ANÁLISIS TÉCNICO DE LAS FOTOGRAFÍAS DE SAN JOSÉ DE VALDERAS UMMO (1 JUNIO 1967 )

Descripción

J.J. Benítez   :

ANÁLISIS TÉCNICO   DE   LAS   FOTOGRAFÍAS   DE   SAN JOSÉ DE VALDERAS  ( 1 JUNIO 1967 )

Estudio realizado por el laboratorio fotográfico de la Guardia Civil.

 

 

EL LADO   OSCURO

Norteamericanos y franceses fuera de juego.

SAN JOSE DE VALDERAS: un estudio nulo.

  • Presentación del caso
  • Especulaciones y mentiras
  • «GSW»: un estudio nulo
  • El informe de la Guardia Civil Española
  • Algunos inevitables comentarios
Entre los casos de manipulación que me dispongo a denunciar se encuentra uno que resulta especialmente sangrante. Un caso ovni que ha hecho correr ríos de tinta y que se remonta a 1967. Se trata, en efecto, del célebre asunto de las fotos de San José de Valderas, en las proximidades de Madrid.
No pretendo, aquí y ahora, profundizar en el polémico caso «UMMO». Eso lo dejaré para otra oportunidad. Pero lo que sí quiero destacar es un hecho que, al parecer, ha pasado desapercibido y ha terminado por provocar un error generalizado. En otras palabras: una manipulación perfectamente organizada que ha dado sus frutos durante treinta y tres (!) años. Veamos.

En la actualidad, las referidas imágenes de Valderas -tomadas la tarde del 1 de junio de 1967- son consideradas como un fraude por la mayoría de los estudiosos. Y ¿por qué?. Básicamente, los argumentos se sustentan en dos informes. El primero procede de Claude Poher, del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Toulousse (Francia 1976). El segundo (1977) fue elaborado por W. Spaulding y Adrian, de la «GSW» (Ground Saucer Watch), de Phoenix (Arizona).
Pues bien, el hecho al que me refiero y que, prácticamente, ha pasado desapercibido, es que tales estudios -supuestamente serios y rigurosos- son en realidad una tomadura de pelo. Es decir, una intoxicación. ¿Significa esto que las célebres fotos son auténticas? No. Personalmente creo que fueron tomadas por un ciudadano llamado José Luis Jordán Peña, con la colaboración de un amigo. Y para ello se sirvieron de una pequeña maqueta de plástico suspendida por un hilo de nylon. Esta circunstancia, sin embargo, aclarada por el propio Jordán Peña en 1993, no debe eclipsar la oscura intencionalidad de los referidos informes.
¿Y en qué datos sustento esta dura crítica a Poher y, sobre todo, a la GSW?
Analicemos dichos informes por separado. Después
-en rigurosa exclusiva- llegarán las sorpresas….ESPECULACIONES Y MENTIRASEl señor Poher, amén de ignorar a los testigos presenciales del suceso (he aquí una de las partes más intrigantes del caso Valderas), se enreda en su informe, cayendo en un notable número de inexactitudes a las que no me voy a referir, de momento. La conclusión -y esto es lo que importa- coincide con la versión de Jordán Peña o, para ser más rigurosos, la de Jordán Peña con la de Poher:
«…una pequeña maqueta fue suspendida por un hilo finísimo».
Y, como remate, Poher escribe textualmente:
» Por otra parte, he de decir que he podido reproducir muy exactamente todos los aspectos de los clichés, realizándolos por el mismo procedimiento, o sea, mediante una maqueta obtenida pegando juntos dos platos de plástico por sus respectivos bordes y añadiendo una cúpula que es, asimismo, un fondo de taza de camping de la misma marca. El conjunto me ha costado unas 130 pesetas.»
El problema, como señala acertadamente el investigador Salazar Serrano, amén del escaso valor científico de estas especulaciones de Poher, es que nadie ha visto esas fotografías, tan supuestamente exactas a las de San José de Valderas…
Pero trataré de no desviarme del asunto capital.
La GSW, por su parte, analiza una de las imágenes de 1967 y en el punto séptimo de su declaración dice, textualmente:
«La mejora de contornos reveló una estructura lineal que representaba un hilo sobre el supuesto ovni del que este pendía».
A partir de ahí, como decía, a partir de estos «veredictos», las fotos de Valderas serían desestimadas y, de rebote, todo lo concerniente al fenómeno «UMMO». Lo habían dicho franceses y norteamericanos…¿Qué más podía pedirse? 
«GSW»: ESTUDIO NULO


Vayamos por partes. A muy pocos, por supuesto, se les ocurrió dudar de la «sentencia» de los «nuevos dioses» (los gringos). Este investigador, sin embargo, más que escamado ante los gravísimos patinazos de Spaulding y Cia. (no es un chiste malévolo), quiso verificar un par de «detalles», apuntados en el referido «informe». Los resultados me dejaron perplejo…
«Después de obtener una copia de primera generación -reza el escrito de la GSW- de este supuesto incidente ovni, nuestro equipo de analistas preparó un negativo de alta resolución…»
¿Copia de primera generación?. ¡Qué extraño! Consulté a Rafael Farriols, dueño y depositario de los cinco únicos negativos conocidos hasta hoy sobre el ovni de Valderas. Farriols no había proporcionado copia alguna a la GSW. Y me remitió a Antonio Ribera, veterano investigador del fenómeno ovni y experto en «ummo». La conversación con Ribera fue esclarecedora. A petición de un tristemente célebre «vampiro» de la ufología (valenciano por más señas), Ribera envió al supuesto «investigador» una copia de una copia de las tomas del ovni. Esto, en definitiva, es lo único que llegó a USA. Poco después, el 28 de marzo de 1981, el propio Antonio Ribera me lo confirmaba en una carta. El párrafo en cuestión dice así:
«2.- El Dr. Claude Poher dice, en su análisis de los negativos de las fotos de San José de Valderas, que se pueden hacer dos listas: pruebas a favor de la autenticidad de las mismas; pruebas a favor de un fraude. El resultado, pues, es incierto. En cuanto al análisis -por llamarlo de alguna manera- que hizo William Spaulding, del GSW, utilizando el «scanner» empleado para «lavar» electrónicamente las fotos marcianas, dicho señor sólo utilizó una copia o positivo de segunda generación, lo cuál invalida, para mí, totalmente su análisis(*). No sólo ignoró las demás fotos de la serie y los negativos, sino también las declaraciones testificales. En algunas otras fotos de la serie se ve un objeto con «cuerpo», invalidando así su afirmación de que era un modelito plano. «
(En el margen izquierdo de la carta, a mano, Ribera añade: «(*) El supuesto «hilo» no se puede detectar en una copia, por causa de la difusión luminosa»).

¿Copia de primera generación?. ¡Falso!
Evidentemente, alguien mintió. Y dudo mucho que fuera la GSW… Entre otras razones, porque no son tontos.
La cuestión es que, como apunta Ribera, al trabajar sobre una copia-papel de segunda generación, el análisis resulta automáticamente nulo.
El segundo «detalle» del informe de Spaulding, aunque invalidado ya por lo citado anteriormente, se refería al «hilo» que, supuestamente, mantenía en el aire la maqueta. El instinto -supongo- me dió un toque….
Y en 1996 me decidí, depositando los cinco negativos originales del caso «Valderas» en la Jefatura de Investigación y Criminalistica de la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. Las imágenes, gentilmente cedidas por Rafael Farriols, entraron en el Departamento de Acústica e Imagen de dicha Jefatura, siendo sometidas a un nuevo y minucioso examen. El entonces responsable de la Jefatura, teniente coronel Francisco Álvarez, dispuso de los cinco negativos el tiempo que consideró opurtuno. Ni que decir tiene que la pericia de estos especialistas de la Guardia Civil, y de los complejos medios utilizados en el análisis, están fuera de toda duda o sospecha.
Pues bien, algunos meses más tarde -en diciembre de ese mismo año de 1996- el teniente coronel me hacía entrega de los resultados. Unos resultados igualmente esclarecedores.
Y, para conjurar cualquier tipo de suspicacia, he creido conveniente reproducir, íntegramente, el citado estudio de la Benemérita. Es posible que el largo informe (52 páginas en el formato original) pueda resultar árido. Lo siento por el paciente lector, pero un mínimo de rigor y objetividad así lo reclaman. Que cada cuál saque las conclusiones que estime convenientes…
Y una última observación, antes de pasar al documento propiamente dicho. Naturalmente, junto a los cinco negativos originales, la Guardia Civil recibió también una copia de los «informes» ya citados (Poher y GSW) y de un tercero (AIMU), encargado por mí mismo, meses atrás, a un equipo de expertos en informática. La razón básica que me impulsó a encomendar la ejecución de este tercer trabajo era, justamente, tratar de confirmar lo expuesto por los especialistas de W. Spaulding. Ante mi sorpresa, las modernas técnicas electrónicas e informáticas – mucho más precisas que las utilizadas por la GSW en 1977- no descubrieron «hilo» alguno, sino una especie de «tubo» o «rayo luminoso», emitido por el ovni. En otras palabras: más confusión…
Dicho esto, pasemos directamente a la investigación y conclusiones de la Guardia Civil sobre los negativos del ovni de San José de Valderas.

LOS CINCO POSITIVOS ORIGINALES – NEGATIVOS 12,19,21,23 Y 24

 

 

FRANCISCO ALVAREZ SANCHEZ, CORONEL DE LA GUARDIA CIVIL,
CRIMINOLOGO, JEFE DEL CENTRO DE INVESTIGACION Y CRIMINALISTICA DE LA GUARDIA CIVIL
, por el presente, emite el siguiente informe:

1.-INFORME SOBRE AUTENTICIDAD DE UNOS NEGATIVOS FOTOGRÁFICOS

D. Juan José Benítez, me requiere para que examine unos negativos fotográficos, al objeto de verificar si éstos presentan alguna manipulación que pudiera haber sido realizada con fines fraudulentos.

2.- CUESTIONES QUE SE PLANTEAN.

El interés de la solicitud se concreta en las siguientes cuestiones a resolver:
– Verificar si los negativos fotográficos presentan alguna manipulación.
– Determinar si los negativos contienen imágenes de los objetos reales o, por el contrario, lo son de montajes intencionados.

3.- MATERIAL RECIBIDO

3.1.- Relación de las muestras.

El Sr. Benitez entrega para el análisis el siguiente material:
– Un estuche de diapositivas de la marca Kodak con la referencia «NEG.S.J.VALDERAS». (Fot.1).


estuche con los negativos


En su interior hay cinco (5) marquitos de diapositivas marca BRAUN NORNBERG referenciados de 1 a 5, que contiene cada uno UN NEGATIVO FOTOGRAFICO.(Fot.2.).

3.2.- Descripción y estado de las muestras

a) Marcos contenedores:(Fot.2).


portanegativos, con la referencia

 

Los negativos fotográficos, se encuentran instalados, en los marquitos referidos, los cuales se componen de dos partes ensambladas (gris y negra), y que, cada una a su vez sujeta un plástico duro, transparente, cuyo fin es proteger el negativo o diapositiva que se instale entre ellas de rozaduras, erosiones, suciedad, etc.

b) Los negativos:

En la fotografía nº3, se expone en positivo el contenido de los negativos. La exposición positiva está hecha por contacto.


muestra en positivo, por contacto, de los negativos

 

Los negativos fotográficos son de película en BLANCO Y NEGRO, de la que no se puede facilitar la marca ni las características técnicas, tal como la densidad u otras, si bien aparece en uno de ellos la referencia H 27 (negativo nº 12) de la que no se dispone de código a efectos de proporcionar una información fidedigna, aunque parece ser, corresponden a la marca VALCA y de una sensibilidad próxima a 400 ASA.

Aparece en el borde inferior de cada negativo un número y el mismo repetido con la letra A añadida, que sirve de indicador de ORDEN, determinándose así el que corresponde a cada fotograma en el conjunto de la película o rollo fotográfico.

Los negativos aparecen, en general, sucios, con rozaduras y forzados, en cuanto al espacio que ofrece cada marquito para su instalación. El negativo nº 12 aparece con varios dobleces, que se atribuye a que, él en particular, ha sufrido, en algún momento de su manipulación, una fuerte radiación de calor, hasta el punto de afectar al celuloide.

A continuación se describe cómo fueron archivados los negativos remitidos en sus respectivos marcos:

Marco de referencia 1.- El negativo presenta los números marginales 23 y 23A.
Marco de referencia 2.- El negativo tiene los números 24 y 24A.
Marco de referencia 3.- El negativo tiene los números 12 y 12A. El plástico protector de la cara gris aparece roto.
Marco de referncia 4.- El negativo tiene los números 21 y 21A.
Marco de referncia 5.- El negativo tiene los números 19 y 19A.

Del análisis de esta particularidad observada se deduce:

1.    Que del filme original, faltan los negativos que discurren entre los números 12 a 24, lo que evidencia que:

a) Parte de la película no ha sido fotografiada (pases en blanco).
b) Diversos fotogramas resultaron defectuosos (por defecto de iluminación, enfoque, veladuras, etc.) y por ello han sido desechados.
c) Habiendo sido efectuados correctamente, el propietario no los entregó.

2.   La secuencia fotográfica no ha sido efectuada como podría deducirse del orden asignado a los marquitos, sino que fue en el que se expone a partir del primer registro o referencia existente.

1ª toma: negativo 12-12A – Marquito 3
2ª a 7ª toma- No existen y deberían corresponder a los negativos nº 13-13A a 18-18A inclusive.
8ª toma- Negativo 19-19A – Marquito 5
9ª toma- No existe. Correspondería al negativo 20-20A
10ª toma- Negativo 21-21A – Marquito 4
11ª toma- No existe. Correspondería al negativo nº 22-22A
12ª toma- Negativo 23-23A. Marquito 1
13ª toma- Negativo 24-24A. Marquito 2

El hecho de que el orden de las fotografías que se deduce de las referencias del filme no se corresponda con el asignado de forma manual a los marquitos puede deberse no a una intencionalidad, sino simplemente, a alteraciones introducidas involuntariamente durante el proceso de escribir las referencias de los marcos, o en el de la instalación de los fotogramas en dichos contenedores. Por otra parte, cabe deducir que todos los negativos pertenecen a una sola película o rollo fotográfico, en razón de su calidad y en que los bordes derecho e izquierdo respectivos, de los negativos 23 y 24 corresponden a un único corte practicado para separarlos, lo que se puede comprobar en la fotografía nº 4.
No obstante, atendiendo al orden deducido en que se fueron realizando los fotogramas, y dado que ello impone un orden cronológico, se podría efectuar una comparación de su contenido con la panorámica del paisaje donde se supone fueron realizados y de ahí podrias deducirse la trayectoria o desplazamiento del objeto móvil, supuesto OVNI.


