El hombre que vino de UMMO por J.J. Montejo 2007

Descripción

El hombre que vino de UMMO por J.J. Montejo 2007

 

 

LOS MONSTRUOS DEL TERROR, de simple película a expediente ummita

 

José Juan Montejo, Abril de 2007

 

 

Estamos ante una película marginal dentro del género fantaterrorífico español, considerada incluso como un film menor por quien escribió el guion y fue uno de sus intérpretes: Jacinto Molina o Paul Naschy, su nombre artístico. Se trata de una de tantas coproducciones que se rodaron en España durante los años ’60, y que según las modas del momento podían estar ambientadas en la Roma imperial, en el Oeste americano… o bien en un lóbrego castillo que sirve de morada a unos seres de pesadilla, en este caso un vampiro, un hombre lobo, una criatura frankensteiniana y una momia: ¡los monstruos del terror!

 

Pero entonces, ¿qué relación guarda esto con el asunto Ummo? Es cierto que este nombre aparece varias veces en las versiones española y francesa (que sepamos) de la película: es más, la versión en vídeo gala (retitulada Reincarnator, única que pude disfrutar en su momento ya que jamás se comercializó con dicho formato en España) comienza exactamente igual que la española, con una voz en off que desde Ummo y a través de un fonovisor explica la misión de conquista encomendada a su emisario en la Tierra, el Dr. Odo Varnoff. También es verdad que el guion (o una de sus versiones, sería más correcto) se llamó El hombre que vino de Ummo, y que hay rumores sin confirmar de que pudo emitirse por la TV norteamericana con el título de Man from Ummo o bien The man who came from Ummo. Todo esto es un poco endeble para sostener una relación directa con el tema Ummo, ¿hay algo más que permita afirmarlo, como el argumento de la propia película, circunstancias de su rodaje, o incluso experiencias de quienes participaron en ella? El que suscribe se ha planteado ésta y otras dudas desde que conoció su existencia, allá por 1988, tras leer las pesquisas que realizó un antiguo ufólogo madrileño, Manuel Salazar, pocos años antes. Así comenzó una investigación apasionante, donde se unían dos intereses: el de mi actividad ummológica, y mi propia afición al cine fantaterrorífico. Lo que sigue, gracias al ofrecimiento de Luis R. González, es el relato de esa investigación.

 

 

1.- Las primeras indagaciones

 

En una recopilación donde Salazar exponía sus encuestas y correrías en pos de Ummo (1) decía que supo de esta coproducción hispano-alemana en 1983, que el título español sería El hombre que vino de Ummo y el año de realización 1971. No pudo ver la película ni entrevistarse con Paul Naschy, pero se las arregló para conseguir el argumento en las oficinas de Fotofilm Madrid, según Salazar la distribuidora de la película: ahí se hablaría de un planeta Ummo a 14 años luz de la Tierra, de una avanzadilla compuesta por uno de sus mejores científicos, el doctor Varnoff, y sus ayudantes el doctor Kirian y la bióloga Maleva, todos se dedican a resucitar los monstruos clásicos para sembrar la confusión entre los terrícolas y facilitar la invasión de sus correligionarios. Cometen un crimen que la policía local de Blaustadt empieza a investigar, detalle que sirvió a M. Salazar para adelantar ya entonces unos posibles paralelismos con el caso de la Mano cortada y la trama ummita de Albacete.  Antes de que concluyera 1988 pudimos hablar un par de veces con este investigador, que aportó dos detalles importantes: en la Biblioteca Nacional había una copia del guión, y que tras varios esfuerzos había conseguido por fin entrevistarse con Naschy, sin que le aclarase gran cosa.

