se había circunscrito a un pequeño grupo de creyentes, que no demostraron precisamente mucho escepticismo. Pero ahora, armados con las pruebas «definitivas» que representaban las fotos, decidieron pedir ayuda a los profesionales. Acordaron consultar al ufólogo barcelonés Marius Lleget. De repente, la situación se había abierto a un nuevo nivel de interés y desafío. Se hacía necesario solicitar refuerzos y establecer un seguimiento muy próximo y cuidadoso.

Aparece entonces «Antonio Pardo», un segundo fotógrafo anónimo del OVNI de San José de Valderas. En un bello golpe de sincronicidad, este testigo escribió a Marius Lleguet antes que el grupo de Madrid, acompañando su carta con nuevos negativos, un informe detallado de su propia investigación sobre el terreno y, como punto culminante, ¡un artefacto extraterrestre! Se trataba de una cápsula rota que contenía una tira de plástico verde donde aparecía impreso el símbolo ummita.

Lleget se negó a involucrarse en el asunto, pasando ese regalo envenenado a su amigo Antonio Ribera, por aquel entonces el más prestigioso ufólogo español. Afortunadamente, era un «ufólogo de salón», un escritor de ciencia ficción y traductor que se hizo famoso por sus refritos de obras OVNI anglosajonas, pero que según parece nunca realizó ninguna investigación sobre el terreno. En este caso, el trabajo de campo se lo dejó a su buen amigo Rafael Farriols, quien con el paso de los años se convertiría en el principal especialista en Ummo, hasta el extremo de fundar distintas empresas bajo nombres ummitas y haber atesorado todos los documentos originales recibidos. Como Ribera y Farriols vivían en Barcelona, su hombre en Madrid fue… se admiten apuestas… ¡el señor Peña!. Gracias a sus loables esfuerzos pudo localizarse a varios testigos del suceso. La mayoría sólo podían ofrecer (y ello tras mucha insistencia y un «hábil» interrogatorio) evidencias circunstanciales, y todos los que supuestamente vieron el OVNI insistieron en mantener su anonimato… ¡Debe ser algo contagioso!

Con los ummitas cómodamente fuera de alcance, el trabajo de mantener vivo el mito era fácil y cómodo para el mecanógrafo. Alguna carta de vez en cuando, dirigida a los miembros del grupo de Madrid, llena de pistas para que sus ansiosos receptores recorriesen toda la ciudad en su búsqueda. El propio Peña recibió un par de cartas, pero de naturaleza muy distinta. Son las únicas que reconocen la distribución de documentos ummitas fuera de España y, supuestamente, fueron escritas por los miembros de un grupo equivalente en Francia. Como es habitual, ha resultado imposible confirmar su existencia, pese a que ofrecían un remite y ofrecían una recompensa monetaria a cualquiera que pudiese facilitarles otra de esas cápsulas.

Llega el verano de 1968. Los OVNIs se habían vuelto aceptables para los medios de comunicación españoles. Películas como 2001 y El planeta de los simios atraían multitudes. La serie Los invasores aparecía semanalmente en la única cadena de televisión estatal. España estaba en medio de la primera y más importante oleada OVNI de nuestra historia. Por todo ello, a nadie sorprendió la revelación del mecanógrafo de que Ellos habían vuelto. Pero las vacaciones pasaron sin tener noticias suyas.

Finalmente, en Septiembre los ummitas enviaron desde París una carta de presentación a su nuevo amigo, Antonio Ribera. El espectáculo podía continuar. Pero el destino tenía otros planes. El 17 de Septiembre, la indiscreción del párroco de un apartado pueblecito de Sevilla (Mairena del Alcor), D. Enrique López Guerrero, afirmando entre otras cosas, que «hace miles de años, Cristo se encarnó, con el nombre de UMMO-WOA, en un esclavo del planeta Ummo, sufriendo persecución y muerte», reveló la existencia del affair y las noticias dieron la vuelta al mundo. Sorprendidos, el contacto quedó bruscamente interrumpido, y nunca volvería a ser igual.

Se reanudó por segunda vez en 1969, pero sólo con documentos breves (4 ó 5 páginas, máximo), dirigidos exclusivamente a Antonio Ribera y bastante superficiales, sin la profundidad de contenidos que acostumbraban a tener. Los ummitas también escribieron a otro contactado de la época, un tal Sinod (quien aseguraba mantener contacto telepático con el extraterrestre Atienza, procedente del planeta Urln, y que manifestaba ser descendiente de un conquistador español secuestrado en Argentina en 1650), para proponerle un encuentro. ¡El universo es un pañuelo!. Quizá no llegaron a despertar el interés que deseaban, porque los contactos se fueron haciendo cada vez menos frecuentes y pronto se detuvieron por completo.

En Enero de 1970 Jordán Peña abandonó a Sesma creando su propio grupo, ERIDANI. Y los ummitas lo siguieron, en lo que podría ser visto como un retorno a los orígenes, involucrándose fuertemente en las actividades de este grupo. Pero Peña nunca recibió sus atenciones escritas. Algunos miembros siguen recibiendo informes que adoptan entonces un marcado carácter proselitista y paranóico (con avisos sobre espías de la CIA, teléfonos pinchados, infiltrados, recomendaciones para tomar el control del grupo, etc.) culminando en Noviembre de 1973 con una rocambolesca historia acerca de una próxima guerra nuclear debida a la situación en Oriente Medio.

Los ummitas anuncían su partida definitiva, pero en un inesperado toque sentimental hacen ofrecimiento a los iniciados de un refugio seguro en las proximidades de Madrid. Las coordenadas de su ubicación se entregan en clave a nuestro viejo conocido el mecanógrafo. Por una vez, las grandes potencias fueron prudentes, la guerra nuclear no se desencadenó y así perdimos la última oportunidad de conseguir pruebas palpables.

