Aparición Mariana Jaén 1430

Descripción

Aparición Mariana Jaén 1430

 

         Aparicion Mariana,Jaen,1430,J.Keel

 

 

Aparicion Virgen de la Capilla,Jaen,1430,V.Montuno

 

 

Ignacio   Darnaude   Rojas – Marcos

 

JAÉN   :   10   DE   JUNIO  DE   1430

 

 GLORIOSO     DESCENSO       DE   NUESTRA     SEÑORA       DE       LA       CAPILLA

 

 

LA   APARICIÓN   MARIANA   MÁS ESPECTACULAR         DE        LA        HISTORIA

 

 

                    A partir de la  Edad Media  incontables exhibiciones preternaturales de la  Santísima Virgen  y de otros personajes de la religión cristiana   ( Jesús , los Santos , el Crucifijo , ángeles , el  llameante Corazón del Salvador , etc. )  se han sucedido en el viejo continente así como en la América hispana , de las que el gran público apenas si ha oído hablar de Lourdes y Fátima.        Las actuaciones de María han dado lugar a un sinnúmero de advocaciones , cultos , rituales , devociones específicas y templos conmemorativos.

 

 

 

               El padre Hernández Parrales , archivero que fue de la Archidiócesis de Sevilla , certifica que tan sólo en España y entre los siglos XI y XV se conservan datos históricos de más de quinientos eventos marianos , escenificados por lo común ante humildes pastores o lugareños del campo.

 

 

               Se aprecian determinadas constantes que se repiten una y otra vez en la táctica operativa de María.    En regiones pobres y alejadas de la mano de Dios , una parva cuadrilla de zagales semianalfabetos entra en contacto con una figura de aspecto humano dotada de luz propia y a veces suspendida sobre un árbol.     La hermosa mujer les ordena conminar a las gentes de la comarca a practicar la oración , reformar sus costumbres y edificar una ermita que recuerde los extraordinarios sucesos.   Más tarde sobrevienen prodigios y curaciones que atraen ingentes  multitudes , el sitio adquiere renombre y se establece una devoción particular que pervive durante siglos.

 

              

                Si analizamos su distribución estadística , geográfica y cronológica , se extrae la sólida conclusión de que los hitos marianos están programados y obedecen a un propósito inteligente, que bien podría ser la difusión de vastos

 

movimientos de piedad popular , meta que desde luego han alcanzado plenamente.                                     

 

 

                 Se conocen asímismo otras modalidades de intervenciones de la Madre de Dios , como su manifestación ante eficientes mujeres a las que estimula para la fundación de órdenes monjiles e instituciones de caridad , el hallazgo milagroso de antiguas imágenes escondidas mucho tiempo atrás ,    y la activa toma de partido de María en multitud de confrontaciones bélicas.

 

 

 

                Por su parte el mariólogo  Domingo Manfredi Cano  calcula que en la  Península Ibérica se han registrado      veintiuna mil   intromisiones sobrenaturales de parafernalia sacra.    Tan abrumadora avalancha de visualizaciones  de la  Virgen  muestra   características similares y pautas repetitivas a lo largo de 800 años y en los más dispares rincones geográficos , ámbitos culturales , etnias e idiosincrasias individuales.                        

 

 

                Tan sospechosa escenografía pone de relieve que las mencionadas visiones religiosas no obedecen en términos generales a alucinaciones ni al psiquismo subjetivo de los protagonistas , sino que se trata de espectáculos muy reales , cuidadosamente planeados por alguna causa intencional externa a los videntes.     Su parafísico  modus operandi  delata por otra parte el claro origen extradimensional de tan extraña fenomenología.

 

 

 

         

 

 

              Desconocemos casi por completo , por la inexistencia de una investigación seria al respecto, la verdadera identidad y los designios ocultos de los agentes responsables del vasto montaje aparicionista. Estamos al parecer ante un fenómeno histriónico, diseñado con ánimo de producir un fuerte impacto emocional en determinadas subculturas dogmáticas , caracterizadas por su primitivo nivel sociocultural y el vivir inmersos en la fe católica.

 

 

 

          Los clásicos descensos de Nuestra Señora parecieran dramas paranormales , pantomimas representadas en orden a elevar sobre un crudo materialismo la conducta y espiritualizar las actitudes de la primitiva grey cristiana.     Tales desfiles de féminas luminosas han intensificado más de lo que se cree las vivencias metafísicas de grandes muchedumbres a lo largo de la historia.

 

 

 

           Es bien sabido que el genuíno mensaje evangélico quedó empañado sin remisión por el compromiso mundanal del Vaticano y la corrupción clerical que dio paso a la Reforma.        ¿ Hubieran permanecido los templos abarrotados de feligreses durante la Edad Media y el Renacimiento , a no ser por la adrenalina celeste insuflada por  María ?.

 

           

           No cabe duda de que los personajes resplandecientes y sus admoniciones al alcance del común de los hombres ( “Orad” , “Os tengo en mi corazón” ,  “No pequeis o sobrevendrá un terrible castigo” ) han alimentado siglo tras siglo la antorcha del sentimiento eclesial , al igual que las fuentes milagrosas , sanaciones espontáneas, peregrinaciones a basílicas sagradas , y novedosos cultos especializados ( el santo rosario , tríduos, novenas , adoración nocturna del Santísimo ,  jubileos , “misiones” , escapulario del Carmen ,   las tres avemarías , primeros viernes de  mes ,     el  Sagrado Corazón  de Jesús  , etcétera ).               

 

 

                   A lo que hay que añadir la insospechada influencia del aparato mariano en el devenir político y militar de   Occidente , a la vista del sorprendente catálogo de batallas cruciales que han dado un vuelco a la historia , ganadas                ( y perdidas como correspondía por el otro bando ) gracias al súbito avivamiento de la moral combativa , inyectada en un momento asaz oportuno de la estrategia militar , por la refulgente presencia de María enardeciendo a la soldadesca vaticana.      Sin ir más lejos España sería hoy dia un país árabe , a no ser por este constante apoyo logístico desde los cielos a los caudillos de la  Cruz , auxilio suprafísico que invirtió el rumbo de la  Reconquista.

 

 

 

           De entre las decenas de miles de veces que se ha teatralizado el despliegue mariano , sobresale el episodio de    La Capilla” , portentosa operación  escénica y paradigma de los más prodigiosos efectos visuales y auditivos entre las efemérides mariológicas.                                                                                                                  

 

          

                 El sábado  10  de  junio de    1430  , de    once a doce de la noche y en la villa andaluza de Jaén , fue orquestada por técnicos en efectos especiales  oriundos de otros reinos ,  una de las representaciones preternaturales más impresionantes organizadas con fines aleccionadores en el acontecer de la humanidad.                                                 

 

 

 

          

 

                Una variopinta milicia angélica de entre 400 y 1000 figuras antropomórfícas , resultó materializada avanzando con majestuosa parsimonia por el arrabal de San Ildefonso , fuera de la primera cerca o línea de murallas de la ciudad , desde las Cantarerías , calle Maestra arriba y hasta alcanzar el cementerio , para concluir el itinerario en un descampado sito en la trasera de la parroquia de   San Ildefonso.

 

 

 

           El insólito desfile se desplazaba encabezado por un puñado de mozalbetes envueltos en indumentarias lechosas , quienes acarreaban cruces idénticas a las que solían pasear por las calles las iglesias de Jaén en los fastos litúrgicos.                    A continuación una veintena de clérigos caminaba en doble fila dedicados a rezar en alta voz , en una jerigonza ininteligible para los rudos jiennenses.

 

 

 

          Detrás de los “sacerdotes” , no se sabe bien si por su pie o levitada mediante alguna suerte de trono o plataforma ambulante , se movía una impresionante matrona que superaba en un codo la estatura de sus acompañantes , a la que curiosamente los lugareños en ningún momento identificaron como la Virgen , denominándola simplemente    “la dueña” ,    en la creencia de que tenían delante a una noble de alta alcurnia , tal vez por la desmesurada pléyade de “servidores” que la rodeaban y su ostensible preeminencia y liderazgo con respecto al citado cortejo.                                                       

 

 

 

           La augusta dama , cuyo rostro era un facsímil de la sagrada imagen de  Nuestra Señora  que se veneraba en una hornacina del templo local de   San Ildefonso , iba escoltada a un lado por una  monja , y al otro por cierto fraile que mantenía un libro abierto ante sus ojos como para que lo leyera, personaje éste de extraordinario parecido con la estatua de  San Ildefonso  exhibida en un pedestal de la misma iglesia.                                                    

 

 

 

           La majestuosa “ama” aparecía ataviada con ropajes de nívea blancura , rematados por un esplendente manto de iridiscentes tonalidades , y su larga falda arrastraba tras ella.     La mujer portaba en los brazos un infante de pocos meses ,    y la faz de ambos emitía vivísima refulgencia , a tal punto que enceguecía y dañaba la vista , iluminando a su paso , como en pleno dia , las calzadas , casas y tejados del largo y desierto recorrido.

 

 

                Más al fondo se distinguía un tropel de supuestos varones y hembras entremezclados , que en número de  trescientos  o más copaban la calle enjaezados con vestiduras blanquecinas.    La cola de tamaña comitiva consistía en una troupe con más de cien  indivíduos ataviados asímismo de blanco.     Estos “soldados” se dedicaban a entrechocar sus lanzas unas con otras , originando con tan extemporáneo pasatiempo de mosqueteros una ensordecedora algarabía.     El surrealista despliegue culminaba con una baraúnda de perros , cuyos ladridos podían escucharse en todo Jaén.

 

 

 

           Cuando tan abigarrada horda de corporeizaciones arribó a un altozano enclavado en los aledaños de la capilla de             San Ildefonso , con cabida para  ochocientas  almas y que se colmó a tope con los visitantes , la sobrecogedora “dueña” tomó asiento en un relumbrante trono plateado que se habilitó al efecto para ella , frente a un ostentoso altar  —“alto como una lanza”—  autoiluminado y revestido de ornamentos nacarados y carmesíes ,     al tiempo que la plétora de acólitos se arrellanaba a su alrededor entonando cánticos   “que no eran de este mundo”.

 

 

 

           Hacia el filo de la medianoche o algo más tarde parece ser que todo este complejo y polifacético  “santo regimiento” , proyectado desde otra dimensión en meras imágenes sensibles , se desvaneció en el aire , desapareciendo tan inexplicablemente como había surgido.       Al dia siguiente se rebuscó en el mariano teatro de operaciones , sin encontrar huella alguna ni restos sobre el terreno.

 

 

                 Poco antes del inolvidable advenimiento , en los dias  7  y  8  de junio , uno de los testigos percibió cierta misteriosa voz que le vaticinaba :   “No duermas , y verás mucho bien”.

 

 

                 La masiva exhibición virgínea fue meticulosamente investigada y se sometió a rigurosa comprobación.    De entre los muchos paisanos que gozaron del privilegio de contemplar la fabulosa procesión , cuatro de ellos se avinieron a los pocos días a prestar solemne declaración bajo juramento , ante la autoridad eclesiástica y en presencia de testigos oculares , y su deposición fue autentificada en protocolo notarial , el documento fehaciente por excelencia.