Fotografía Nº4: extremos coincidentes de los negativos 23 y 24
a=emulsión de 24 en 23
b=emulsión de 23 en 24

 

4.- EQUIPO TECNICO-CIENTIFICO EMPLEADO

Una vez extraídos los negativos de los marquitos que les sirven de envase, se han examinado con un macroscopio estereoscópico WILD MS.8. dotado de un equipo AUTOPHOT, de la misma marca. Se ha utilizado iluminación episcópica y diascópica, procedente de fuente halógena con filtro catódico y luz fría (luz Volpi).
Se adjuntan las fotografías nºs 5 y 6 obtenidas a través de este equipo, de un testigo micrométrico, en el cual la separación real entre marcas contiguas es de 0.01 mm. En la fotografía nº 6 se expresa el aumento real obtenido, osea de x1600. Dentro de estos campos de aumento (entre x1 y x1600) se han obtenido las fotografías que aparecen en el informe. Así mismo, se ha dispuesto de un laboratorio fotográfico de blanco y negro (B/N) y de un sistema de procesado de color HOPE – 2000 (papel) y HOPE – C – 0508 – V (negativos).


de izquierda a derecha:
Fotografía nº 5.- Testigo micromético. Divisiones de 0.01 mm.
Fotografía nº 6.- Testigo micrométrico. Aumento aproximado de 1600x

5.- DESARROLLO DEL ESTUDIO

5.1.- Análisis sobre la autenticidad de los negativos.

El estudio objetivo, en busca de verificar la autenticidad u originalidad de los objetos (negativos fotográficos), obliga a plantear las siguientes hipótesis de trabajo:
1º.- Verificar que no han sufrido manipulaciones que condicionen las imágenes de los positivos fotográficos que de ellos pudieran obtenerse.
2º.- Verificar la originalidad de los negativos, osea, poder establecer, con seguridad, que no se han obtenido de otros, o de otros positivos fotográficos.

A.- Primera hipótesis: Análisis sobre posibles manipulaciones.

Cualquier modificación de la imagen que se pretenda obtener en un positivo fotográfico, a de partir de un determinado negativo, ha de conseguirse por medio de manipulaciones técnico-artísticas que han de hacerse sobre él.
Si se trata de evitar fuertes contrastes en el positivo a realizar, debido a que en el negativo existen tonos procedentes de muy diferente iluminación, se puede conseguir produciendo sombras, durante el proceso de sensibilización del papel fotográfico (positivado), mientras se trabaja con la ampliadora. Con ello, se obtiene más suavidad en los tonos evitando así fuertes contrastes, pero no se modifican las imágenes, salvo que exista alguna que hubiera sido recogida muy débilmente, debido a una escasa cantidad de luz reflejada cuando se impresionó el negativo. Esta manipulación si se hubiese hecho en la elaboración de algún positivo, no comportaría retoques en el negativo del que procede.
Intentar eliminar imágenes en el positivo captadas en el negativo o, por el contrario, incorporar otras no existentes en el, impone tratar o manipular dicho negativo, incorporando sobre alguna de sus superficies, «mate» o «brillo», (preferiblemente en la mate), sustancias consistentes en pigmentos, pinturas, etc, ajenas al mismo, que en una observación efectuada con el equipo óptico referido, se evidenciarían inmediatamente.

A continuación se hace una breve descripción de qué es un negativo fotográfico, tal como el que se nos entrega para el examen. No se tiene en cuenta otro tipo de soporte, tal como cristal, a los que pueda hacer referencia la bibliografía especializada.

El soporte es (ver fig. 1 y fotografía nº 7) un acetato de celulosa («celuloide»), que lleva en una de sus caras («mate»), una película fotosensible llamada emulsión, cuya composición fundamental está conformada a base de halogenuros de plata, o sea plata y un elemento químico halógeno (bromo, yodo, cloro o fluor). Estos haluros de plata son sensibles a la luz. El bromuro de plata (AgBr) es el componente principal de las emulsiones de los negativos (películas). El cloruro de plata (AgCl) se utiliza fundamentalmente para el papel-copia (positivos).
fotografía nº 7: sección transversal de un negativo.
a=Antihalo; c=Celuloide; e=Película fotosensible

En la otra cara («brillo»), se suele añadir una película antihalo, que absorbe luz, para que no se produzcan rebotes de rayos luminosos que afecten a la emulsión, lo que evita imágenes difuminadas y mejora su nitidez en los positivos
Por tanto, cualquier manipulación consistente en la alteración de la película, por eliminación o ataque a la misma, o bien por adición en alguna de sus caras de pigmentos, pinturas, etc. sería detectado en un examen óptico con instrumental adecuado.
Los negativos se han examinado con iluminación episcópica (luz incidente sobre el objeto), oblicua y rasante. En aumentos considerables x1000 aproximadamente, se observa el «grano» (partículas de la emulsión), completamente limpio de sustancias añadidas (fotog. 8, 9 y 10).

de izquierda a derecha:
Fotografía nº8: Emulsión (grano). Zona oscura de un negativo.
Fotografía nº9: Emulsión (grano). Zona de densidad gris media del mismo negativo.
Fotografía nº10: Emulsión (grano). Zona gris clara prograsiva del mismo negativo.

 

Como queda expuesto, se ha realizado el examen con luz oblicua de cada negativo, con gran detalle, utilizando aumentos de hasta x1200, recorriendo toda la superficie sobre la que se extiende el material fotosensible, encontrándose, accidentalmente, elementos o sustancias procedentes de cualquier manipulación o manejo llevada a cabo de forma natural, sin fines fraudulentos, o bien, debidos a la contaminación ambiental (fot. 11).


Fotografía nº 11.- Suciedad sobre un negativo. Luz oblicua.
(f, fibra de papel; p, mota de polvo)


Con la luz rasante se han detectado erosiones, suciedad y rayaduras que también hay que atribuir a los procesos de utilización o trabajo con los negativos, pues las referidas lesiones han sido producidas por el rozamiento con otros cuerpos, más duros que sus capas de gelatina, poliéster o el propio celuloide, como pueden ser los elementos de soporte de las ampliadoras, útiles de sujección, arrastramiento, etc. (fotog. 12, 13 y 14).


de izquierda a derecha:
Fotografía nº12: Deterioros en el clisé, por rozamiento. Luz rasante.
Fotografía nº13: Rozamientos (r) y polvo (p). Luz rasante.
Fotografía nº14: Suciedad (s) adherida, con restos de sudor. Luz rasante.


Posteriormente se analizaron con luz diascópica o trayectiva (el objeto se situa entre la fuente de luz y el objetivo el macroscopio para ser visto por transparencia). De este examen se expone una muestra fotográfica en la que se ha podido apreciar como los efectos de las rayaduras ocasionadas accidentalmente (Fotog. 15) los depósitos de suciedad (Fotog 16), etc, existentes en una cara, se transfieren a la otra como sombras.


de izquierda a derecha:
Fotografía nº15: Sombra producida por surcos y lesiones en la cara opuesta. Luz diascópica.
Fotografía nº16: Sombras producidas por suciedad en cara opuesta. Luz diascópica.

El enfoque óptico durante el examen se ha efectuado sobre cada una de las dos caras del negativo.
Cabe señalar como detalle particular, que en el negativo nº 21, al ser ampliado (Fot 17 y 18), aparecen unas «manchas-lunares». Estas manchas se atribuyen a «ataques» de cloro, sufridos por la película fotosensible, o que pudieran ser microscópicas cristalizaciones, depositadas en el negativo, debidas a las sustancias disueltas en el agua utilizada en los procesos de revelado y lavado en el laboratorio. Su distribución permite deducir que también, podrían deberse a haber tenido contacto la película, estando húmeda, con una superficie tramada (bayeta, tejido, etc). No se debe descartar que hayan sufrido algún deterioro en el proceso de estudio llevado a cabo en la realización del «ANALISIS INFOGRAFICO DEL MATERIAL UFOLOGICO» (AIMU), tal como en el mismo se explica. (Cita en página 7 y excusa en la página 19 del AIMU).

de izquierda a derecha:
Fotografía nº17: Manchas lunares. Luz discópica
Fotografía nº18: Manchas lunares. Luz discópica.
Fotografía nº19: Lesiones (l) provocadas.

 

Resumen:
Del análisis efectuado de los negativos remitidos, se comprueba que sobre ellos no se ha llevado a cabo ninguna manipulación fraudulenta y las anomalías que presentan y que aparecerán en los positivos que de ellos se obtengan, han sido producidas ocasionalmente y no afectan al tema sobre el que tratan.

B.- Segunda hipótesis: Originalidad de los objetos fotografiados.

Poder demostrar que los negativos fotografiados se han obtenido directamente de la realidad y que no son un fruto de reproducción de otros positivos fotográficos o de montajes artísticos, es prácticamente imposible porque la película es fotosensible en un plano (imagen bidimensional) que se impresiona por la luz reflejada del objeto que se fotografía, ya sea este de dos o de tres dimensiones.
Si se rechaza, siguiendo un ánimo escéptico, que las imágenes de los negativos remitidos son el reflejo de una realidad y se supone que es un trabajo de composición, cabría estudiar este supuesto sobre unas nuevas hipótesis de trabajo.

1ª.- Montaje de imágenes. Sobre una reproducción del paisaje, se añaden imágenes (dibujadas o fotografiadas) del OVNI, para después ser fotografiada la composición preparada.
2ª.- Imagen fundida de dos negativos. Efectuadas fotos directas, por un lado de la realidad (paisajes) y de otro de dibujos sobre un fondo monocromático y claro («OVNI»), se puede obtener un positivo único, en el que se recojan fundidas las imágenes de cada uno de los negativos obtenidos.

A) Desarrollo del estudio sobre montaje de imágenes.

a)Si se cuenta con una ampliación fotográfica de un paisaje sobre el que se hayan adherido nuevas imágenes y este conjunto se hubiera fotografiado de nuevo para conseguir un negativo que disimulara la manipulación hecha, podría haberse recogido en el nuevo encuadre algún extremo o borde rectilíneo del positivo matriz, lo que no existe en ninguno de los fotogramas remitidos. Este elemento, en caso de haberse hallado, sería demostrativo de fraude. Tampoco supone gran dificultad evitar fotografiar los bordes, sino todo lo contrario, ya que se consigue fácilmente reduciendo el campo de encuadre.
b) Por otra parte, es frecuente que un positivo fotográfico sufra en su manejo erosiones o lesiones como las que se exponen en la fotografía nº 19.

Si de un positivo con este tipo de deterioro se obtiene un negativo, este registrará la lesión y en una proyección del mismo aumentada de 8 a 10 veces, o examinada por transparencia (diascopia) con estos aumentos o más, debería poder comprobarse la existencia del fraude, lo que en este caso no ha sido posible determinar. Hay que hacer constar, que algún deterioro de los referidos, podría quedar camuflado en la zona que reproduce el campo y haber pasado desapercibido.

c)Si sobre el positivo fotográfico del paisaje, se incorpora por adhesión una nueva imagen sobre un soporte de cierto grosor (papel fotográfico, cartulina, etc.) y de bordes recortados, es muy probable que se produjeran, al ser fotografiado el conjunto, figuras de contornos duros, con fuerte contraste de grises, en contraposición de los de tonalidad progresiva, como ocurre en cualquier caso de los negativos que se estudian. Estos contrastes, en realidad provendrían de sombras marginales, producidas por el borde opuesto del soporte añadido, respecto a aquel que se encuentra próximo a una única fuente luminosa (ver Figura nº 2). Si se utilizaran dos fuentes de luz situadas en línea, pero una a cada lado de la cámara, frecuentes en los equipos de reproducción fotográfica, o bien una luz ambiente, los contrastes o sombras quedarían muy mitigados (Figura nº 3).


Figuras 2 y 3

 

d)Sobre un positivo del paisaje, se incorpora una imagen proyectada por transparencia. En este caso, la fotografía que se obtuviera del montaje, no acusaría los contrastes de los bordes y por tanto no se podrían encontrar indicios fiables de la posible manipulación o montaje fraudulento. Este trabajo presentaría el inconveniente de tener que manejar positivos muy amplios, para recibir por proyección (diapositiva) otra imagen proporcionalmente muy reducida.
Cabe también suponer una maniobra inversa, o sea, sobre un dibujo de fondo claro en el que estuviera reproducido un OVNI, se proyectaría (diapositiva) el paisaje, para después fotografiar este conjunto. Este supuesto sería de más fácil realización y hecho con algún cuidado, no podría detectarse la manipulación en el negativo obtenido.

B.- Desarrollo del estudio sobre obtención de un positivo, por fusión de imágenes de dos negativos.

Esta técnica se utiliza para producir diseños, crear imágenes «fantasmas», añadir una imagen a otra, etc. A este procedimiento se le conoce como «positivado por combinación de negativos».
Consiste en superponer dos negativos de forma que de ellos se obtenga un sólo positivo. Puede hacerse en «sandwich» (1) o sea, superponiendo los negativos, de forma que las emulsiones estén en contacto, o bien uno sobre otro (2) en contacto el envés y revés respectivo. También puede hacerse pasando en primer lugar a un papel-copia la imagen de un negativo y a continuación, sobre el mismo, la del segundo (montaje).
El ejemplo que se expone ha sido hecho por el procedimiento (2), o sea, superponiendo dos negativos. El primero (a) es una puesta de sol (foto. 20) y el segundo (b) de un árbol (foto.21). La superposición nos da el positivo (c) mezcla (foto.22). Si se sometiera a examen el positivo (c), sin conocer la existencia de dos negativos u otros datos objetivos, tal como el paisaje real, sería prácticamente imposible descubrir la manipulación y ofrecer una conclusión inequívoca. Tengase en cuenta que el montaje en color podría aportar alguna «sospecha», por el cruce de tonos cromáticos, lo que se oculta de forma irremediable en trabajos en blanco y negro, pues no se pueden separar los «grises».

de izquierda a derecha:
Fotografía nº 20.- Puesta de sol (a)
Fotografía nº 21.- Arbol (b)
Fotografía nº 22.- Montaje (a + b)

 

Resumen
En el caso que nos ocupa, se nos ofrecen unos negativos que en sí mismos (soporte) no aparecen signos de manipulación fraudulenta, pero no puede descartarse o dejar de sospechar sobre la posibilidad de que se hayan obtenido por medio de una «manipulación» técnica o montaje.