 

La película seguía sin estar disponible: en Octubre de ese año los de Fotofilm Madrid me dijeron que no era una distribuidora sino un laboratorio fotográfico, no obstante lo cual sí tenían derechos sobre la película, pero no podían facilitar copias y que tampoco se había comercializado en vídeo. Aunque pregunté por el título que daba Salazar (el de Ummo), me aclararon que en España se distribuyó con uno diferente, Los monstruos del terror. Con este nuevo cambio de datos se imponía la consulta del guion, acudí a la Biblioteca Nacional en 1989, y en su fichero pude comprobar que, efectivamente, había un guion titulado El hombre que vino de Ummo cuyo autor era Jacinto Molina, de 182 páginas con láminas sueltas y editado por Producciones Jaime Prades, S.A. en 1969 en Madrid (signatura T/41178). Cuando lo tuve en mis manos, me quedé perplejo: en la portada del libreto venía con caracteres de imprenta el título de Operación Terror, alguien lo tachó y escribió debajo a mano El hombre que vino de Ummo. Afortunadamente, dicha alteración no parecía obra de algún “gracioso” sino de la misma productora o de quien presentase el ejemplar para los fondos de la Biblioteca: así lo demostraba la propia ficha que había consultado, y los fotogramas y ficha técnica de la película que había dentro del guion, todos ellos con el título ummita. Pero la sospecha de que “Ummo” sólo hubiera sido un añadido, como parecía revelar ese cambio de título, aumentó todavía más después de leerlo, puesto que ni dicha palabra ni cualquiera de sus variantes (ummoaelewe, ummita, etc.) aparecía en el texto ni tampoco los 14 años luz de distancia. No se mencionaba nombre de planeta alguno como patria del Dr. Varnoff y sus secuaces, y sólo había alusiones indirectas a su origen extraterrestre. Se podía hasta rizar el rizo “jugando” con el nombre completo del jefe de la expedición ummita en la Tierra, Odo Varnoff: aunque este apellido y semejantes se utilizaron en otras películas, si se descomponía “Varnoff” en el equivalente numérico de sus siete letras por su posición en el abecedario (25+1+21+16+18+7+7), la suma daba “95”. ¿Sonaba a ummita el nombre de “ODO 95”, había alguno igual o parecido en las cartas? Como quien busca halla, en efecto había uno similar cuya cifra incluso coincidía, nada menos que el jefe de la primera expedición ummita aterrizada en los Bajos Alpes franceses en Marzo de 1950: su nombre, según las versiones, era OEDEE 95 u OEOEE 95, de profesión biólogo (!) y que se mencionó por vez primera en una de las cartas que narraban esa llegada, recibida en 1967. ¿Meras coincidencias?

 

En la Biblioteca no había otros guiones de J. Molina que se titulasen Operación Terror o Los monstruos del terror, así que el siguiente paso hubiera sido hablar con Naschy-Molina, pero según Manuel Salazar no parecía una persona muy accesible, así que opté por otra vía, la de averiguar cuándo se rodó este film de tres posibles títulos y si ocurrió cualquier incidencia relacionada, o no, con el asunto Ummo. Aparentemente el guion era de 1969 y el rodaje de 1971, fui a la Hemeroteca Nacional (que entonces se ubicaba en un palacio de la calle Magdalena) y por eso empecé a consultar la prensa cinematográfica del segundo año… hasta que me aburrí porque no encontraba nada. En esa época visitaba regularmente dicha sede para documentar otras investigaciones ufológicas, y un día coincidí allí con el ufólogo Octavio Regúlez. Me dijo que otro colega ufólogo (tal vez lea estas líneas) le había encargado la búsqueda de varios artículos antiguos, mostrándome uno que acababa de localizar: se trataba de una entrevista publicada en el diario Pueblo al actor Mike Rennie, de paso por Madrid para rodar una película de extraterrestres titulada Operación Terror… Aquel providencial (o casual, a gusto del lector) encuentro recondujo mis pesquisas, puesto que la noticia era nada menos que de Agosto de 1968. Recuperé los títulos de las revistas que había mirado meses atrás en el año equivocado (Nuevo Fotogramas y Cine en 7 días, principalmente), y esta vez sí, las referencias a una película llamada Operación Terror no se hicieron esperar. El título, en todas las noticias salvo una que citaba Misión Terror, era invariablemente ese mismo, y por ningún lado se publicó que fuese El hombre que vino de Ummo o Los monstruos del terror, ni tampoco el lugar de procedencia de los alienígenas invasores.