 

 

 

           Con una conmovedora sinceridad , que se transparenta por el verismo y naturalidad que rezuman sus relatos a los escribanos , los cuatro  informantes , iletrados y de humilde condición, dieron fe de cómo los había desvelado una fenomenal escandalera , de consuno con la fortísima claridad que se filtraba por puertas y ventanas venciendo las tinieblas de la noche.

 

                   Al asomarse extrañados por tan temprano amanecer , divisaron estupefactos a la fémina luminiscente con el pequeño en su regazo , y a su numerosísimo séquito ultraterreno.

 

 

 

                  La proyección sensorial de las huestes sagradas en el estiaje de  1430  dio lugar al célebre culto de  “Nuestra Señora de la Capilla” , patrona de Jaén , liturgia que se conmemora el 11 de junio , siendo la imagen coronada en 1930.         La capillística veneración ha perdurado en la capital andaluza a lo largo de casi seis centurias , generando en ese medio milenio intensas oleadas de fervor popular.        Un santuario fue edificado en el escenario del descenso , y las crónicas dan cuenta de los milagros realizados posteriormente por      “La Descendida” , así como de la ayuda castrense que la  Santa Madre  prestó a las falanges cristianas en sus escaramuzas contra los moros del reino de Granada.

 

 

 

           Con el fin de que los lectores aprecien por sí mismos los detalles sabrosos y la convincente sensación de veracidad que se desprende de la exposición de los atestantes presenciales del descendimiento , merece la pena que transcribamos literalmente a continuación el texto íntegro de su deposición protocolizado por el notario público de la villa de Jaén , redactado en el hermoso castellano del siglo  XV.

 

 

 

 

INFORMACIÓN       TESTIFICAL         DEL

DESCENSO     DE     NUESTRA      SEÑORA      DE      LA      CAPILLA

 

 

 

 

 

           »En la muy noble ciudad do Jaén , martes trece dias del mes de Junio , año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos treinta.      Este dia el honrado y discreto varón Juan Rodríguez de Villalpando , bachiller en  Decretos , Provisor oficial y Vicario general en lo espiritual y temporal en todo el Obispado por el muy reverendo en Cristo padre y señor don Gonzalo de Astuñiga , por la gracia de Dios y de la santa Iglesia de Roma Obispo de Jaén , y en presencia de nos , los notarios públicos y testigos yuso  escriptos , el dicho Provisor dijo que por cuanto en esta ciudad se decía y era fama pública que el sábado que a postre había pasado , que se contaron diez dias del dicho mes y año , que algunas personas habían visto cerca de la iglesia de San Ildefonso , que es en el arrabal cerca de esta dicha ciudad , ciertas visiones maravillosas de ciertas personas que habían aparecido en cierta forma y con mucho resplandor de claridad , y por cuanto él quería sabor qué personas eran aquéllas que habían visto la dicha visión ,             y recibir información de aquello que había aparecido y habían visto , porque la verdad de ello manifiestamente pudiera   parecer , y no hubiese mezclamiento de falsedad con ella , y por ende que nos requería y rogaba que diésemos fe de lo que ante nosotros pasase.                                      

 

          

               

 

 

                Y para la dicha información tomó ciertos testigos que delante de él fueron traídos y presentados de su oficio , los cuales fueron  :  Pedro , hijo de Juan Sánchez , casero de la mujer de  Rui Diaz de Torres que Dios perdone , morador en Jaén en la dicha collación de San Ildefonso  ;  y Juan , hijo de Usanda Gómez , morador en Jaén en la collación de  San Bartolomé   ;    y Juana Fernández , mujer de Aparicio Martínez , pastor , vecina de la dicha collación de San Ildefonso   ;   los cuales pusieron la mano en la cruz y juraron en la mano del dicho Provisor , por Dios y por Santa María y por la señal de la cruz que con sus manos tañeron corporalmente , y a los santos evangelios do quiera que estén ,    que bien y fiel y verdaderamente dirán la verdad de todo lo que supiesen en aquel caso sobre que allí eran traídos y presentados , y que ni la dejarían de decir por amor ni desamor , ni temor ni por otra causa , ni por aprovechar a uno ni dañar a otro , mas que como fieles cristianos dirán la verdad do todo lo que habían visto sin mezclamiento de falsedad , y juraron según y por la forma que el dicho Señor Provisor les mandó y tomó el dicho juramento, respondiendo ellos y cada uno            de ellos   :  sí juro , y después  :  amén , según la costumbre.         Y luego  dicho señor Provisor apartada y secretamente preguntó al dicho Pedro si él había visto aquel dia sábado suso contenido alguna visión que fuese maravillosa cerca de la dicha iglesia , y dijo que le mandaba y mandó y requirió so cargo del dicho juramento de lo que había visto y a qué hora y por qué manera.      

 

 

 

                   Y luego el dicho Pedro dijo  : que el dicho dia sábado que él estando echado en una cama en casa de Alfonso García , que es en la dicha collación y cerca de la dicha iglesia de         San Ildefonso , de noche a hora de media noche y como cuando el reloj da doce horas , que despertó y vio la puerta de las dichas casas que sale a la calle abierta , y que luego vio entrar a Juan , hijo de Usenda Gómez , vecina eso mismo de la dicha ciudad , que parece que la había abierto para salir , por cuanto dormía eso mismo aquella noche en la dicha cama y en la dicha casa con el dicho Pedro y con Juan hijo del molinero, y que vio cómo el dicho Juan entró recio y que cerró la puerta y echó recio un palo que estaba por tranca de la dicha puerta y que se echó luego en un poyo  frontero de la dicha puerta que salía a la calle ,          y echóse como a manera que venía espantado , y que así echado dijo a este testigo  :   Pedro , levántate y verás cuánta gente va por la calle  ;  y que este testigo dijo  :  por dónde va  ;  y que el dicho Juan dijo  :  ahí arriba va de cara a San Ildefonso ,     y que luego se levantó este testigo en camisón y se entró a un corral que es dentro de las dichas casas hacia la dicha iglesia , y que subió por una pared baja a otra más alta , que son ambas de las dichas casas , y que de aquella pared parecía bien la dicha iglesia y toda esa plaza que está en las espaldas de ella con el muladar y la calle por donde decía el dicho Juan que iba la gente , y estando este firma echado de pechos sobre la dicha pared vio ir la calle arriba de cara a la dicha iglesia siete personas que parecían hombres , que llevaban siete cruces , uno en pos de otro como suelen ir en procesión en esta dicha ciudad , y que las dichas cruces parecían a las cruces de la dicha ciudad , y los hombres que las llevaban iban vestidos de blanco y las vestiduras cumplidas hasta los pies  ;  y que vio hasta otras veinte personas vestidas eso mismo de blanco hasta los pies , que iban de una parte y de otra a manera de procesión reglada y que iban juntas con las cruces y eso mismo vestidos de blanco , y parecía que iban rezando  ;  y que en fin de la dicha procesión que iba una dueña más alta que las otras personas, vestida de ropas blancas , y llevaba una falda tan grande como dos brazadas y media           o tres , y ella iba por sí en la procesión atrás y que no iba cerca de ella otra persona , y que este firma no le vio la cara , pero que le pareció que salía de su cara tanto resplandor que alumbraba tanto o más que el sol , que con el resplandor parecían todas las casas de alrededor y aun las tejas de los tejados se determinaban así como si fuera mediodía y el sol bien resplandeciente   ;   tanto era el resplandor que le quitaba la vista de los ojos ,  así como si mirara de hito en el sol   ;   y que esta dueña llevaba en los brazos una criatura pequeña vestida eso mismo de blanco , y que llevaba la dicha criatura en el brazo derecho   ;   y que vio que atrás de la dicha dueña que venían hasta trescientas personas , hombres y mujeres , las mujeres cerca de la falda de la dicha dueña y los hombres más atrás , y que estas mujeres y hombres no hacían procesión , mas iban todos juntos, las mujeres delante y los hombres detrás como dicho es , y todos vestidos    de blanco   ;   y que a la postre de estos hombres y mujeres venían hasta cien hombres armados , todos en blanco , y que sonaban las armas.

 

 

           Pedro , hijo de Juan Sánchez , casero de la de  Rui Diaz de Torres , morador en Jaén en la collación de San Ildefonso , del arrabal de la muy noble ciudad de Jaén , testigo recibido por el señor Provisor en el negocio suyo escrito , so cargo del juramento que hizo y siéndole hechas las preguntas al caso pertenecientes , dijo :

 

            Que el sábado que ahora al postre pasó, que se contaron diez dias de este mes de Junio y año presente en que estamos , así como a hora de queriendo dar las doce horas el reloj a la media noche , estando este firma en una cama durmiendo en casa de Alonso García , que es en la dicha collación que es cerca la iglesia de San Ildefonso , y otrosí estando con él en la cama  Juan , hijo de Usanda Gómez , vecino en la dicha ciudad , que dormía     con él , que este testigo despertó a la dicha hora y que vio la puerta de la calle de las dichas casas abierta , y que vio entrar al dicho Juan y que como entró recio que cerró la puerta y que echó la tranca recio y que se echó en un poyo a manera que venía espantado , y que así echado que dijo a este testigo: Pedro , levántate y verás cuanta gente   ;   y que este testigo dijo  :   por dónde van  ;  y que el dicho Juan le dijo  :  ahí arriba van de cara de   San Ildefonso   ;   y que luego que este testigo que se levantó en camisón y se entró a un corral que está en las dichas casas , y que por una pared baja que saltó a otra pared más alta que está en las dichas casas , de la cual dicha pared podía muy bien mirar toda la calle y las espaldas de la capilla de la dicha iglesia de   San Ildefonso , y que en asomándose por encima de la dicha pared que vio ir por la calle de arriba de cara a la dicha iglesia siete cruces que llevaban siete hombres , una en pos de otra , que se parecían a las cruces de la dicha ciudad , y los hombres vestidos todos de cosa blanca hasta        los pies  ;         y que vio que luego junto con las cruces que iban hasta veinte personas vestidas de blanco eso mismo hasta en pies , de ambas partes a manera de procesión y rezando  ;  y en fin de esta procesión que iba una dueña que era más alta que las otras personas y vestida de ropas blancas , y llevaba una falda tan grande como dos brazadas y media       o tres , y ella iba sola en procesión atrás , y que no le vio la cara este firma , pero que le pareció que salía tanto resplandor de su cara de ella que alumbraba más que el sol y que todos estaban en tanta claridad que se parecían las casas de la comarca y tejas de los tejados y la dicha iglesia y todas las cosas así como si fuera medio dia , y tanto resplandor era que le quitó la vista de los ojos a este firma a tanto y más que si mirara al sol  de hito  ;  y que llevaba esta dueña en los brazos una criatura pequeña vestida eso mismo de blanco ,   y que no le vio otra cosa que llevaba la dicha criatura , y que lo llevaba en la mano con el brazo derecho solo  ;  y que luego detrás de la falda de la dicha dueña que venían hasta trescientas personas, hombres y mujeres , las mujeres cerca de ella y los hombres atrás , y todos vestidos de blanco , y que iban todos juntos y no en procesión   ;  y que después de esta gente atrás que venían hasta cien hombres armados todos en blanco y que sonaban las armas unas con otras , y que en esto conoció que eran armados y que le pareció que traían de figuras de lanzas en los hombros  ;   y que toda esta gente que iba detrás de la dueña iban callando y de su espacio mucho paso a paso , y por manera que cuando este testigo fue subido encima de la pared que la procesión no era aún llegada a la dicha iglesia ,    y que habría desde la dicha casa hasta la capilla de la dicha iglesia echadura de piedra puñal  ;  y que en las espaldas de parte de fuera de la dicha capilla que viera aparejado un grande altar tan alto como una lanza y que relumbraba mucho , y mucho honrado y compuesto el dicho altar , y con paramentos toda la pared