5.2. Impresiones marginales de los negativos.

Aunque la observación que a continuación se detalla, se expone en este párrafo del informe, fue detectada en el examen preliminar de los negativos, por lo que quizás hubiera haber constado con anterioridad, no obstante, la conclusión inequívoca obtenida, hizo que perdiera su prioridad cronológica.
Se trata de que en la zona marginal de los negativos, o sea, en los bordes superior e inferior en que se encuentran practicadas las perforaciones o ventanas que facilitan el arrastre y dirección de la película, aparecen reproducciones parciales de otras ventanas (V), y sobre todo, fracciones del paisaje (P), que nunca deberían haber llegado a formarse. Véase a titulo de ejemplo la fotografía n0 23, obtenida del cliché completo n0 24-24A. Esto hizo sospechar que los negativos facilitados, pudieran ser copias «por contacto» de otros.

Fotografía nº 23.- Reproducción del clisé nº 24 completo. Reproducciones del «paisaje» (P) y de ventanas (V).

a) Reproducción de Ventanas.

Explicamos brevemente como se realiza una copia «por contacto».
En un cuarto oscuro se sitúa sobre un plano una película virgen y sobre ella el negativo matriz. A continuación se da luz, lo que hace que la película virgen (internegativo) recoja la imagen de la matriz, invirtiendo los claroscuros. Una vez revelado, se utiliza como matriz, en una operación similar a la anterior, obteniendo con ello una nueva reproducción, que será fidedigna de la primera matriz, o sea, habremos conseguido unos negativos-copia de los originales.
Las marcas de luz (V),observadas en los negativos remitidos, han sido producidas por otras ventanas, lo que permiten suponer que los negativos, no fueran originales sino reproducciones de otros, obtenidos «por contacto» y que por no haber cuidado en hacer coincidir las referidas ventanas de los negativos matriz, con las del internegativo, se habría producido un paso de luz, del que quedaría constancia en dicho internegativo. Otro tanto ocurriría si el desplazamiento, o no coincidencia de ventanas, hubiera ocurrido entre el internegativo y su filme copia. No obstante, esto no es así porque si se hubieran superpuesto aleatoriamente dos filmes, el desplazamiento que acusan unas ventanas se debería haber producido en las contiguas, tal como se reproduce en las fotografías nº 24 y 24 bis, muestras de los experimentos realizados en nuestro laboratorio. El que esto no se aprecie en los negativos estudiados, obliga a desechar la hipótesis de «negativos-copia».


de izquierda a derecha:
Fotografía nº 24: imagen de ventanas (i) por desplazamiento de los orificios de la MATRIZ y del INTERNEGATIVO (muestra de laboratorio).
Fotografía n 24 bis: marcas marginales en las películas (m).

También, debería ocurrir que en los bordes de los negativos-copia, queden reproducidas las referencias de los negativos-matriz (marcas y números de orden). Ver en fotografía nº 24 bis, las marcas de : KODAK, SAFBTY FILM, nº 19 A.
En los negativos remitidos, no aparecen más referencias, que las propias originales. Después de plantear varias hipótesis, cuyas soluciones dieran una respuesta clara y convincente sobre la cuestión planteada (esclarecer el origen de las imágenes referidas), la única válida fue la de que, una vez impresionados una serie de negativos del filme, sin haber rebobinado el carrete para dejarlo recogido en el chasis, se abrió la máquina a la luz y se cerró rápidamente.
A continuación, para apoyar sucesivas explicaciones se expone la fotografía nº 25, en la que se puede ver una máquina fotográfica abierta y sin carrete.


Fotografía nº 25.- Cámara abierta.

En ella, destacamos como zonas de interés:
1.-Hueco para la instalación del «chasis», portacarrete.
2.-Rodillo de enganche de la película.
3.-Rodillo guía que con 2, forma el conjunto de arrastre. Ambos tienen resaltes que se introducen en las ventanas marginales de la película.
4.-Guías de la película, para que no sufra desplazamientos que «desencuadrarían» los fotogramas.
5.-Placa que por compresión sobre las guías, mantiene la película extendida y plana, conformando así el «plano de enfoque».
6.-Ventana de encuadre, que permite la impresión del negativo. (Ver también foto-grafías nº 26 y 27). Sus limites son a, b,c y d. Sus dimensiones son ac= 24 mm, cd= 36 mm.
7.-Ver fotografías 26 y 27 en ellas se señalan las:

– Guías e.-Impiden que el negativo se desplace en sentido vertical, hacia arriba o hacia abajo.
– Guías L-Sirven para que la película quede apoyada en sus extremos distales (zona de perforaciones en forma de cuadros), y obligada por la placa 5 (foto.nº 25) para que se forme un plano perfecto.
– Resaltes t (foto.nº 26).-Sirven para una vez introducidos en las ventanas perforadas de la película, tirar de ella y guiarla, cuando se acciona el mecanismo de arrastre.

de izquierda a derecha:
Fotografía nº 26: Ventana de encuadre (abcd). Dientes de arrastre (t).
Fotografía nº 27: Detalle de la ventana de encuadre, con sus límites, con el obturador abierto.

Volviendo a la hipótesis de que la máquina se abre de forma imprevista, ocurre que la luz impresiona el negativo, dejando «veladas» las zonas desprotegidas (foto.nº 28) que son, la superficie rectangular (A) y la parte enrollada (E) al rodillo de arrastre.


Fotografía nº 28.- Cámara con carrete, sin rebobinar.

Si consideramos que el enrollamiento del filme sobre sí mismo (E) conforma un imaginario cilindro, en caso de una apertura accidental del cuerpo de cámara, sólo recibe luz la capa exterior del mismo, pues la zona interior queda cubierta, en parte por las paredes del receptáculo de alojamiento. Por otra parte, las capas más internas, quedan protegidas por las exteriores, o sea, que la luz incide con más intensidad en las áreas del negativo próximas a la generatriz más externa del cilindro y en las capas más externas de la espiral.
En la fotografía núm 29, se expone a titulo de ejemplo, una de las experiencias efectuadas, explicándolas a continuación:
Se ha introducido una película en una cámara y se ha impresionado completa, fotografiando un objeto (fachada y ramaje). Sin rebobinarla, se abre la cámara y se vuelve a cerrar. Posteriormente, se rebobina el filme, se revela y a continuación, se obtiene por contacto un positivo (Fotografía 29), en el que fraccionadamente, en bandas, se exponen los fotogramas y que naturalmente son consecutivos.
Como puede observarse, hay zonas absolutamente veladas, y otras que lo son en menos intensidad y menos superficie.
Como es lógico la veladura, afecta tanto a la zona marginal de las ventanas (ZMV), como a la imagen impresionada del objeto (IIO) y así lo evidencian los fotogramas: 27, 26, 25, y 24. Se puede observar como una veladura, afecta a un área muy estrecha en el 23 y a una zona amplia del 22, pero en éste, ya se puede apreciar el objeto (fachada-ramaje). A partir de aquí, ya solamente afectan las veladuras a la zona marginal de ventanas, en los fotogramas: 21, 20,19, 18, ligeramente el 17, y un poco más el 16, quedando sin velar los quince fotogramas siguientes.


Fotografía nº 29: Reproducción en positivo de una película en la que se abrió la cámara estando el filme sin rebobinar.


Pero aquí, hay que llamar la atención en el sentido de que los fotogramas 21 al 16, que presentan veladuras en los bordes de las ventanas (ZMV), no han sido afectadas, de forma apreciable, las imágenes del objeto contenido en el negativo. Esto tiene una explicación que se condensa en los siguientes puntos:

1º.-EI paso de la luz por las ventanas de arrastre es libre, sin interferencias, no así por la zona central, que como es lógico el material fotosensible opone cierta resistencia al paso de la luz.
2º.-La luz que llega a los fotogramas más internos es difusa y como tal, incide sobre los negativos ya expuestos, lo que se traduce en definitiva, como si el fotograma hubiera sido sobreexpuesto (mayor diafragma o más tiempo de exposición que el necesario).
3º.- No se producen imágenes superpuestas porque la zona de negativo que recibe la luz al abrir la cámara, no tiene «enfocada» sobre sí ninguna imagen, pues las de los fotogramas superpuestos, de los que podría ser «copia», aunque tuvieran configuradas imágenes concretas, éstas desaparecen como tales al velarse completamente la zona en las que estuvieran.

Por todo, los cuerpos centrales de los negativos situados en las capas más internas de la espiral, quedan protegidos de la luz, y no tanto, en la zona impresionable de sus bordes (ventanas).
La forma en que aparecen las veladuras de las ventanas, confirma que el orden cronológico en que se realizaron los fotogramas coincide con el que se deduce de la propia película (12, 19, 21, 23 y 24).
Otra suposición de la formación de las imágenes «ventana», podría tener su fundamento en que cuando no funciona o no existe la placa 5 (ver fotografía nº 25), el carrete puede quedar curvado (tendencia procedente de la deformación ocasionada por su almacenamiento en el chasis), y como consecuencia de ello, no se apoyarían las zonas marginales en las guías, lo que podría crear veladuras en esta zona. Ahora bien, las veladuras no tendrían perfectamente definida la marca de la ventana y además, y muy importante, el motivo fotografiado aparecería desenfocado en la zona central, lo que no ocurre y por tanto hace que se desestime el supuesto explicado.

Resumen:
Así pues, queda demostrado fehacientemente que el hecho de que aparezcan en los negativos objeto de estudio, imágenes de ventanas de arrastre, éstas proceden del propio negativo y no provienen de otro matriz que pudiera haber sido utilizado en una manipulación de copia o reproducción.

b) Reproducción del paisaje en la zona exterior del negativo.
Los cinco negativos objeto de examen, tienen entre algunas ventanas inferiores, unas imágenes que corresponden, inequívocamente, a zonas del mismo paisaje que se impresionó en el negativo correspondiente.
Después de varios supuestos, en los que se incluía algún tipo de manipulación en laboratorio, por ejemplo, proyecciones de otros negativos o diapositivas, se llega a la conclusión de que estas imágenes se producen, simultáneamente con la impresión del tema que ocupa la parte inferior del negativo (campo de hierbas).
Se demuestra esta deducción por lo siguiente:
Sobre una transparencia de acetato(T. A.), se escriben con diferentes tintas los bordes de las imágenes marginales impresionadas en los negativos, que reproducen en los positivos 30, 31, 32, 33 y 34.

Con tinta NEGRA, los del negativo 12.
Con tinta ROJA, los del negativo 19,
Con tinta VERDE, los del negativo 23 (sólo el límite a , pues el resto coincide con los bordes definidos procedentes de 12 y 19).

Estos positivos se han obtenido en la procesadora de color, HOPE 2000, al objeto de que el tiempo de exposición, la intensidad de la luz y el tiempo de revelado del papel fuera exactamente controlado. Las actividades manuales propias de un laboratorio RIN, pueden introducir alguna modificación imperceptible, pero trascendente en el resultado final.
Las imágenes basales de los negativos, aparecen con formas diferentes entre ellas y se debe, fundamentalmente, a la posición que ocupan respecto a los bordes de la ventanas con las que coinciden. En la comparación por superposición que se efectúe entre las imágenes manuscritas del ACETATO con cada positivo, se puede advertir plena concordancia.
Anteriormente se ha expuesto, que los negativos eran originales, o sea, no eran copias por contacto de otros, puesto que se han obtenido en una cámara fotográfica.
Pues bien, las dos condiciones anteriores, negativos originales e imágenes basales coincidentes, determinan sin duda, que dichas impresiones anómalas eran recogidas por los negativos en la zona marginal debido a un deterioro en el cuerpo de la cámara.
Este deterioro, consiste en una grieta (G), situada debajo de la guía (f) del cuerpo de la cámara (fotg.nº 35) con la que se obtuvieron los negativos.
De otra forma, no tendrían por qué coincidir en su ubicación, las imágenes basales entre sí y respecto a los límites del cuerpo central de los negativos.
En las fotografías 30 a 34, se puede observar como las imágenes basales más perceptibles, coinciden en el tema central de su negativo respectivo, así como en la intensidad luminosa del mismo, circunstancia ésta, muy cualificadora, de que cada imagen marginal se impresionó simultáneamente con la del tema principal. transparencia.

Fotografías nº 30 a 34

Fotografía nº 35.- Detalle de cuerpo de cámara.

Sobre la misma trasparencia (T.A.), se marcan puntos concretos del borde de los negativos, consistentes en deformaciones, suciedad, defectos de construcción en las esquinas, etc, particularidades éstas, que resultan ser signos de individualidad, que pueden utilizarse para identificar la máquina en la que se obtuvieron los negativos. Por otra parte, estos signos conducen a la deducción de que la referida máquina estaba muy descuidada, con lesiones y es de baja calidad.

Resumen:
Los negativos, han sido hechos en una misma máquina, y no son copias por contacto. La máquina tiene propiedades de baja calidad y características de estar descuidada.

5.3. Examen de la LUMINOSIDAD.-

5.3.1. La Luminosidad de los NEGATIVOS.
En una reproducción simultánea por contacto, de los cinco negativos se observa que la impresión de la luz ambiente es variable (fotografía nº 36).
Con el objeto de verificar que las diferencias no sean debidas a las manipulaciones llevadas a cabo en el laboratorio, se obtiene otro positivo, simultáneo y por contacto, modificando aleatoriamente las posiciones relativas entre ellos, obteniendo así la fotografía nº 37.


Fotografía nº 36: Exposición simultánea por contacto de los NEGATIVOS.
Fotografía nº 37: Exposición simultánea, por contacto de los NEGATIVOS.

Del estudio de los dos positivos (36 y 37) se deducen:
a) Que los negativos, 12 y 19, están más «cortos’ de luz que los tres restantes, o sea, que si se operaba en las mismas condiciones de diafragma (d) y tiempo de exposición (t), la luminosidad ambiente, era menor en 12 y 19 que en el resto. Esta diferencia de luminosidad habría que atribuirla a un oscurecimiento de la luz solar (nubes). A esto cabe oponer que en el cielo fotografiado no hay nubes, por lo que resulta lógico desechar esta hipótesis.
b) Si la cámara fuera automática y se usa en esta disposición, la acción fotómetro-diafragma, puede introducir contraste entre la zona de grises (campo de hierbas) y la zona clara (cielo), pero ello conllevaría a que serían más contrastadas las zonas en cada negativo (campo oscuro-campo claro), pero no influiría en la diferente «iluminación» de los negativos. Así pues, tampoco esta hipótesis es aceptable.
Hay que pensar por tanto, en que la diferente «claridad» de los negativos entre sí, se debe
a) Operaciones del usuario con diafragma y/o obturador, o
b) trabajar con luces artificiales.