 

La primera información sobre la película coincidió con la rebelión estudiantil de París, esto es, en Mayo de 1968: se anunciaba que el productor Jaime Prades (de origen uruguayo y antiguo socio de Samuel Bronston) iba a empezar un film de corte fantástico, cuyo protagonista sería Michael Rennie, el extraterrestre oficial del cine desde su memorable papel en Ultimátum a la Tierra. En una de las fotos promocionales, el actor británico aparecía flanqueado por las dos guapas que le acompañarían en el reparto, las actrices Patty Shepard (morena) y Gela Geisler (rubia), lo cual daba a la estampa un toque ciertamente castizo… En las primeras noticias se decía que la iba a dirigir Julio Coll, director de cierto prestigio y colaborador habitual de una de esas revistas. El rodaje se inició el mes de Julio pero con otro director, el argentino Hugo Fregonese (que ya había trabajado con Prades en un film previo, Pampa salvaje) y, tras diversas interrupciones, se concluyó en Diciembre de 1968. La prensa de la época se hizo eco de los problemas económicos que acuciaban al productor español y de cómo afectaban a su película. Hasta se publicó que Michael Rennie se cansó de su informalidad y abandonó el rodaje, aunque parece que después regresó a terminar sus escenas. El que no volvió fue Fregonese, que también se marchó porque no le pagaban, y hubo de ser sustituido por su compatriota Tulio Demicheli.  En aquellas noticias no había nada relacionado con el asunto Ummo, sino con estos “plantes” y cotilleos sobre la presencia de algunos actores en fiestas y eventos sociales (p.ej., Rennie se convirtió en asiduo a las corridas de toros, tan en boga aquellos años). Lo que sí había es la coincidencia cronológica con la oleada OVNI que se estaba desarrollando en 1968, y con sucesos muy concretos que la prensa cubrió ampliamente, como el ovni-globo sonda observado sobre Madrid, la repercusión social de la serie Los invasores o las polémicas declaraciones del padre Enrique López Guerrero sobre una colonia ummita oculta en España, todo ello en Septiembre de aquel año. La asociación de ideas con la presencia de Michael Rennie se hallaba implícita en las notas que se publicaron sobre el actor: todas insistían en su estereotipo del “invasor extraterrestre” y su porte un tanto inquietante, con toques como el del “espectador alienígena” en este o aquel coso taurino o el dedo meñique doblado como en Los invasores… Claro está que todo ello era en clave irónica, pero hoy podemos intuir que reflejaba una inquietud, un estado de ánimo. Luego volveremos sobre la posible influencia de alguna de estas noticias en nuestra película.

 

La investigación, en el aspecto documental, había avanzado mucho, pero seguíamos sin saber a cuento de qué una película que se llamó Operación Terror se basaba en un guion titulado El hombre que vino de Ummo, para finalmente estrenarse como Los monstruos del terror. No cabía duda de que se trataba de una misma película, sobre todo cuando pude confirmar el tercero en un ejemplar de la revista Terror Fantastic publicado en 1972 (del mismo grupo editorial que lanzaría Karma.7 ese año) donde reseñaba dicho film con una tercera productora (italiana) y cuya ficha técnica coincidía con la de los otros dos títulos.  Volvíamos a una de las preguntas iniciales: ¿qué tenía todo esto que ver con el asunto Ummo, nombre que brillaba por su ausencia en la única copia disponible del guion (salvo el título corregido) y en las noticias sobre el rodaje? Pensaba entonces que sólo una persona podía aclarar el “misterio”, el propio guionista.

 

 

 

2.- Los olvidos de Paul Naschy

 

A finales de 1991 Paul Naschy saltó a la actualidad por un infarto de corazón que le tuvo al borde de la muerte, y ahí quizás empezase una corriente reivindicatoria que pretendía rescatar la vida y obra de este injustamente olvidado del cine español. Nosotros (me refiero a Clara Tahoces, Juan Carlos Menéndez y el suscrito) debimos ser de los primeros en acudir a Naschy buscando información de sus películas, peregrinación que luego han hecho otros aficionados o curiosos del fantaterror hispano, algunos de ellos destacados escritores e intelectuales. Nuestra entrevista, prácticamente inédita, se celebró en Marzo de 1992 y tuvimos la suerte de llevarnos unas cuantas primicias que luego veríamos, con agrado, incluidas en la autobiografía de Naschy (2). Por desgracia, hubo otras que no sólo no vimos aquí, sino que con el paso de los años el actor ha desmentido u olvidado. Pero no nos adelantemos, y veamos qué nos contó Paul Naschy hace 15 años.