Y así ha quedado la situación hasta la actualidad. Un avejentado grupo de creyentes sigue reuniéndose de forma periódica, normalmente bajo el benévolo liderazgo de los señores Peña y Farriols. Al principio (en 1971 y 1973) tales encuentros eran todo un acontecimiento: congresos de acceso restringido sólo para los iniciados (pero incluso así, infiltrados por los ummitas, como éstos reconocían más tarde) para la discusión y el análisis de los textos sagrados. No obstante, desde que Ribera revelase al mundo en 1974 el contenido y las peculiaridades de los documentos ummitas, el affair Ummo se ha convertido en un mito en pleno desarrollo. El símbolo ummita ha sido avistado en OVNIs sobre Dinamarca, los Estados Unidos, Polonía e incluso Voronezh. Se ha convertido en un logotipo alienígena reconocido en todo el planeta. Cualquiera puede envolverse en él, desde peligrosos pederastas (como la secta Edelweiss en España) a los fundamentalistas católicos en busca de apoyos adicionales para defender la veracidad de la Sábana Santa.

Ahora que tienen al menos un sucinto sumario de este complejos acontecimientos, permítanme defender mi tesis. Mantengo que todo esto empezó como una especie de broma pesada que luego no se atrevieron a desvelar ante el cariz y la relevancia que adquirió el asunto. La mejor demostración de ello es el hecho de que todos los datos cuantitativos incluidos en el primer documento que salió a la luz son (con mayor o menor sutileza) erróneos. Considerando su importancia galáctica y la especial meticulosidad con que revisaban los ummitas sus documentos, esto resulta particularmente asombroso, pero no existe discusión posible. Empiezan señalando que la distancia entre Ummo y la Tierra es de 3.68502 años luz, identificando su estrella como Wolf 424. Esa distancia es precisamente la calculada por el descubridor humano de dicha estrella en 1938 pero, como ya era de dominio público en 1966, la distancia correcta se sitúa en torno a los 14,6 años luz. Los datos siguientes son los radios polar y ecuatorial de su planeta, siendo el primero mayor que el segundo. A continuación, estiman la masa de Ummo en 5,4 x 1021 toneladas, y la aceleración de su gravedad en los 11’88 m/sg2. Tales valores son incongruentes.

La primera inconsistencia detectada fue la de la masa. Los ummitas reconocieron haberse equivocado, por su excesiva familiaridad con las costumbres terrestres que les hizo llamar toneladas a lo que serían mil DUUOs (unidad ummita equivalente a 1,7333 Kgs. terrestres). El problema con la distancia interestelar ofrecida les ofreció la excusa perfecta para atribuir la cifra inferior ¡a uno de sus maravillosos atajos isodinámicos!. Este proceso de afirmaciones, errores, y explicaciones se mantuvo a todo lo largo de la correspondencia.

En cierto momento los ummitas se refieren a un segundo planeta en su sistema. Aparentemente, nadie se dio cuenta de que el significado de «sistema binario» ( siendo Wolf 424 uno) ¡era bastante diferente! Aseguraban que su sol (IUMA) era del tipo espectral M, con un baja temperatura superficial. Para ser coherentes sitúan su planeta muy cerca del sol, y entonces se les descuadra la duración de la órbita. Al darse cuenta del error, trataron de obviarlo aludiendo a una «falsa concepción» de sus antepasados. Buen intento, pero la mecánica celeste no admite aproximaciones y aún con el nuevo valor sigue habiendo un exceso de ¡más de un diez por ciento en la Tercera Ley de Kepler!

Deben entender que no resulta tan sencillo señalar dichos errores a unos seres que exhiben una fría superioridad, rayana en el paternalismo más hipócrita. Tal sumisión era reforzada mediante la colocación de oportunos «errores», que luego resultaban no serlo. Por ejemplo cuando insistían que la magnitud visual aparente de IUMA era inferior a su magnitud absoluta. O cuando escriben: «(…) comparar dos masas: un kilo de forraje o paja en uno de los platillos y un kilo de plomo en el otro, observarán que el fiel de la balanza se inclina a favor del plomo». O cuando explicaban cómo preparar compuestos de kriptón, desconocidos en la Tierra por aquel entonces. Muchos escépticos se rieron, pero fueron los ummitas los que rieron los últimos.

En resumen, tantos errores e incoherencias no pueden ser casuales ni debidas a falta de conocimientos. Deben haber sido incluidos de forma deliberada.

Para terminar presentaré los datos del affair Ummo, reducidos a sus correctas dimensiones:

Duración: Poco más de un año, desde febrero de 1966 a Julio de 1967, más otra pequeña remesa a comienzos de 1969. Desde entonces, sólo contactos ocasionales.
Lugar: Limitado a España, pese a los encabezamientos de algunos documentos que apuntaban traducciones a lenguas tan inexistentes como el «eslavo-checo».
Cantidad de material: En torno a las 1.000 páginas conocidas, en unos 150 envíos distintos, aunque ellos asegurasen haber enviado «más de 6.700 informes».
Contenidos: Un tercio del material conocido (330 páginas) es puro cotilleo, 269 páginas corresponden a disquisiciones filosóficas muy variadas, unas 178 páginas ofrecen ciertos datos muy primarios (y normalmente imposibles de verificar) y sólo 144 páginas contienen información «valiosa» , ya comentada.
Calidad: Los documentos nunca ofrecieron algo realmente novedoso. Por ejemplo, las teorías cosmológicas podrían derivarse de los trabajos de Eddington, y el material restante resultaba fácil de obtener en las revistas científicas de la época (como Nature y Science & Vie). No hay duda que su autor estaba familiarizado con material extranjero (los ummitas hicieron alguna referencia a los trabajos de Halton Arp (sic), y también se basaron en los libros de Martin Gardner Izquierda y derecha en el cosmos (The Ambidextrous Universe) e Isaac Asimov Los gases nobles (The Noble Gases). Pero, desde la ventaja que nos dan los 27 años transcurridos, sus contenidos parecen muy ingenuos, y el verdadero misterio es porque tantas personas creyeron en ellos durante tanto tiempo.