Desarrollo de la hipótesis en su conjunto a) y b) y resultado.

Las condiciones de la cámara (calidad y estado de uso), ponen en duda la capacidad de poder efectuar delicadas maniobras de control de luz (fotómetro, diafragma, obturador, sensibilidad del filme). No obstante y supuesto que se pudieran hacer, hay un punto de difícil explicación, y es que en el negativo 19, hay dos zonas-izquierda (1) y derecha (D), de muy diferente luminosidad (ver fotografías nº 36 y 37).
Esto no cabe atribuirlo a la luz ambiente (luz solar, con o sin nubes). Habría que atribuirlo a que este negativo, ha sido obtenido en un proceso, en el que en algún momento se ha utilizado luz artificial y la zona D, ha tenido menos iluminación que la I. Algo semejante ocurre, aunque con menor intensidad en el negativo 12.
No cabe atribuirlo a la influencia de haber abierto la cámara, con el negativo sin rebobinar, porque precisamente estos negativos 12 y 19, no presentan veladuras en las imágenes veladas de las ventanas, que aparecen con nitidez en 23 y 24, por lo tanto no sufrieron las consecuencias de la apertura indebida.
Por otra parte, los negativos 21, 23 y 24, tienen un nivel superior de luminosidad que los 12 y 19, y aquellos entre sí por este orden, 21 más que 23 y éste más que 24. Esta deducción es objetiva pues se extrae del examen de los positivos elaborados simultáneamente y por contacto, de los negativos objeto de examen.

5.3.2. Luminosidad de los OBJETOS.-

Observando, los pilares de las lindes, (A y B) en la fotografía 38 (reproducción del negativo 23), se obtiene que la cara a recibe más luz (brillo) que la b (sombreada). Imaginando la dirección de la luz, en sentido próximo a la perpendicular de la cara a del poste, el OVNI, tiene una iluminación concordante con la del poste, en cuanto a zonas iluminadas (reflejan luz) y zonas oscuras (no reciben luz directa). Lo mismo se aprecia en el negativo 24 (ver fotografía nº 34).


Fotografía nº 38: dirección de la luz.


Otro tanto cabría decir, respecto a lo que se observa en el negativo 21 (fotografía nº 39), o sea, que existe concordancia en zonas de diferente intensidad luminosa.


Fotografía nº 39: dirección de la luz.

Esta coincidencia, en cuanto a la existencia de zonas de diferente nivel de luminosidad, también se observa en la fotografía nº 40, del negativo 12. En el edificio, la torre tiene bien determinada la dirección de la luz.
Y también se marca para la zona de la derecha (edificio), aunque pudiera ser que la casa estuviese pintada de color claro o blanco, lo que induciría a error en la interpretación. No obstante el poste A, deja marcadas las caras a y b con diferente intensidad de reflexión de luz.


Fotografía nº 40: dirección de la luz.

Al examinar las imágenes del negativo 19, (fotografía 41), es incongruente la luminosidad del OVNI respecto a cualquier objeto fotografiado.


Fotografía nº 41: dirección de la luz.

Veamos:
a) Si la dirección de la luz, fuese sensiblemente perpendicular a la cara a del poste A, (postes en forma de prisma cuadrangular), la zona X del OVNI, tendría que ser sensiblemente más oscura que la d.
b) Si la dirección de la luz, es sensiblemente perpendicular a la cara b del poste (cara oscura), o sea dirección cb, el OVNI, tendría su parte fotografiada, en contraluz, o sea que aparecería con una imagen en un grado de oscuridad elevado, lo que no ocurre, y se observa muy contrastada su superficie con la imagen oscura central y concordante con la claridad del cielo.

No se observan sombras de los objetos fotografiados, sobre el suelo, por ejemplo la procedente de torre eléctrica, postes, árboles, etc, no obstante, las caras de los postes de las lindes si son útiles para poder deducir la dirección de la luz, aunque no de manera exacta, sino simplemente de orientación.

Resumen. –
Hay dos deducciones objetivas, que permiten entrar en sospecha de posibles manipulaciones fraudulentas, obtenidas del análisis de la luminosidad de los negativos:
lº) Que el negativo 19, presenta signos de haber sido obtenido a través de una serie de operaciones en las que en algún momento se utilizó luz artificial.
2º) En el negativo 19, no existe coherencia entre la luz que refleja el OVNI y la que reflejan los postes del campo.

5.4.- Marcas y señales en los negativos.

En los positivos obtenidos de los negativos nº 12, nº 23 y nº 24, aparecen unas imágenes anómalas que a continuación se describen:
En el positivo procedente del negativo nº 24, en la esquina superior izquierda, aparece una marca ajena al paisaje. Examinado directamente el negativo, se puede comprobar cómo existe, en el lugar referido, una lesión (1), causada por rozamiento, que alcanza a la emulsión y que al eliminar ésta en el área rozada deja trasparente el celuloide o sea, sin grano, lo que origina en los positivos una imagen o señal peculiar extraña al paisaje. En las fotografías nº 42 y 43 se ofrecen detalles de la lesión.


de izquierda a derecha:
Fotografía nº 42: Negativo 24. Lesión (l).
Fotografía nº 43: Detalle de la lesión (negativo 24).

Otro tanto ocurre en el negativo nº 23, precisamente en una zona similar.
Sin embargo, en el negativo nº 12, las imágenes que transmite a los positivos que de él se obtienen (marcas en esquina superior izquierda), no son producto de lesión. En las fotografías nº 44 a nº 46, se puede comprobar cómo existe una absoluta continuidad en el grano de la emulsión y por tanto no existe lesión por rozamiento.
La imagen hay que atribuirla a un conjunto de brillos y sombras captado por el negativo ajeno al tema fotografiado. Es muy probable que este negativo se haya obtenido de una fotografía, sobre la que obrase un cristal, para mantenerla en razón del peso del mismo perfectamente aplanada.
Es quizá, el signo o indicio que más fuerza aporta para admitir que los negativos estudiados, no ofrecen imágenes reales, sino las conseguidas a través de un proceso de laboratorio.

de izquierda a derecha:
Fotografía nº 44: Imágenes (a y b) en negativo 12.
Fotografía nº 45: Detalle de la imagen a en la que se aprecia la continuidad del grano. r= rayaduras en la cara opuesta. Luz diascópica.
Fotografía nº 46: Detalle de la imagen b es la que se aprecia la continuidad de grano. Luz diascópica.

 

5.5.- Comentarios al informe «Análisis Infográfico del Material Ufológico» (AIMU).

En el informe AIMU, se explica que la línea que aparece en un negativo (que por otros estudios se definió como un «elemento sustentador del objeto-ovni» ) se define como un «rayo» emitido por el OVNI.
Pues bien, examinada esa zona del negativo 24 y reproducida en las fotografías nº 47 a 50, no se observa ninguna imagen fotográfica de «elemento sustentador» o «rayo», o sea, que dicha imagen haya sido definida en el negativo por la reacción de los halogenuros del material sensible con la luz. Sin embargo examinando el negativo con luz rasante, se puede observar como existe una lesión o rayadura (l.r) en el negativo (fotografías 47 y 48) que coincide exactamente con la supuesta línea («rayo de luz» o «hilo»).


de izquierda a derecha:
Fotografía nº 47: El supuesto elemento radiente o hilo no es otra cosa que una lesión en el negativo.
Fotografía nº 48: Ampliación de lo recogido en Fot. 47.
Fotografía nº 49: Grano de la zona de «rayado».
Fotografía nº 50: Grano de la zona de «rayado» .


El hecho de que en el AIMU, se haya reproducido una imagen rectilínea, que confunde al especialista que hizo el informe, tiene una sencilla explicación. Los «escáner», envían la señal «leída» al detector, por medio de un rayo (luz o láser), que incide previamente sobre la muestra. Esta «lectura» o incidencia del rayo sobre la muestra es oblicua con lo cual puede interferir (captar) directamente la rayadura o lesión (l.r.), o una sombra de la misma (s.l). En cualquier caso, el escáner registrará una línea, que el terminal impresor reproducirá, y que los expertos deben averiguar o deducir su origen sobre el objeto (negativo). Estos equipos no son mas que transmisores de imágenes sin más beneficios que la posibilidad posterior de «manipular» las señales digitales que almacena.
Si ante esta observación, se hubiera examinado el propio objeto, o sea cada negativo, no la imagen obtenida, se habrían evitado errores sobre los que se estructuran teorías subjetivas, o se desechan realidades que pueden conducir a investigaciones provechosas.
Concretando, sobre las particularidades más subjetivas, que pueden inducir a error, del informe AIMU y con las que no estamos de acuerdo resaltamos:

Página 5 segunda.- Teniendo en cuenta que el cliché nº 1 es una reproducción del nº 2.(Incierto absolutamente)
Página 8.- supuesto «….el material ha sufrido una fuerte radiación aún sin definir «. (Carece de objetividad).

Plan variaciones de vuelo. – Nuestro comentario es, respecto a lo que se explica en AIMU, que se desconocen parámetros de situación y de referencia topográfica, en una palabra de posición relativa entre objetos. No se puede olvidar que la fotografía traslada la imagen tridimensional a una bidimensional, como si se tratara de una proyección, en el mejor de los casos ortogonal, perdiéndose por tanto, el parámetro de «fondo». Cualquier cálculo que se haga no pasa de ser una especulación, pues implica definir dimensiones, que en el negativo no tienen determinación. Hay que decir que el único método útil, para poder establecer dimensiones en cuerpos volumétricos, o en el espacio, solamente se puede conseguir por fotogrametría, técnica que no explicamos por no venir al caso, pero que permite reconstruir volúmenes a partir de dos imágenes fotográficas obtenidas con técnicas estereoscópicas, nunca con una sola fotografía.
Volviendo al particular, de que en el negativo nº 24, se observa una raya que, al parecer, ha sido interpretada malintencionadamente, como la imagen de un «elemento sustentador» que sujeta al «OVNI», la conclusión del AIMU en su apartado «Reverse de un elemento receptor/emisor visible en la parte más alta del objeto», dice :
«Se ha definido como un elemento radiante o detector situado en la parte superior del objeto, indetectable por sistemas convencionales, pero existente al estar configurado dentro de la propia imagen «. Nuestra opinión es que se trata de una conclusión ilusoria, osada y fraudulenta de principio a fin, impropia de alguien que se tilde o alardee de utilizar la ciencia o tecnología científica.
Observada con el equipo óptico descrito al principio de nuestro informe, la zona de negativo en que el OVNI ofrece para AIMU, una vez «escaneado», un «elemento radiante», se puede comprobar en las fotografías 47 y 48, como en esa zona del negativo, existen un sinfín de lesiones, entre ellas una rectilínea (l.r.) que se extiende desde el borde del encuadre basta la imagen del OVNI. En ambas fotografías, pero con más nitidez en la 48, pueden observarse las sombras de las lesiones (s.l.). Observada la misma zona, con luz transmitida o diascópica, enfrentando a la óptica, consecutivamente, cada una de las caras (brillo y mate) del negativo, se obtiene el resultado de que el «grano» no ha sufrido lesión, pues no se observa alteración en su homogénea distribución (ver fotografías 49 y 50), por lo que en la obtención de positivos fotográficos no se observa el surco o rayadura. El «elemento radiante» o «elemento sustentador» indetectables no son más que una lesión del negativo o tal vez su sombra.

5.6.Otras observaciones.-

a) Cálculos métricos: Podrían llevarse a cabo cálculos métricos, sobre los objetos reproducidos, pero para ello se necesitarían datos muy exactos obtenidos del propio terreno, así como de las características del objetivo de la cámara.
Estas comprobaciones matemáticas tendrían como fin, verificar si el objeto desconocido (OVNI), ofrece dimensiones constantes, pues en caso contrario, determinaría que sería el producto de una manipulación en la que no se habría cuidado este extremo. En caso de que el tamaño resultara aceptablemente constante, tampoco resolvería la duda sobre la veracidad o autenticidad de los hechos que se deducen del trabajo efectuado con los negativos.

b) Testigos oculares: Por otra parte, si el «avistamiento» del objeto fotografiado no fue sólo del fotógrafo, sino de otras personas o si existe algún registro en alguna entidad pública o privada de la presencia del objeto, a la muestra fotográfica habría que concederla un margen superior de credibilidad respecto al que, de por sí misma, ofrece.

6.- CONCLUSIONES.

A la vista de cuanto antecede, resulta consecuente concretar el estudio en las siguientes conclusiones:

1º)-Los negativos remitidos y examinados, no contienen indicios de haber sido manipulados.
2º) Son originales en cuanto a que han sido obtenidos en una misma máquina fotográfica, la cual no es de buena calidad, ni estaba en buen estado de uso. Es muy probable que con el carrete impresionado y sin rebobinar, se abriera la máquina, lo que originó veladuras, visibles en los negativos.
3º)-No aparecen señales inequívocas de que los negativos examinados sean producto de montaje o cualquier manipulación fraudulenta. No obstante, en razón de la no concordancia en la luminosidad entre los negativos y entre los objetos fotografiados, así como la aparente iluminación artificial en el negativo 19 y unas imágenes anómalas (brillos y sombras) en el negativo 12, no se descarta la duda de que su elaboración haya sido fraudulenta.
4º).-La supuesta línea recta, que puede aparecer en las reproducciones del negativo nº 24 que alguien, maliciosamente, considera o define como «un elemento sustentador del OVNI» y en el «Análisis Infográfico de Material Ufológico», lo interpretan como un «elemento radiante indetectable», no es más que la reproducción de una rayadura que sufre el negativo.

Planteado en la Macaroba, elaborado en Madrid, donde fue concluido el día 30 de Diciembre de 1.996.