 

Por suerte, ninguno le preguntamos directamente por El hombre que vino de Ummo, con lo cual su primera declaración al respecto fue espontánea: hablábamos de si una de sus más famosas películas, La noche de Walpurgis, fue su primer éxito internacional. Naschy objetó que su primera interpretación del licántropo polaco Waldemar Daninsky, en La marca del hombre lobo, ya funcionó muy bien en el extranjero. Los productores alemanes, satisfechos con ese inesperado éxito, intentaron repetirlo con Los monstruos del terror, planteada a lo grande con estrellas como Michael Rennie y Karin Dor (actriz germana), aunque para el personaje de Varnoff se pensó primero en Robert Taylor. Buscaron en España como socio a Jaime Prades, que tras la quiebra del “imperio Bronston” se quedó con parte de la producción del americano y comenzó su carrera de productor independiente con dos películas que fracasaron comercialmente (Pampa salvaje y otra basada en el flautista de Hamelin), así que Los monstruos… no la pudo ni acabar. El rodaje se alargó seis meses, y para salvar lo salvable se hizo cargo del tinglado Antonio Isasi Isasmendi, experto montador y el director español más internacional de los años ’60, que la terminó y se ocupó de su montaje definitivo. Dicho esto, luego preguntamos qué opinaba del fenómeno OVNI y si lo había plasmado en alguna película, a lo que respondió afirmativamente, en El hombre que vino de Ummo, y sin aclarar de momento que se trataba de la misma película. Nos explicó que su argumento era la conquista de la Tierra por seres de otro planeta que venían en sus platillos volantes, al mando de un Michael Rennie que se servía de los grandes mitos del terror para aterrorizar a la población y preparar así la invasión. Y en cuanto al título, aclaró que el cambio fue una imposición de la distribuidora pues lo de “Ummo” no les sonaba demasiado bien, y que el título original puesto por él era el ummita ya que el planeta Ummo estaba de moda y, como Marte estaba muy visto, quiso ser original y por eso lo escogió. En cuanto al asunto Ummo en sí, entendido como unas cartas que informaban del supuesto planeta y eran recibidas y comentadas por un grupo que se reunía en el Café Lion, nos dijo que también lo conocía y que “estaba jugado en la película”, aunque sin concretar demasiado porque a nivel de espectáculo se la tenía que llevar por otro lado (¿?).  Ante esta respuesta preguntamos si conoció a alguien de dicho grupo, y tras cierta reticencia desgranó la historia de “Paco, el hombre de negro”…

 

Según Naschy los periódicos habían publicado que se iba a rodar una película llamada El hombre que vino de Ummo, y un buen día le telefoneó un individuo que lo había leído y le citó en una céntrica cafetería para hablar de ello. El guionista-actor acudió y se encontró con una persona que se presentó sin más como “Paco” y tenía un aspecto peculiar: era alto, de una edad indefinida, y le sorprendió que, pese a no ser época de frío, iba embutido en un abrigo negro abrochado hasta el cuello, con unas gafas oscuras, el cabello rapado y con una especie de gorro. No le reveló que fuese un enviado de Ummo, sólo le dio a entender que estaba relacionado con los mensajes de esa procedencia, o con quienes los recibían. Quería ver el guion, y como todavía no lo tenía le ofreció una sinopsis que fue a buscar a su casa. De regreso al bar Naschy pensó que el extraño individuo se habría marchado, pero allí seguía: le sugirió modificar algunos diálogos que incluso reescribió, cambios que Molina trasladó al guion definitivo. El tal “Paco” le entregó además dos voluminosos sobres cerrados que contendrían información sobre Ummo, con el ruego de que los metiera en una caja fuerte y no los abriera hasta que pasaran cinco años (!), tras lo cual se despidieron y no volvió a verle más. Naschy nunca los abrió, y como aquello le “quemaba” se los regaló a la parapsicóloga Carole Ramis cuando la conoció en Madrid unos años más tarde.