Centremos ahora nuestra atención en los llamados «ummólogos». En la actualidad, ninguna religión o secta que se precie puede confiar sólo en la Fe, necesita algún intermediario que analice sus «textos sagrados» (la Biblia, el Libro de Urantia, etc.) y facilite a sus seguidores las pruebas definitivas de su veracidad, no apelando a la autoridad de Dios, sino a la de la ciencia. Así nacen pseudociencias como el «creacionismo científico» o la «ciencia TM». También es cierto que siempre puedes encontrar un experto para apoyar tus creencias. Los documentos ummitas son una especie de prueba Roscharch: cada seguidor ha sabido encontrar lo que buscaba. Al padre Guerrero le permiten defender su visión «Cristocéntrica del Universo» (en un libro de 618 páginas); a Jean-Pierre Petit (un físico francés largo tiempo interesado por Ummo), tras estudiar duramente la Teoría de la Relatividad durante algunos meses, le permite asegurar que «nada impone que la velocidad de la luz debe permanecer constante» (7). Se entiende pues que hayan sido muchos los que se han sentido atrapados en esta dinámica y a partir de unas ideas apenas esbozadas en los textos desarrollen sus propias aportaciones, para acabar atribuyéndoselas a los ummitas y quedar impresionados por su «elevado nivel científico».

Incluso los escépticos (y hubo muchos de ellos, desde el primer momento) han sido engañados. En una irónica carta que traiciona claramente su origen terrestre, los propios ummitas resumieron muchas de las teorías conspirativas que proliferaron. Desde el Opus Dei a los Rosacruces, pasando por la CIA y la KGB. Ya he mencionado que Peña prefiere culpar a la CIA. En Francia, Renaud Marhic ha publicado hace unos meses L’affair UMMO: les Extraterrestres qui Venaient du Frois (El affair UMMO: los extraterrestres que vinieron del frío) defendiendo la responsabilidad de la KGB. En España, Carlos Berché prefiere como explicación la «paranoia compartida» (8). Como ya hemos visto, Peter Rogerson apunta a los militantes antifranquistas. Elijan ustedes.

Mi opción es un uso radical de la navaja de Occam: el affair Ummo es responsabilidad de una sola persona. Quizá su autor haya contado con la ayuda de algunos cómplices para falsificar las huellas y las fotos y, ciertamente, contó con la ayuda inesperada de muchos otros bromistas, pero no hace falta pensar en más gente o alguna agenda secreta. Engañar es divertido, y todavía más si tienes oportunidad de mezclarte con tus víctimas y disfrutar con sus dudas, sus emociones, su ingenuidad, llegando incluso a convertirte en su dueño, tirando de los hilos de tus títeres a voluntad. A ello se suma además, la tensión por el riesgo de ser descubierto.

Ni siquiera trataré de engañarme apelando a algún motivo superior más racional (un estudio sociológico o similar), como sospecho que ha hecho el propio autor. Pero, ¿quién fue?

Una historia de misterio tan apasionante no puede acabar sin dar el nombre del culpable. Como jamás podrá demostrarse, incluso contando con una confesión de la que todavía carecemos, sólo puedo ofrecer mi firme convencimiento (compartido por muchos otros ufólogos) que el creador de UMMO fue el señor Jordán Peña. Carecemos de la evidencia definitiva, pero las pruebas circunstanciales resultan demoledoras, pese a la controversia. Para mí, no importa, pues nos ha ofrecido la maravillosa oportunidad de vivir el nacimiento y desarrollo de un mito.
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NOTAS (1) Recogido en Flying Saucers, 1982. Isaac Asimov, Martin H. Greenberg y Charles G. Weugh (editores).
(2) Magonia 23, «Flying Saucer from Moore’s?», Christopher Allan y Steuart Campbell.
(3) Magonia 43, «Book Reviews: Jacques Vallée’s Revelations», Peter Rogerson.
(4) VALLEE, Jacques. The Invisible Collegue (edición inglesa en rústica) (1977), p. 112.
(5) CHARROUX, Robert, El libro de los secretos descubiertos (1964).
(6) BUCKLE, Eilee. The Scoriton Mystery (1967).
(7) PETIT, Jean-Pierre, Enquête sur des Extra-terrestres (1991).
(8) Cuadernos de Ufología nº 3 (1988), Carles Berché Crux, «Ummo, 20 años de paranoia compartida».

 

 

In 1958 Donald Franson wrote a short SF story The Time for Delusion (1) about a debunker who, in order to make a fool of every cultist once and for all, decide to publish (under a pen name) his own hoax, a book describing several phone talks with a Venusian. Among all the nonsense he planted many hidden clues, proving its fallacies. The book became an unexpected best-seller, and when he disclosed his authorship to blow-up the affair, pointing out to the buried evidence and self-revealing inconsistencies, nobody believed him !. They all knew he had been ordered to recant. Surely Bertrand Meheust was not thinking about this kind of influence when he wrote his book Science fiction et soucoupes volantes, but I maintain that this form of counterattack is more frequent in Ufology than usually admitted. A classical example had already been exposed in Magonia (2) concerning the book Flying Saucer from Mars by Cedric Allingham aka Patrick Moore. But there are many more.

Ocasionally, one of them reaches a long-standing fame.The so called «UMMO affair», the most important contribution of Spain to UFO folklore, has been around for more than 25 years, and it is still quite controversial. In spite of the scores of Ummologists that painstakingly comb the «sacred texts» in search of the definitive proof of their extraterrestrial origins, there is no doubt among the serious Spanish ufologists that UMMO is a HOAX. But that only answers half of the problem. The second half is almost as appealing.

Good hoaxes die hard. Any serious investigator can avoid their direct effects and point to their evident falsehood (not always soon enough to avoid some embarrassing) but it is more difficult to avoid secondary effects. I will quote our admired Peter Rogerson: «It may be conforting, flattering even, to imagine that the hoaxers who fooled you needed the huge resources of a goverment or international agency to pull the wool over your perceptive eyes».

Or even tertiary ones…. a few sentences later, Peter Rogerson himself wrote:»UMMO had, one suspects, a more serious purpose. It was samizdat literature saying things which could not be said openly in Francoist Spain» (3). More about the explanations at the end.

To appreciate «in toto» this amazing story of the unilateral contacts of a purported expeditionary group of aliens with some Spaniards under the Franco dictatorship, during the sixties, I must begin by putting it inside the appropiate context.

First, some pertinent antecedents?. The contactee era began in 1952 when a self-appointed ‘Professor’, George Adamski, claimed contact with the alien beings aboard a flying saucer. Gradually this subphenomena extended all over the world: Coniston (England) February 15th, 1954; Oeydalen (Norge) August 20th, 1954; Natal (South Africa) December 27th, 1954; Madrid (Spain) November 17th, 1954; etc., etc.

In the Madrid case, a male nurse, Alberto Sanmartin, allegedly received from an ufonaut that did not identify himself, a «Space Stone» covered with strange signs. Precisely during the precedent weeks, another self-appointed ‘Professor’ (a civil servant working in the Telegraph Office, with a peculiar liking for criptography and graphology) Fernando Sesma, had been writing in a local newspaper a long series about UFOs, including Adamski.

Thanks to this publicity Sesma formed his own group «Sociedad de Amigos de los Visitantes del Espacio» (Friends of Space Visitors Society). During the following years they will discuss at length about the «Space Stone» and its meaning. It was in 1961 when Sesma saw his first UFO and began to receive anonimous letters. They were absolutely symbolic, full of short incoherent sentences. Then, in 1962, arrived the first letters whose author identify himself as an alien, Saliano, from the planet Auco, orbiting Alfa Centauri.

Meanwhile, more UFO folklore was being created everywhere. In April 24, 1964 took place in USA the famous Socorro case, the first one where the UFO showed a symbol on its fuselage. According to Jacques Vallee (4) it was the Arabic sign for Venus !. Also in 1964 the French writer Robert Charroux received several letters (through an unnamed correspondant MNY) allegedly from beings of Proxima Centauri that called themselves Baavi. They described their civilization, their grammar, their metric system and even included several concepts of Astronomy, Physics and Chemistry (5).

On April 23, 1965 died the world’s most controversial contactee, George Adamski. The day after, in Scoriton, Arthur Bryant met a huge flying saucer and its three occupants, one of them identified himself as «Yamski». After a second sighting on the night of June 6, 1965 there were found around several pieces of machinery, including a small glass phial, with a message rolled into the broken end (6).

Also in 1965, Frank Herbert wrote a SF book that will generate some kind of a cult: Dune . Could it be a coincidence that it included the word UMMA, under the following meaning: » one of the brotherhood of prophets (a term of scorn in the Imperium, meaning any ‘wild’ person given to fanatical prediction)»?

All the pieces of the script are now available. Now, let us have a look at the actors. Unfortunately, the most important ones have decided to remain anonymous: the mysterious «gentlemen from Ummo», the copyists (apparently, two of them) charged with the duplication and delivery of the amazing documents, many of the allegued recipients (including everybody outside Spain, and any possible scientist), and even both photographers of the San Jose Valderas case. It seems that several of the precedent roles (if not all) had been played by the same person or persons.

Among the extras, first mention must fall on the original members of the Friends of Space Visitors Society, each one with his own peculiarities: ‘Professor’ Sesma, the carismatic leader; Mr. Villagrasa, a civilian construction engineer who was to receive the most technical papers; Mr. Garrido, a police officer who became a convert when his son’s health (in desperate need of a cardiac operation) was improved enough to allow for it, thanks to the Ummites and their «microscopic UFOs»; Miss Araujo, a young lady employed in the American Embassy (providing the unavoidable CIA-connection, so useful), etc. Around them more and more spectators and jokers, as the events developed.

And so, the story began.

During 1965 Sesma obtained great popularity all over Spain with his disclosures about the utopian Auco society, a real Eden in the heavens. His weekly gatherings in the basement of a pub called «La Ballena Alegre» (The Joyful Whale) became a fashionable meeting point for all the most peculiar caracters in Madrid. The temptation was unsurmountable.

On January 1966, ‘Professor’ Sesma received several phone calls, followed by an emissary that showed him surprising tridimensional cards (very similar to Japanese ones, then unknown in Spain, as Sesma himself admitted several years later) to convince him of their extraterrestrial origin, carrying them away afterwards. These were followed by tens of pages describing their home planet, their civilization, etc. etc. Each and everyone of them was read aloud by Sesma to his acolytes, along with the messages from Saliano and other personal experiences, as raw material for the continuous brainstorming of the group. But the Ummo papers did not look like just another piece of moonshine. Their principal attraction, a very skilled work, was their non proselytizing, non mesianic aspects plus their strongly rational philosophy. Besides, their authors insisted on not to be believed and to keep all the situation under secret.

Nevertheless, at the same time that they proclaimed «Do not believe us», a masterful psychological strike came from the skies. On February 6th, 1966 at 20.00 p.m., a UFO flew over an astonished witness who was driving home, Mr. Jordán Peña, and landed for a few seconds in the outskirts of Madrid, leaving some physical traces, whose photographs became front page in several newspapers. To establish an inescapable link between both sets of events, the UFO displayed upon its belly the same emblem used to «authenticate» the Ummo documents: it very much resembled the alchemical symbol for Uranus. Besides, the Ummites themselves confirmed the sighting, apparently a few hours before made public.

With the passage of time, Mr. Jordán Peña, has reached the unconfortable status of being the only ¿credible? and identified witness in a close encounter with a Ummo spaceship (there were some journalist’s comments about additional ones, but none have been found since then). No wonder then, the curiosity that his life and adventures has created among the investigators. Thanks to the persistent efforts of many ufologists it has been possible to bring into light several pieces (¿coincidences?) that surely bear relevance in all the affair:

Around 1955 Mr. Peña was living in Alicante (a town at only 100 miles from Albacete, where in 1954 took place a macabre incident that caused a great stir in the area, and later the Ummites will credit to themselves) and studying many esoteric and spiritualist groups. He read at length about Cultural Antropology, Philosophy, and History of Religions, among many other subjects. He learned several languages and subscribed to Nature and other international scientific magazines, back in 1965 at least. His investigations introduced him to the frauds of mediums and prompted him to iniciate into conjuring and sleight of hand. He describes himself as an agnostic (rejecting his Catolic upbringing) and a sceptic (despite being a declared opponent to all the Paranormal, he did believe in Telepathy up to the 70’s) but he was one of the founders of the Spanish Parapsychology Society, where he has been Vice-chairman for many years. Mr. Peña obtained a degree as Telecommunications technician, but prefer to introduce himself as a psychologist. In fact, at the time of the sighting, he was working at the Personnel Department in one of the biggest Spanish building societies (Agroman).

This short summary offers you just a very limited glance over such an amazing personality. Let me add a final touch. Mr. Peña himself denies the extraterrestrial origin of the craft he saw !. He maintains that it was some kind of experimental aircraft developed by the Americans and deployed in Spain thanks to the collaboration of Franco’s regime. And the ‘Ummo affair’ would be a psico-sociological experiment masterminded by the CIA. In any case, unexpectedly, he joined Sesma´s group, (at first, without revealing that he was the witness of Aluche), and quite soon reached its leadership.

The flow of documents was continuous. After the first bunch about the daily life in Ummo, there followed all kind of digressions about Philosophy, Sociology and Religion (in Ummo and Earth), even featuring the most appealing coincidence for a Catholic reader: the life and teachings of UMMOWOA, a religious founder, whose body dissappeared from the table where he had just been vivisected, as ordered by an ancient bloodthristy Empress. In spite of all these proofs, Sesma gradually became dissatisfied with the Ummites, they were too much rational (they do not even know about the so called Liberal Arts) for his liking. It was a mutual refusal, because on the other side, the Ummites became obsessed with the minutiae: they said to be monitoring every meeting, and asked for silence among the audience and a raised voice during readings to allow for a perfect recording. They always complained to Sesma for mixing their messages with those of Saliano and others, up to the point that several times they cut the supply as a punishment.

In what can be seen as a final attempt to convince Sesma, the typist himself wrote to him, confirming everything. All the emotional overtones lacking in the arid paragraphs dictated by the Ummites, can now freely flow. Despite his anonimity (hopefully only a temporal measure), at least there was a human being who actually met and worked with them. So, we got the first description of these alien beings: completely humanoid, tall and fair, with blonde hair. Angelic, but also with a sinister side: as they communicate through telepathy (of course !) their vocal chords become atrophied, so in Earth they must use an artificial larynx, that gives them a very peculiar voice without inflexions. The copyst was oppressed by the whole extraordinary adventure in which he found himself caught up, and his letter released a mixture of fear and ingenuity that appealed to our most basic emotions. To leave no stone unturned, he also included a final surealistic touch: the Ummites were Accounting experts !.

With the arrival of the summer holidays of 1966, the contact is interrupted during several months, except for the ocasional letter to keep the ashes burning. Maybe the Ummites needed time to evaluate their activities and plan and prepare further developments. At the begining of 1967 they stroke again, with renewed strength, in an encircling movement:

On one side, there appeared another anonymuos correspondent purporting to be a certain professor, the holder of a chair in the Faculty of Medicine of the University of Madrid. His only letter described how he received (on loan) a little piece of aparatus that convinced him of their extraterrestrial origin, as he saw in a tridimensional screen a histological specimen, greatly enlarged, in colour, and alive. He recorded (and kept) a colour film of all the operation. He ended his letter proposing to all the recipients a gathering, to coordinate their actions and, should it be considered neccessary, inform the Spanish autorities… The plot thickens !

On the other hand, there really was a qualitative leap ahead. Deserting Sesma, the Ummites turned to some of his followers (Villagrasa, Araujo, Garrido, etc.) with a real barrage of pseudo-technical papers, trying to knock them out into definite faith.

First, the exclusive report about his arrival to our planet (written with their characteristic irrelevant minuteness): «At 04 hours 17 minutes 03 seconds GMT on the terrestrial day of March 28, 1950, an OAWOLEA UEWA OEM (lenticular-shaped spaceship) established contact for the first time in History with the lithosphere of EARTH (…) at a place some 8000 metres distant from the town of La Javie, Department des Basses Alpes, (France)». This long story (49 pages) is a masterful piece of work. The reader is absolutely touched when the expeditionary group made their first transcendental discovery: «some fragments of white-yellowed, flexible and brittle sheets… full of characters… and stained with feces» whom they atributted ritual meanings.

It is really too much that the first document preserved for the galactic posterity turned out to be some pages of the French newspaper «Le Figaro» used as toilet paper by a peasant. After several initial blunders, the Ummites adapted so well to the human culture that in the following months they commited «nineteen acts of transgression against private property»… naturally, to be returned «as soon as they were able to obtain money without robbery». To keep closely to their role as scientists, transgression means to anaesthetize the inhabitants of a house, and besides taking an assorted group of objects, «to undress the humans and take samples of hair, nasal and vulvar mucus, etc.»

Second, a very peculiar group of documents about Spiritism and Parapsychology, describing, among others things, a supposed Ummite expedition to India in order to investigate, with their advanced technology, the ‘miracles’ of the fakirs. Naturally, they discovered the hoaxes and disclosed to their readers the tricks employed. In short, a strong sceptical commentary on the Paranormal, from people who assure to be born-telepaths !.

And finally, the long-delayed answers to anybody’s questions: 1) How they make the journey here?, and 2) Why they are so similar to us?. These papers form the real core of the myth, what sets up the difference with any other contactee tale. Unfortunately, in spite of all the favourable publicity around them, from Antonio Ribera in 1979 to Jean-Pierre Petit in 1992, they are just pseudocientific jargom at its best. I will give you a very rough and incomplete summary, just to let you know the flavour of them.

1) To explain their easy crossing of the huge interstellar distances, the Ummites employed a multistaged strategy:

a) there are an infinity of paired Universes (matter and antimatter) that interplay between them, creating certain space-warps which, when the isodynamic circumstances are right, became a kind of «short-cut» (for instance, a voyage to the stelar system UYI ABEE, located at 9165 light-years from Ummo, only took 40078427,56 thousansths of UIW (86,06 terrestrial days)) . Unfortunately these disturbances are unpredictable except within a very short time, a useful way out of any inconvenient appointment

b) Usually, these short-cuts are not enough, so they need additional help: luckly, each Cosmos has «at least, ten dimensions», fully-interchangeable, and with the suitable property that in each new tri-dimensional space, the speed of ligth should adopt any value between zero and infinity

c) now, there only remains the «simple» problem of performing such a dimensional change. At a time (the sixties) when the earth physicists were confused with the endless discovery of subatomic particles, the Ummites introduced (in 68 pages and a few formulas) the IBOZOO UU, defined as an elemental (and inmaterial) entity composed of ortogonal axes. According to the manner in which these axes are orientated, we see the production of matter, energy, space, and even time.

Now everything is clear. You take an spaceship and its crew (just some zintillions of IBOZOO UUs), reverse each and every one of their axes with absolutely accuracy, go into the suitable dimensional frame, and once in the desired destination (through non-disclosed means of propulsion), you undo the reversing without missing a single atom, with the bonus of recovering all the energy wasted before. Voilá !.

The real problem, so well hidden by the Ummites behind such an exhibition of pseudoscientific pyrotechnics, and never answered, is that, if they themselves admitted the imposibility of acelerations «above 24500 GAL», even an interplanetary shortened distance needs too much time to go through.

2) To explain their incredible resemblance with us, the Ummites appeal to their pompous «Biogenetic bases of the living beings that inhabit the Cosmos» (29 pages). In a shared trait with their human counterparts, they began by denying random Evolution with childish and trite arguments, to be replaced by a previous information about ALL possible living beings in the Cosmos, coded into 86 pairs of Kripton atoms (they have a real fixation with the noble gases) «in mysterious resonance» and located in every germinal cell of the Universe (as they confirmed in terrestrial samples) that will express itself according the environment. More precisely, «each change of an electron in a suborbital layer codifies one of the possible animals». Confronted with an exponential branching, they pulled out of their hat a useful teleological convergence that will bring them together into the Man (ummite or terrestrial), explaining our mutual likeness. Not satisfied, they maintain that the range opens again afterwards, to come together in some future and final Superman.

If all this is already quite difficult to swallow, what can we say about the working procedures. They are absurd and lacking any logic, even wrapped with an accuracy and terminology pretendly scientific. The long range mutations are connected with a cosmic cycle of 877,533 years, imposed by the electromagnetic emissions from the galaxies in the 21’106 cm. frequency, recorded into the cell’s water and assembled through several generations, due to their short span of life !.

On the other hand, the short range mutations acted through a chemical way. For instance, those wonderful camouflage adaptations will simply develop «as the luminous stimulus from the surrounding colouration fall into the nervous system of the animal, they will originate a series of biochemical alterations in the most external layers of the oxigen atoms that form the intracytoplasmatic water molecules, their electrons will vibrate and then disappear after emitting gravitational waves affecting the corresponding kripton atom, which will react as required». No comments.

These detailed revelations seemed to point at some inmediate confrontation. The dramatic tension was mounting. As well as the real one surrounding the Middle East. Then, another ‘coup de theâtre’. The «gentlemen from UMMO» learned all about the proposed meeting and prohibited it. Therefore, the professor never revealed himself, and over the following months the believers were very busy trying to ascertain his identity, without real success.

What God takes off, God returns. On the last day of May, 1967, about forty people present at the usual gathering of ‘Professor’ Sesma were read the announcement of the forthcoming arrival of three UMMO spaceships next day ! (one in Bolivia, one in Brazil, and the third, in none other place than Madrid). Unfortunately, even though they organized several reconnaissance parties, none was able to met the spaceship as it allegedly performed evolutions in the sky over the Madrid suburban estate of San Jose Valderas and landed briefly nearby, at 20.20 hours of the day in question. But they will not be disappointed, one amateur photographer had inmortalized the sighting with his camera, had contacted the same journalist that covered the Aluche case, and had graciously departed with some of his negatives for free, keeping his anonimity. The photos hit the front page and did not leave the slightest doubt.

Surely, this incident was intended to be the final point of the affair. Another summer was approaching, no better time to enjoy well deserved holidays. Few days later there exploded the Six Days’s War between Israel and the Arabs, which provided a timely alibi for their departure and the cesation of the correspondence. Discharging ballast, the followers received a sale package, with papers about Law, Astronomy, etc. plus a personal letter from the anonymuos typist, confirming their flight without date of return (and so did he, talking about leaving his old address and travelling abroad, to damper any future search). R.I.P.

As in any second rate SF plot, the Ummites did not counted on the human element. Up to then all the UMMO affair had limited itself to a small group of believers that did not showed a high level of scepticism. But now, armed with those definitive proofs, it was decided to engage professional help. They decided to contact an ufologist: Marius Lleget. The situation suddenly opened to a whole new level of interest and challenge. It called for reinforcements and a very careful and close handling.

Out of thin air materialized «Antonio Pardo», a second anonymous photographer of the San Jose Valderas UFO. In a beautiful strike of synchronocity, he wrote Mr. Lleget before the Madrid’s group, enclosing new negatives, a detailed report of his own «in situ» investigation, and to cap it all: an extraterrestrial artifac !. It was a semi-destroyed capsule that contained a piece of green plastic engraved with the Ummo symbol.

Mr. Lleget rightly refused to get involved, and passed this greek present to his friend Antonio Ribera, the most prestigious Spanish ufologist of the time. Fortunately, he was some kind of «arm-chair ufologist», a SF writer and translator who obtained his fame rehashing foreign UFO books but seems to have never been involved in a personal direct investigation. In this case, the field-work was left to his valued friend Rafael Farriols, who over the years, will become the leading specialist in Ummo, up to the point of founding some companies with Ummo trade-names and securing all the documents received since then. As they lived in Barcelona, their man in Madrid was…. ¿anybody guess?…. Mr. Peña. Thanks to his praiseworthy efforts were located several witnesses. Most of them could only give circumstantial evidence after severe prompting, but those who allegedly witnessed the UFO always insisted to remain unnamed. It must be something contagious.

With the Ummites safely far away, the work of keeping alive the myth was an easy and not-demanding one for the typist. Only a letter from time to time, delivered to members of the Madrid group, full of trails to be followed all over Madrid by their eager recipients. Mr. Peña also received a couple of letters, but of a different nature. They are the only ones (allegedly written by members of an equivalent French group) that acknowledged the distribution of Ummo documents outside Spain. As usual, it had been impossible to confirm them, despite the fact that they provided a postal address and a reward for any other capsule they obtained.

In due time, Mr. Ribera and Mr. Farriols published a book with their conclusions, whose title tells it all: A perfect case. Inside they included an analysis of the device: the capsule itself was made of nickel of a very high purity and the plastic material was polyvinyl fluoride. At the time of the events, this material was made exclusively by du Pont de Nemours in the USA, under the brand name of TEDLAR. They pointed to «some NASA and military applications», but its main use was in the building industry. They also invented another acronym (VED) (Extraterrestrial Manned Vehicle) and the typist obliged. In what will be his last apparition in scene (excluding a much posterior letter in 1973) he enclosed a long report (60 pages and many drawings) about the UMMO VEDs that nevertheless managed to tell us nothing useful and testable about them. It is surprising that people who claim to use gravitational waves for everything, including cooking, had to resort to spinning their small spaceships in order to obtain an artificial gravity !

It was Summer 1968. The UFOs had already become acceptable in the Spanish media. Films like ‘2001’ and ‘Planet of the Apes’ attracted crowds. Weekly on TV appeared «The Invaders». Everywhere in Spain it was taking place the first and biggest UFO flap of our history. So it surprised nobody when the typist added that THEY had returned. But the holidays passed without any notice from them.

Finally, in September the Ummites sent a letter of introduction to the new friend, Antonio Ribera, from Paris. The show continues. But as fate would have it, on September 17th, 1968 an indiscretion of Father Enrique Lopez Guerrero, disclosed the affair to the public making headlines all over the world with sentences like «thousands of years ago, Jesucrist incarnated as a slave in the planet Ummo, suffering prosecution and death». Shocked, the contact was suddenly interrupted. It was not never to be the same again.

It restarted in 1969 but only with very short papers (4 or 5 pages each), exclusively addressed to Mr. Ribera and quite superficial, nothing with the depth that they used to show. They also wrote to another contactee of the time, Sinod (who maintained telepathic contact with an extraterrestrial named Atienza, from the planet Urln, descendant of a Spanish conqueror abducted in Argentina in 1650) in order to arrange a meeting. Small Universe, indeed !. Maybe they did not arouse the reactions they wanted because the contacts became less and less frequent and soon stopped.

In January 1970 Mr. Jordán Peña deserted Sesma and created his own group, ERIDANI.The Ummites followed him, in what can be seem as a return to the origins, and involved themselves strongly in the activities of this group, but he, the president, never received their written attentions. Their correspondence became paranoic, advising about the maleficent intervention of secret services like the CIA, tapped calls, infiltrates, etc. etc. On the other hand, they also offered guidance for proselytizing new members and usefuls tips to gain the control of the group. All this culminated in November 1973 with a real thriller, as they predicted a shortly nuclear war because of the situation in the Middle East, announced their definitive departure, and in a final stroke of sentimentalism offered their own nuclear refuge for the salvation of their flock. Our old acquaintance, the typist, was the trustee of the code to the refuge’s coordinates. Unfortunately we will never know them, specially now that the Cold War is finished.

And this is the situation that remains up to date. An age-decimated group of believers meeting periodically, usually under the benevolent leadership of Mr. Peña and Mr. Farriols. At first (in 1971 and 1973) there were quite a happening: limited Simposiums only for the connosieurs (but, even so infiltrated by the Ummites, as they revealed afterwards) to discuss and analyze the sacred texts. But after Ribera revealed to the world in 1974 (first in the FSR and later with 3 complete books) the contents and peculiarities of the ummite papers, the UMMO affair has become a myth-in-the-making. The Ummo symbol is described in Danemark, USA, Poland and last, but not least, in Voronezh. It is an established alien trademark. Anybody can borrow their cloak, from dangerous child-abusers (Edelweiss sect in Spain) to Fundamentalism Christians looking for additional help defending the Turin Shroud.