*Acceso a archivo zip con todos los documentos gráficos

ALGUNOS INEVITABLES COMENTARIOS

  • En mi opinión, una de las conclusiones clave de la Guardia Civil es que en los negativos del ovni de Valderas «no existe hilo alguno o elemento sustentador». Los «informes» (?) de Poher y Spaulding, por tanto, no son válidos. Los expertos de la Jefatura de Criminalística utilizan una interesante expresión para definir la intencionalidad de los «informes» (?) en los que se apoyan aquellos que niegan la autenticidad del suceso : «maliciosamente».
  • Yo mismo pude verificar en los laboratorios de la Guardia Civil la realidad de los numerosos surcos o rayaduras que cruzan los negativos en todas direcciones. Pues bien, sospechosamente, la GSW fue a escoger la rayadura «más adecuada» a sus maliciosos propósitos: una que, por azar, parte en vertical desde el ovni hacia la zona superior de la fotografía. ¿Por qué no estudiaron igualmente los supuestos «hilos» que aparecen a derecha, izquierda o en la parte inferior del ovni?. En este caso, por el «hilo» muere el pez…
  • Me pregunto qué sesudas y científicas «argumentaciones» presentarán ahora los intoxicadores de turno. Recuerdo, por ejemplo, las palabras vertidas (el término más exacto sería «vomitadas») en el I Congreso Nacional sobre Pseudociencias (Zaragoza 1993) por uno de estos supuestos «investigadores científicos» en relación a las imágenes de San José de Valderas. El tal Gamez decía textualmente:
    «… Los análisis de las fotografías demostraron que la «nave interplanetaria» de San José de Valderas era un plato de plástico suspendido por un hilo (Spaulding y Adrian 1978)… Todos estos puntos flacos fueron sistemáticamente ignorados por los apóstoles de la ufología espectáculo… Sin embargo, el tiempo, una vez más, ha dado la razón a los escépticos».
    ¡Que Santa Lucía le conserve la vista!
  • Por supuesto, el hecho de que no exista «hilo» alguno en los negativos de Valderas no significa que dichas imágenes sean genuinas. Los expertos de la Guardia Civil Española lo dicen con idéntica claridad. Hay otras formas de trucar fotos. Pero esta, obviamente, es otra historia que requiere nuevas investigaciones. Aquí, de lo que se trataba, era de evaluar las «argumentaciones» en las que se fundamentan algunos para descalificar el caso Valderas.

 

 

 

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La face sombre

Les Américains et les Français hors jeu.

SAN JOSE DE VALDERAS : une étude nulle.

  • Présentation du cas
  • Spéculations et mensonges
  • «GSW : une étude nulle
  • Le document de la Guardia Civil Espagnole
  • Quelques commentaires indispensables.

Parmi les cas de manipulation que je me propose de dénoncer, il y en a un que je trouve spécialement saignant. (vog: toujours d’actualité) Une affaire d’ovni qui a fait couler des rivières d’encre et qui remonte à 1967. Il s’agit, en effet, du célèbre cas des photos de San José de Valderas aux environs de Madrid.

Je ne prétend pas, ici et maintenant, d’approfondir la polémique du cas «Ummo». Je garderai cela pour une autre opportunité. Cependant, ce que je veux mettre en évidence est le fait qui, semble-t-il, est passé inaperçu et a fini par provoquer une erreur généralisée. C’est à dire : une manipulation parfaitement organisée qui a portée ses fruits pendant 33 (!) ans.

Nous le verrons.

Actuellement, les images concernant Valderas – prises le soir du 1 juin 1967 – sont considérées comme une fraude par la majorité des chercheurs. Et pourquoi ? Les arguments s’appuient essentiellement sur deux documents. Le premier provient de Claude Poher, du Centre National d’Etudes Spatiales de Toulouse (France 1976). Le second (1977) fut élaboré par W. Spaulding et Adrian du «GSW (Ground Saucer Watch) de Phoenix (Arizona).

Mais donc, le fait auquel je fais référence et qui est pratiquement passé inaperçu, est celui de ces études – supposées sérieuses et rigoureuses – qui ne sont en réalité qu’une moquerie (tomar el pelo = se payer la tête). C’est à dire: une intoxication. Est-ce que cela signifie que les célèbres photos sont authentiques? Non. Personnellement je crois qu’elles ont été prises par le citoyen nommé José Luis Jordan Pena, avec l’aide d’un ami. Et pour ce faire ils se sont servis d’une petite maquette de plastique suspendue à un fil de nylon. Sans doute, cette circonstance, confessée par Jordan Pena lui-même en 1993, ne doit pas éclipser l’obscure intentionnalité des documents concernés. Et sur quelles données s’appuient la dure critique de Poher et plus encore du GSW ?

Nous analyserons leurs critiques séparément. Ensuite, en stricte exclusivité – viendront les surprises….

SPECULATIONS ET MENSONGES

Monsieur Poher, outre le fait qu’il ignore les témoins présents à l’affaire (ce qui est une des parties les plus intriguantes du cas Valderas), s’entortille dans son document, en tombant dans un grand nombre d’inexactitudes auxquelles je me référerai à l’instant. La conclusion – et c’est ce qui importe – coïncide avec la version de Jordan Pena, ou, pour être plus exact, celle de Jordan correspond à celle de Poher.

«… une petite maquette fut suspendue à un fil très fin».

Et, pour terminer, Poher écrit textuellement :

«D’autre part, il faut dire que j’ai pu reproduire très exactement tous les aspects des clichés, en les réalisant par le même procédé, soit au moyen d’une maquette obtenue en joignant deux plats en plastique par les bords et en ajoutant une coupole qui était un fond de tasse de camping de la même marque. L’ensemble m’a coûté environ 130 pesetas

Le problème, comme le signale très justement l’enquêteur Salazar Serrano, outre le peu de valeur scientifique de ces spéculations de Poher, c’est que personne n’a vu ces photographies, supposées si seùbmabmes à celles de San José de Valderas…

Cependant, j’essaierai de ne pas m’éloigner du cas principal.

Le GSW, pour sa part, analyse l’une des images de 1967, et le point 7 de leur rapport dit textuellement :

«L’amélioration des contours révèle une structure linéaire qui représente un fil sous lequel l’ovni supposé est suspendu

A partir d’ici, comme je le disais, à partir de ces «verdicts», les photos de Valderas seront dépréciées et, par ricochet, tout ce qui concerne le phénomène «Ummo».   Nous vous l’avons dit : les Français et les Américains. Que demander de plus ?

«GSW» : ETUDE NULLE.

Examinons le détail. Très peu de gens, en effet, se sont mis à douter de la «sentence» des «nouveaux dieux» (les gringos). Cet enquêteur (vog: Benitez parle de lui-même), sans doute, plus que méfiant devant les graves dérapages de Spaulding et de la CIA (e n’est pas une mauvaise plaisanterie), a voulu vérifier un par un les détails mentionnés dans l’étude sous référence. Les résultats m’ont laissé perplexe…

«Après avoir obtenu une copie de la première génération – dit l’écrit du GSW- de ce supposé incident ovni, notre équipe d’analystes a préparé un négatif de haute résolution….»

Copie de la première génération ? Que c’est étrange ! J’ai consulté Rafael Farriols, doyen et dépositaire des cinq uniques négatifs connus à ce jour de l’ovni de Valderas. Farriols n’a procuré aucune copie au GSW.   Je m’en suis remis à Antonio Ribera, enquêteur vétéran du phénomène ovni et expert en «ummo». La conversation avec Ribera apporta de l’éclaircissement. A la demande d’un tristement célèbre «vampire» de l’ufologie (de Valencia pour les initiés), Ribera envoya à l’enquêteur supposé la copie d’une copie des prises de l’ovni. C’est finalement l’unique pièce qui arriva aux USA. Peu de temps après, le 28 mars 1981, Ribera me le confirmait lui-même dans une lettre. Le paragraphe en question dit ceci :

«2.- Le Dr Claude Poher dit, dans son analyse des négatifs des photos de San José de Valderas, qu’il pouvait s’agir de deux hypothèses : preuves en faveur de l’authenticité de celles-ci; ou preuves en faveur d’une fraude. Le résultat, donc, est incertain. Quant à l’analyse – pour lui donner un certain nom – qu’en fit William Spaulding du GSW, en utilisant le scanner employé pour laver de manière électronique les photos martiennes, je dis que ce monsieur n’a utilisé qu’une copie ou image positive de la seconde génération, ce qui pour moi, invalide totalement son analyse (*). Il ignorait non seulement les autres photos de la série et les négatifs, mais aussi les déclarations des témoins. Sur quelques autres photos de la série on voit un objet avec un «corps» ce qui invalide aussi son affirmation qu’il s’agissait d’un petit modèle plat.»

(Dans la marge gauche de sa lettre, Ribera fait cette note manuscrite «(*) Le fil supposé ne peut pas se détecter sur une copie, à cause de la diffusion lumineuse«).

Copie de la première génération ? Faux !

Il est évident que quelqu’un a menti. Je doute fort que ce soit le GSW… Parmi d’autre raisons parce qu’ils ne sont pas idiots.

Reste la question, comme le fait remarquer Ribera, qu’en travaillant sur une copie papier de seconde génération, l’analyse sera nulle automatiquement.

Le second détail du rapport de Spaulding, quoique déjà invalidé par ce qui est cité précédemment, concerne le «fil» qui est supposé maintenir la maquette en l’air. L’instinct – je le suppose – me donna un coup de pouce.

Et en 1996 je me décidai, en déposant les cinq négatifs originaux du cas «Valderas» à le Direction de l’Investigation et Criminalistique de la Direction Générale de la Guardia Civil, à Madrid. Les images, gentiment cédées par Rafael Farriols, entraient dans le Département de l’Acoustique et d’Imagerie de la dite Direction, le responsable Francisco Alvarez disposant alors des 5 négatifs le temps qu’il jugerait opportun.

Il est inutile de préciser que nul doute ou suspicion ne s’attache à la compétence de ces spécialistes de la Guardia Civil, et des moyens complexes utilisés pour les analyses.

Donc, quelques mois plus tard – en décembre de l’année 1996 – le colonel responsable me remit les résultats. Des résultats très clairs.

Et, afin de conjurer tout type de suspicion, j’ai cru qu’il était convenable de reproduire, intégralement, cette étude de la Benemérita. Il est possible que ce document conséquent (52 pages dans le format original) puisse paraître aride. Je le regrette pour le lecteur patient, mais un minimum de rigueur et d’objectivité le veulent ainsi. Que chacun en tire les conclusions qui lui paraissent satisfaisantes…

Une dernière remarque avant de passer au document proprement dit. Il est évident qu’en plus des cinq négatifs originaux, la Guardia Civil reçut aussi une copie des études citées (Poher et GSW) ainsi qu’une troisième (AIMU) que j’avais commandée moi-même quelques mois plus tôt à une équipe d’experts en informatique. La raison essentielle qui me poussa a commander l’exécution de ce troisième travail, était justement, de tenter de confirmer l’exposé fait par les spécialistes de W. Spaulding.   A ma surprise, les techniques électroniques et informatiques modernes – bien plus précises que celles utilisées en 1977 par le GSW – n’ont découvert aucun «fil», mais une sorte de «tube» ou de «rayon lumineux» émis par l’ovni.

En d’autres mots: encore plus de confusion.

Ceci étant dit, passons directement à l’enquête et aux conclusions de la Guardia Civil au sujet des négatifs de l’ovni de San José de Valderas.

LES CINQ POSITIFS ORIGINAUX – NEGATIFS 12, 19, 21, 23 et 24.

FRANCISCO ALVAREZ SANCHEZ, COLONEL DE LA GUARIDA CIVIL, CRIMINOLOGUE, CHEF DU CENTRE D’INVESTIGATION ET DE CRIMINALISTIQUE DE LA GUARDIA CIVIL,

par la présente, émet le rapport suivant :

  1. RAPPORT SUR L’AUTHENTICITE DE NEGATIFS PHOTOGRAPHIQUES.
  1. Juan José Benitez m’a demandé d’examiner des négatifs photographiques, afin de vérifier si ceux-ci présentent une quelconque manipulation qui aurait pu être réalisée à des fins frauduleuses.
  1. QUESTIONS POSEES.

L’intérêt de la demande se concrétise aux questions suivantes à résoudre:

  • Vérifier si les négatifs photographiques présentent une quelconque manipulation.
  • Déterminer si les négatifs contiennent des images d’objets réels, ou si au contraire, il s’agit de montages intentionnels.
  1. MATERIEL RECU
  • – Liste des échantillons.
  1. Benitez nous a remis pour analyse le matériel suivant :

Un étui de diapositives de la marque KODAK avec les références «NEG. S.J. VALDERAS» (Photo. 1) A l’intérieur il y a cinq (5) petits cadres de la marque BRAUN NORNBERG numérotés de 1 à 5, chaque cadre contenant UN NEGATIF PHOTOGRAPHIQUE (Photo. 2)

  • – Description et état des échantillons

 

  1. Marquages des contenants

Les négatifs photographiques se trouvent installés dans les porte-négatifs en référence, lesquels se composent de deux parties assemblées (grise et noire) entre lesquelles est assujetti un plastique dur transparent, afin de protéger le négatif ou la diapositive qui y est intercalée des éraflures, érosions, saleté, etc…

  1. Les négatifs :

Sur la photographie n° 3 on voit le contenu des négatifs. L’exposition positive est faite par contact.

Les négatifs photographiques sont en pellicule BLANCHE ET NOIRE, de laquelle nous ne pouvons déterminer ni la marque ni les caractéristiques techniques, comme par ex. la densité et autres, quoique sur l’un d’eux apparaît la référence H27 (négatif n° 12) et malgré le fait que nous ne disposons pas de code afin de donner une information valable, elle paraît correspondre à la marque VALCA et d’une sensibilité proche des 400 ASA.

Dans le bord inférieur de chaque négatif apparaît un numéro et le même avec la lettre A ajoutée, qui sert d’indicateur d’ORDRE, déterminant ainsi l’ordre correspondant à chaque photogramme dans l’ensemble de la pellicule ou du rouleau photographique.

Les négatifs apparaissent, en général, sales, avec des éraflures et gauchis, à l’endroit que chacun occupe dans le porte-négatif. Le négatif n° 12 montre divers plis, ce qui s’attribue au fait que celui là en particulier, a souffert à un moment quelconque de sa manipulation d’une forte radiation de chaleur, au point d’affecter le Celluloïd.

Ci après est décrit comment furent archivés les négatifs remis et leurs marques respectives:

Marque de référence 1. – Le négatif présente les numéros marginaux 23 et 23 A

Marque de référence 2. – Le négatif porte les numéros 24 et 24 A

Marque de référence 3. – Le négatif porte les numéros 12 et 12 A . Le plastique protecteur de la face grise apparaît abîmé.

Marque de référence 4. – Le négatif porte les numéros 21 et 21 A

Marque de référence 5. – Le négatif porte les numéros 19 et 19 A

De l’analyse de cette particularité observée on déduit :

  1. Que du film original manquent des négatifs qui devaient se trouver entre les numéros 12 et 24, et ceci met en évidence que :
  2. une partie de la pellicule n’a pas été photographiée (passages blanco)
  3. Plusieurs photogrammes sont défectueux (par défaut d’éclairage de la mise au point, voilures, etc..) et sont à cause de cela desséchés.
  4. S’ils ont été réalisés correctement, le propriétaire n’en prit aucun soin.
  1. 2. La séquence photographique n’a pas été effectuée comme on pourrait le déduire de l’ordre attribué aux encadrements, cet ordre a pu correspondre à partir d’une première liste de référence.

1e prise: négatif 12-12a – cadre n° 3

2e à 7e prise : n’existent pas et devraient correspondre aux négatifs n°s 13-13 A à 18-18A y compris.

8e prise : négatif 19-19A – cadre n° 5

9e prise : n’existe pas. Devrait correspondre au négatif 20-20A

10e prise : négatif 21-21A – cadre n° 4

11e prise : n’existe pas. Devrait correspondre au négatif 22-22A

12e prise = négatif 23-23A, cadre n° 1

13e prise : négatif 24-24A, cadre n° 2

Le fait que l’ordre des photographies qui se déduit des références du film, ne corresponde pas à celui qui leur est assigné par inscription sur les cadres, peut être dû non à une intention mais simplement à des altérations introduites involontairement durant le processus d’inscription des marquages, ou lors de l’installation des photogrammes dans les porte-négatifs.

D’autre part, on peut déduire que tous les négatifs appartiennent à une seule pellicule ou rouleau photographique, en raison de leur qualité et du fait que les bords droits et gauches respectifs des négatifs 23 et 24 correspondent à une découpe unique pratiquée pour les séparer, ce que l’on peut voir sur la photographie n° 4.

Cependant, étant donné l’ordre déduit dans lequel furent réalisés les photogrammes, et étant donné que ceci impose un ordre chronologique, on pourrait effectuer une comparaison du contenu avec le panoramique du paysage d’où l’on suppose qu’ils furent réalisés et dès lors on pourrait en déduire la trajectoire ou le déplacement de l’objet mobile, ovni supposé.

  1. APPAREILLAGE TECHNICO-SCIENTIFIQUE EMPLOYE.

Une fois les négatifs extraits des cadres qui leur servent de boîte, on les a examinés au macroscope stéréoscopique WILD MS.8 doté d’un appareil AUTOPHOT de la même marque. Il a été fait usage d’éclairage épiscopique et diascopique, provenant d’une source halogène avec filtre cathodique et lumière froide (lumière Volpi)

L’on a adjoint aux photos n° 5 et 6 obtenus au travers de cet appareillage, un témoin micrométrique, dans lequel la séparation réelle entre les marques contiguës est de 0,01 mm.

Dans la photo n° 6 le grossissement réel obtenu s’exprime à x1600. Dans ces champs de grossissement (entre x1 et x1600) on a obtenu les photos qui apparaissent dans ce rapport.

Ainsi, on a disposé d’un laboratoire photographique de blanc et noir (B/N) et d’un système processeur de couleur HOPE – 2000 (papier) et HOPE – C – 0508 – V (négatifs).

  1. DEVELOPPEMENT DE L’ETUDE.

 

5.1. – Analyse concernant l’authenticité des négatifs.

L’étude objective, à la recherche de la vérification de l’authenticité ou d’originalité des objets (négatifs photographiques) oblige de prévoir les hypothèses de travail suivantes :

1° – Vérifier qu’ils n’ont pas souffert de manipulations qui conditionnent les images des positifs photographiques qu’on peut en obtenir.

2° – Vérifier l’originalité des négatifs, soit, pouvoir établir avec certitude qu’ils n’ont pas été obtenus à partir d’autres, ou à partir d’autres positifs photographiques.

  1. – Première hypothèse: Analyse sur les manipulations possibles.

La quelconque modification de l’image qu’on prétend obtenir en un positif photographique, à partir d’un négatif déterminé, doit s’obtenir au moyen de manipulations technico-artistiques qu’on y effectue. S’il s’agit d’éviter des contrastes marqués dans le positif à réaliser, dus au fait que sur le négatif existent des tons provenant d’éclairages très différents, on peut les rendre plus sombres, durant le processus de sensibilisation du papier photographique (positif) tandis qu’on travaille avec l’amplificateur. Ainsi l’on obtient un adouci des tons, évitant les contrastes marqués, mais les images ne sont pas modifiées sauf s’il y en existait une qui serait retouchée très faiblement, avec une petite quantité de lumière réfléchie au moment où s’imprime le négatif. Si cette manipulation s’est faite lors de l’élaboration d’un positif, il n’y a pas de retouches sur le négatif d’où il est tiré.

Essayer d’éliminer des images captées par le négatif sur le positif, ou au contraire, incorporer d’autres images non existantes sur le positif, impose de traiter ou de manipuler le négatif, incorporant sur l’une de ses faces, «mate» ou «brillante» (de préférence sur la face mate) des substances consistant en pigments, peintures, etc… d’une autre provenance, ce qui aurait immédiatement été mis en évidence par l’appareillage optique utilisé.

Ci après une courte description de ce qu’est un négatif photographique, tel celui qui nous a été remis pour l’examen. On ne tiendra pas compte d’un autre type de support, comme le verre, vous pouvez pour cet aspect consulter dans la bibliographie spécialisée.

Le support est (voir fig. 1 et photo 7) un acétate de cellulose («Celluloïd») qui porte sur l’une de ses faces («mate») une pellicule photosensible appelée émulsion, dont la composition de base est élaborée à base de halogénures d’argent, soit de l’argent et un élément chimique halogène (brome, iode, chlore ou fluor). Ces halogénures d’argent sont sensibles à la lumière. Le bromure d’argent (AgBr) est le composant principal des émulsions des négatifs (pellicules) . Le chlorure d’argent (AgCl) s’utilise essentiellement pour le papier-copie (positifs).

Sur l’autre face («brillante»), on ajoute une couche de antihalo, qui absorbe la lumière, pour que ne se produisent pas des rebonds de rayons lumineux qui affectent l’émulsion , afin d’éviter les images diffuses et d’améliorer la netteté des positifs.

Une manipulation quelconque consistant en l’altération de la pellicule, par élimination ou attaque, ou par addition sur l’une des faces de pigments, peintures, etc.. se serait détectée à l’examen optique avec les instruments adéquats.

Nous avons examinés les négatifs sous éclairage épiscopique (lumière incident sur l’objet), oblique ou rasante. Au grossissement considérable d’environ x1000, on observe le «grain» (particules de l’émulsion), complètement exempt de substances ajoutées. (photo. 8, 9 et 10).

Comme il a été exposé, l’examen a été réalisé à la lumière rasante pour chaque négatif, en grand détail, en utilisant des grossissements d’environ x1200, examinant toute la superficie sur lequel se trouve la matière photosensible, et l’on a trouvé occasionnellement, des éléments ou substances provenant soit de la manipulation manuelle naturelle sans fins frauduleuses, ou soit dus à la contamination environnante (photo 11)

A la lumière rasante des érosions, des rayures et des saletés ont été détectées, attribuables aux façons d’utilisation ou du travail avec les négatifs, ces lésions ont pu être produites par la friction avec d’autres corps plus durs que leurs couches de gélatine, de polyester ou du Celluloïd même, comme elles peuvent l’avoir été par les éléments de support des agrandisseurs, les outils de sujétion, le glissement (photo. 12, 13 et 14)

La trajectoire a ensuite été analysée à la lumière diascopique (l’objet se trouve entre la source de lumière et l’objectif du macroscope pour être vu par transparence). De cet examen il est produit un échantillon photographique sur lequel on peut voir les effets des rayures accidentelles qui y sont occasionnées (photo. 15), les dépôt de salissures (photo. 16) etc.. existants sur une face, qui se transfèrent sur l’autre face comme des ombres.

Durant l’examen la mise au point optique s’est effectuée sur chacune des faces du négatif. Comme détail particulier il faut signaler que sur le négatif n° 21, lors du grossissement (photo. 17 et 18) apparaissent des «taches lunaires». Ces taches s’attribuent soit à des attaques de chlore qu’a subi la pellicule photosensible ou peuvent consister en cristallisations microscopiques, déposés sur le négatif par les substances diluées dans l’eau utilisée lors du procédé de révélation et de lavage en laboratoire. Leur distribution permet aussi de déduire, que la pellicule encore humide a été en contact avec une superficie à trames (chiffon, tissus, etc..) Il n’est pas à écarter qu’elle aurait souffert quelque détérioration dans le processus de vérification faite lors de l’ «ANALYSE INFOGRAPHIQUE DU MATERIEL UFOLOGIQUE» (AIMU), comme leur rapport l’explique (cité à la page 7 avec des excuses en page 19 du rapport de l’AIMU).

Résumé :

De l’analyse effectuée sur les négatifs remis, il résulte qu’aucune manipulation frauduleuse ne s’est produite sur eux et les anomalies qui se présentent et apparaissent sur les positifs que l’on en obtient, ont été produits occasionnellement et n’affectent pas le thème traité.

  1. Seconde hypothèse : Originalité des objets photographiés.

Pouvoir démontrer que les négatifs photographiés ont été obtenus directement de la réalité et qu’ils ne sont pas le fruit de reproduction d’autres positifs photographiques ni de montages artistiques, est pratiquement impossible parce que la pellicule est photosensible en un plan (image à deux dimensions) qui s’imprime par la lumière réfléchie de l’objet photographié, que celui-ci soit à deux ou à trois dimensions. S’il se vérifie, suivant l’esprit sceptique, que les images des négatifs remis sont le reflet d’une réalité et où l’on suppose que c’est un travail de composition, il faudra étudier cette supposition par de nouvelles hypothèses de travail.

1°. Montage d’images. Sur une reproduction du paysage, on ajoute des images (dessins ou photos) de l’OVNI, pour ensuite photographier la composition préparée.

2°. Image basée sur deux négatifs. En prenant des photos directes, d’une part de la réalité (paysages) et d’autre part de dessins sombres sur un fond monochromatique clair («OVNI»), on peut obtenir un positif unique dans lequel on recueille les images obtenues de chacun des négatifs.

  1. Développement de l’étude sur le montage d’images.
  2. Si l’on tient compte d’un agrandissement de paysage sur lequel sont venus s’adhérer de nouvelles images, et que cet ensemble était de nouveau photographié pour obtenir un négatif qui dissimulerait la manipulation faite, on pourrait retrouver sur l’image nouvelle l’une ou l’autre limite ou bord de l’image mère positive, cela n’existe sur aucun des photogrammes reçus. Cet élément s’il avait été découvert, serait la démonstration de la fraude. Il est en effet d’une grande difficulté d’éviter de photographier les bords, on ne peut le faire qu’en réduisant le champ du cadrage.
  1. Il est d’autre part fréquent qu’un positif photographique souffre dans la manœuvre d’érosions et de lésions comme nous le montre la photo n° 19.

Si l’on obtient un négatif de ce genre de positif, le négatif enregistrera la lésion et lors d’une projection agrandie de 8 à 10 fois, ou lors de l’examen par transparence (diascopie) à ce grossissement ou plus, on devrait pouvoir démontrer l’existence de fraude, ce qui n’a pas été possible de déterminer dans ce cas. Il ne reste qu’à constater qu’une détérioration quelconque des références, pourrait demeurer camouflée dans la zone reproduisant le champ et pourrait ainsi passer inaperçue.

  1. Si sur le positif photographique du paysage, on incorpore par adhésion une nouvelle image sur un support d’une certaine épaisseur (papier photographique, carton, etc..) et aux bords coupés, il est très probable qu’en photographiant l’ensemble, se produiront des traits de contours durs, à fort contraste de gris, en contreposition de ceux ayant des tonalités progressifs, comme il advient parfois sur les négatifs qu’on étudie. Ces contrastes, en réalité proviendraient d’ombres marginales produites par le bord opposé du support ajouté, surtout s’il se trouve proche de l’unique source de lumière (voir fig. 2) . Si l’on utilise deux sources de lumières placées en ligne, chacune d’un côté de la caméra, comme c’est fréquent dans les appareils de reproduction photographique, ou une lumière ambiante, les contrastes ou ombres resteront très mitigées. (fig. n° 3)
  1. Sur un positif du paysage on incorpore une image projetée par transparence. Dans ce cas la photographie obtenue au montage n’accusera pas les contrastes des bords et l’on ne pourra donc pas trouver d’indices fiables de la possible manipulation frauduleuse. Ce travail présente l’inconvénient de devoir utiliser des positifs très grands, pour recevoir par projection (diapositive) l’autre image proportionnellement très réduite.

On peut aussi supposer une manœuvre à l’inverse, soit , sur un dessin à fond clair où serait reproduit un OVNI, on projetterait (diapositive) le paysage, pour ensuite photographier cet ensemble. Ceci est plus facilement réalisable et en fait, si le travail est soigné, on ne pourra pas détecter la manipulation sur le négatif obtenu.

  1. – Développement de l’étude sur l’obtention d’un positif, par fusion d’images de deux négatifs.

Cette technique s’utilise pour produire des dessins, créer des images fantastiques, ajouter une image à une autre, etc. Ce procédé est connu comme «positivation par combinaison de négatifs». Il consiste à superposer deux négatifs de manière à en obtenir un seul positif. On peut le faire «en sandwich» (1) ou soit, en superposant les négatifs de façon à ce que les émulsions se trouvent en contact, ou bien l’un sur l’autre respectivement l’endroit sur l’envers. Il peut aussi être passé d’abord sur un papier-copie d’image d’un négatif et ensuite sur celui de la deuxième image. L’exemple montré a été fait par le procédé (2) soit en superposant deux négatifs. Le premier (a) est un poteau dans le sol (photo 20) et le second (b) un arbre (photo 21). La superposition nous donne le positif (c) mélangé (photo 22). Lorsqu’on examine le positif (c), sans connaître l’existence des deux négatifs ou d’autres données objectives, comme le paysage réel, il sera pratiquement impossible de découvrir la manipulation pour offrir une conclusion sans équivoque. Il faut tenir compte que le montage en couleur pourrait rapporter quelque chose de «suspect», par le croisement des tons chromatiques, mais cela ne se remarque pas du tout dans les travaux en noir et blanc, puisque l’on ne peut pas séparer les gris.

 

Résumé.

Dans le cas qui nous occupe, nous avons des négatifs qui ne montrent pas de signes de manipulation frauduleuse, mais on ne peut éviter de suspecter la possibilité qu’ils aient été obtenus au moyen d’une manipulation technique ou d’un montage.

5.2. Impressions marginales des négatifs.

En plus des détails qui suivront dans le paragraphe suivant, il fut aussi remarqué, lors de l’examen préliminaire des négatifs, pour ceux qui l’auraient constaté antérieurement, que malgré la conclusion sans équivoque obtenue, il reste le fait de l’ordre chronologique perdu.

Mais il s’agit aussi du fait que dans la zone des marges des négatifs, soit sur les bords supérieurs et inférieurs, là où se trouvent les perforations pour faciliter l’enroulement et le sens de la pellicule, apparaissent des reproductions partielles d’autres perforations (V) et surtout, des fractions du paysage (P) qui n’auraient jamais dû s’y former. Voyez à titre d’exemple la photo n° 23, obtenue du cliché complet n° 24-24A. Ceci fait suspecter que les négatifs qui nous sont remis pourraient être des copies «par contact» d’autres négatifs.

  1. Reproduction des perforations.

Expliquons brièvement comment on réalise une copie «par contact».

Dans une chambre noire on dispose sur un plan une pellicule vierge et sur elle le négatif mère. Ensuite on donne de la lumière, ceci entraîne l’impression de la pellicule vierge (internégatif) en une opération similaire à la précédente, en obtenant ainsi une nouvelle reproduction, qui sera fidèle à la mère première, ou soit si nous utilisons plusieurs négatifs, copie des originaux.

Les marques de lumière (V) observées sur les négatifs qui nous ont été remis, ont été produites par d’autres perforations, qui permettent de supposer que les négatifs ne seraient pas des originaux mais des reproductions obtenues d’autres négatifs «par contact» ; par manque de soin, et de n’avoir pas fait coïncider les ouvertures du négatif mère et de l’internégatif, il y a eu passage de lumière qui s’imprime sur l’internégatif. Cela peut aussi arriver si le déplacement ne coïncide pas entre l’internégatif et le film copie. Cependant, il ne s’agit pas de cela, parce que si on avait superposé de manière aléatoire deux films, le déplacement qu’accusent certaines perforations imprimées auraient dû se produire aussi sur les images contiguës, comme on le voit sur les photos 24 et 24 bis, qui montrent des expériences effectuées dans notre laboratoire. On ne retrouve rien de cela sur les négatifs étudies, ce qui nous oblige à laisser tomber l’hypothèse de «négatifs-copie».

Il aurait aussi du advenir que sur les bords des négatifs copiés, soient reproduites les références du négatif mère (marques et numéros de suite). Voir sur la photo n° 24 bis, les marques : KODAK, SAFBTY FILM, n° 19 A.

Sur les négatifs reçus n’apparaissent pas d’autres marques que les originales. Après avoir imaginé diverses hypothèses, dont les solutions donneraient une réponse claire et convaincante sur la question posée (éclaircissement sur l’origine des images sous référence) l’unique valable était celle où, une fois impressionnés une série de négatifs du film, sans avoir rembobiné pour le laisser se dérouler dans le châssis, l’appareil a été ouvert à la lumière et a été refermé rapidement. Plus loin, pour appuyer les explications successives que montre la photo n° 25, on peut voir un appareil ouvert sans bobine.

On y décèle comme zones d’intérêt :

  1. – Le vide pour l’installation du châssis, porte bobine.
  2. – Le rouleau pour l’avancement de la pellicule.
  3. – Le rouleau guide qui avec le point 2. forme l’ensemble d’avancement. Les deux rouleaux possèdent des saillies où les perforations des marges de la pellicule s’encastrent.
  4. – Les guides pellicule pour qu’il n’y ait ni déplacement ni décadrage des photogrammes.
  5. – La plaque de compression sur les guides, qui maintient la pellicule plate et en extension, formant ainsi le «plan de mise au point».
  6. – L’ouverture de l’encadrement, qui permet l’impression du négatif (voir aussi les photos 26 et 27). Ses limites sont a, b, c, et d. Ses dimensions ax = 24 mm, cd = 36 mm.
  7. – Voir les photos 26 et 27, où l’on voit :
  • des guides e : empêchant que le négatif se déplace dans le sens vertical, qu’il soit levé ou baissé
  • mes guides L qui servent à ce que la pellicule reste appuyée en ses extrémités (zone de perforation en forme de carrés) et obligée par la plaque 5 (photo 25) pour que se forme un plan parfait.
  • les saillies t (photo 26) qui servent dès que les perforations du film y sont fixées, à entraîner et guider la pellicule quand on actionne le mécanisme d’avancement.

En suivant l’hypothèse que la machine s’ouvre à l’improviste, le lumière impressionne le négatif en laissant des «voiles» sur les zones non protégées (photo 28) qui sont la superficie rectangulaire (A) et la partie enroulée (E) du rouleau d’avancement.

En considérant que l’enroulement du film sur lui-même forme un cylindre imaginaire, dans le cas d’une ouverture accidentelle du corps de la camera, ne recevra de la lumière que la couche extérieure du cylindre parce que la zone intérieure reste couverte, en partie par les parois du réceptacle de logement. D’autre part, les couches les plus internes sont protégées par les couches extérieures, et la lumière agira avec plus d’intensité sur les zones du négatif les plus externes du cylindre et sur les couches les plus externes de la spirale.

Sur la photo 29 on montre à titre d’exemple, une des expériences effectuées que nous expliquons ci-après.

On a introduit une pellicule dans une camera et on l’a complètement impressionnée en photographiant un objet (branche et ramages) Sans la rembobiner on a ouvert la caméra et on l’a refermée tout de suite. Ensuite on a rembobiné le film, et à la révélation on obtient par contact un positif (photo 29) sur lequel par fractions, en bandes, les photogrammes qui en sont la conséquence naturelle. Comme on peut l’observer, il y a des zones complètement voilées, et d’autres qui le sont plus ou moins sur plus ou moins de surface.

Il est logique que le voilage affecte tant la zone marginale des perforations (ZMV) que l’image impressionnée de l’objet (IIO) c’est ce que montrent les photogrammes 27, 26, 25 et 24. On peut observer une voilure sur une zone très étroite du 23 et une zone plus grande du 22, mais on peut cependant sur celle-ci déjà voir l’objet photographié. Sur les autres clichés seules les zones des perforations sont affectées soit sur les photogrammes 21, 20, 19, 18 et 17, un peu plus sur le 16, tandis que les 15 restantes ne sont pas affectées.

Ici il faut attirer l’attention sur le fait que sur les photogrammes 21 à 16, qui présentent des voiles près des bords des perforations (ZMV) les images du négatif ne sont pas affectées de façon marquée. L’explication tient dans les points suivants :

1°.- Le passage de la lumière par les perforations d’avancement est libre, sans interférences, ce qui n’est pas le cas pour la zone centrale dont il est logique que le matériel photosensible offre une certaine résistance à la lumière.

2° – La lumière qui arrive aux photogrammes les plus internes est diffuse et agit sur les négatifs déjà exposés, ce qui se traduit en définitive comme si le photogramme avait été surexposé (diaphragme plus grand ou temps d’exposition plus long que nécessaire).

3° – Il ne se produit pas d’images superposées puisque la zone du négatif qui a reçu la lumière à l’ouverture de la camera n’était pas focalisée sur aucune image, tandis que les photogrammes superposés de ce qui pourrait être une copie, même si y sont déjà configurées des images concrètes, celles-ci disparaîtront en tant que telles par le voilage complet de la zone dans laquelle ils se trouvent.

Surtout, les corps centraux des négatifs situés dans les couches les plus internes de la spirale resteront protégés de la lumière mais pas tellement la zone impressionnable près des bords (perforations). La forme des voilages présents près des perforations confirme l’ordre chronologique dans lequel les photogrammes ont été pris comme cela se déduit de la pellicule même (12, 19, 21, 23 et 24). Une autre possibilité pour la formation de ces images de perforations carrées, pourrait résider dans le fait que la plaque n° 5 (voir photo 25) était inexistante ou était gauchie et courbait le rouleau de film (par négligence dans la manipulation du châssis.) ce qui aurait eu pour conséquence que les zones de marges ne s’appuyaient pas bien sur les guides et créait des voiles dans cette zone. Mais les voilages ne rendent pas une image bien définie des perforations et, plus important encore, le motif photographié apparaît défocalisé dans la zone centrale, ce qui ne contredit pas forcément l’explication donnée.

Résumé :

Il est donc démontré preuves à l’appui que ce qui apparaît sur les négatifs, objet de cette étude, images des perforations de déroulement, proviennent du négatif lui-même et ne sont pas le fait d’une autre matrice qui aurait pu être utilisée dans une manipulation de copie ou de reproduction.

  1. Reproduction du paysage sur la zone externe du négatif.

Les cinq négatifs de l’examen, montrent entre les perforations inférieures, des images correspondant sans équivoque à des zones du paysage qui s’est imprimé sur le négatif correspondant.

Après diverses suppositions, en y incluant l’un ou l’autre type de manipulation en laboratoire, par exemple la projection d’autres négatifs ou de diapositives, on arrive à la conclusion que ces images se sont produites simultanément avec l’impression du thème qui occupe la partie inférieure du négatif (champ avec herbes).

On démontre cette déduction de la manière suivante :

Sur un transparent d’acétate (T.A.) se tracent aux couleurs différentes les bords des images marginales imprimées sur les négatifs, et celles-ci sont reproduites sur les positifs 30, 31, 32, 33 et 34.

En NOIR, ceux du négatif 12.

en ROUGE, ceux du négatif 19,

En VERT, ceux du négatif 23 (uniquement la limite, puisque le reste correspond aux bords définis par le 12 et le 19)

On a obtenu ces positifs par le processeur couleur HOPE 2000, dans lequel le temps d’exposition, l’intensité lumineuse et le temps de révélation du papier furent exactement contrôlés. Les activités manuelles propres d’un laboratoire RIN peuvent introduire quelque modification imperceptible mais cependant essentiel pour le résultat final.

Les images de base des négatifs sont apparues avec des formes différentes et cela est essentiellement le fait de la position qu’occupaient respectivement les bords des perforations avec celles qui y coïncident. Dans la comparaison par superposition qui se fait entre les images manuscrites de l’ACETATE de chaque positif, on peut voir une concordance complète. Précédemment on a démontré que les négatifs étaient des originaux et n’étaient pas copiés par contact avec d’autres, mais qu’ils avaient été obtenus par l’appareil photographique.

Mais donc, les deux conditions précédentes, négatifs originaux et images de base coïncidentes déterminant sans doute que les impressions anormales ont été provoquées par les négatifs dans la   zone de marge suite aux dégâts au corps de la camera.

Ces dégâts consistent en une crevasse (G) située sous le guide (f) du corps de la camera (photo 35) avec lequel se sont obtenus les négatifs. D’une autre manière n’auraient pu coïncider dans leur logement, les images de base entre elles et par rapport aux limites du corps central des négatifs.

Sur les photos 30 à 34 on peut voir comment les images de base les plus perceptibles coïncident dans le thème central de leur négatif respectif, ainsi que l’intensité lumineuse, qui est la circonstance la plus appropriée pour que l’image de la marge s’imprime simultanément avec celle du thème principal.

Sur le même transparent (T.A.) sont marqués les points concrets du bord des négatifs, qui consistent en déformations, salissures, défauts de fabrication dans les coins, etc.. toutes particularités qui donnent des marques d’individualité et qui peuvent servir à identifier l’appareil avec lequel les négatifs ont été pris. D’autre part, ces marques mènent à la déduction que l’appareil en question était très malmené, avec des lésions, et de basse gamme.

Résumé :

Les négatifs ont été pris par le même appareil, et ne sont pas des copies par contact. L’appareil est de basse gamme et montre des caractéristiques d’être malmené.

 

5.3. Examen de la LUMINOSITE.

5.3.1. La luminosité des NEGATIFS.

Dans une reproduction simultanée par contact des cinq négatifs, on observe que l’impression de la lumière ambiante est variable (photo 36).

Dans le but de vérifier que ces différences ne sont pas dues à des manipulations effectuées en laboratoire, on obtient un autre positif, simultané et par contact, modifiant de façon aléatoire les positions relatives entre elles, et l’on obtient ainsi la photo 37.

De l’étude de deux positifs (36 et 37) on déduit :

  1. Que les négatifs 12 et 19, ont une lumière plus courte que les restantes, cela veut dire que si l’on a opéré dans les mêmes conditions de diaphragme (d), de temps d’exposition (t), la luminosité ambiante était moindre dans les 12 et 19 que pour les autres clichés. Cette différence de luminosité devrait être attribuée à un obscurcissement de la lumière solaire (nuages). Mais on y opposera que dans le ciel photographié il n’y a pas de nuages, et il faut donc écarter cette hypothèse.
  2. Si la camera avait été automatique et s’était utilisée de cette façon, l’action photométrique-diaphragme peut introduire un contraste entre la zone des gris (champ avec herbes) et la zone claire (ciel) mais cela conduirait à mieux contraster les zones de chaque négatif (champ obscur, champ clair) sans influencer l’éclairage des négatifs. Ainsi donc, cette hypothèse est plus ou moins acceptable. Il faut cependant penser que la différence de clarté des négatifs entre eux se doit :
  3. A des opérations faites par l’utilisateur sur le diaphragme et / ou l’obturateur,
  4. ou à un travail effectué avec des lumières artificielles.

Développement de l’hypothèse dans son ensemble a) et b) et résultat.

Les conditions de la camera (qualité et état d’usure) mettent en doute de pouvoir effectuer de délicates manœuvres de contrôle de lumière (photomètre, diaphragme, obturateur, sensibilité du film). Cependant et en supposant qu’on aurait pu les faire, il y a un point d’explication difficile, c’est que sur le négatif 19 les zones de gauche (I) et de droite (D) sont de luminosité très différente (voir photos 36 et 37). Ceci n’est pas attribuable à la lumière ambiante (lumière solaire, avec ou sans nuages) Il faut donc en conclure que ce négatif a été obtenu dans un processus où à certain moment on a utilisé de la lumière artificielle et la zone D a été moins éclairée que la zone I. Quelque chose d’analogue se produit, mais en moindre intensité sur le négatif 12.

On ne doit pas l’attribuer à l’influence de l’ouverture du boîtier, avec un négatif non rembobiné, parce que justement les négatifs 12 et 19 ne présentent pas de voiles, même pas près des bords à perforations, qui apparaissent avec netteté sur les 23 et 24, qui n’ont cependant pas souffert d’une ouverture impromptue du boîtier.