 

Ante semejante confidencia ya no insistimos más con esta película, y la entrevista discurrió por la filmografía restante del actor. Dado su interés, envié la historia de “Paco” a Ignacio Darnaude para que la incluyera en el Ummocat, donde quedó con el núm. 2.022, y poco después tuvo una difusión limitada al ser citada en un artículo de Alejandro Agostinelli sobre la trama ummita en Argentina (3). La revelación de Naschy confirmaba nuestra sospecha de que aquella película tuvo influencias “extrañas”, pero no había que detenerse ahí y era preciso hablar con la persona mencionada por el actor, Carole Ramis, para obtener más detalles. Gracias a la mediación de Antonio Ribera pudimos charlar con ella y entonces… un jarro de agua fría: lo que nos había dicho Molina de su breve amistad con ella, incluidas unas pruebas psicofónicas que hicieron ambos, era cierto excepto la historia de los sobres, que Carole desconocía por completo y negó en redondo que se los hubiera entregado. La trayectoria de esta investigadora no se caracterizaba por su escepticismo, así que empecé a dudar de lo que Paul Naschy nos había contado, incluido lo del artículo en prensa donde se citaría “Ummo” en el título del guion, detalle que no figuraba en ninguna de las noticias que habíamos recopilado.

 

Otras indagaciones más interesantes aguardaban, y el “expediente” de El hombre que vino de Ummo pasó a segundo plano. Hasta que en 1995 llegó a mis manos un artículo rechazado por la redacción de Karma.7 sobre la película con aportaciones originales y que había sido escrito por Vicente Orozco, colaborador ocasional y sin sueldo de dicha revista. Escribí al autor y me contó que en su juventud había visto varias veces Los monstruos del terror en un cine de verano de Benidorm, razón por la cual recordaba su argumento bastante bien. Comenzamos a intercambiar pistas e información sobre esta película, hasta el punto que hoy es el eje de un proyecto literario conjunto.

 

En 1997 Paul Naschy publicó sus memorias (2), donde pudimos leer alguna de aquellas primicias, como el dato de Robert Taylor, la participación de Antonio Isasi Isasmendi y algunas cosas más… pero de su entrevista con “Paco”, nada de nada. Lo único digno de mención sucedió durante el rodaje en Alemania, y es que una de las extras de la película le invitó a una pseudo misa negra en Munich, de donde salió un tanto malparado. Había otros datos de interés como la alusión al “frustrado” director Julio Coll en términos poco amables, los mismos que empleó contra el maquillador Ferrer, y sobre todo que el guion había sido un encargo del productor Jaime Prades a través de su jefe de producción Ramón Plana. En conversaciones posteriores el actor-guionista ha confirmado este extremo, así como que el productor Prades ya tenía previsto de antes hacer una película de tipo fantástico.

 

Después seguimos localizando a diversos profesionales que trabajaron en el film, y que completaron la amplia información de que ya disponíamos: entre otros, el director A. Isasi Isasmendi, hombre de confianza de los hermanos Hellman, dueños de las productoras alemanas Eichberg Film y Omnia (acababa de hacer para ellos el film de acción Las Vegas 500 millones, uno de sus mayores éxitos) quienes efectivamente le pidieron que se hiciera cargo de la película a fin de no perder su inversión; el actor Manuel de Blas, que interpretó al vampiro; o Jaime D’Ors, ayudante de dirección que se convirtió en director “interino” cuando Hugo Fregonese se largó mientras estaban rodando en la ciudad de Wasserburg, próxima a Munich, y que recordaba un sabroso anecdotario.