 

encima de los blancos y de los colorados ;  y que vio que cantaban a alta hasta veinte personas vestidas eso mismo de blanco , y que las voces parecían flacas como suelen tener los enfermos desde que se levantan de la dolencia , y que este testigo no vio la cara de ninguna de aquellas personas , pero que en el altar no vio persona alguna de manera de clérigo vestido ni aun otro que llegase al altar ni fuese tan alto   ;   y que llegando la dicha gente al altozano cerca de la dicha capilla que se sentó la dicha dueña y toda la otra dicha gente , y que le pareció que era tanta que todo el dicho altozano estaba lleno , el cual podía caber más de ochocientas personas   ;   y que cuando fueron llegados  que su vista de esta firma no podía sufrir la claridad tan grande , que se echó de pechos sobre la pared y no miraba la gente , aunque estaba bien clara la pared y alrededor de la luz que resurtía de aquela dueña   ; y que después estando así un poco como que le descansaron los ojos y le recobraron la vista , que tornó a mirar a la dueña y a la otra gente , y que vio a la dueña sentada como en ropa que resplandecía como figura de plata y que estaba sentada toda la otra gente , y que los que cantaban estaban en pie y que estaban de ambas partes del altar , y la dueña estaba sentada cerca de la procesión y toda la otra gente junta alrededor detrás de ella  ;  y que este firma , desde vio la gente así sentada y sus ojos hubieron cobrado su vista , que se empezó a descender de la pared al uso y se descendió bien como subió ,  y que se  descendiera antes sino porque tenía turbada la vista y hubo miedo de descender  ;  y que estuvo así encima de la pared cuenta de espacio de media hora poco más o menos , y que cuando subió que daba el reloj las doce como dicho ha , y en acabándolas de dar que tañeron a maitines en la iglesia de       Santa María y en algunas de las otras iglesias     ; y que cuando venía esta gente que oyó que venían muchos perros ladrando en pos de ellos.     Preguntado si cuando vio esta gente si hubo espanto o si hubo placer o qué sintió , dijo  :  que cuando vio la gente primera que sintió como placer en su corazón como si viera otra gente , y que después vio la gente armada hubo espanto   ;   y que aquel placer que hubo que le pareció que era por cuanto en el dicho arrabal hay miedo de moros cada noche , y que desde que vio la procesión y la gente y las cruces que hubo placer, como que aquella gente segura estaba de moros y que así que todos los que estaban en el dicho arrabal estarían seguros  ;  y que cuando vio la gente armada hubo espanto y dudó   ;   y que cuando se descendió que se echó a dormir y no dijo nada a otra persona y durmió hasta cerca del dia   ;   y que cuando fue de dia claro que vino a ver si aquella gente si había hecho fuelliga o rastro alguno y que no halló fuelliga ninguna.       Preguntado que cómo lo dijo, y en qué lugar lo dijo primero , dijo  :  que tornando él del cementerio a ver si había fuelliga a las dichas casas y antes que entrase en casa , que el dicho Juan que hablaba con Miguel Fernández de Pegalaxara tornándole lo que había diciéndole cómo había visto pasar cinco cruces y otra gente que iban en procesión , y que entonces que este testigo que dijo  :   yo lo vi todo   ;     y que el dicho Juan que tenía la cara mucho amarilla cuando se levantó , y que este testigo que le dijo  :  cómo estás así a tan amarillo  ;  y que el dicho Juan le dijo  :     de el miedo de anoche  ;   y que después este domingo siguiente que le preguntaron lo que había visto y que él le dijo según lo había visto  ;  y otrosí dijo que el miércoles de antes , así como a media noche , desde que despertó de dormir que oyó una voz que le dijo  :  no duermas y verás mucho bien  ;  y que el jueves como al primer sueño , que despertó y oyó la semejante voz  ;  y que el viernes no oyó cosa ninguna , y que el dicho dia sábado vio lo          que dicho ha.

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                Juan , hijo de Usenda Gómez , morador en la collación de San Bartolomé , testigo recibido por el dicho señor Provisor en el dicho negocio y so cargo del juramento que hizo , dijo  :

 

 

               Que el sábado en la noche que a postre pasó , que se contaron diez dias de este mes de Junio año presente , que le pareció que sería a hora de media noche , estando durmiendo en el arrabal cerca de San Ildefonso en unas casas de Alonso García con otros tres en una cama , que estaba este firma enmedio cerca de Juan hijo del molinero que estaba cerca de la puerta de la calle de la dicha casa que daba claridad como de candela , y que pensó que era de dia , y que oyó luego como ladridos de perros , que eran siete perros cazadores que estaban fuera de la dicha casa y otros muchos perros chicos y grandes que sonaban como lejos de aquella casa , y que este firma que pensaba que era ya de dia , a tanta vio la claridad , y que se levantó desnudo y abrió la puerta un poco que estuvo mirando de dentro de casa y la cabeza fuera para mirar por entre la puerta y la pared , y que vio cinco cruces venir una tras otra como suelen venir en procesión , y que las traían cinco hombres mancebos como barbirrapados , y que las cruces eran así como estas de Jaén todas blancas   ; y que en fin de la procesión de las cruces que iba una dueña vestida y cobijada con ropas blancas y a manera de mantillo , y que le pareció según el bulto que llevaba como que estaba en cama o en estrado o como en una silla grande que parecía de plata ,       y que ella iba más alta que los otros cuanto medio codo , pero que no llevaba nadie a la dueña ,      que ella se iba por sus pies y que iba muy paso   ;

 

           

                 Y que salía de esta dueña tanta claridad que resplandecía así como el dia resplandece cuando hace el sol claro y está en su virtud , y así que se veía toda la calle  ;  y que llevaba esta dueña una falda arrastrando que habría en ella hasta tres brazadas , y que llevaba en el brazo derecho una criatura pequeña de hasta un año y que le pareció bien hermoso y vestido todo de blanco , y que llevaba en la cabeza una cosa como  blanco  ;  y que a la dueña no llegaba persona en cuanto estaba su falda ; y que en pos de ella que le pareció que venían clérigos como en procesión de una parte y de otra , en medio de la calle no iba nadie salvo les clérigos que iban de una parte y de otra como a manera de procesión , y que serían hasta diez clérigos , porque conoció que eran clérigos que traían las coronas abiertas e iban rezando , que no entendió palabra de lo que decían  ;  y después de esta procesión de estos clérigos que venían cuenta de cien personas, armadas y vestidas todas en blanco , y que sonaban las armas y que llevaban como lanzas  ;  y que este firma no esperó que pasasen todos , que luego se entró y metió la cabeza y cerró la puerta tras sí, pero que vio el cabo de la gente por la calle que no venía más gente , y que cerró bien su puerta y quiso llamar al dicho Juan que estaba en la cama y que no pudo y que se deliberó y llamó a Pedro , hijo de Juan Sánchez , y que le dijo  :  verás , Pedro , qué cosa es ésta , qué gente va por la calle en blanco y una señora  ;  y que el dicho Pedro que se levantó y se vistió su camisón y se fue al corral  ;  y que este firma se vistió su ropa y se acostó encima de un poyo dentro en las dichas   casas , y que primero estuvo posado en el dicho poyo imaginando de lo que había visto , y que después se acostó y estuvo un rato que no durmió y que luego se durmió , por manera que cuando el dicho Pedro se volvió a acostar que no lo vio.     Preguntado si cuando vio aquella gente si tomé placer o si hubo pavor , dijo  :  que cuando luego vio las cruces que pensó que andaban en procesión , y después que vio aquella gente en blanco que vio que la claridad no era tal claridad como de dia , salvo claridad de otra figura , que estuvo así dudoso , que no hubo pavor             ni placer , salvo que cuando luego salió al comienzo que aquella claridad como que lo calentó , aunque no tanto como el sol. Preguntado que cómo lo dijo después , dijo  :   que de mañana cuando se levantó que lo dijo a la mujer de allí de casa y a los otros que estaban en casa ,     y que el dicho Pedro que estaba allí y que dijo eso mismo que él lo había visto.

 

 

 

           María Sánchez , mujer de Pero Hernández ,  pastor , vecino en Jaén en la collación de   San Ildefonso , testigo recibido por el dicho señor Provisor en el dicho negocio y so cargo del juramento que hizo , dijo  :                                          

 

 

 

         

                  Que el sábado en la noche que a la postre pasó , que se contaron diez dias de este mes de Junio año presente , estando esta firma en las casas de su morada que son en la calle maestra que va a        San Ildefonso que son en el arrabal de esta ciudad , así como a hora de entre las once y las doce , que se levantaba esta firma a dar agua a un niño su hijo que tenía doliente , que vio gran claridad dentro en las dichas sus casas , que parecía así como resplandor de oro reluciente cuando le da el sol , y esta firma que pensó que era relámpago y que hubo temor y se puso de rodillas en el suelo , y que miró hacia la calle por un resquebrajo grande que está entre las puertas de las dichas sus casas , y que vio que pasaba por la dicha calle una dueña con paños blancos y con flores blancas más claras que los dichos paños y que se conocía en el paño , y que le parecía que el manto que llevaba la dicha dueña que iba forrado en cendales como de colores de tornasol  ;  y que llevaba un niño en los brazos y en el brazo derecho y abrazado con el izquierdo , y que el dicho niño iba envuelto en un paño de seda blanco  ;  y que ella era alta más que otras personas cuanto un codo , y que el niño parecía como de cuatro meses y bien criadillo ; y que iba a la su mano derecha un hombre que le parecía semejante a la figura de San Ildefonso , según está figurado en el altar de la iglesia de   San Ildefonso , y que llevaba una estola al cuello y un libro en la mano , y que llevaba la dicha estola según la ponen los clérigos para decir misa y un manípulo en la mano , y el dicho libro abierto en las manos como que lo llevaba delante de ella para que lo ella viese , con una cobertura blanca  ;  y que a la otra parte de la dicha dueña que iba una mujer a manera de beata , un poco atrás , que no tuvo conocimiento quién era  ;  y que del rostro de la dicha dueña salía todo el resplandor  ;  y que en viendo la dicha dueña y el dicho resplandor que tuvo pavor súbitamente  ;  y que luego hubo en ella reconocimiento que era la  Virgen santa María , y que le vio a la dicha dueña una diadema puesta en la cabeza según está figurada en el altar de la dicha iglesia , y que este conocimiento hubo por lo que dicho ha y que porque era mucho semejable a la imagen de Nuestra Señora que está figurada en el        dicho altar  ;

 

           Y que el dicho santo Ildefonso que tenía otra diadema en la cabeza y su corona grande abierta como de fraile , según está figurado en la dicha iglesia   ;   y que después de la dicha dueña iba gente vestida toda de blancas vestiduras , y que no vio cruces ni candelas , salvo el dicho resplandor , y que después de ella pasada que tanta claridad daba en las dichas sus casas como de antes cuando ella pasaba y por semejante parecía en la calle  ;        y porque ella estaba sola no osó más llegar a la puerta para ver más , salvo que se entró a su  palacio ; y que no estaba con ella otra persona, salvo dos criaturas una de hasta ocho años y la otra de hasta cuatro años  ;  y que la dicha dueña y la otra gente que iban a manera de procesión de hacia la iglesia de San Ildefonso hacia la ciudad  ;  y que entrada en su palacio que hubo gran consolación ,    y que oyó luego el reloj que dio las doce horas y acabando que tañeron luego a maitines  ;  y dijo esta firma que a la sazón que oyó como canto , pero que no le parecía el canto según de este mundo , y que en lo oir hubo mucho gasajado y consolación.

 

 

               Juana Hernández , mujer de Aparicio Martínez , vecina en la collación de San Ildefonso , testigo recibido en información por el dicho señor Provisor en el negocio de uso escrito y so cargo del juramento que hizo , dijo  :                        

 

 

              Que estando esta firma en sus casas que son en la dicha collación de San Ildefonso , que son de cara del cementerio , el sábado en la noche que pasó que se contaron diez dias del mes de Junio del año presente , así como después del primer sueño antes que cantase el gallo , que se levantó esta firma al corral de sus casas por cuanto tenía pasión en las tripas y se había levantado antes otras tres veces , y que estando así que vio súbito un resplandor grande cerca de las espaldas de la capilla de la dicha iglesia de San Ildefonso , y que imaginó en sí luego que era relámpago , y que deliberó que no sería relámpago por cuanto era grande y muy resplandeciente la claridad y que era contínua aquella claridad ;    y que estando así parando mientes entre las puertas de las dichas sus casas , que vio venir una dueña que venía con otra mucha gente de hacia las cantarerías la calle arriba hacia la dicha capilla , y que parecía que traía la dicha dueña en los brazos ante sus pechos un bulto que no pudo determinar qué cosa sería , y que le pareció que de su faz de ella y de aquel bulto salía aquel resplandor   ;   y que venía por encima de un muladar que estaba cerca de la dicha capilla como a manera de procesión , y que detrás de ella venían otras gentes vestidas de ropas  blancas , y que le parecía que algunos de ellos traían palos en las manos enhiestos , y que por cuanto el umbral de las puertas de las dichas sus casas es bajo no pudo ver si eran cruces o cetros ni qué cosa era   ;      y que esta claridad no le parecía de sol ni de luna ni de candelas , antes le parecía como de un resplandor que ella nunca vio , y cuando vio esta firma esto que se cayó amortecida con temor y que comenzó a estremecer toda , y porque se le quitaba la vista que se echó turbada hacia la pared y las espaldas hacia la claridad que había visto , y que estuvo así un poco y se levantó y las manos por la pared se fue a                su palacio  ;  y que la claridad se quedó allí  ;  y que antes cuando ella miraba que le pareció que esta dueña se paró tras la dicha capilla y así que la perdió de vista , porque de su casa no la podía ver , pero que quedaba la claridad  ;       y esta firma con temor fuese a la cama con su marido y que estaba una criatura con su marido que la quitó y se acostó tremiendo cabo su marido.        

 

          

                  Preguntada si la gente venía en procesión o junta , dijo  :  que con el temor no paró mientes, salvo que venía mucha gente vestida en blanco , y que más cercanos de la dicha dueña venían dos personas, no sabe si eran hombres o mujeres , una de una parte y otra de la otra , y que esta dueña que le pareció que era más alta que los otros , y que luego desde a poquito que oyó tañer a maitines , y que le pareció que la dicha dueña y la otra gente que venían mucho paso a paso en procesión.

 

 

 

 

           A lo cual todo fueron presentes por testigos que vieron hacer el dicho juramento a los testigos susodichos y a cada uno de ellos , Pedro de Plasencia y Alonso hijo de Lope Pérez , escribanos , y Álvaro de Soberado , vecinos y moradores en esta dicha ciudad de Jaén , y             así mismo Gabriel Diaz , clérigo compañero en la iglesia de Jaén , que lo tomó el dicho señor Provisor para ver hacer la dicha información.             Va escrito sobre raido o díz encima y entre lineado o diz según está figurado en el altar de la iglesia de San Ildefonso.    Y yo , Juan Rodríguez de Vaena , escribano de Ntro. Señor el Rey y su notario público en la su corte y en todos los sus Reinos , en uno con el dicho señor Provisor y por ante Álvaro de Villalpando y Fernando Diaz de Jaén, notarios públicos , y por ante los dichos testigos , a todo lo susodicho presente fui y soy ende testigo y lo hice escribir , y por ende hice aquí este mio signo , en testimonio de verdad.     Juan Rodríguez”.

 

 

                                                                                                                     

 

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MULTITUDINOUS       ALIEN SHOW    IN    THE   MIDDLED  AGES

 

 

 

 

        

 

On Saturday 10th June 143O at  11.30     P.M. , at Jaén  city          ( Andalusia , Spain) , for more than one half hour , four rather scared and separate peasants sighted , from different places in the town , some 500 people performing a strange procession commanded by a handsome  lady in white robes who carried on her hands a baby.     The noisy    unidenti­fied crowd walked slowly through isolated streets following an itinerary ending at           San Ildefonso  church.     The charming woman and infant threw off a powerful light which blinded to observers and illuminated “as noon”  the roads as well as roofs  and rooms of Jaén houses.           The “Señora” , taller than her attendants ,  wore a glowing mantle with iridiscent colours.            The picturesque parade was headed by seven youngs in white clothes bearing white crosses , followed by twenty clergymen  -in two rows-  praying aloud with some unintelligib1e speech.     Right after them went the lady and child with a man and a woman by the sides escorting them.      Behind and clustered came along some  300  men and women also in white garments.    Finally ran a troupe of a hundred individuals in white armed with lances , beating loudly their pikes each other.     In the tail end of this staggering display , pursued many barking dogs.       When such a variegated multitude arrived to an open space back Saint Ildephon­sus chapel , the imposing  dame  sat  herself  on  a  resplendent  silvery  throne  in

front of a luminous altar staged with red and white ornaments , while her companions sat down around her intonating chants.     At  12.00  P.M. the entire “holy army” vanished inexplicably in thin air.    Afterwards , one of the seers went through the procession route and found no ground traces.      One of the witnesses , on two days previous to the unforgettable event            ( June 7th  and 8th ) , heard a mysterious voice who whispered   him  :  “Do not sleep and you will see good things”.    The odd happening was cautious and  carefully checked and investigated by civil and ecclesiastical Spanish authorities , which got notarial affidavits from all witnesses.      This bizarre happening was the origin of a local sacred Marian cult ( “Our Lady of the Chapel” ) that persisted for several centuries.  

 

 

 

 

B I B L I O G R A F Í A

 

 

 

 

–   Academia Bibliográfico-Mariana de Lérida   :    “CERTAMEN DEDICADO A LA MEDALLA MILAGROSA Y A NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA”.   ( Tipografia Mariana , Lérida , 1931 ).

 

–   Autor Anónimo :  “HISTORIA DE JAÉN” .            ( Hacia 1615.   Manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid ).

 

 

—     Argote de Molina , Gonzalo :              “NOBLEZA DE ANDALUCÍA”.    ( Sevilla , 1588 ).

 

 

—     Arquellada , Juan de  :             “SUMARIO DE PROEZAS Y CASOS DE GUERRA ACONTECIDOS EN JAÉN Y REINOS DE ESPAÑA , DESDE  1353  a  1590.”   ( Manuscrito en la Biblioteca Nacional ).

 

 

—     Becerra , Antonio:              “MEMORIAL DE LA DESCENSIÓN DE LA VIRGEN EN LA IGLESIA DE SAN ILDEFONSO DE LA CIUDAD DE JAÉN EL AÑO 1430”.  ( Jaén , 1639 ,   80 folios ).

 

 

—     Cazabán , Alfredo :             “RECUERDO DEL V CENTENARIO DEL DESCENSO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA A JAÉN Y DE SU CORONACIÓN EL 11 DE JUNIO DE 1930”.            ( Jaén  ,  1930  , 13 hojas ).

 

 

 

 

—     Cuesta , Pedro de la :               “RELACIÓN DE ALGUNAS COSAS INSIGNES QUE TIENE ESTE REINO Y OBISPADO DE JAEN”.   ( Jaén  ,  1614 ).

 

 

—     Cuesta , Pedro de la :                  “HISTORIA DE LA ANTIGUA Y CONTINUADA NOBLEZA DE LA CIUDAD DE JAÉN”.                                                          ( Jaén  ,  1628 ).

 

 

—     González Dávila , Gil  :              “TEATRO ECLESIÁSTICO DE LAS IGLESIAS METROPOLITANAS Y CATEDRALES DE LOS REINOS DE LAS DOS CASTILLAS”.  ( Madrid , Imprenta Francisco MartÍnez  ,  Tomo  lº  ,  1645 ).

 

 

—     Jimena Jurado , Martín de  :                 “CATÁLOGO DE LOS OBISPOS DE LAS IGLESIAS  CATEDRALES DE LA DIÓCESIS DE JAÉN”.    ( Toledo  ,  1654 ).

 

 

—     Jiménez Patón , Bartolomé :              “HISTORIA DE ALGUNOS VARONES FAMOSOS DE LA NOBLEZA DE JAÉN”.                                                                           ( Jaén  ,  1628 ).

 

 

—     Martínez de Mazas , José  :                 “RETRATO AL NATURAL DE LA CIUDAD Y TÉRMINO DE JAÉN”.           ( Jaén , 1794 ).

 

 

–   Montuno Morente , Vicente   :   “NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA , MADRE , PATRONA Y REINA DE JAÉN”.

( Madrid  ,  1950  ,  424  páginas ).

 

 

 

 

—     Montuno Morente , Vicente :              “DEL DESCENSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN A JAÉN Y DE LA SOLEMNE CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA”.        ( Diario “El Pueblo Católico” , Jaén , 25 Mayo 1930 , 40 páginas ).

 

 

—     Mozas Mesa , Manuel  :            “JAEN , LEGENDARIO Y TRADICIONAL”.   ( Madrid  ,  1935 ).

 

 

—     Muñoz y Garnica , Manuel :              “SERMÓN DEL DESCENSO DE LA VIRGEN MARÍA”.  ( Imprenta López , Jaén , 1856 ).

 

 

—     Muñoz y Romero , Tomás :          “DICCIONARIO BIBLIOGRÁFICO—HISTÓRICO DE LOS ANTIGUOS REINOS, PROVINCIAS , CIUDADES , VILLAS , IGLESIAS Y SANTUARIOS DE ESPAÑA”.   ( Madrid , 1858 ).

 

 

—     Pallés , José  :              “AÑO DE MARÍA , O COLECCIÓN DE NOTICIAS HISTÓRICAS Y LEYENDAS PARA HONRAR A LA VIRGEN SANTÍSIMA EN TODOS LOS DIAS DEL AÑO”.            ( 6 tomos , Imprenta Riera , Barcelona , 1875 ).

 

 

—     Pérez , Nazario:                 “HISTORIA MARIANA DE ESPAÑA”   ( Unos 7 tomos , Gráficas J. Concejo ,      Valladolid  ,  1945 ).

 

 

—     Rodríguez de Gálvez , Ramón :                “LA VERDAD DE LA TRADICIÓN DEL DESCENSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LA CIUDAD DE JAÉN EN EL AÑO  1430”.                  ( Jaén , 1883 ).

 

 

 

 

—     Rus Puerta , Francisco de  : “OBISPOS DE JAÉN Y SEGUNDA PARTE DE LA HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESTE REINO Y OBISPADO”.  ( 1646 , manuscrito en la Biblioteca Nacional ).

                                                                                                                   E

 

—     Salcedo de Aguirre , Gaspar : “RELACIÓN DE ALGUNAS COSAS INSIGNES QUE TIENE ESTE REINO Y OBISPADO DE JAÉN”.   ( Baeza , 1614 ).

 

 

—     Sánchez Pérez , José Augusto :                   “EL CULTO MARIANO EN ESPAÑA”.    ( Consejo Superior de Investigaciones Científicas  ,   Madrid  ,  1943 ).

 

 

—     Varios Autores :                 “V CENTENARIO Y          SOLEMNE CORONACIÓN CANÓNICA DEL DESCENSO DE LA VIRGEN DE LA CAPILLA”.   ( 40 trabajos sobre el Descenso).                   ( Diario  “El Pueblo Católico”  , Jaén , 11 Junio 1930  ,                20  páginas).

 

 

–  Rodríguez de Villalpando , Juan : “MEMORIAL DE LA INFORMACIÓN TESTIFICAL PRACTICADA EL 13 DE JUNIO DE 1430  SOBRE EL DESCENSO DE LA VIRGEN DE LA CAPILLA”. ( Jaén , Junio de 1430 , manuscrito en el archivo de la iglesia de   San Ildefonso   en Jaén ).

 

 

 

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Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual

 

 

 

©

 

 

Ignacio   Darnaude   Rojas – Marcos

 

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March  20th  1987                                    

 

 

Mr.  William Christian , Jr.                

Washington , D.C.                                      

 

 

 

          Dear William ,                                

 

 

 

          Our fortunately common friend , the sparkling , irrepetible Historian   Nancy Farriss , arrived to Seville a few days ago.     Among  her luggage and towering anthropological papers came your  highly interesting study of  Marian Apparitions  in relation  with the Cold War.     Formidable survey , as well as your  Princeton  former book.                                   

 

 

 

        What a mysterious and fascinating phenomenon ,   this weird luminous lady appearing in paranormal terms  more than  21,000  times           ( I do say , yes , twenty one thousands  occasions since XII Century ) before poor , uneducated     children ,  addressing them a simple , quasi-oligophrenic  religious  message.                                            

 

 

 

          The whys and wherefores of these odd operations of alien  Psychological War ?.           

 

             A vast planetary control system , in order to modify        ( adapting them to cosmic natural laws ) the  mentality , customs and attitudes of people in a worldwide scale ?.                                                

 

 

             I begin to suspect that perhaps in almost all the decisive  military battles in the history of Europa a flaming , bizarre  female , the       «Virgin Mary» ( ¿ ) , appeared in a hallucinatory  fashion to one of the warrior leaders , influencing thus the  victory of one of the two opposing armies.

 

 

             But even more  strange  :  in the course of the battle of Alarcos ( year 1195  ,         Ciudad Real , Spain )   the  «Mother of God»  appeared in front of the Christian caudillo    Alfonso VIII , encouraging his hosts to defeat the foe.     And  at the same time ,  Allah materialized ahead of the Moorish Almohade sultan   Abu Yuçuf Yacub Almansur , heartening him ,  too , to vanquish the infidels , as so it occurred.                                                  

 

 

              I am sure there are many more examples of such a surrealistic  and  un-worldly  intervention for stimulating   both  struggling  enemies.          

 

 

              By the way I have in my files the raw material  for a massive bibliography of our loved & disconcerting  Marian Apparitions ,  one of the most strange , thrilling  and influential persistent series of events in the whole  history of Europe and

Spanish-America.

 

          

              I have also a  collection of several hundreds of old books concerning  Marian Apparitions in Spain.      Maybe some day , if God  and        His famous shining damned  «Mother»  bestow to this  remote friend more spare time ,  I shall write an useful  

 

«Bibliography on Apparitions of the Virgin Mary”.                                                       

 

 

              In the meantime ,  Christian , I hope you will work out more additional historical surveys about the complex  marianapparitional phenomenology.     

 

 

              If you sometime come to Seville ,   I should like to meet you.     In our town I shall put at your disposal handsome stone and flesh monumentes , the “pescaíto frito» , our marvellous orange blossom parfuming the spring air , and virgin , less virgin and not the hell at all virgin feminine anthropomorphic streetwalking phenomena ,  as well as some historic archives concerning   Our Lady.                                                                                    

 

 

               With warmest regards

 

 


Fuego en la cumbre

Aunque monopolizados por la Iglesia católica, los denominados «milagros» no parecen ser dominio propio de su credo, ni tener un exclusivo origen divino. Ya el Papa Benedicto XIV (1740-1758) admitió la dicotomía entre lo paranormal y lo milagroso; distinción que no siempre se hizo, originando una artificioso mezcla de elementos, que hoy, gracias a la documentación y testimonios conservados, podemos comenzar a esclarecer…
Fragmento de un artículo de Pedro J. Rivas Soria publicado en el núm. 58 de Enigmas.

Jaén, medianoche del sábado 10 de junio del año 1430.

Durante el papado de Martín V (1417-1432) y siendo obispo de Jaén Gonzalo de Zúñiga (1423-1456), se producida un portentoso acontecimiento que, por su antigüedad y características podríamos denominar como «el primer expediente x español». Este hecho, del que el propio rey Felipe II llegó a decir que ‘en la materia ninguno llegaba a ser como el milagro de Jaén, que entre los grandes es el mayor’, consistió en que ?algunas personas avían visto cerca de la iglesia de san Ildefonso, que es en el arrabal desta dicha ciudad, ciertas visiones maravillosas de ciertas personas que avían aparecido en cierta forma y con mucho resplandor de claridad? (grafía original de los textos).

La ciudad de Jaén, integrada en la corona de Castilla desde su conquista a los musulmanes en 1246, continuaba siendo escenario de escaramuzas entre los nazaritas granadinos y las mesnadas cristianas, que intentaban apoderarse de los últimos baluartes de Al-Andalus. Bajo este clima de intensa fricción militar, algo extraordinario vino a ocurrir la noche del 10 de junio de 1430, en que cuatro personas -dos hombres y sendas mujeres- fueron testigos de una insólita aparición.

Pedro, hijo de Juan Sánchez, morador en el arrabal de San Ildefonso declaró que » … a ora de media noche y como cuando el reloj da doce oras… vido ir la calle arriba de cara a la dicha iglesia siete personas que parecían omes… iban vestidos de blanco y las vestiduras cumplidas hasta los pies; y que vido hasta otras veinte personas vestidos eso mismo de blanco hasta los pies…» Continúa su declaración diciendo que también «… iba una dueña más alta que las otras personas, vestida de ropas blancas, y llevaba una falda tan grande como dos brazadas y media o tres… no le vido la cara, pero que le pareció que salía de su cara tanto resplandor que alumbraba tanto o más que el sol, que con el resplandor parecían todas las casas de alrededor y aún las texas de los tejados se determinaban así como si fuera medio día y el sol bien resplandeciente; tanto era el resplandor que le quitaba la vista de los ojos así como si mirara de hito en hito en el sol… Tras ésta, afirmó el primer testigo, seguía una extraña procesión de hasta 400 acólitos de blanco, cien de ellos armados: » … en las espaldas de parte de fuera de la dicha capilla que viera aparejado un grande altar tan alto como una lanza y que relumbraba mucho… y con paramentos toda la pared en somo dellos blancos y dellos colorados; y que vido que cantaban a alta voz hasta veinte personas vestidos eso mismo de blanco, y que las voces parecía flacas como suelen tener los enfermos desque se levantan de la dolencia, y que este testigo no vido la cara de ninguna de aquellas personas, pero que en altar no vido persona alguna de manera de clérigo vestido…»

Finaliza su interesantísimo testimonio (que por razones obvias de espacio hemos de resumir) manifestando que «… cuando venía esta gente oyó que venían muchos perros ladrando en pos dellos… y que cuando fue de día claro que vino a ver si aquella gente si avía hecho fuelliga o rastro alguno y que no halló fuelliga ninguna…».

Juan, hijo de Usanda Gómez, segundo de los privilegiados testigos, fue preguntado por su inusual color de cara:

¿Cómo estás así tan amarillo?

«De el miedo de anoche». Del mismo modo, describió la insólita procesión: » … daba claridad como de candela, y que pensó que era de día… Además, ésta «lo escalentó, aunque no tanto como el sol». María Sánchez, mujer del pastor Pero Hernández, como los anteriores, y a requerimiento del tribunal eclesiástico, formado a la sazón por el Vicario general del Obispado Juan Rodríguez de Villalpando y los notarios y escribanos públicos, dijo ver la fuerte luminiscencia, a la misteriosa dueña, «… y que después de ella pasada que tanta claridad daba en las dichas sus casas como de antes cuando ella pasaba… y dixo esta firma que a la sazón que oyó como canto, pero que no le parecía el canto según deste mundo, y que en lo oír ovo mucho gasajado y consolación’.

Juana Hernández, mujer de Aparicio Martínez, fue la última persona que, según sus palabras, «vido súpito un resplandor grande acerca de las espaldas de la capilla de la iglesia de Sant Ildefonso, y que imaginó en sí luego que era relámpago, y que deliberó que no seria relámpago por cuanto era grande y muy resplandeciente la claridad y que era continua aquella… y que comenzó a estremecer toda». Así hubieron de acontecer aquellos sucesos según estas informaciones recabadas «En la muy noble ciudad de Jaén, martes trece días del mes de junio año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil y cuatrocientos y treinta años…

El documento original, pergamino de 40.5 por 61 cm, escrito a dos columnas en letra cortesana y en castellano, fue autenticado en 1944 por Miguel Gómez del Campillo y Eugenio Sarrablo Aguareles, Director y Secretario respectivos del Archivo Histórico Nacional, bajo el veredicto de «documento auténtico y coetáneo a su fecha, sin haber encontrado detalle alguno sospechoso».

Hemos de decir, para completar la exposición del mismo, que tres de los testigos afirmaron que «esta dueña llevaba en los brazos una criatura pequeña eso mismo vestida de blanco», mientras que Juana Hernández afirmó: «parecía que traía la dicha dueña en los brazos ante sus pechos un bulto que no pudo determinar que cosa sería, y que le pareció que de su faz della y de aquel bulto salía aquel resplandor’.

De igual modo, ninguno de ellos atribuyó la extraordinaria visión a la Virgen María, salvo María Sánchez, quien la identificó al describirla con una imagen de «sancta María, según está figurada en el altar de la dicha iglesia».

la critica a los sucesos de 1430 llegó en el siglo XVIII de la mano de un importante ilustrado y a la vez miembro del cabildo catedralicio, el deán José Martínez de Mazas. Para éste, «los testigos se hallan poco calificados, están varios, singulares y aún contratos en muchas cosas …no viendo «razón y motivo para que la reina Soberana de los Ángeles hiciese aquel paseo tan extraordinario…»

La contra réplica vendrá ya en el XIX, por parte de dos sacerdotes que atacaron con dureza al deán Mazas con sermones muy significativos: «Vieron venir el auxilio de lo alto, sobre sus casas, sobre su templo, la Virgen sentada en trono de plata iluminando con luz de glosa los muros de la ciudad, bajando de los cielos. Lejos de entrar en averiguaciones que a nada bueno conducen, porque no es expediente, como dice el más grave de nuestros historiadores, con semejantes disputas y pleitos alterar las devociones del pueblo… esta fe iluminada con la luz que baja de las alturas por invisibles canales…» Resulta cuando menos dudoso que estas palabras fueran pronunciadas por el canónigo Muñoz Garnica en 1853, uno de los hombres más enigmáticos que han rodeado la historia de la catedral de la ciudad, y que según narran las crónicas, anduvo buscando en los laberínticos corredores catedralicios documentos que atestiguaran la presencia en la capital jienense de la mítica mesa de Salomón. Al igual que ocurriera con sus predecesores, se enriqueció con extraña rapidez. En fin, que lo suyo era investigar sin cesar…

Pero hubo más comentados a favor: «Yo no sé por qué ciertos críticos pretenden arrancar del corazón cristiano esas venerandas tradiciones, sometiéndolas al examen exclusivo de una razón descreída, como si ésta fuera juez competente para conocer en hechos que pertenecen a un mundo sobrenatural…». (Rodríguez de Gálvez, 1883).

Corno conclusión para este singular episodio, llama poderosamente la atención observar que cuando se hace referencia a la aparición de la Virgen, se obvia precisamente eso, que se trate, como en otros tantos casos, de una aparición, catalogándose de descenso. Esto es importante, ya que la supuesta comitiva divina no se manifestó de repente, sino que fue observada por espacio prolongado de tiempo y bajando en forma de luces de los cielos. ¿Acaso este aspecto no recuerda a los modernos ovnis de hoy en día?<br< td=»»></br<>

05/10/2000

 


7. Ruta Religiosa


He llamado a esta ruta «Religiosa» porque como, en tantas otras cosas, Jaén guarda en sus límites una serie de fenómenos que a los creyentes católicos quizá les sorprendan por su número. Sería muy largo y estaría fuera del espacio que nos hemos impuesto describirlos todos. Por ello sólo voy a enumerar algunas de las expresiones de religiosidad que se producen en la provincia.

El número de apariciones de la Virgen es enorme, unas veces documentadas y otras transmitidas por tradición oral. Sólo haremos una ligera descripción de algunas de ellas que nos llevarán a muchos pueblos de la provincia. En otros muchos también se dan las apariciones pero, necesariamente, hemos de omitirlos por no hacer interminables estas páginas.

Si ha entrado por el paso de Despeñaperros habrá podido observar que, a la derecha, hay un pequeño monolito que marca el límite de la provincia con la de Ciudad Real y en él un pequeño bajo relieve con la imagen del Santo Rostro. (Si usted es católico y quiere seguir una antiquísima tradición rece un Credo, al igual que cuando divise las torres de la catedral de Jaén). Apenas haya recorrido unos cuatrocientos metros, también a la derecha, y enfrente de unos jardines aptos para el descanso y para observar el paisaje, podrá descubrir una imagen de la Inmaculada.

LA TIERRA DE MARÍA SANTÍSIMA

Jaén, -no podía ser de otro modo al formar parte de Andalucía-, es la tierra de María Santísima, y no sólo por su fervor por la Madre de Jesús, sino por que por sus calles se paseó la Virgen en un milagro poco conocido y, sin embargo, perfectamente documentado. Tan mariano es Jaén que existe en su Capital una Academia Bibliográfica Mariana que tiene hasta un pequeño Museo. Y no hablaremos de su firmeza Concepcionista que, en legajos, documentos y manifestaciones públicas, se hizo patente mucho antes de que la Santa Sede declarara dogma de fe la Inmaculada Concepción de María. Incluso tiene dos monumentos a la Inmaculada (uno en la Plaza de San Ildefonso y otro en la Plaza de San Félix), por no hablar de la más de decena de pueblos que la tienen por patrona o la veintena de iglesias parroquiales que están bajo su advocación. Y anticiparemos que todos los últimos domingos de abril tiene lugar en Sierra Morena una Romería, muy anterior -en siglos- a la popular del Rocío. Pero vayamos despacio. Quizá convenga recordar que en esta provincia se establecieron dos de los Varones Apostólicos que, según la tradición, fueron ordenados obispos por San Pablo: San Eufrasio y San Isicio. En Andújar (otros dicen que en Mengíbar), estableció su sede apostólica el obispo San Eufrasio, en la villa que los romanos llamaron Illiturgi; y en la parte oriental de la provincia, en la Carcacena romana, hoy Cazorla, San Isicio. La tradición (constituye una indudable riqueza) es una buena cosa pero a veces es indemostrable por investigadores y científicos. Pero para éstos podemos afirmar sin ningún género de dudas, que en el Concilio de Iliberris, alrededor del año 300, hay ya representación giennense, como nos dice la profesora Argente del Castillo, quien nos relaciona los presbíteros que acudieron de nuestra tierra: de Tucci (Martos?), Cástulo (¿Linares?), Mentesa (¿La Guardia?), Iliturgi (¿Andújar?), Iune (¿Arjona?), y Ossigi (¿Mancha Real?).

Sin duda en todos estos pueblos y en otros muchos se rendiría culto a la Madre de Dios, y quizá sea muestra de ello, de la convivencia con los musulmanes (que historiadores interesados han tratado de negar), y de su tolerancia, el hecho de que en Ubeda la Virgen de la Soledad tuvo culto en la Iglesia de San Millán y era muy venerada por los mozárabes de aquella ciudad. Fernando III, el rey de Castilla y León que tomo posesión de Jaén y que fue Santo, solía tener apariciones celestiales y, Santa Catalina de Alejandría, Santa de la que era muy devoto, le anunció anticipadamente su entrada en Jaén, (como antes San Andrés en la conquista de Baeza y San Miguel en la de Ubeda). Como consecuencia de ello el Castillo o Alcázar de la Ciudad se sigue llamando de Santa Catalina y a ella se consagró la capilla que en él hubo. Todavía perdura la tradición de que el día de su advocación, el 25 de noviembre, son muchos los giennenses que suben en romería al Castillo.

También dejó en Jaén San Fernando la imagen de una Virgen, que era de su particular devoción, y que actualmente se venera en la Catedral con el nombre de Virgen de la antigua. La tradición quiere que sea la misma que dejó el monarca y ante la que se dijo la primera Misa en lo que era mezquita y luego se convertiría en Catedral.

Mandó el Rey Santo edificar un Palacio y en él una capilla en la que se rendía culto a un Cristo yacente conocido por el Señor del Trueno o de la Vera Cruz, y mandó también que nunca se destruyera aquella Capilla. Su orden no resistió mas de seiscientos años. Primero Pedro I cedió la edificación a la Orden de San Francisco, y en 1867 (con la desamortización) se destruyó para edificar el actual Palacio de la Diputación. Todavía la plaza a la que se abre se sigue llamando de San Francisco. Y existe una Cofradía penitencial (la más antigua de Jaén) que sigue procesionando con el nombre de la Vera Cruz, aunque su sede está ahora en San Ildefonso.

EL SANTO ROSTRO

Y ya que hablamos de Cristo y de tradiciones, no dejaremos de mencionar el Santa Rostro: la reliquia más venerada de Jaén y que, según la tradición, es uno de los tres pliegues del paño con el que la Verónica enjugó el rostro de Cristo cuando iba camino del Calvario y que quedó impreso en el lienzo. También la tradición nos dice que, aparte de otras de las que después nos ocuparemos, esta fue una de las reliquias que trajo a Jaén San Eufrasio y que, tras la invasión musulmana, fue guardada junto con otras en un cofre y trasladadas a Asturias, donde permanecieron durante muchos años.

Al final del milenio un obispo de Ramiro III quiso conocer lo que contenía aquel cofre o arcón y al mirar su interior quedó ciego. Años después y, conocedor de lo que había ocurrido, Alfonso VI, tras prepararse cristianamente con ayunos y penitencias, volvió a abrir el cofre, contempló lo que allí había y conservó para él la mejor reliquia: el Santo Rostro, que fue pasando a los reyes cristianos hasta que Fernando III entró en Jaén y la devolvió a su primitivo lugar. Desde entonces se venera en la Catedral. (Otra tradición atribuye al obispo Nicolás de Biedma, que ocupó la diócesis en 1368, el haberla traído de Roma).

Solamente dos veces mas salió la reliquia de Jaén: una por deseo de Fernando VII que quería verla pero no alterar su trayecto camino de Madrid, en 1823, pasando por Jaén y prefirió que se desplazara la reliquia hasta La Carolina, donde la adoró en compañía de la familia real. La tercera vez fue en 1939, cuando fue sacada subrepticiamente de la Catedral junto a otros tesoros, no por su valor religioso, sino por el rico marco que la alberga, labrado en plata con múltiples piedras preciosas. Como ya decíamos en la Ruta de la Ciudad de Jaén, fue hallada dentro de un baúl en un garaje de Villejuif de Bicètre, entonces pueblecito del sur de París (hoy tiene hasta estación de metro), en 1940, y devuelta a Jaén en marzo del mismo año a través del entonces jefe del Estado General Franco.

En la tarde del Viernes Santo y en la festividad de la Asunción de la Virgen, se da, desde las galerías altas de la Catedral, la bendición con la Reliquia a los cuatro puntos cardinales. También los viernes se da a besar a los fieles y en alguna solemne ocasión o con motivo de la visita de alguna personalidad o ante la llegada de peregrinaciones -que al parecer fueron muy frecuentes en los siglos anteriores-, sale de su altar-caja fuerte. Son múltiples las indulgencias que se pueden obtener en estas ocasiones.

LA VIRGEN DE LA CAPILLA

En la Ruta de la Ciudad de Jaén hacemos mención , al describir la Iglesia de San Ildefonso, de la veneración que allí se daba a la Virgen de la Capilla, Patrona de la Ciudad. Ahora es el momento de pormenorizar un hecho poco conocido, incluso por sus devotos giennenses, y que es reconocido como milagro. Transcribiremos el hecho tal y como lo cuenta Bartolomé Ximenez Patón, Secretario del Santo Oficio, en el capitulo decimotercero de su obra «Historia de la Antigua y Continuada Nobleza de la Ciudad de Jaén», publicada en 1628:

«En la muy famosa, muy noble, y muy leal Ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los Reynos de España. Sábado en la noche a diez días del mes de junio de 1430 años, siendo Obispo de esta Ciudad y Capitán de Este Reino Don Gonzalo de Astuñiga (que hoy decimos Zúñiga) ante su provisor y vicario general Juan Rodríguez, Bachiller en derechos, se probó haber pasado, real y verdaderamente lo que se refería: Que a la hora de medianoche el sábado dicho iba una gran procesión de gente muy lucida y con muchas luces, y en ella siete personas que parecían hombres, que llevaban siete cruces; iban uno detrás de otro, y que las cruces parecían a las de las parroquias de ésta Ciudad, y los hombres que las llevaban iban vestidos de blanco o con albas largas hasta los pies. Iban más otras treinta personas también con vestidos Blancos, en dos hilos, acompañando las Cruces. En lo último desta procesión iba una Señora más alta que las otras personas, vestida de ropas blancas con una falda de más de dos varas y media; y iba distinta de los demás la última, y no iba cerca della otra persona, de cuyo rostro salía gran resplandor, que alumbraba más que el Sol, porque con él se veían todas las cosas al rededor, y contorno, y las tejas de los tejados como si fuera amedio día el Sol muy claro, y era tanto lo que resplandecía, que le quitaba la vista de los ojos, como el sol cuando le miran en hito. Esta Señora llevaba en sus brazos un niño pequeño también vestido de blanco, y el niño iba sobre el brazo derecho. Detrás desta Señora venían hasta trescientas personas, hombres y mujeres, éstas cerca de la falda de la Señora, y ellos algo mas atrás. Estos hombres y mujeres no hacían procesión sino de montón; iban las mujeres delante y los hombres atrás, y todos vestidos de blanco, y sonaban como que iban armados. La cual procesión iba hacia la capilla de San Ildefonso, y habían salido de la Santa Iglesia mayor. Esto afirmaron con juramento Pedro, hijo de Juan Sánchez; Juan, hijo de Vzenda Gómez; Juana Hernández, mujer de Aparicio Martínez; y otros testigos, cuyos dichos y deposiciones están en el archivo desta Iglesia, y capilla.»

Dejemos el relato del Secretario del Santo oficio, que hemos respetado en su literalidad, sólo adecuándolo a la caligrafía actual, y resumamos el resto del hecho prodigioso. El cortejo se paró en los muros de la iglesia de San Ildefonso, donde había un estrado revestido de paños rojos y blancos donde, la Señora parecía leer un libro que le presentaba uno de los acompañantes del cortejo, (recordemos que una de las obras mas importantes del obispo San Ildefonso fue «De la perpetua virginidad de María»). A las doce en punto, cuando las campanas de la Ciudad tocaron maitines, la visión desapareció así como el resplandor, volviendo a quedar todo como antes de la procesión. En la caja fuerte de la Virgen de la Capilla se guardan los documentos auténticos, firmados y sellados, de los seis testigos que, tres días después del milagro, comparecieron por separado ante tres notarios, coincidiendo todos ellos en la misma descripción de los hechos. El acta notarial ha sido mil veces revisada y comprobada. Dudas ante el milagro siempre pueden quedar, pero ninguna razonable. Aquí no se habla de tradición, sino de documentos; e historiadores de todo tipo no se atreven a negar y desmentir a los testigos presenciales. Si usted quiere conocer todas las pesquisas intente encontrar el libro de Vicente Montuno Morente «Nuestra Señora de la Capilla, Madre, Patrona y Reina de Jaén. Ensayo histórico». O el de Agustín de la Fuente González «Don Gonzalo de Stuñiga, Obispo de Jaén 1423-1456».La Virgen de la Cabeza

Decíamos al principio que una de las romerías más antiguas de Andalucía es la Santa María de la Cabeza (en realidad del cabezo), denominación de la altura donde se erige su Santuario, a treinta y dos kilómetros de Andújar. Incluso Cervantes hace la primera crónica de la Romería en «Los trabajos de Persiles y Segismunda»; aunque Alfonso X menciona ya esta Virgen en sus Cantígas.Su origen data de 1227, cuando el doce de agosto, un pastor, Juan de Rivas, que apacentaba su ganado por aquellos andurriales donde debía quedar algo de hierba fresca, escuchó el sonido de una campanilla y, entre unas peñas, vio una extraña luz. Al acercarse, descubrió a la Virgen. Para dar mas credibilidad al milagro dicen que el pastor, que era manco (o tenía alguna afección en el brazo), curó de su mal.

Cincuenta años más tarde en el lugar de la aparición había ya un Santuario dedicado a la Virgen María. El actual está en el mismo sitio que el edificado en 1287 pero es absolutamente nuevo, pues en la guerra incivil de 1936, allí se refugiaron algunos guardias civiles y sus familias, partidarios del levantamiento del General Franco. Bombardeo de la aviación, granadas de morteros y hasta proyectiles de carros de combate, dejaron sólo ruinas (algunas conservadas como recuerdo). La imagen que actualmente se venera es una reproducción, pues al parecer los resistentes enterraron la imagen primitiva en algún lugar que no pudieron revelar antes de su muerte.

La veneración a esta advocación de la Madre de Jesús se extiende no sólo a la provincia, sino a otras muchas provincias españolas desde las que se desplazan los devotos cada año hasta el Santuario, en la noche del sábado al domingo últimos de abril. Otros pueblos de la provincia tienen la misma advocación de la Virgen de la Cabeza por patrona, como Campillo de Arenas, aunque hay dos versiones distintas del por qué de su culto: una dice que la imagen la encontró un labrador arando; y la otra que, ante las dificultades que encontró la Cofradía local para desplazarse hasta Andújar, decidieron festejarla en el mismo pueblo.

También Cazorla venera a la Virgen de la Cabeza. Su tradición dice que un pastor descubrió la imagen después de una gran tormenta y bajó desde La Iruela hasta Cazorla a dar la noticia; mientras, los habitantes de La Iruela se llevaron la imagen y empezaron a construirle una ermita que se derrumbaba antes de terminarla. Cuando la imagen fue a Cazorla y le levantaron una ermita, ésta no se derrumbó y todavía permanece en pie. Huesa y Marmolejo también la tienen por Patrona. Si de apariciones de la Virgen hablamos, no podemos dejar de citar algunas singulares: la Virgen de las Mercedes que, aunque apareció en un horno de pan de Montillana, en Granada, donde fue escondida para salvarla de los moros, se venera en Alcalá la Real

En Baeza, la Virgen del Rosel, nombre de un moro ciego que recuperó la vista al lavarse con el agua que brotó de una excavación que hizo al escuchar una voz divina que se lo indicó, y donde se encontraba una imagen de la Virgen. La ermita que la cobija está a unos siete kilómetros de Baeza, donde todos los siete de septiembre se celebra una romería para venerar al Cristo de la Yedra y la Virgen del Rosel.

En Baños de la Encina, la imagen de la Virgen se le apareció a un labrador. La tradición dice que aún existe la encina en la que se apareció y que en sus bellotas se puede ver la imagen de la Virgen.

En Bedmar, la Virgen de Cuadros se apareció a un pastor que capturó una paloma, que llevó a su casa y guardó en una jaula. Al día siguiente volvió al mismo sitio y la encontró en el mismo lugar; volvió a tirarle con una honda y al buscar en el sitio donde había caído encontró la imagen de la Virgen. En Fuensanta de Martos, también se le apareció la Virgen a un pastor en una cueva y le pidió que allí se edificara una ermita, la que perdura en la actualidad.

En Huelma se le apareció la Virgen a la hija del alcaide musulmán de Cambil, a la que le había cortado las manos por ayudar a los cautivos cristianos. Huyendo del castillo de su padre se sentó al lado de un manantial donde la Virgen le dijo que metiera los muñones en el agua, con lo que recobró las manos. Un pastor presenció el hecho y trasladó la imagen de la Virgen a Huelma, de donde desapareció al día siguiente. Al volver al manantial estaba allí de nuevo la imagen, y allí se construyó un Santuario.

La Virgen de Linarejos se le apareció a Juan Ximenez a principios del siglo XIII, entre unas peñas. La recogió, la llevó a Linares, de donde desapareció al día siguiente. Se volvió a encontrar en el mismo sitio del primer hallazgo, por lo que se construyó allí mismo una ermita.

En Lupión se venera la imagen de la Virgen encontrada en un tronco de árbol de un lugar llamado Lorite. Quisieron llevarla a Baeza pero no pudieron por su gran peso; lo intentaron los de Lupión encontrando que su peso era liviano.

En Porcuna se venera a la Virgen de Alharilla, (nombre musulmán del sitio -lugar de mucha abundancia y fertilidad- distante unos siete kilómetros del pueblo), con una romería en el mes de mayo. En este caso no se trata de una aparición y si la citamos aquí es por que al parecer ya existió en este lugar una ermita del tiempo romano, que se conservó durante la dominación visigoda y fue destruida por los árabes, aunque la imagen de la Madre de Dios, como la designan los devotos de Porcuna, fue escondida y volvió a recibir culto al tomar de nuevo Porcuna Fernando III en 1240.

Para los naturales de Quesada la imagen de la Virgen de Tiscar la llevaba San Isicio, varón apostólico. La tradición dice que los musulmanes la tiraron a la Cueva del Agua, de la que siempre volvía a salir hasta que la rompieron. Tras la conquista de la fortaleza recogieron los pedazos y la llevaron a reparar a Toledo, pero la imagen volvió a Tiscar donde se levantó una capilla para su culto.

La tradición de la Virgen de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo se remonta a principios del año mil, cuando la mujer del rey de Iznatoraf se convirtió al cristianismo, por lo que su esposo le cortó las manos y le arrancó los ojos, expulsándola de su castillo. La mujer escuchó una voz que le dijo que se lavara en una fuente que acababa de brotar, con lo que recuperó la vista y las manos, regresando al castillo. Al ver el prodigio su marido se convirtió también al cristianismo y mandó edificar una ermita donde llevaron una imagen que tenían guardada los mozárabes. Ante los ataques de los musulmanes la imagen fue trasladada al castillo de Chincoya, que, por su intercesión, no fue conquistado. Alfonso X el Sabio cantó esta defensa en la Cantíga 185.

Terminemos este espigueo de apariciones y milagros en Ubeda donde, en el lugar denominado Gavellar, en 1381, un labrador, Juan Martínez, enganchó con su arado una campana de barro en cuyo interior había una pequeña talla de la Virgen que fue llamada de Guadalupe. En el lugar donde se encontró, se levantó un Santuario.

Podría hacerse también una relación de las apariciones de imágenes de Cristo, así mismo abundantes, pero sería muy prolijo y no terminaría nunca este capítulo, que no queremos cerrar sin escribir sobre otra manifestación de religiosidad católica de gran raigambre en Jaén: la Semana Santa.

LA SEMANA SANTA

Jaén que tuvo un rito litúrgico propio, el Rito Giennense, -con mezcla de romano, mozárabe y toledano, con vigencia de 1246 hasta su derogación en 1570-, según el cual se celebraban las conmemoraciones de la Semana Santa. No tuvo procesiones, como hoy las conocemos -o algo parecido-, hasta 1515. Y su primera cofradía es de 1541, la de la Santa Vera-Cruz y su procesión de disciplinantes. Desde entonces, y al compás de la historia y de las normas de la Iglesia, han tenido los desfiles procesionales tiempos esplendorosos y otros de gran decaimiento.

En la actualidad, el esplendor tanto las procesiones de Jaén como las de Ubeda y las de Baeza, les han llevado a obtener la declaración de «Interés Turístico». Independientemente de los desfiles las distintas cofradías organizan tríduos, quinarios, septenarios y novenarios a los que suelen acudir predicadores famosos, y las imágenes son ornadas con flores, luces, mantos, túnicas, y lucen sus coronas de metales nobles que engarzan ricas piedras preciosa.

En Jaén ha revivido la tradición del Pregón de Semana Santa que da lugar a un brillante acto literario y que suele ser pronunciado por algún giennense famoso que vive fuera de la Ciudad y que vuelve para exaltar la tradición, la religiosidad o las costumbres de la tierra natal. Para dar más realce al acto, participan también la Banda de Música Municipal y el Orfeón Santo Reino.

Los itinerarios procesionales suelen discurrir por la parte más antigua de Jaén, y su recorrido suele oscilar entre los dos kilómetros y medio y los cuatro y medio, aunque el tiempo que se tarde en recorrerlos puede variar de dos horas y media a las diez horas y media que dura la de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Estos desfiles tienen una serie de personajes que no faltan en casi ninguno de ellos: Naturalmente, los Cofrades que llevan, según su cofradía, túnicas, capas y antifaces, con capirote o sin él, de distintos colores y un cirio.

El Bocinero que porta una gran bocina o trompeta, en algunas ocasiones de sonar destemplado, como corresponde al luto del momento, que servía para abrir paso y denotar qué cofradía era. Los Bastoneros que, como su nombre indica, portan bastones como símbolo de autoridad, puesto que son los que guardan el orden en la procesión.

El Alférez, que lleva el pendón de la cofradía.

El Fabricano o capataz, que prepara los tronos, guarda y cuida los enseres de la cofradía y, en la procesión, indica cuándo ha de pararse el trono, en función del cansancio de los costaleros, del lugar donde se pasa -en algunas cofradías se suele detener el trono antes las casas de los cofrades-, porque algún devoto o devota canta una saeta… También es el que indica si el ritmo de avance ha de ser contenido, vivo, o se ha de «bailar» el trono; en algunos momentos ha de ser un experto en el cálculo de espacios y volúmenes para que el trono, las imágenes o el palio no tropiecen con los muros de las casas, sus balcones o las esquinas demasiado estrechas.

Los Costaleros, que soportan el peso de los tronos y que suelen ser los cofrades mas jóvenes, los que hicieron una promesa o los que cobran por hacer un trabajo. Ellos son los que hacen que la marcha del trono sea una maravilla de equilibrio y armonía. Los Soldados Romanos o «armados», que pueden ser de infantería, de caballería, cornetas y tambores, y que acompañan algunas procesiones.

Las Fuerzas Armadas: suelen dar guardia de honor a los tronos una escuadra de las Fuerzas de Seguridad o de algún Regimiento de las Fuerzas Armadas vinculadas por alguna tradición a una determinada cofradía.

Y las Bandas de Música: cada cofradía lleva una, incluso contratada en algún pueblo de la provincia o fuera de ella; la banda Municipal acompaña tradicionalmente a Nuestro padre Jesús Nazareno, conocido popularmente por «el Abuelo», profundamente enraizado en el fervor giennense; incluso se han compuesto, desde hace muchos años, para este desfile procesional, piezas musicales que se interpretan a lo largo del recorrido y que se han incorporado al folclore de Jaén.

Cada ciudadano tiene elegido su peculiar sitio para presenciar el paso de la cofradía de sus amores. Al que esto leyere sin estar vinculado a la Ciudad, le aconsejamos la calle de Bernabé Soriano esquina a la Plaza de San Francisco, que es el lugar donde se instala la tribuna de la Agrupación de Cofradías. En Ubeda se da una característica en la Semana Santa que, creemos, no se produce en ningún otro lugar: la Procesión General. Independientemente de los desfiles procesionales de cada cofradía, la noche del Viernes Santo se reúnen todas las cofradías en la Procesión General: desde Jesús en la borriquilla entrando en Jerusalén hasta la Virgen de la Soledad, que la cierra. Le aconsejamos para ver este magno desfile la Plaza de Vázquez de Molina, que es donde empieza, o la calle Real, si tiene algún amigo que le proporcione un lugar en algún balcón o ventana, salvo que le guste ser aplastado por la multitud.


 

MULTITUDINOUS ALIEN SHOW IN THE MIDDLED AGES

 

On Saturday 10th June 143O at  11.30     P.M. , at Jaén  city  ( Andalusia , Spain) , for more than one half hour , four rather scared and separate peasants sighted , from different places in the town, some 500 people performing a strange procession commanded by a handsome  lady in white robes who carried on her hands a baby.     The noisy    unidenti­fied crowd walked slowly through isolated streets following an itinerary ending at           San Ildefonso church.    The charming woman and infant threw off a powerful light which blinded to observers and illuminated “as noon”  the roads as well as roofs  and rooms of Jaén houses.           The “Señora” , taller than her attendants ,  wore a glowing mantle with iridiscent colours.            The picturesque parade was headed by seven youngs in white clothes bearing white crosses , followed by twenty clergymen  -in two rows-  praying aloud with some unintelligib1e speech.     Right after them went the lady and child with a man and a woman by the sides escorting them.      Behind and clustered came along some  300  men and women also in white garments.    Finally ran a troupe of a hundred individuals in white armed with lances , beating loudly their pikes each other.     In the tail end of this staggering display , pursued many barking dogs. When such a variegated multitude arrived to an open space back Saint Ildephon­sus chapel , the imposing dame sat herself on a resplendent silvery throne in

front of a luminous altar staged with red and white ornaments , while her companions sat down around her intonating chants.     At  12.00  P.M. the entire “holy army” vanished inexplicably in thin air.    Afterwards , one of the seers went through the procession route and found no ground traces.      One of the witnesses , on two days previous to the unforgettable event ( June 7th  and 8th ) , heard a mysterious voice who whispered him  :  “Do not sleep and you will see good things”.    The odd happening was cautious and  carefully checked and investigated by civil and ecclesiastical Spanish authorities , which got notarial affidavits from all witnesses.      This bizarre happening was the origin of a local sacred Marian cult ( “Our Lady of the Chapel” ) that persisted for several centuries.

 

( The original article in Spanish consists                of  30  pages )

 

 

B I B L I O G R A F Í A

 

 

 

 

–   Academia Bibliográfico-Mariana de Lérida   :    “CERTAMEN DEDICADO A LA MEDALLA MILAGROSA Y A NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA”.   ( Tipografia Mariana , Lérida , 1931 ).

 

–   Autor Anónimo :  “HISTORIA DE JAÉN” .            ( Hacia 1615.   Manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid ).

 

 

—   Argote de Molina , Gonzalo :  “NOBLEZA DE ANDALUCÍA”.    ( Sevilla , 1588 ).

 

 

—   Arquellada , Juan de  :   “SUMARIO DE PROEZAS Y CASOS DE GUERRA ACONTECIDOS EN JAÉN Y REINOS DE ESPAÑA , DESDE  1353  a  1590.”   ( Manuscrito en la Biblioteca Nacional ).

 

 

—   Becerra , Antonio:    “MEMORIAL DE LA DESCENSIÓN DE LA VIRGEN EN LA IGLESIA DE SAN ILDEFONSO DE LA CIUDAD DE JAÉN EL AÑO 1430”.  ( Jaén , 1639 ,       80 folios ).

 

 

—   Cazabán , Alfredo :   “RECUERDO DEL V CENTENARIO DEL DESCENSO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA A JAÉN Y DE SU CORONACIÓN EL 11 DE JUNIO DE 1930”.            ( Jaén  ,  1930  , 13 hojas ).

 

 

 

 

 

 

—   Cuesta , Pedro de la :    “RELACIÓN DE ALGUNAS COSAS INSIGNES QUE TIENE ESTE REINO Y OBISPADO DE JAEN”.   ( Jaén  ,  1614 ).

 

 

—   Cuesta , Pedro de la :    “HISTORIA DE LA ANTIGUA Y CONTINUADA NOBLEZA DE LA CIUDAD DE JAÉN”.               ( Jaén  ,  1628 ).

 

 

—   González Dávila , Gil  :  “TEATRO ECLESIÁSTICO DE LAS IGLESIAS METROPOLITANAS Y CATEDRALES DE LOS REINOS DE LAS DOS CASTILLAS”.  ( Madrid , Imprenta Francisco MartÍnez  ,  Tomo  lº  ,  1645 ).

 

 

—   Jimena Jurado , Martín de  :    “CATÁLOGO DE LOS OBISPOS DE LAS IGLESIAS  CATEDRALES DE LA DIÓCESIS DE JAÉN”.    ( Toledo  ,  1654 ).

 

 

—   Jiménez Patón , Bartolomé :    “HISTORIA DE ALGUNOS VARONES FAMOSOS DE LA NOBLEZA DE JAÉN”.              ( Jaén  ,  1628 ).

 

 

—   Martínez de Mazas , José  :   “RETRATO AL NATURAL DE LA CIUDAD Y TÉRMINO DE JAÉN”.      ( Jaén , 1794 ).

 

 

–   Montuno Morente , Vicente   :   “NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA , MADRE , PATRONA Y REINA DE JAÉN”.

( Madrid  ,  1950  ,  424  páginas ).

 

 

—   Montuno Morente , Vicente :   “DEL DESCENSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN A JAÉN Y DE LA SOLEMNE CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA CAPILLA”.   ( Diario “El Pueblo Católico” , Jaén , 25 Mayo 1930 , 40 páginas ).

 

 

 

 

—   Mozas Mesa , Manuel  :      “JAEN , LEGENDARIO Y TRADICIONAL”.   ( Madrid  ,  1935 ).

 

 

—   Muñoz y Garnica , Manuel :    “SERMÓN DEL DESCENSO DE LA VIRGEN MARÍA”.  ( Imprenta López , Jaén , 1856 ).

 

 

—   Muñoz y Romero , Tomás :  “DICCIONARIO BIBLIOGRÁFICO—HISTÓRICO DE LOS ANTIGUOS REINOS, PROVINCIAS , CIUDADES , VILLAS , IGLESIAS Y SANTUARIOS DE ESPAÑA”.   ( Madrid , 1858 ).

 

 

—   Pallés , José  : “AÑO DE MARÍA , O COLECCIÓN DE NOTICIAS HISTÓRICAS Y LEYENDAS PARA HONRAR A LA VIRGEN SANTÍSIMA EN TODOS LOS DIAS DEL AÑO”.         ( 6 tomos , Imprenta Riera , Barcelona , 1875 ).

 

 

—   Pérez , Nazario:    “HISTORIA MARIANA DE ESPAÑA”   ( Unos 7 tomos , Gráficas J. Concejo ,      Valladolid  ,  1945 ).

 

 

—   Rodríguez de Gálvez , Ramón : “LA VERDAD DE LA TRADICIÓN DEL DESCENSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LA CIUDAD DE JAÉN EN EL AÑO  1430”.  ( Jaén , 1883 ).

 

 

—   Rus Puerta , Francisco de  : “OBISPOS DE JAÉN Y SEGUNDA PARTE DE LA HISTORIA ECLESIÁSTICA DE ESTE REINO Y OBISPADO”.  ( 1646 , manuscrito en la Biblioteca Nacional ).

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