Now that you have a bare summary of this complex situation, I should defend my thesis. I maintain that all began as some kind of joke that later got out of hand. The best evidence is the fact that all the cuantitative data included in the very first document was (more or less subtly) wrong. Considering its galactic importance and the typical punctiliousness displayed by the Ummites, this is quite shocking, but true. They began by giving as the correct distance between Earth and Ummo 3,68502 light-years, identifying their star as Wolf 424. This distance was precisely which was calculated by its human discoverer in 1938 but, as it was already known in 1966, the correct distance was about 14,6 light-years.
Afterwards they gave both radius of their planet (equatorial and polar), the second being longer than the first. Next, they estimated Ummo’s mass in 5,4 x 1021 tons, and its gravity acceleration in 11,88 km/sg2. These measures are mutually incompatible.

The first inconsistency spotted was about the mass. The Ummites pleaded guilty of too much familiarity and explained that they should have used DUUOs instead of terrestrial tons (1DUUO = 1,7333 Kg). The problem with distances offered a perfect excuse to attribute the smaller one to those wonderful isodynamic shortcuts. This procedure of claims, errors and counterclaims continued through all the correspondence.

When they wrote about their planetary system they refered to a second planet. Apparently nobody noticed that the meaning of «binary system» (Wolf 424 being one) is quite different !. As their sun (IUMA) has a spectral type M, with a low superficial temperature, coherency imposes that UMMO must circle very near it, but then its sydereal period (orbit’s length) did not square. This time they appealed to their ancestors’ «false conceptions», but even so it still miss Kepler’s Third Law by a ten per cent !

You must understand that it is not easy to point out errors against people who displayed a disgusting superiority, bordering on the most hypocrite paternalism. This submission was reinforced by planting careful traps. For instance, when they insisted that the visual apparent magnitude of IUMA was lower than its absolute magnitude. Or when they wrote: «weigh two masses in a steelyard, one kg. of straw and one kg. of iron,…you will see how the pointer leans to the iron». Or when they explained how to prepare kripton compounds, apparently unknown in Earth. Many sceptics laughed then, but the Ummites laughed last !

In short, so many (false or true) errors and inconsistencies cannot be casual or due to lack of knowledge. They must have been deliberately included.

Let me finally present the UMMO affair, summed up in its appropiate dimensions:

Duration: a little more of a year (from February 1966 to July 1967), plus another outburst at the begining of 1969. From then onwards, never more than occasional contacts. Space: limited to Spain, despite the headings of some documents suggesting translations to languages as non-existent as «slav-czech».

Volume: Around 1000 known pages corresponding to 150 different shipments, even though they themselves said to have prepared «more than 6700 reports»!. Contents: A third of the known material (330 pages) is just pure gossip, 269 pages refered to various philosophical considerations, around 178 pages gave some raw data (usually impossible to verify) and only 144 pages contained valuable information, already commented.

Quality: The papers never offered nothing really novel. For example, the cosmological theories could be derived from the works of Eddington and other material easily obtained in scientific journals of the time (like Nature and Science&Vie). Without a doubt the author was familiar with foreign material (the Ummites made references to the works of Halton Arp (sic), and also extracted from books by Martin Gardner The Ambidextrous Universe and Asimov The Noble Gases). But with the hindsight of the 27 years passed, the contents look very naïve, and the real mystery is why so many people had believed in them for so long.

Special mention deserved those so called «ummologists». Nowadays any religion or sect cannot rely only in Faith, it needs some middlemen who will analyze his ‘sacred texts’ (the Bible, the Urantia book, etc.) and provide the followers with final proofs of their veracity, from the authority not of God but of its secular counterpart, Science. So pseudosciences like «scientific creationism» or «TM science» are born. It is also true that you can always find an expert to support your pet belief. In short, the UMMO papers had been a peculiar kind of Roscharch test, each one had found what he was looking for: Father Guerrero elaborated from them his own «Cristocentric thesis of the Universe» (in a 618-pages book); Jean-Pierre Petit (a French physicist long interested in Ummo), after studying hard for several months the Theory of Relativity, assures that «nothing demands that the speed of light should remain constant» (7). Many people had been trapped in this vicious circle. They come across some hint, develop their own ideas around it, and in a final feedback, credit them to the Ummites, reinforcing their admiration towards «their high scientific level».

Even the sceptics (and there were a lot of them since the very begining) had been mystified. In a ironic letter that clearly betrays their terrestrial origin, the Ummites themselves summarized many of the conspirancy theories that proliferated. From the Opus Dei to the Rosacrucians passing through the CIA, the KGB and the Punch !. I have already said that Mr. Peña prefers a CIA-connection. In France it has just appeared L’affaire Ummo: les extraterrestres qui venaient du frois, by Renaud Marhic, insisting in a KGB-connection.

In Spain, Carles Berché champions a «shared-paranoia» (8). Make your choice.

Mine is a radical use of the Occam’s razor. The Ummo affair is just an unipersonal endeavour. The author surely enrolled some accomplices to forge traces and photos, and he also got the unexpected help of many others freelance hoaxers, but neither more people nor a secret agenda are needed. Hoaxing is fun, and funnier if you mix with your victims and enjoy their doubts, their emotions, their naïvete, and even become their master, pulling the threads of your puppets at will. Besides there is always the thrill of being uncovered. I will not even deceive myself by appealing to higher rational motivations like a sociological study or similar, as I suspect that the author himself did. But who was he?.

Such a good mystery story cannot end without naming the culprit. As it can never be proved, even with a confession now lacking, I can only offer my firm belief (shared with many other ufologists) that UMMO’s creator was Mr. Jordan Peña. We do not have any smoking gun but the circumstantial evidences are overpowering although controversial. To me, it does not matter, he had offered us a marvelous opportunity to follow the making of a myth.

 

 

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