 

Una confusión del amigo Agostinelli (que convirtió a Naschy de actor o guionista en productor de la película) en su citado artículo, nos vino muy bien cuando  buscamos nuevamente a Jacinto Molina para aclarar ciertos detalles y en particular la historia de “Paco”, ya que esta pregunta se le hizo en tercera persona, es decir, como si la entrevista en la cafetería hubiera sido “realmente” con el productor Jaime Prades… Pues bien, Naschy, lejos de reclamar para sí el protagonismo, se sorprendió mucho y respondió que jamás conoció al tal “Paco” ni había oído hablar de él. Negó igualmente que alguien así hubiese propuesto modificaciones  en el guion, algo que él como guionista debería haber sabido, y sólo admitió que efectivamente hubo cambios, pero debidos a los problemas económicos que impidieron la concreción de ideas tales como una escena que mostraba la llegada de los platillos volantes a la Tierra… “Paco” el MIB, el ummita, o lo que fuere, retornaba quién sabe si para siempre al mundo de la fantasía, arte en el que nuestro inigualable hombre lobo hispano había demostrado ser un verdadero maestro.

 

 

3.- Enigmas en busca de soluciones

 

Esta película ha planteado diversos interrogantes, tales como si fue la primera película española que presentaba formalmente a los extraterrestres, o si era la última (o penúltima) aparición de Michael Rennie en la gran pantalla. Y desde el ángulo ummológico, qué conexiones habría entre su argumento y aspectos concretos del asunto Ummo, como p.ej. la hipótesis formulada por Luis González de si un estreno “no confirmado” de Los monstruos del terror en Agosto de 1971 pudo inspirar una carta ummita fechada el 6 de Agosto de ese año y que versaba sobre el caso de la Mano cortada.

 

Empezando por esto último, conviene aclarar que la película en efecto se estrenó en Barcelona el 22 de Noviembre de 1971 (concretamente, en los cines Capitol y Bosque), pero también que ya se había estrenado en el cine Álvarez Quintero de Sevilla el 28 de Agosto anterior (4). Por lo tanto, y si el estreno sevillano era de fecha posterior a la carta ummita de marras, se podría pensar que no hubo una relación directa entre ambos hechos. Digo esto porque la carta, aunque dirigida a un desconocido “señor de Bilbao”, en realidad fue recibida por Ignacio Darnaude pero no en 1971 sino el 21 de abril de 1973: el formato era un microfilm (de 7 páginas el original) adjunto a otra carta en papel de 3 folios dirigida a Darnaude, todo ello en un sobre con matasellos de Estocolmo (5). Aunque la película se estrenase en 1971 e incluso se viese en algunos cines de verano al año siguiente, pienso que es un tanto aventurado considerarla como fuente inspiradora de la epístola “bilbaína”, entre otras razones porque antes de aquel año ya había cartas ummitas que hablaban de la “mano cortada”, y una de ellas especialmente interesante.

 

Me refiero a la recibida por el padre López Guerrero el 27 de marzo de 1969 (6) a raíz justamente de sus polémicas declaraciones a la prensa medio año antes.  Se trata de una extensa carta (11 folios en el original) que expone la crónica de las actividades ummitas en España hasta aquel año, y donde por primera vez se menciona que cuando llegaron a nuestro país se establecieron en Albacete bajo la protección de “una dama amante de los animales” cuyo nombre se omitía, pero que era la misma Margarita Ruiz de Lihory que protagonizó el sonado suceso. La carta decía otras cosas que merecerían un comentario más detallado,  pero me detendré sólo en una de las hipótesis que sobre el origen del asunto Ummo se incluía al final en un listado, y que transcribo: “(…) Productores de cine que lanzan un boom publicitario antes de difundir una película basada en un imaginario planeta”. Si El hombre que vino de Ummo no hubiese existido esta hipótesis hubiera sido tan irrelevante como casi todas las demás de la lista, pero al no ser así habrá que pensar en una mera casualidad, o bien que el ummita de turno conocía los entresijos de la película, los cambios de título y hasta el contenido del guion, si lo seguimos admitiendo como una de las inspiraciones para incorporar la “mano cortada” a la trama ummita. Y eso sin entrar en el fondo, es decir, que el tema Ummo hubiera sido realmente un montaje publicitario de ¿Jaime Prades, los productores alemanes? para lanzar una película sobre un planeta de igual nombre… plan malogrado al haberse estrenado con otro título. Más bien parece lo contrario, que los productores, el guionista u otros se aprovecharon de un “planeta” que en pleno rodaje se puso de actualidad (sin perjuicio de que ya lo conocieran por las publicaciones de Fernando Sesma) justamente a raíz de las entrevistas al padre López Guerrero, quien, nueva casualidad, fue el receptor de la citada misiva. Otra carta anterior a 1971 que trató del asunto albaceteño fue recibida en la sede de Eridani A.E.C. el 19 de agosto de 1970, con mensaje incluido para la CIA norteamericana (7).