D’autre part, les négatifs 21, 23 et 24 ont un niveau de luminosité supérieur à celui des 12 et 19, et dans l’ordre la plus lumineuse est le 21, puis le 23 ensuite la 24. Cette déduction est objective et s’extrait de l’examen des positifs élaborés simultanément par contact des négatifs faisant l’objet de l’examen.

5.3.2. Luminosité des OBJETS.

En observant les poteaux des clôtures (A et B) de la photo 38 (reproduction du négatif 23) on voit que la face a (brillante) a reçu plus de lumière que la face b (ombrée). En imaginant la direction de la lumière dans le sens proche à la perpendiculaire de la face du poteau, l’OVNI a un éclairage concordant avec celui du poteau en ce qui concerne les zones éclairées (reflétant la lumière) et les zones obscures (ne recevant pas de lumière directe). On voit la même chose sur le négatif 24 (voir photo 34)

Et en ce qui s’observe sur le négatif 21 (photo 39) il existe là aussi une concordance dans l’intensité lumineuse des différentes zones.

Cette coïncidence, concernant les zones de différent niveau de luminosité, s’observe aussi sur la photo 40 du négatif 12. Sur l’édifice, la tour montre très bien la direction de la lumière. Elle est marquée aussi dans la zone de droite (édifice) bien que ce pourrait être le cas parce que la maison est peinte d’une couleur claire ou blanche, ce qui induirait alors à une erreur d’interprétation. Cependant, les faces a et b du poteau A sont marquées d’une intensité de réflexion lumineuse différente.

En examinant les images du négatif 19 (photo 41) la luminosité de l’OVNI est incongrue par rapport à tout autre objet photographié.

Voyons donc :

  1. Si la direction de la lumière était sensiblement perpendiculaire à la face du poteau A (poteau en forme de prisme quadrangulaire) la zone X de l’OVNI devrait être sensiblement plus obscure que la d.
  2. Si la direction de la lumière était sensiblement perpendiculaire à la face b du poteau (face obscure) et irait en direction cb, l’OVNI aurait été pour sa part photographié à contre-jour, et devrait apparaître avec une image d’un obscurcissement élevé, ce qui n’est pas le cas; sa surface est très contrastée ce qui ne peut se produire, et on voit plus encore sa surface très contrastée par rapport à l’image centrale obscure et correspondant à la clarté du ciel.

On n’observe pas les ombres des objets photographiés sur le sol, par exemple celle de la tour électrique, des poteaux, des arbres etc. alors que les faces des poteaux des clôtures sont utiles pour en déduire la direction de la lumière, bien que ce ne soit pas de façon exacte, mais comme simple orientation.

Résumé :

On peut faire deux déductions objectives obtenues par l’analyse de la luminosité des négatifs, qui permettent de suspecter de possibles manipulations frauduleuses :

1°) Que le négatif 19 présente des signes d’avoir été obtenu par une série d’opérations dans lesquelles à certain moment de la lumière artificielle a été utilisée.

2°) Que sur le négatif 19 il n’y a pas de cohérence entre la lumière que réfléchit l’OVNI et celles que réfléchissent les poteaux du champ.

 

5.4. – Marques et signes sur les négatifs.

Sur les positifs obtenus des négatifs 12, 23 et 24, apparaissent des images anormales que nous décrivons ci-après :

Sur le positif provenant du négatif 24, dans le coin supérieur gauche, apparaît une marque étrangère au paysage. En examinant directement le négatif, on peut voir qu’il existe là une lésion (l) causée par frottement, qui a fini par éliminer l’émulsion dans cette zone éraflée et on voit le Celluloïd déjà transparent et sans grain, ce qui confère aux positifs une image avec un signe particulier étranger au paysage. Les photos 42 et 43 montrent en détail cette lésion.

Dans une zone similaire la même chose se voit sur le négatif 23.

Mais du négatif 12, les images transmises au positif (marques dans le coin supérieur gauche) ne proviennent pas d’une lésion. Sur les photos 44 à 46 on peut voir qu’il existe une continuité absolue dans le grain de l’émulsion et qu’il n’y a pas d’éraflures.

L’image doit être attribuée à un ensemble de clairs obscurs capté par le négatif et étranger au thème photographié. Il est très probable que ce négatif a été obtenu à partir d’une photographie sur laquelle était posé un verre pour la maintenir parfaitement plane. C’est peut-être un signe ou un indice qui force d’admettre que les négatifs étudiés n’offrent pas des images réelles, mais qu’elles ont été obtenues par un procédé de laboratoire.

5.5.- Commentaires sur le rapport «Analyse Infographique du Matériel Ufologique» (AIMU)

Dans le rapport AIMU, la ligne qui apparaît sur un négatif est expliqué (dans d’autres études la ligne est définie comme «un élément de suspension de l’objet-ovni») comme étant «un rayon» émis par l’OVNI.

Donc, en examinant cette zone du négatif 24 et reproduit sur les photos 47 à 50, on n’observe sur aucune image photo ni «d’élément de suspension» ni de «rayon» ni quoi que ce soit comme image qui aurait été définie sur le négatif par la réaction des halogénures du matériel sensible avec la lumière. Mais en examinant le négatif sous la lumière rasante, on peut voir qu’il existe une éraflure (lésion) (l.r) sur le négatif (photos 47 et 48) qui coïncide exactement avec la ligne supposée. («rayon de lumière» ou «fil»).

Le fait que chez le AIMU s’est reproduit une image rectiligne, qui confond le spécialiste ayant fait le rapport, a une explication toute simple. Les «scanner» envoient un signal «lu» au détecteur, au moyen d’un rayon (lumière ou laser) qui passe d’abord sur l’échantillon. Cette «lecture» ou incidence du rayon sur l’échantillon est oblique et peut interférer (capter) directement la rayure ou lésion (l.r) ou une ombre de celle-ci (s.l). Dans ce cas le scanner enregistrera une ligne, que le terminal imprimant reproduira, et que les experts devront vérifier ou en déduire l’origine sur l’objet (négatif). Ces appareils ne sont que des transmetteurs d’images sans autre bénéfice que la possibilité par après de «manipuler» les signaux digitaux qui apparaissent. Si avant cette observation, ils avaient examiné l’objet lui-même, soit chaque négatif, au lieu de l’image obtenue, ils auraient évité des erreurs qui se construisent sur des théories subjectives, ou écarté des réalités qui pouvaient conduire à des investigations prouvées.

En nous bornant aux particularités les plus subjectives, qui peuvent induire en erreur, dans le rapport de l’AIMU et avec lesquelles nous ne pouvons pas être d’accord, il y a :

. page 5, 2ièmement : «Etant donne que le cliché 1 est la reproduction du n° 2» (absolument incertain)

. page 8 : «supposons … que le matériel a souffert d’une forte radiation qui n’est pas définie» (manque d’objectivité)

. Plan des variations de vol. –

Notre commentaire est, par rapport à celui qui s’explique dans AIMU, que les paramètres de situation et de référence topographiques sont inconnus, c’est à dire la position relative entre les objets. On ne doit pas oublier que la photographie transforme l’image tridimensionnelle en une image à deux dimensions, comme s’il s’agissait d’une projection, dans le meilleur des cas orthogonale, en perdant quand même le paramètre du «fond». N’importe quel calcul fait ne sera qu’une spéculation, car il implique de définir des dimensions qui n’ont pas de détermination sur le négatif. L’unique méthode utile pour pouvoir établir des dimensions sur des corps volumétriques ou dans l’espace ne peut s’obtenir que par photogramétrie, technique que nous n’expliquerons pas puisqu’elle n’a pas été utilisée ici, mais qui permet de reconstruire des volumes à partir de deux images photographiques obtenues par des techniques stéréoscopiques, et jamais avec une seule photographie.

En retournant en particulier au négatif 24, où l’on observe une raie, qui, a été intentionnellement mal interprétée comme étant l’image d’un «élément de suspension» assujetti à l’OVNI, la conclusion de l’AIMU dans sa partie: «Envers d’un élément récepteur/émisseur visible à la partie la plus haute de l’objet» dit : «Il a été défini comme un élément irradiant ou un détecteur situé sur la partie supérieure de l’objet, indécelable par des systèmes conventionnels, mais existant puisque configuré dans l’image même«. Notre opinion est qu’il s’agit d’une conclusion illusoire, osée et fausse du début jusqu’à la fin, indigne de qui se targue d’utiliser la science ou la technologie scientifique.

Observé avec l’appareillage optique décrit au début de notre rapport, la zone du négatif où l’OVNI offre pour l’AIMU, une fois «scannée» un «élément irradiant», on peut vérifier sur les photos 47 et 48, où l’on constate qu’en cette zone du négatif il y a quantité de lésions, parmi lesquelles une rectiligne (l.r) qui s’étend du bord de l’encadré jusqu’à l’OVNI. Sur les deux photos, mais avec plus de netteté sur la 48, on voit même les ombres de ces lésions (sl). En observant cette même zone, avec de la lumière transmise ou diascopique, opposée ensuite à l’optique, chacune des faces (brillante et mate) du négatif, on ne voit pas que le négatif est éraflé, car on n’observe pas d’altération de sa distribution homogène (voir photos 49 et 50) et c’est pourquoi lors de l’obtention des positifs photographiques on n’observa pas le sillon ou rayure. L’ «élément irradiant» ou «élément de suspension» indécelables n’est que la lésion ou son ombre.

5.6. Autres remarques.

  1. Calculs métriques. On pourrait faire des calculs métriques sur les objets reproduits, mais ils nécessiteraient des données très exactes sur le terrain, comme celles concernant les caractéristiques de l’objectif de la camera.

Ces essais mathématiques auraient comme but de vérifier si l’objet inconnu (OVNI) offre des dimensions constantes, qui, dans le cas contraire, détermineraient qu’il serait le produit d’une manipulation où l’on n’a pas fait extrêmement attention. Dans le cas où la taille était passablement constante, on ne pourrait non plus lever le doute sur la véracité ou authenticité des faits qui se déduisent du travail effectué sur les négatifs.

  1. Témoins oculaires. D’autre part, si l’ «observation» de l’objet photographié ne l’a pas été uniquement par le photographe, mais qu’il y ait eu d’autres personnes ou s’il existe un enregistrement public ou privé de la présence de l’objet, il faudrait concéder à l’image photographique une marge supérieure de crédibilité par rapport à celle qu’elle offre d’elle-même.
  1. CONCLUSIONS  

Vu ce qui précède, il faut par conséquent concrétiser l’étude par les conclusions suivantes :

1°) Les négatifs remis et examinés ne contiennent pas d’indices d’avoir été manipulés.

2°) Ils sont originaux car ils ont été obtenus par un seul appareil photographique, lequel n’est pas de bonne qualité, ni en bon état de marche. Il est très probable que l’appareil s’est ouvert alors que s’y trouvait un rouleau impressionné mais non rembobiné, et que cette ouverture ai causé les voiles visibles sur les négatifs.

3°) Il n’y a pas de marques sans équivoque que les négatifs examinés seraient le produit d’un montage ou d’une quelconque manipulation frauduleuse. Cependant, en raison de la non concordance de la luminosité entre les négatifs et entre les objets photographiés, ainsi que par l’apparent éclairage artificiel du négatif n° 19 et des images anormales (clairs et obscurs) sur le négatif 12, on ne peut écarter le doute que leur élaboration ait été frauduleuse.

4°) La supposée ligne droite, qui peut apparaître dans les reproductions du négatif n° 24 que certains, malicieusement, considèrent ou définissent comme un «élément de sustentation de l’OVNI» et qui est interprété dans l’ «Analyse Infographique de Matériel Ufologique» comme «un élément irradiant indécelable» n’est rien d’autre que la reproduction d’une rayure dans le négatif.

 

Fait à la Macaroba, rédigé à Madrid, où il a été terminé le 30 Décembre 1996

QUELQUES COMMENTAIRES INEVITABLES.

  • A mon avis, la conclusion clé de la Guardia Civil est celle qui dit que sur les négatifs de l’ovni de Valdera, «il n’existe pas de fil ni aucun élément de suspension». Les «rapports» (?) de Poher et de Spaulding ne sont donc pas valables. Les experts de la Direction de Criminalistique utilisent une expression intéressante pour définir l’intentionnalité des «rapports» (?) sur lesquels s’appuient ceux qui nient l’authenticité de l’affaire : «malicieusement».
  • J’ai pu moi-même vérifier dans les laboratoires de la Guardia Civil la réalité des nombreuses griffes et éraflures qui croisent les négatifs dans toutes les directions. Donc, de manière suspecte le GFSW a trouvé la rayure la «plus adéquate» à ses propos malicieux: celle qui, par hasard, part à la verticale de l’ovni vers la zone supérieure de la photographie. Pourquoi n’ont-ils pas aussi étudié les supposés «fils» qui apparaissent à droite, à gauche, ou dans la partie inférieure de l’ovni? Dans ce cas, pour le <«hilo» muere el pez> (vog: jeu de mots, le diction est : «por la boca muere el pez» = c’est par la bouche que meurt le poisson, ce qui veut dire : trop parler nuit.)
  • Je me demande quels sages et scientifiques «argumentations» présenteront maintenant à leur tour les intoxicateurs. Je me souviens, par exemple; les paroles déversées (le terme plus exact serait «vomies» ) au Ir Congrès National sur les Pseudosciences (Zaragoza 1993) par l’un de ces supposés «enquêteurs scientifiques» au sujet des images de San José de Valderas. Et le nommé Gamez disait textuellement :

«… Les analyses des photographies démontraient que la «nef interplanétaire» de San José de Valderas était un plat en plastique suspendu par un fil (Spaulding et Adrian 1978) … Tous ces points faibles ont été systématiquement ignorés par les apôtres de l’ufologie spectaculaire… Sans doute, le temps, une fois de plus, aura donné raison aux sceptiques

Que Sainte Lucie lui conserve la vue !

  • Il est évident que le fait qu’il n’existe aucun «fil» sur les négatifs de Valderas, ne signifie pas que les images sont authentiques. Les experts de la Guardia Civil Espagnole le disent avec clarté. Il y a d’autres façons de truquer des photos. Ceci est, de toute évidence, une autre histoire qui demande de nouvelles investigations. Ici il s’agissait d’évaluer les «argumentations» sur lesquelles certains se basaient pour disqualifier le cas de Valderas.

© JJBenitez 2000

© JRF Engo 2000

 

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