 

Tampoco es Los monstruos del terror la primera película española que muestra a los extraterrestres con entidad de protagonistas, dejando al margen La lupa dirigida por Luis Lucia y algún intento “prehistórico” de Segundo de Chomón. Conocemos algunos títulos donde los extraterrestres eran presentados en clave cómica (como Llegaron los marcianos, coproducción hispano-italiana de 1964 con nutrida representación española encabezada por Alfredo Landa), como amenaza inquietante en el espacio lejano (Terror en el espacio de 1965, otra vez bajo la fórmula de coproducción ítalo-española, y que presentaba a unos extraterrestres capaces de adoptar la forma humana posesionándose del cuerpo y alma de los muertos, igual que en Los monstruos…), o como simples comparsas en películas infantiles (Los invasores del espacio, dirigida por Guillermo Ziener en 1967).

 

Diversos especialistas en cine fantástico, como Pedro Duque (8), han dicho que Los monstruos del terror sería la última película donde trabajó Michael Rennie, quizás atraídos por el fuerte contraste de que el protagonista de Ultimátum a la Tierra, prototipo del extraterrestre pacífico, acabase sus días encarnando a un malvado alienígena en una oscura producción europea… Otro motivo para la confusión es que la película se suele datar en 1971,  poco antes de que falleciera el actor británico. Varios miembros del equipo de rodaje (el propio Paul Naschy, y Jaime D’Ors) nos contaron que Rennie sufría ataques de asma, y que paraban con frecuencia sus escenas porque se fatigaba mucho. Ignoro si esta afección le impidió trabajar de nuevo en el cine, aunque en las guías hay otras películas suyas fechadas entre 1968 y 1971, como La batalla de El Alamein. El actor británico murió prematuramente el 10 de Junio de 1971, a punto de cumplir 62 años, cuando su Dr. Varnoff seguía inédito para los espectadores españoles. Y tampoco fue ése buen año para el productor Jaime Prades quien, se supone que acosado por sus acreedores, dejó atrás años de trabajo en España y emigró con su familia al Brasil.

 

 

 

NOTAS

 

  • Tras la pista de Ummo – 2, de Manuel R. Salazar Serrano, Inédito, Madrid, 1984.
  • Memorias de un hombre lobo, de Paul Naschy, Alberto Santos Editor, Madrid, 1997: págs. 76 y ss.
  • Se trata de la cita nº 19 del artículo Buawaigaii ayuyisaa “Argentina” do ia kaawaea ummooemmi ia Oyagaa publicado por Alejandro Agostinelli en Cuadernos de Ufología, nº 16-17, 2ª Época, 1994.
  • Base de Datos de películas calificadas, Ministerio de Cultura, localizable en la dirección mcu.es/bbddpeliculas. Como curiosidad, el número total de espectadores que han visto esta película (se supone que sólo en España) es de 490.980, con un volumen de recaudación que asciende a 69.742,60 euros.
  • UMMOCAT Núms. 108 y 109.
  • UMMOCAT Nº 73.
  • UMMOCAT Nº 94.
  • Arañas de Marte Video-guía de invasiones alienígenas, de Pedro Duque, Biblioteca del Dr. Vértigo nº 20, Eds. Glénat, Barcelona, 1998: pág. 125.

 

 

(PUBLICADO EN @NOMALÍA, Nº 7, 2ª ÉPOCA, MAYO 2007)

Categoría: