Apariciones 1968 El-Zeitoun (Egipto)

Descripción

Apariciones 1968 El-Zeitoun (Egipto)

 

Por Jose Antonio Caravaca

TERRORIFICOS ENCUENTROS

Sin lugar a dudas, uno de los sucesos mas extraños e irritantes que se acopian en mi archivo sucedió en la década de los noventa en la localidad de Algeciras.

Un incidente, todo hay que decirlo, que, por muchos años que han pasado desde que ocurriera, no ha dejado de intrigarme… sobre todo por la relación que tiene con otros pavorosos casos sucedidos en el mundo…

Fue un buen amigo, gran aficionado al tema OVNI, quien me ponía tras la pista de un gigantesco puzzle: «no se que les ocurriría los muchachos – refería Rafael Tobajas a través del hilo telefónico-, pero lo que te puedo decir es que sus padres me han confirmado que llegaron a casa con el susto en el cuerpo». Y no era para menos. A los pocos días del «sobresalto» pude charlar con los protagonistas y conocer todos los pormenores de la historia en el mismísimo lugar de los hechos.

Bajo un cielo estrellado y un viento de mil demonios, los jóvenes procedieron a recordar lo vivido aquella terrorífica madrugada.

Todo comenzó el 14 de octubre de1995, cuando Joaquín María de 21 años y Rafael N. de 20 años, aficionados a la pesca nocturna, habían decidido probar suerte, por primera vez, bajo el faro que se encuentra en él, por entonces, nuevo baladero de la playa de Getares (Algeciras). La noche prometía, y algunas prematuras capturas hacían presagiar una jornada inolvidable… y así fue… pero por otros motivos muy distintos…

Frente a la posición de los testigos, a unos 250 metros, podían observar un largo espigón de unos 200 metros que penetraba en las oscuras aguas de la bahía. En su extremo una delgada baliza roja señalaba su posición, con un destello intenso.

La jornada transcurría con absoluta normalidad. Serían las tres y media de la madrugada, cuando el repentino vuelo de varias gaviotas llamó la atención del joven Joaquín, qué, mirando en dirección al espigón, vio una extraña silueta negra que emergía rápidamente del mar.

Sin salir de su asombro aviso a su amigo y ambos pudieron observar como una «sombra» en forma de cono se recortaba sobre el mar frente a ellos. «Al poco de surgir del agua, la «sombra» se colocó bajo la baliza, allí estuvo detenida unos 10 segundos, como buscando algo -según nos relató Joaquín desde la posición donde pescaban- era una cosa rarísima, de un color negro mate, sin brillo y por su parte delantera estaba como deformada. Parecía un enorme peón de ajedrez…»

«Tras esta pequeña parada – comentan los jóvenes mientras realizan un croquis- la «sombra» reemprendió la marcha a una velocidad considerable y la perdimos de vista entre los materiales de aquella obra de ahí enfrente. No escuchamos ningún tipo de sonido. Esperamos tres cuarto de hora, mas o menos, por si regresaba aquello, pero nos marchamos un poco asustados al ver que no volvía. Jamás en mi vida había visto una cosa igual. Llegamos a casa bastante impresionados…».

La «sombra» parecía haberse esfumado en la noche…

Los testigos no saben con certeza si la figura iba a ras del suelo o flotando, pero asegurarían que iba levitando a baja altura, cuando recorrió toda la superficie del espigón. La extremada irregularidad del terreno, unida al viento reinante en la zona, aquella madrugada, hace casi imposible que un vehículo pueda desplazarse por el lugar con facilidad. Lo que descarta, completamente, que lo contemplado por los jóvenes se trate de algún tipo de ciclomotor o vehículo a ruedas…

Situados junto a la baliza, con ayuda de los testigos, pudimos deducir las medidas aproximadas de la fantasmal silueta. Sorprendiendonos por el tamaño de la misma, siendo su altura de unos 262 cm, 80 cm ó 90 cm de ancho por la parte superior y 150 cm por la parte inferior.

La extraña figura siempre mantuvo la misma forma de cono, uniforme por su parte trasera, e irregular por la parte delantera. Los 250 metros que conforman el espigón fue recorrido por la silueta a una velocidad estimada de unos 45 km.

En un día normal, el espigón suele estar ocupado por varios pescadores, pero debido al intenso oleaje la pesca resultaba arriesgada en el lugar, y por ello estaba desierto. No hubo mas testigos…

¿Qué fue lo que observaron estos jóvenes?… ¿estaría relacionado éste hecho con los continuos avistamientos OVNIs reportados en aquellos mismos parajes?

Recordé un suceso ocurrido en 1969, donde decenas de testigos, entre los que se hallaban varios policías locales, F. S. Castro, E. M. Marín y Andrés Gómez Serrano observaron, en la zona del puerto, varios objetos de tipo discoidal con multitud de luces de colores, que surgieron del mar en medio de un fuerte zumbido, para, tras permanecer varios minutos estáticos en el aire, volver a introducirse en las profundidades de la Bahía de Algeciras…

EL «MONJE» DEL ESPACIO

Buscando en mi archivo casos que pudieran tener algún tipo de relación con el enigmático suceso de Algeciras, encontré que décadas atrás, 43 años exactamente, unos jóvenes norteamericanos estuvieron frente a frente a una diabólica entidad muy similar a la descrita por los dos pescadores gaditanos…

Una alocución radiofónica, en el conocido programa «Nosotros el pueblo», muy famoso en los años 50, mantuvo en vilo a miles de oyentes del país de la hamburguesa, que estupefactos, escucharon pegados a sus receptores de radio, el sincero testimonio de una mujer que aseguraba haberse tropezado, cara a cara, con un monstruo que descendió de un OVNI…

La noche del 12 de septiembre de 1952, miles de personas fueron testigos del paso de un extraño objeto volador sobre los cielos de Virginia Occidental. En Sutton (Condado de Braxton) varios adolescentes que jugaban al futbol, observaron un «platillo volante» de fuerte luminosidad rojiza que, tras detenerse un momento en el aire, pareció descender tras una colina cercana, concretamente en Flatwoods. A la carrera, algunos chicos, se dirigieron hacia el lugar donde creían que estaba posado el misterioso artefacto. Por el camino, se les unió la Sra. Kathleen May, sus dos hijos y Gene Lemon, Guardia Nacional, que junto a su perro fiel, decidieron investigar en compañía de los jóvenes. Detrás de la colina se adivinaba la presencia de una fuerte luminosidad.

Con el corazón en un puño, el grupo de exploradores enfilaron hacia el montículo. El perro de Lemon pareció «presagiar» lo que minutos después iba a ocurrir, y salió despavorido del lugar.

Por si este repentino abandono fuera poco para amedrentar la moral del grupo, una misteriosa niebla, salida de la nada, les envolvió rápidamente. Un olor nauseabundo y una repentina sensación de calor, precedió al avistamiento de un enorme objeto discoidal, de color rojizo que resplandecía en pulsaciones. En la oscuridad de la noche aquel artefacto irradiaba fantasmagóricamente entre la bruma. De pronto Lemon creyó ver algo junto a unos arboles.

Tras alumbrar la zona con una linterna, el horror se apoderó de todo el grupo, recordando en aquel instante, la sabia decisión del perro.

La débil luz de la linterna, descubrió, agazapado en la oscuridad, una oscura silueta que les observaba con unos enormes e hipnóticos ojos rojos. Frente a los testigos había un gigantesco ser de mas de tres metros de altura, con el rostro rojo y sudoroso, enfundado en una especie de manto de color verde oscuro con capucha y falda. El «monstruo» se movía con pasmosa agilidad y parecía flotar sobre la hierba. De sus penetrantes ojos rojos surgían rayos de luz azulada. Tras describir un amplio movimiento circular se dirigió hacía el OVNI. Aquello fue demasiado. La tensión desbordó al grupo, y en desbandada dieron por concluida su exploración nocturna. Puede ser incluso que en su alocada carrera adelantaran al previsor perro…

Esa misma noche la policía intento rastrear la zona en busca de pruebas, pero ante la nula cooperación de los perros, que se negaban a avanzar en dirección al supuesto lugar del aterrizaje, decidieron postergar sus indagaciones hasta el día siguiente.
Con la tranquilizadora luz del alba, las autoridades locales hallaron una zona de pasto inexplicablemente aplastada, y varios fragmentos de un material parecido al plástico.

Por su parte, algunos de los testigos, sufrieron diversos malestares físicos, típicos, según los facultativos, a la exposición prolongada a gases lacrimógenos, como hinchazón de garganta y convulsiones.

Algunos investigadores indican que el gigantesco humanoide, al ser descubierto, vertió sobre los testigos una extraña sustancia oleaginosa que fue la causante de los daños físicos.

La criatura descrita en este suceso nos recuerda extraordinariamente, tanto en su forma como en su manera de desplazarse, a la figura observada por los pescadores españoles… ¿tendría relación ambos casos?…

Pero hay un penúltimo ejemplo más, que vincula a los encapuchados con los escurridizos OVNIs…

El 10 de octubre de 1954 en el norte de Francia, en Pournoy-la-Chévetive, sobre las 6:30 horas de la tarde tres niños vieron aterrizar una maquina brillante muy cerca de donde ellos se hallaban jugando. Un humanoide bajito vestido con una sotana parecida a la de un cura, descendió del OVNI portando una luz en la mano. El ser tenía la cara cubierta de vello destacando dos grandes y siniestros ojos. Los niños observaron al extraño monje que balbuceaba en un idioma incomprensible, mientras se alejaba del objeto. Cuando la luz de la linterna iluminó a los jóvenes estos emprendieron la huida, viendo desde la distancia, como el OVNI despegaba y se alejaba en la lejanía.

El ultimo suceso que agregamos a este glosario de extravagantes encuentros, nos traslada hasta Nuevo León en México. Allí el joven oficial de policía Leonardo Samaniego Gallegos, de 21 años, se llevó un sobresalto de los que no se olvidan fácilmente. Ocurrió la madrugada del viernes 16 de enero del 2004, mientras patrullaba tranquilamente por el sector de «Guadalupe». Serían mas o menos las tres y cuarto de la noche (hora similar al encuentro de los dos pescadores) cuando observó como, repentinamente de un árbol, caía «algo» oscuro que llamó su atención. Dio marcha atrás a su vehiculo y encendió el faro lateral para intentar apreciar mejor de que se trataba (detalle que coincide con el suceso de Flatwoods) . El potente haz de luz, iluminó un monstruoso ser, que el testigo calificó, por su aspecto, como parecido a una «bruja». Se trataba, según Samaniego de una «mujer» ataviada de una extraña vestimenta, que consistía de una larga «falda» negra y una capucha del mismo color que acaba en punta, el rostro tenía facciones femeninas, pero con la peculiaridad de tener grandes ojos, completamente negros si parpados. En uno de sus antebrazos tenía una esfera, como el «monje frances» …

La «bruja», de gran tamaño, pareció no gustarle demasiado que el policía la iluminara con su foco y se cubrió el rostro con las manos. El patrullero, presa del lógico pánico comenzó a dar marcha atrás con su coche, en el mismo momento que la criatura se elevó en dirección al testigo, cayendo violentamente contra el parabrisas del automóvil. En esos tensos instantes, el joven, pidió auxilio por radio a sus compañeros. No pudiendo resistir mas la situación, Samaniego se desmayó. Minutos más tarde, llegarían al lugar de los hechos algunos compañeros y una ambulancia que hallaron el coche patrulla detenido y con su ocupante desvanecido. El oficial de policía fue sometido a diversos exámenes toxicológicos y psicológicos, para determinar si se hallaba bajo los efectos de alguna droga. Todos los estudios dieron negativos. El testigo parecía decir la verdad de su horripilante encuentro, su estado de shock parecía corroborarlo. Otra consecuencia del episodio fue que, durante tres días, tuvo un agudo dolor en un brazo. Posteriormente, cuando los investigadores le mostraron un croquis del «monstruo de Flatwoods», Samaniego no lo dudo un segundo, se trataba de su bruja…

Para terminar no me resisto a incluir la siguiente anécdota.

En agosto del 2002, en una fortuita conversación mantenida con el hermano de uno de los testigos, éste me comunicó que Joaquín y Rafael, varios años después de su experiencia, encontraron en un supermercado un libro de Juan José Benítez, La punta del Iceberg, que «casualmente» reflejaba en sus paginas el suceso del «Monstruo de Flatwoods». Lo que mas le llamó la atención del acontecimiento, fue el parecido de la criatura con lo observado por ellos mismos durante aquella inolvidable madrugada… No pude evitar sonreír …

Fuente: http://caravaca.blogspot.com

MIÉRCOLES 16 DE DICIEMBRE DE 2009

Metro nocturno

Por Vanessa Benítez Jaime

La noche se precipita como ave oscura sobre Madrid, las horas extras en la oficina han resultado castigo más que suficiente como para encima tener que regresar a casa en el último metro. La estación parece un cementerio, el silencio se ha apoderado del lugar. Supongo que el tren pasará dentro de unos minutos. Acorto la espera leyendo un rato La sombra sobre Innsmouth.

El chillido del tren me avisa de su llegada, levanto la mirada del libro. Las puertas se abren, dentro sólo hay tres personas, dos hombres y una mujer de cabello rubio, que en seguida fija sus ojos de muñeca en mí.

El tren se pone en marcha. Ignoro la insistencia de la mujer sumergiéndome en las páginas del libro, o por lo menos lo intento.

Los ojos azul muñeca no dejan que me concentre, me observan de una forma que nunca había sentido, como si quisieran decirme algo o pedirme que haga algo por ella, pero está agarrada tan fuertemente por sus dos acompañantes que no se atreve a abrir la boca. Sólo sus ojos aterrados, abiertos de par en par. Vuelvo al libro para no pensar en esos ojos azules que espían todos mis movimientos apenas sin parpadear. Temo que pueda reconocer mi miedo.

Una nueva parada.

Alguien se acerca corriendo por las escaleras, un hombre de unos treinta años aligera el paso y de un salto se monta en el metro. Trae una sonrisa puesta. Su primera mirada es para los tres pasajeros siniestros, se detiene un segundo en la mujer y en sus ojos de muñeca. La cara del hombre inmediatamente cambia de expresión y pierde la sonrisa.

Se sienta a mi lado sin apartar la mirada de la mujer. Puedo oler su miedo. Lo tengo tan cerca que no sé si preguntarle qué demonios ocurre. Antes de que pueda decir nada, se vuelve hacía mí y me susurra al oído:

-En la siguiente parada, por favor, bájese conmigo…- sin dejar de controlar a los otros tres pasajeros con el rabillo del ojo.
-¿Por?
-No pregunte…ahora no…

Despliega el periódico que lleva bajo el brazo, mirando disimuladamente por encima de vez en cuando a la mujer. No sé qué hacer, si seguir su consejo y bajar del tren o quedarme de nuevo a solas con esa gente.

Una voz mecánica de mujer, la megafonía del tren, nos avisa de que en breves instantes pararemos de nuevo. El hombre se levanta y, sin dejar margen a que reaccione, me coge del brazo y me arrastra a la salida. Cuando el tren se detiene, ambos bajamos con prisa.

-¿Me puede decir qué está haciendo?- le pregunto algo molesta.

El hombre tiene el rostro desencajado, con una voz temblorosa me dice:

-Perdona… que la haya sacado así del tren. Soy médico y enseguida me he dado cuenta de que la mujer estaba muerta. Los dos hombres simplemente la estaban sujetando …
Me alejo de la estación sintiendo todavía el peso de esos ojos de muñeca.

Fuente: http://blogdenausicaa.blogspot.com

Camino de casa

Por Vanessa Benítez Jaime

Desde el camino aún podía ver a lo lejos a mi abuela con la mano levantada despidiéndose de mí. La visita no había sido demasiado larga pues ella todavía estaba delicada y se cansaba con facilidad.

Ahora tendría que apurar el paso si no me quería ver sorprendida por la noche rumbo a casa, y más habría de correr si mi único camino era el del bosque. En esta zona de Massachusetts oscurece muy pronto vencido ya el otoño. Y el sol estaba a punto de atrincherarse tras la maraña de los árboles. Debería haber salido antes.

Cuanto más me adentraba en el bosque algo me decía que debería echar a correr sin parar, que ese gran silencio que inundaba el lugar no era buena señal. Pero yo me detuve, esperando que ocurriese algo.

Y entonces llegó hasta mí el susurro de una voz lejana que volaba con el viento. Era una voz dulce que pronunciaba mi nombre como jamás antes lo habían pronunciado.

A la izquierda del camino descubrí un sendero que no había visto antes, un sendero estrecho a punto de ser vencido por la maleza. Juraría que hacía mucho tiempo que nadie lo había cruzado, pues no se veía pisada alguna. La voz que susurra cada vez se escuchaba mejor. No me había equivocado, era mi nombre…

A mitad del sendero apareció, medio oculto tras un árbol, de repente un cartel que decía: “La casa”. Las letras se habían borrado y no se entendía nada más. Eso sí, se distinguía perfectamente una flecha que señalaba al final del sendero, donde emergió una mansión atrapada entre musgo y enredaderas. Lo único que se distinguía de ella era una puerta de color oscuro, quizás negro.

Empujo la puerta, la voz que susurra viene del interior, me llama con una insistencia apremiante, con desesperación…como si quien me llamara me necesitara urgentemente.

Por dentro todo está limpio, los muebles son preciosos, antiguos y de un gusto exquisito. Todo está arreglado como si la casa estuviera esperando visita. Y están todas las lámparas de gas encendidas.

La voz viene de arriba.

Subo unas escaleras de mármol rojo, despacio, midiendo los peldaños, observando los cuadros tan extraños que hay colgados en las paredes, todos representan lo mismo, la vivienda vista desde distintos ángulos. En el último lienzo, al final de la escalera, se observa la fachada principal con la puerta oscura, casi negra, y justo por ella entra alguien… yo.

Sigo adelante y me encuentro en la segunda planta, la voz viene de más arriba todavía. Sigo subiendo. En el segundo tramo hay más cuadros, ahora en ellos se ve el interior de esta, y al igual que antes en distintos ángulos. Me detengo de nuevo en el último donde se representa el final de la escalera, y allí en lo alto, otra vez aparezco yo.

La voz proviene del desván. Me separa de él unas escaleras de madera vieja. Continúo subiendo hechizada por ese susurro que cada vez se oye mejor. Esta vez no se repite la extraña colección de cuadros, sólo hay uno al lado de la misma puerta del desván. En él se representa esta misma puerta, pero con la diferencia de que está abierta, y dentro vuelvo a aparecer yo, pero no sola, a mi lado hay alguien, no sé quién es. Viste entero de negro y oculta su rostro con la cabeza agachada. A su lado hay un objeto que no distingo.

Adelanto un paso y entro en el desván. Allí dentro me espera esa voz. Al contrario que el resto de la casa, la estancia no está iluminada, solo la luz de la luna entra por la ventana. Dentro descubro que lo que he imaginado una persona en el lienzo es en realidad un perchero del que cuelga una capa negra, y que el objeto que no distinguía es un fonógrafo. Me acerco. En una esquina hay arañado un nombre, quizá la marca, Arkham. De la campana del fonógrafo brota esa voz que susurra mi nombre sin parar: Lavinia, Lavinia, Lavinia…

Fuente: http://blogdenausicaa.blogspot.com

SÁBADO 12 DE DICIEMBRE DE 2009

Misteriosas Luminarias

Luces Asesinas

Desde principios de este siglo que ahora languidece los habitantes y viajeros que han pasado por las Hurdes han podido contemplar un fenómeno que en esas tierras se ha bautizado con diversos nombres: «Las luminarias», la luz de Rivera Oveja, lamparil fatal, etc.

Extrañas luces y bolas de fuego que han perseguido a desprevenidos viajeros trazando giros inimaginables en cualquier aparato fabricado por el hombre. En Martilandrán, en Cambroncino, en la Rivera Oveja, en las oscuras y profundas aguas del pantano de Gabriel Galán se han dejado ver estas luces que durante tiempo ancestral han causado el temor de las buenas gentes de las Hurdes.

Estas extrañas apariciones de bolas de fuego han sido recogidas por los cantares populares así por ejemplo en Martilandrán se puede escuchar a los ancianos del lugar cantar:

«Ese lucerito madre,
que va detrás de la luna,
es el que me acompaña,
la noche que voy de tuna.»

El trágico caso de Nicolás Sánchez Martín

Fue a primeros de noviembre de 1917. Nicolás Sánchez Martín » Colás «vecino de Cambroncino, hombre cabal y trabajador, atendía su negocio (criaba cerdos y vendía fruta entre otras cosas). Un buen día habiendo realizado una venta de marranos en el mercado de Ahigal, cuando deshacían lo andado (iba acompañado de dos vecinas de Cambroncino: María Iglesias, la Habanera y su hermana Pepa) y a punto de asomar por el puerto vieron una luz que flotaba sobre el río, las dos mujeres estimaron prudente pernoctar en Rivera Oveja, sin embargo » Colás » siguió monte abajo, con la única compañía de la mula y un machete. Pero, cuando se disponía a cruzar la torrentera, la luz voló a su encuentro, esperándole al otro lado del río.» Colás » y la mula salvaron las aguas y, nada más pisar tierra la luz se interpuso en su camino. Al intentar pasar y ser obstaculizado por la misteriosa luz el hombre echó mano de su cuchillo y le gritó » O te apartas o te aparto «. La luz entonces arremetió contra las patas de su caballería y a duras penas entre coces y brincos ganaron la orilla. El hombre quedo muy impresionado y sin aliento y así estuvo durante tres días.

El hecho es que » Colás » un hombre robusto y de excelente salud, y que en aquellos momentos contaba con la edad de treinta y nueve años, se debatió durante nueve días entre la vida y la muerte, falleciendo finalmente al noveno día de su encuentro con la extraña » Luminaria » entre terribles dolores. Su muerte según certificó el galeno que le atendió en sus últimos días, Don Víctor Sánchez Hoyos, se produjo por una pulmonía, aunque la familia del fallecido sostuvo siempre que fue a causa de la impresión que el bueno de » Colás » sufrió al encontrarse con la mortífera luz.

Insólitas Persecuciones

Abundan las narraciones de gente perseguida por estas extrañas luces, en casi cualquier alquería de las Hurdes existe una historia referente al tema. Entre las muchas he elegido la protagonizada por Manuel Guillermo y que tuvo como escenario las postrimerías del pueblo de La Huerta.

Ocurrió en el año 1950, desconozco el mes, cuando el anteriormente mencionado Manuel Guillermo fue perseguido por una esfera con un pico prominente en su parte superior y emitiendo flashazos de una luz tan potente que se filtraba por todos los rincones de los pinos que jalonan el monte de Horcajo. La extraña luz sorteaba uno a uno los recios pinares dirigiéndose hacia el cuerpo de Manuel y lo persiguió durante largo rato. Un vecino de Manuel se lo encontró corriendo ladera abajo y apenas tuvo tiempo de preguntarle. La esfera venía detrás emitiendo un zumbido intenso, a unos dos metros del suelo. Los persiguió hasta un pequeño valle verde bautizado hoy en día como «Peña de la Covella «. Después desapareció misteriosamente quedando en el aire un halo azulado. Los dos hombres se quedaron temblorosos intentando explicar lo que acababan de experimentar. Ni los pastos, ni los troncos, ni las ramas de los pinos se habían quemado.

Otro hecho insólito tuvo lugar en fechas mucho más próximas, en la última semana de julio del año 1982. En el pueblo de El Gasco en pleno mediodía y con un calor extremo, casi la práctica totalidad de los vecinos del pueblo se vieron sorprendidos por un sonido que provenía del cielo. Todos empezaron a mirar hacia arriba y allí vieron una figura redonda de unos dos metros de largo y toda blanca. Aquello iba bajando sobre el pueblo y las gentes se asustaron mucho. Un brillo muy suave salía del interior de aquella cosa. No vieron en momento alguno algo que pudiera parecerse a la puerta o ventanillas de un avión. Pasado un tiempo y tras emitir grandes haces de luz que hacían daño a la vista, la extraña luz desapareció a toda velocidad llevándose tras de ella su misterioso ruído parecido a un «bu, bu , bu «.

Muchos pastores se han encontrado por la zona de Cambroncino y Caminomorisco objetos parecidos a una hoja de árbol que iban de un lado a otro y emitían una luz iridiscente.

Avistamientos Ovni

EL fenómeno ovni en las Hurdes tiene una gran actividad. Desde prácticamente todos los rincones de esta tierra se han visto extrañas luces y lo que parecían humanoides venidos de otros mundos.

En las cercanías del pantano de Gabriel y Galán, en Vegas de Coria, en las cercanías de Arrolobos, etc.

Posiblemente la aparición de las llamadas «Luminarias » y el avistamiento de ovnis en la zona tenga un nexo común. Por otra parte la aparición de seres luminosos que se han dejado ver en las cercanías de algunas alquerías hurdanas casi siempre ha ido acompañada de la visión de luces en el cielo.

El Caso de Vegas de Coria

1983 Vegas de Coria, un poblado de apenas doscientos habitantes sufre la visita de una famélica figura que tiene aterrorizados a los vecinos del pueblo. El primero en ver a aquel ser fue Nicolás Sánchez Sánchez quien andaba recogiendo una noche una partida de ladrillos y azulejos para la casa de sus padres. Nicolás se afanaba en llevar y traer una pila de estos últimos cuando, a bastante distancia y como bajando de las laderas situadas a su espalda, contempló como una especie de lucero se acercaba. Posteriormente oyó lo que él calificó de » algo parecido a un rechinar de dientes.» Al darse la vuelta pudo contemplar a una figura negra, famélica, iba tocada como por un manto o sayo. Posteriormente el mismo ser volvería a ser visto por otros vecinos, organizándose batidas para darle caza. En una de estas batidas concretamente el día 6 de febrero, todo el grupo de vecinos armados fue sorprendido por dos inmensos objetos volantes que prácticamente se abalanzaron sobre ellos. Alguno de los testigos afirmó que «aquello parecían dos plataformas increíblemente grandes y de forma triangular. Tenían varios focos de luz, concretamente tres, que hicieron que de repente la noche se convirtiera en día». Después del avistamiento de estos objetos la famélica figura desapareció.

Fuente: interactiva.iespana.es/Extremadura/Hurdes.doc

VIERNES 11 DE DICIEMBRE DE 2009

Las «apariciones» de la Virgen en Egipto

Por Nacho Ares

En las últimas tres décadas, Egipto ha protagonizado algunas de las apariciones marianas más espectaculares de todos los tiempos. Sorprendentes documentos gráficos demuestran la existencia de insólitos fenómenos «espirituales» entre las cúpulas y torres de algunas iglesias egipcias. Aquí nos acercamos a los focos más importantes.

«Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle. (14) Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; (15) y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.»

Este fragmento, correspondiente al evangelio de San Mateo (2, 13-15), convierte a Egipto en un lugar especial. La Iglesia Ortodoxa Copta de aquel país, está muy orgullosa de que fuera Egipto el país elegido por Dios para llamar a su hijo. Y paradojas del destino, 2.000 años después Egipto es un país con mayoría musulmana en el que los cristianos no llegan al 5 por ciento de la población.

Sin embargo, para los coptos esta circunstancia no ha evitado que la Virgen María haya vuelto veinte siglos después a bendecir al pueblo que en su momento recibió a la Sagrada Familia con tanto afecto y hospitalidad. En las tres últimas décadas Egipto ha abrigado en algunas de sus iglesias hasta siete apariciones identificadas por las autoridades religiosas egipcias con la Virgen María. Una historia realmente insólita repleta de fotografías sorprendentes, peregrinajes de multitudes y, cómo no, decenas de curaciones milagrosas.

El Cairo. Martes, 2 de abril de 1968

La diminuta iglesia de Santa María de El-Zeitoun protagonizó a finales de los años 60 la que quizás ha sido la primera y más importante aparición mariana de Egipto. La noche del 2 de abril dos empleados de un cercano garaje vieron a una mujer caminando por el tejado de la iglesia de Santa María, al norte de la ciudad. Creyendo que se trataba de una monja, fueron a avisar a los encargados del santuario. Cuando volvieron, la extraña mujer había desaparecido. Pero pronto corrió el rumor por todo El Cairo de que en El-Zeitoun había sucedido algo extraño. Pocos días después cientos de testigos divisaban sobre las cúpulas de la pequeña iglesia la presencia de una singular luz en forma de mujer que se dirigía a los presentes con gestos de bendición. Las apariciones eran casi diarias y duraban tantas horas que algunos testigos, hartos de tanta exhibición espiritual, decidían volverse para sus casas.

Las apariciones de El-Zeitoun se hicieron continuas durante casi tres años y los testimonios tanto en vídeo como fotográficos son realmente impresionantes. Las imágenes más conocidas son la que tomó el periodista Wagih Rizk. En ellas se puede observar la silueta femenina de la aparición y los extraños fenómenos lumínicos que la acompañaban en forma de palomas o fogonazos.

Como sucede en estos casos, el fervor religioso popular no se hizo esperar y a las aglomeraciones de miles de personas (las autoridades de El Cairo tuvieron que habilitar varios solares cercanos para facilitar el acceso a los curiosos que se agolpaban todas las noches para ver la aparición) hay que sumar las supuestas curaciones milagrosas de enfermos de todo tipo que se dieron a comienzos de los 70, siempre relacionadas con las apariciones.

EDFU. Sábado, 21 de agosto de 1982

Menos espectaculares fueron las apariciones acaecidas entre el verano y el invierno de 1982 en la ciudad de Edfu, población muy conocida por su fastuoso templo dedicado en honor del dios Horus.

A las 20.00 horas del sábado, 21 de agosto de ese año, la iglesia de Santa María, en la estrecha calle de El-Gomhourya, perteneciente a la diócesis de Aswan, protagonizó una nueva aparición de la Virgen. Existe muy poca documentación sobre este caso. Las referencias que hablan de ella se limitan a reflejar la presencia de extrañas luces sobre el tejado de la iglesia que se iban trasformando paulatinamente en la figura de una mujer. Poco después, estas apariciones fueron confirmadas como algo sobrenatural por el obispo de Aswan, Monseñor Hedra.

El Cairo. Sábado, 25 de marzo de 1986

Cuando ya parecía que el fenómeno de El-Zeitoun se había disipado en el tiempo, el asunto recuperó nuevo bríos el 25 de marzo de 1986. En esta ocasión fue en la iglesia de Santa Damiana Mártir en el barrio de Shoubra, en pleno centro de El Cairo. Entre esa fecha y 1991 allí se observó un fenómeno muy similar al de El-Zeitoun. La gente de las casas vecinas se asomó a la calle por el fuerte resplandor que venía de la cúpula derecha de la modesta iglesia copta. Algunos dijeron que ya habían notado algo parecido hacía meses pero que no le habían dado mayor importancia hasta aquella noche, cuando el resplandor fue realmente exagerado.

Al igual que ya sucediera en El-Zeitoun, en donde el papa Cirilo VI formó una comisión investigadora, el nuevo papa, Shenuda III, eligió a un grupo de seis personas, formado por religiosos, profesores y periodistas, para investigar los sucedido. La noche del 10 al 11 de abril de 1986, la comisión investigadora pudo constatar entre las 3.40 y las 5 de la madrugada la existencia de una serie de fenómenos no naturales sobre el tejado de la iglesia de Santa Damiana Mártir, muy cerca de la torre. Efectivamente, la luz provenía de la propia torre y aún cortando la electricidad de la zona durante una hora, el fenómeno se siguió produciendo. Continuos destellos iluminaban la parcela dejando entrever la misteriosa presencia de una figura femenina.

En esta ocasión se pudo verificar que la aparición se daba también de día y en el interior de la iglesia, junto al altar y bajo las cúpulas. Junto a unas lenguas de fuego, la silueta de una mujer parecía bendecir a los allí reunidos para luego ascender lentamente al cielo y desaparecer. Además de la mujer, algunos testigos afirmaron haber visto a otros entes espirituales como figuras de santos, entre los que destacaba la propia Santa Damiana Mártir, a quien estaba dedicada la iglesia.

MENTAFIYA. Miércoles, 13 de agosto de 1997

Poco más de diez años después de lo sucedido en El Cairo, sobre el tejado de la iglesia de la Virgen María en la localidad de Shentena El-Hagar, Mentafiya, pudieron observarse a mediados del mes de agosto una serie de luces rojas y objetos blancos y plateados. Identificadas también desde un principio con la propia Virgen María, las apariciones, al igual que había sucedido en El-Zeitoun, duraban varias horas.

A las 4.30 de la madrugada del 13 de agosto de 1997 comenzó a producirse un extraño fenómeno. Estaba originado en un pequeño foco de luz blanco que giraba dando vueltas alrededor de la iglesia. Este primer estadio de la aparición finalizaba cuando la luz, después de haber ido aumentado de tamaño paulatinamente, se convertía en dos palomas blancas gigantes. Según los testigos, las aves no volaban ni batían las alas, simplemente se limitaban a pendular hacia arriba y abajo, flotando en el aire. Otros quisieron ver en estos seres voladores a dos ángeles celestiales.

Después de este espectáculo, a medida que se disipaba la luz, en el centro del conjunto surgía la imagen de una mujer, María. Poco después desaparecía la luz que la rodeaba, quedando ella sola junto a las dos palomas.

La figura de la mujer, que no tenía perfiles claros sino que eran ondulantes, bendijo a todos los que allí había con inclinaciones del cuerpo. La figura de la Virgen alzaba las manos como si estuviera orando a Dios y llevaba ropas azules.
Ese mismo día de agosto, hubo testigos que afirmaron haber visto a la Virgen dentro del propio templo unas horas antes. A pesar de que no se conserva ni una sola fotografía de estas apariciones ni hay grabaciones de vídeo, los testigos están de acuerdo en afirmar que las de Mentafiya fueron mucho más claras y espectaculares que las de El-Zeitoun.

Al día siguiente no se pudo observar la presencia de la misteriosa mujer y los cientos de personas que se habían aglomerado en los alrededores de la iglesia de Santa María se tuvieron que conformar con dos pequeños flashes de luz junto a la torre del edificio. En otras ocasiones, el fenómeno estaba rodeado de bolas de color rojo, luces danzantes que bailaban junto a la torre, fogonazos o círculos de fuego alrededor de la cruz del tejado de la iglesia.

Mentafiya no tardó en convertirse en un nuevo lugar de peregrinación. Hasta allí acudían cientos de personas acompañadas de parientes enfermos en busca de una curación milagrosa. Y al parecer, los médicos de la zona pudieron constatar varias de ellas en personas que recuperaban la vista de forma extraña o el espectacular caso de un niño que poco antes de amputársele un dedo de la mano al tenerlo gangrenado, sus padres observaron estupefactos cómo la criatura había sanado de forma milagrosa.

ASIUT. Jueves, 17 de agosto de 2000

Las últimas apariciones de la Virgen en Egipto se dieron hace apenas unos meses en la localidad de Asiut, ubicada en el Egipto Medio. Fueron además, las más curiosas de todas las dadas en el Valle del Nilo.

A 290 kilómetros al sur de El Cairo y con una población de casi 300.000 habitantes, Asiut fue durante los años 90 el foco de integrismo musulmán más fuerte de todo Egipto, a pesar de que la gran mayoría de la población es copta. No en vano, Asiut pasa por ser el centro de la Iglesia copta más importante de todo Egipto.

La noche del jueves 17 de agosto de 2000 la iglesia de San Marcos, en el centro de la parte vieja de la ciudad, comienza a ser protagonista de un extraño espectáculo de luz. El fenómeno se repitió durante varios días. En un principio se llegó a pensar en que se trataba de una especie de broma. Para chafar la fiesta al gracioso, las autoridades decidieron cortar el suministro de luz eléctrica en toda la ciudad durante una noche entera… pero el fenómenos se siguió produciendo. Hubo quien incluso lo relacionó con la presencia de un OVNI.

Para las autoridades eclesiásticas no quedaba otra alternativa que la de comenzar a pensar que aquello era una nueva aparición mariana. Además, según la tradición bíblica, la Sagrada Familia visitó Asiut hace 2.000 años.

Tras hacer correr la noticia, son miles los curiosos y devotos que se acercan a Asiut desde otros lugares de Egipto, para contemplar las apariciones. Cantaban, rezaban y bailaban en las calles lindantes esperando el anhelado momento de la aparición. La luz emanaba destellos verdosos y azulados, al igual que un fuerte olor a incienso. Además, siempre se daban de madrugada entre las 3 y las 6. Al igual que había sucedido en El Cairo, la aparición acababa adoptando la forma de una mujer con ropas blancas y azules, acompañada entre bandadas de palomas luminosas.

Sin embargo, como sucedió en las otras apariciones egipcias, no todos parecían estar tan de acuerdo en que aquello era realmente algo milagroso y mucho menos, la Virgen María. El padre Baki Sedka jefe de la iglesia protestante en Asiut afirmaba «yo no he visto ninguna luz. Me he pasado toda la noche observando atentamente la iglesia y no he visto más que unos pocos pichones que no justifican en absoluto el milagro. Creo que este caso necesita una investigación seria antes de admitir abiertamente los avistamientos».

A pesar de todo, otros defendían las apariciones con testimonios del tipo a «la luz manaba de sus manos. Fue entonces cuando los pichones comenzaron a volar. Eran grandes como patos».

En ninguno de los casos las fotografías engañan. Tampoco deja de ser curioso que todas las apariciones producidas en Egipto tengan una serie de denominadores comunes del tipo a la presencia de fogonazos de luz, la aparición de «pichones» luminosos. De igual forma, la estructura física de los tejados, con cúpulas y altas torres, es posible que pueda dar alguna pista a los investigadores. Cierto o no, cualquier que conozca, por ejemplo, la iglesia de Santa María de El-Zeitoun en El Cairo y compruebe su pequeño tamaño, puede pensar que fuera lo que fuese lo que allí brilló desde 1968 hasta 1971, aquella luz en forma de mujer debió de estar terriblemente cerca de los testigos.

Vírgenes, djinns y OVNIs

No vamos a descubrir nada nuevo si afirmamos que cada persona interpreta lo que ve según la cultura en la que ha sido educada y el entorno social en el que vive. En muchas ocasiones, algunos amigos egipcios me comentan que en su país nadie ve OVNIs. Y no estoy de acuerdo con ellos. Efectivamente nadie habla de OVNIs porque allí, prácticamente nadie sabe lo que es un OVNI. Según su cultura, especialmente la gente que vive en los desiertos, la aparición de extrañas luces en los cielos es relacionada con la presencia de los espíritus de las dunas o djinns («llinas»).

Algo similar puede suceder con las apariciones marianas. Se podría echar en cara a las autoridades de la Iglesia Ortodoxa Copta la nula preocupación por realizar investigaciones científicas de los fenómenos acaecidos en El-Zeitoun, Asiut o Edfu. En todos los casos comentados en este artículo, las autoridades eclesiásticas egipcias partían de la idea preconcebida y subjetiva de que allí lo que se estaba apareciendo era la Virgen María. No es extraño que las críticas hayan llegado como auténticos torrentes después de confirmar el carácter milagroso de alguno de estos fenómenos por la simple presencia de manchas luminosas sobre algunas iglesias egipcias. Por otro lado, tampoco nadie puede aseverar que se trate de algo normal y corriente. Todo lo contrario, se trata de fenómenos extraños que entran de lleno en el mundo de la investigación de los fenómenos paranormales. Sin embargo, es demasiado aventurado lanzarse al vacío con afirmaciones tan rotundas relacionando desde un primer momento estos fenómenos insólitos con la presencia de la Virgen María.

Fuente: http://www.nachoares.com

VIERNES 4 DE DICIEMBRE DE 2009

Ayamonte: un pueblo maldito

Por Angel Jiménez

En Ayamonte, uno de los pueblos más misteriosos y desconcertantes de la provincia de Huelva, los turistas se sienten involucrados por un ambiente fuera del lo normal. Sus calles estrechas y sus casas encaladas inspiran recelos y temores entre algunos viandantes: sienten una extraña fuerza invisible que les acompaña noche adentro.

Ayamonte es un pueblo situado al sudoeste de Huelva, cerca de la frontera lusitana. Desde hace centenares de años ha sido escenario de desacostumbrados fenómenos que siempre han tenido en vilo a sus habitantes. Los rumores van más allá de las historias y leyendas, se plasman en hechos reales. Por ello Ayamonte es conocido como “El pueblo maldito”. Por sus calles cabalga un jinete con su armadura de la edad Media. No es un loco o un disfraz: es un espectro que se alumbra durante algunas noches en la zona alta del pueblo.

Para conocer mejor todo lo que acaece hoy en día en esa localidad, vamos a remontarnos a los principios de su enigmática historia. Según Herodoto, los Lidios una civilización que habitaba la zona del Pérgamo, al oeste de Asia Menor al morir su rey Manés, pasaron por una situación económica tan crítica y llegaron a sufrir tal hambre, que les obligó a emigrar. La primera expedición salió guiada por su rey Tirrhenos y se hicieron a la mar, bajo los nombres de Tirrhenos, Rasénis y también de Etruscos.

Algunos los hallamos en Argos, a otros en Albania y los más numerosos se establecieron en Italia, donde fundaron Alba, la rival de Roma y civilizaron el país. Un segundo grupo llegó a Egipto y, según los trabajos de W. Flinder Patrie, se establecieron en este país, en una zona comprendida entre el río Nilo y el Oasis de Fayún.

Un tercer grupo, con el nombre de Tartessos un pueblo de avezados navegantes, fueron rechazados de Egipto en el año 1227 a. C. por el joven faraón Menaptah, y tuvieron que reembarcarse marchando hacia el oeste. Pasaron por las columnas de Hercúleas y se establecieron en el sur de la península Ibérica, junto a un río con dos bocas. En la época de Tartessos, ese pueblo ya había emprendido en diferentes ocasiones varias inmigraciones hacia el norte de España. No sólo se habían establecido en la región vasco-navarra, sino también habían franqueado los Pirineos, estableciéndose en la región vasco-francesa.

Otros se habían establecido en la parte más elevada de Ayamonte, en el actual barrio del Salvador, donde edificaron un poblado de gran blancura, que dio origen a la actual ciudad. A este poblado lo llamaron Aya. El erudito y prestigioso historiador Guillermo García dejó escrito en un artículo publicado en el desaparecido diario de Huelva, en octubre de 1937, lo siguiente: “La palabra Ayamonte está compuesta de dos sustantivos Aya y Monte. La primera es vocablo ibérico, primitivo, tomado del caldeo, en cuya lengua, como la hebrea y el árabe, significa “monte”. Los romanos tradujeron a su idioma, el latín, la palabra Aya y la tradujeron por la palabra Mon-tis que expresa igual concepto que Aya. Terminando el uso por unir ambos vocablos, resultó el nombre actual”.

El palacio asombrado

Las sombras del pasado cubrieron muchas de las hazañas de los Tartessos, sin embargo quedan registrado para la posteridad hechos más recientes, como los sucedido en el año 1640. En esta fecha Don Francisco Manuel Silvestre de Guzman y Zuñiga, sexto marques de Ayamonte, contaba con 35 años, cuando fue acusado por supuestamente instigar una conjura separatista en Ayamonte, apoyando la secesión de Andalucía y de entregar unos documentos que hicieron abortar la reintegración de la corona portuguesa a España.

El fin del marqués de Ayamonte era reducir la Andalucía por tierra con los que pudiese de sus Estados y los portugueses del Algarve, y apoderarse de Sevilla. A raíz de estos acontecimientos malogrados, en una fría mañana de Diciembre, fue leída una sentencia en la cual se condenaba al marqués de Ayamonte a”…pena de muerte a cuchillo y que sea cortada la cabeza por detrás…”

El único testigo vivo de aquél trágico pasado sigue siendo el Palacio del Marqués de Ayamonte, situado en la Plaza de San Francisco, en cuya fachada, a uno y otro lado del balconaje, lleva coronas del marqués, bajo las cuales figuran los escudos. Estos escudos, según relatos antiguos, fueron destrozados por la plebe al fracasar el movimiento de Andalucía y ser encarcelado el Marqués de Ayamonte.

Hoy el palacio sirve de estudio para el pintor ayamontino Florencio Aguilera al que pudimos entrevistar. Este simpático cuarentón nos contó que varias veces ha podido oír pisadas y hasta llegó a ver una silueta humana deambular por los pasillos y salones del antiguo Palacio. “Siempre que ocurre esto me quedo totalmente espeluznado, es como si un calambre recorriera todo mi cuerpo”, me dijo el Sr. Aguilera.

El autor de este reportaje se involucró en la historia para así poder recopilar más información entrevistando a la famosa historiadora y escritora María Luisa Díaz Santos y hablando con personas de aquel pueblo. María Luisa fue autora del libro “Ayamonte: geografía e historia “ (Diputación Provincial de Huelva, 1990), y con ella mantuvimos entretenida charla en su hogar.

“En la parte alta de la ciudad existía un castillo del que hoy sólo quedan ruinas. Allí en verano, son muchas las parejas que van ha pasear, pues se tiene una visión panorámica de la región. Esos frecuentadores me han dicho que suelen oír voces, algunas desgarradas, por la noche en aquel monte. Y no solo eso, también pisadas de caballos y chasquidos que recuerdan una lucha entre caballeros medievales armados con sus espadas. Estos últimos ruidos parecen proceder de un pasadizo subterráneo que podría existir entre las ruinas del castillo de Ayamonte y el castillo de Castro Marin, ya en el lado portugués, pasando por debajo del río Guadiana”, nos contó María Luisa.

En la Iglesia de las Angustias, situada en el centro de Ayamonte, los costaleros han visto en el jardín a espectros de personas vagando pero cuyos pies no tocaban el suelo. Estas escalofriantes visiones no sólo nos las cuentan varios de aquellos hombres que se dedican a llevar a la Virgen a cuestas durante la Semana Santa sino personas que van a misa por las tardes.

En otro sector alto del pueblo, donde se ubica el cementerio, también suceden desacostumbrados hechos. Para el joven José Antonio Huesa el camino que bordea el cementerio es su ruta usual para ir hasta la casa de su novia. “Yo tengo una moto y muchas veces, estando junto con mi novia, hemos oído atrás, siempre al pasar delante del cementerio, un ruido semejante al de varios caballos trotando. Al principio se les oye muy lejos hasta que se van acercando más y más. De pronto todo es silencioso, sólo oigo la moto”, nos dijo José Antonio. Pero para añadir algo más misterioso, el testigo afirma que en aquél tramo se le suele parar la moto dos o tres veces, “aunque el deposito lo lleve lleno”.

Lo único que hemos podido averiguar es que, los muros de aquél cementerio, han sido regados con sangre de los muchos inocentes durante la Guerra Civil Española. Un pariente lejano del autor de este reportaje fue fusilado en este cementerio, además de otra persona, golpeada brutalmente pero pudo sobrevivir. Yo mismo he vivido una terrible experiencia en aquél camposanto. Trataba yo de llegar a tiempo antes de que cerrara el cementerio para visitar la tumba de un ser querido cuando me paré delante de las verjas del portal, ya cerrado, pues pasaba de las ocho de la tarde.

Miré hacia adentro por curiosidad y, de pronto, sentí como que una extraña fuerza estiraba de mi corriente, de dónde pendía una cruz de caravaca. De cuajo fue arrancada de mí cuello, disparando hacia el interior de aquél lugar fantasmal. Un escalofrío recorrió la punta de mis pies hasta la coronilla de mi alma y me fui a casa imposibilitado de recoger la cruz. Al día siguiente, a primera hora, me desplacé hasta el cementerio para recuperar mi alhajar. Sin embargo, un funcionario del camposanto me llevó hasta el sitio donde presuntamente estaba la corriente y nada encontramos.

El antiguo enterrador de aquél cementerio, durante un atardecer se encontrò a varios espectros vagando por el cementerio, “algo espeluznante”, según me dijo él. Eran seres de antaño, que cortaban cabezas, otros llevaban cabezas cortadas sujetadas por las greñas. Sus ropas antiguas le hicieron pensar en la época de la Inquisición que en Ayamonte, no fue menos cruel que en otros lugares de España y de América.

Una de las calles antiguas del pueblo alberga a la que todos llaman de “casa maldita”. En ella una persona mayor visionó a una persona ahorcada trajeada a la antigua usanza de aquellos pueblos, colgada de un árbol del corral, “Cuando era joven, dormía y me desperté con algunos ruidos. Fue cuando vi algo que me dejo echa de piedra: un cuerpo de hombre con cabeza de perro. Desperté a mi madre y a mi hermana, pues notaba que la criatura iba a tocar a mi madre”, me dijo esta señora que no quiso identificarse para el reportaje.

Hoy en día esta casa ha sido transformada en un taller de tapicería, y su nuevo propietario nos contó que siguen produciéndose fenómenos desacostumbrados. De hecho, en una ocasión, Don Mario Belo se encontró una cruz que tenía colgada en la pared, boca a bajo. “Yo sé que nadie de casa hizo esa broma, pues aquí solo estamos yo y mi mujer. Espero que no sea algo malo”, me dijo asustado.

Hace unos 20 años, durante las noches encapotadas y de Luna llena los lugareños me hablaron de personas que se transformaban en “lobisomens”, personas que enloquecían de golpe y desarrollaban una fuerza extraordinaria. Desquiciadas, azuzaban a los perros que, en vez de ladrar, aullaban. Estos”lobisomens” se paraban en aquellas fatídicas noches a descansar en el bordillo de la “casa maldita”. ¿Por que? Es algo que no hemos podido responder.

El autor de este reportaje también fue testigo de un fenómeno extraño en aquella casa. Por la noche, cuando yo iba con los propietarios a dar de comer a los animales, sentí un golpe fuerte en mis espaldas que me derribó al suelo. Miré hacia atrás y nada o nadie vi. Tampoco había tropezado pues el suelo no presenta ninguna escabrosidad. ¿Qué podía haber sido?.

En aquél momento, un amigo que me acompañaba echo a correr conmigo hasta afuera de la casa y, al cerrar la puerta, él sintió una fuerza desde el interior de la casa que le impedía cerrar la puerta de la calle. Yo he sido testigo de los hechos, con lo cual no pongo en duda muchos de los fenómenos de Ayamonte, el pueblo más misterioso de Huelva.

Fuente: http://usuarios.lycos.es/angeljimenezmoron/ayamonte.htm

MIÉRCOLES 2 DE DICIEMBRE DE 2009

El Cementerio de San Amaro

El cementerio de San Amaro se inagura en el año 1.781 . En el año 1.833 se amplía y se construye un templo funerario en la puerta de entrada. En este cementerio, se custodian más de veinte mil sepulturas. Un recorrido por el camposanto es un recorrido por la historia de la ciudad. Allí descansan ilustres coruñeses y miles de historias de vecinos anónimos escondidas en el laberinto de tumbas, ceniceros y grandes mausoleos. Entre sus muros reposan las plumas de Manuel Curros Enríquez, que fue custodiado hasta allí por miles de coruñeses, Eduardo Pondal, Manuel Murguía y el primer cronista de la ciudad y primer biógrafo de María Pita, el astorgano Andrés Martínez Salazar, a los que todos los años rinde homenaje la Real Academia Galega. Los nichos de los alcaldes Alfonso Molina y Linares Rivas se comunican, al igual que lo hacen las avenidas que llevan sus nombres. Otros regidores descansan en el camposanto, como Alfredo Suárez Ferrín, Canuto Berea o Antonio Pérez Dávila. También Federico Tapia, pero separado de sus predecesores y antecesores, en la parte civil del cementerio coruñés.

Un monolito de dos metros recuerda a Claudio Sanmartín, asesinado por los Grapo en 1988, y guerrilleiros y resistentes como Foucellas o Pepín el de la Lejía dieron con sus huesos en San Amaro tras ser eliminados por el régimen. Entre los artistas, el compositor Marcial del Adalid y el pintor Francisco Lloréns. Tres son las zonas en las que se divide el cementerio: la religiosa, la civil y la británica, ocupado, principalmente, por un batallón británico diezmado en el transcurso de la batalla de Elviña y que el ex alcalde, sir Francisco Vázquez, llamaba el «pequeño Gibraltar» de A Coruña, ya que está cerrado al público y la llave está en manos exclusivas del cónsul británico en la ciudad.

Hasta la pasada década el camposanto también custodiaba los cadáveres de soldados, en su mayoría procedentes de la Alemania nazi, que fallecieron durante la Segunda Guerra Mundial. Pero hace diez años fueron trasladados a Cádiz a un lugar destinado especialmente a los militares que murieron en territorio español durante la contienda. Historia emotiva es la de la sepultura del niño de once años Juan Fernández Darriba, que rescató de morir ahogada entre el fuerte oleaje a otra pequeña de menor edad, Josefa Fernández, en 1896. Salvó a la niña pero murió en su hazaña. Nunca faltan flores en su lápida como homenaje. Un siglo después, los hijos y los nietos que pudo tener aquella mujer gracias a su héroe se acercan con frecuencia al lugar para cuidar el nicho. En el cementerio civil, una placa recuerda a un número indeterminado de ciudadados de religión islámica enterrados en el cementerio de San Amaro. Las lápidas no son individuales y la placa que los distingue está casi escondida, colocada detrás de un árbol. La parte no católica del camposanto municipal coruñés tiene un porcentaje de nichos no identificados más elevado que en su cementerio vecino. Se suceden las largas hileras de números que sustituyen a las cruces de las lápidas cristianas. Epitafios ordinarios y epitafios singulares conviven en el lugar. Está el que quiso incluir el escudo del Deportivo al lado del tradicional crucifijo en una lápida para hacer valer su amor por el club y el fútbol. También hay alguien que quiso vengarse del médico que atendió a su finada progenitora: «Dulce y amadísima madre mía, torturada y muerta por la medicina, nos rompieron la vida. La sangre de los mártires caerá sobre ellos», lamenta una de las lápidas de San Amaro. Realmente bonito y curioso de ver.

Fuente: http://www.grupoalpha.org

SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE DE 2009

OVNI sobre el Lago Erie

Avistamiento OVNI Sobre el Lago Erie

7 septiembre 2009
Investigación realizada por Connie MacNichols

El testigo (27 años de edad) manifestó que tanto él, su novia (de 25 años de edad) y su primo (18) estaban a la intemperie mirando una tormenta que se acercaba. Después del impacto de un rayo, su novia pudo advertir la presencia de un objeto al norte y al otro lado de la calle sobre Sandusky Bay (Lago Erie), llamando la atención de los dos varones. Según la descripción ofrecida por el testigo, el objeto tenía forma de balón de fútbol y con el tamaño aparente de una aspirina al final de un brazo extendido, con una longitud de 30 pies aproximadamente en su tamaño actual aparente. Se encontraba a 30-40 grados sobre el horizonte y a 1500 pies de distancia. No emitía sonido alguno. Se desplazaba lentamente de este a oeste, y daba el aspecto de tener un color gris como el color del cielo, pero más oscuro en su centro. Los bordes parecían ondulantes y distorsionados. Después de observar el objeto durante un minuto, este comenzó a cambiar de forma para adquirir la forma de una herradura, con la abertura apuntando hacia arriba. Permaneció así por espacio de cinco segundos antes de asumir de nuevo su forma de balón. El objeto comenzó a ganar altura hasta desparecer detrás de una nube cuatro minutos después. La duración total del avistamiento fue de cinco minutos.

La temperatura en ese momento era de 69.8 grados Fahrenheit, el viento soplaba desde el sureste a 9.2 mph y llovía con una visibilidad de 2 millas.

El testigo parecía estar convencido de que lo visto no era una nave convencional ni un fenómeno asociado a la tormenta, debido a la duración del evento. Estuve de acuerdo con su evaluación. El testigo parecía ser una persona fiable y sincera, y sólo quería saber qué era lo que había visto.

CR: William Jones – MUFON-Ohio
(Traducción de Arcana Mundi)

Fuente: http://arcanamundiblog.blogspot.com

VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2009

Dimensiones Inexplicables: desafiando lo desconocido

Por Scott Corrales – Arcana Mundi
(c) 2009

Según el informe del comisario, lo habían hallado desfallecido en la cuneta de uno de los caminos vecinales. Un hombre – granjero, a juzgar por su ropa, hecha jirones – con síntomas claros de deshidratación. No fue sino hasta mucho después que recobraría el conocimiento en el pequeño hospital general de la comunidad de Morgan, Pennsylvania. Los análisis confirmaban el diagnóstico inicial de inanición, y las autoridades se preguntaban qué pudo haberle pasado para encontrarse en tan penoso estado de repente, en un lugar transitado como la intersección de las rutas 233 y 918. El misterio comenzaría a aclararse poco a poco, a la par que el paciente recuperaba el habla. Dijo llamarse Mike Henry y que era propietario de una lechería al otro lado del estado, casi en la frontera con Nueva Jersey. No sabía dónde quedaba Morgan, ni mucho menos cómo había llegado ahí. Pidió que la policía se comunicara con su esposa e hijos, y dejó de hablar por algunas horas.

Uno de los médicos – Winicki, el cardiólogo – se sentó a lado del paciente, mirándole bondadosamente. “Bueno, Mike…¿nos quieres decir lo que te sucedió?”

El paciente cerró los ojos, meditando su repuesta – una respuesta que el cardiólogo ciertamente no se esperaba. “Doctor, I’ve been to hell.” (Doctor, he estado en el infierno)…

Mike Henry afirmaría, a lo largo de una serie de entrevistas, que había salido una noche a buscar una vacas extraviada y se había encontrado con una especie de “sol” que resplandecía entre los árboles de su granja. Más estremecedora era su declaración de haber visto tres que parecían simios corriendo hacia esta cegadora fuente de luz. Pensando que eran atorrantes disfrazados, Henry se echó a correr, persiguiéndolos hacia la fuente de luz, que en todo momento consideró un enorme proyector de 500,000 candelas de fuerzas. Repentinamente todo se volvió negro. El granjero comenzó a sentir que se le hacía difícil respirar y pasó algún tiempo antes de que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad envolvente, interrumpida por una extraña fuente de luz en el cielo – una especie de sol rojo que arrojaba poca iluminación y ningún calor, pero lo suficiente como para mirar a su derredor y ver que estaba en otro sitio…un lugar cuyas características se asemejaban más a la de “una cantera durante una noche sin luna”. Lo peor era la multitud de ojos rojos en la oscuridad que le miraban a cierta distancia, y que correspondían a seres parecidos a los que había perseguido a través de la “luz”.

Antes de proseguir, debo aclarar que lo anterior es un poco de ficción de mi puño y letra, pero inspirado por una fuente autoritativa y muy importante: otro libro olvidado por la investigación ovni, UFO DYNAMICS: Psychiatric and Psychic Aspects of the UFO Syndrome (Rainbow Books, 1975) por el Dr. Berthold E. Schwarz.

El Dr. Schwarz había participado en la investigación de un caso ovni ocurrido cerca de McConnellsville, Pennsylvania en 1973 – el año durante el cual ni policías ni investigadores se daban abasto para responder a la cantidad de casos sobre OVNIS, seres monstruosos y manifestaciones anómalas en dos o tres estados contiguos de la unión americana. El caso de McConnellsville, estudiado y documentado por Stan Gordon, que estuvo presente para la mayoría de los eventos principales, envuelve no solo la aparición de un ovni a baja altura, sino la presencia de dos seres homínidos peludos (Bigfoot, si se quiere), un agente de la policía estatal, una familia entera de testigos, y la posesión del testigo principal (“Steven”) por una fuerza externa que le hizo rugir como una bestia y vaticinar eventos futuros – que no llegarían a producirse, dicho sea de paso, como suele ocurrir con las profecías ovnilógicas.

En UFO DYNAMICS, el doctor Schwarz describe el estado físico y mental del protagonista, y los distintos factores que pudieron haber tomado lugar durante el evento. Pero en cuanto a los dos seres peludos, hace una observación que nos importa en esto: el extraño resplandor verde de sus ojos sugería que los seres eran oriundos de cavernas muy profundas, o de un mundo o dimensión desconocida donde la iluminación es casi inexistente.

Extrapolando de esta afirmación, esta sería la realidad de donde provendrían criaturas como los enigmáticos Bigfoot de ojos luminosos, el hombre polilla (“Mothman”) y tal vez seres como el Chupacabras o Intruso Esporádico Agresivo.

Mi estampa ficticia sobre la extraña experiencia del inexistente Mike Henry también tiene un punto de contacto con la realidad: descripciones parecidas de seres peludos que entran y salen de poderosas fuentes de luz se han dado en las crónicas oficiales, la más reciente de ellas siendo el libro Hunt for the Skinwalker (NY: Pocket Books, 2005) escrito por e Dr. Colm Kelleher y el periodista George Knapp, y que describe los fenómenos paranormales que se siguen produciendo hasta el sol de hoy en el rancho Gorman del estado de Utah, EE.UU.

Dos de los investigadores que participaron en la investigación de la multiplicidad de fenómenos reportados en el rancho tuvieron una experiencia singular con lo que vendría a conocerse como “el túnel”.

El 25 de agosto de 1997, los investigadores escudriñaban los alrededores con sus cámaras infrarrojas hasta que percibieron una luz amarilla a 150 pies de distancia. Su brillantez iba en aumento, hasta que uno le dijo al otro: “Es un túnel y no tan solo una luz” (Skinwalker, p. 145).

Consternados, los investigadores trataron de no perder la calma y seguir midiendo el fenómeno, pero repentinamente se dieron cuenta de que “algo” salía del túnel de luz amarilla. “Dios mío”, dijo uno de los investigadores, “hay una criatura de color negro saliendo. Puedo verle la cabeza”, agregando poco después: “Oh, Dios…acaba de salir – ¡y no tiene rostro!”

El lector pensará a estas alturas que el libro de Kelleher y Knapp es una obra de ficción tipo Peter Straub o Steven King, pero se trata de una obra dedicada al estudio sistemático de los fenómenos que aparentemente vienen ocurriendo lugar desde hace décadas en esta propiedad de la cuenca geográfica de Uintah. Las manifestaciones de los “seres negros” y sin facciones se convertirían en una de las pruebas más contundentes sobre la interdimensionalidad del fenómeno.

Lo verdaderamente aterrador eran las dimensiones de los seres oscuros. Los investigadores, recuperados de su pavor, estimaron el peso del “intruso” en unas cuatrocientas libras (190 kg.) y su estatura se aproximaba a los seis pies (2 m.. Un olor fuerte y fétido acompañaba la manifestación.

Las investigaciones en el rancho Gorman habían sido financiadas por el millonario Bob Bigelow, y los investigadores reclutados para realizar la labor eran de excelente reputación y formación. Pero toda su experiencia en el campo de actividades científicas y tecnológicas no les había preparado para una experiencia de esta índole – ver como un enorme ser se abría paso por un agujero en la realidad, sólo para esfumarse en la oscuridad de la noche del Far West americano. Peor aún, las fotos tomadas del “túnel” solo mostraban una luz de contorno indefinido, a pesar de las decenas de miles de dólares invertidas por el grupo Bigelow en material fotográfico.

Mucho antes de que los investigadores descubriesen el insólito “túnel” a otra realidad, la familia Gorman había visto animales extraños en los predios: aves de un extraño plumaje rojo que no correspondían a ninguna especie conocida en la zona, grandes arácnidos, hienas inmunes a las balas y otras rarezas. ¿Especies arrastradas accidentalmente por el túnel desde su realidad a la nuestra, o arrojados deliberadamente para comprobar nuestras reacciones? Lo cierto es que desaparecían a los pocos días de haberse manifestado inicialmente, y en el caso de los extraños cánidos parecidos a hienas, capaces de atacar a los caballos de la granja con impunidad.

Sin embargo, años antes de estas investigaciones en el rancho Gorman, Tom Dongo, un vecino de Sedona, Arizona (EE.UU.) mejor conocida como “la capital de la Nueva Era”, había logrado fotografiar estos túneles a otros niveles de existencia – reproduciéndolas en un libro que tuvo amplia difusión en su momento. Pero lo que podía “verse” al otro lado de los túneles fotografiados por Dongo era un paisaje oceánico muy distinto al desierto que rodea a Sedona, llegando a capturar imágenes de un humanoide borroso. (Dongo, Tom y Bradshaw, Linda. Merging Dimensions: The Opening Portals of Sedona, Hummingbird Publishing, 1995)

No deja de ser interesante que Jacques Bergier, escribiendo sus libros casi tres décadas antes de estos eventos, mencionara que algunos satélites artificiales retrataran paisajes de nuestro mundo que no correspondían a la geografía que conocemos. Aunque los expertos casi seguramente descartaron las imágenes a las que se refiere el genio francés como “errores de procesamiento”, podríamos teorizar que resulta posible que el ojo electrónico llegue a ver realidades que no son aparentes para la vista humana, presa del estrecho campo visual de 6000 angstroms.

¿Y qué podemos decir de estos mundos desconocidos? El autor de las viejas pulpas de “Blade” insistía en que hablar de dimensiones era para niños, y que su protagonista se desplazaba de una “frecuencia” a otra, como si fuese el cuadrante de una radio. ¿Tendría razón, y estos mundos conviven con nosotros al igual que una estación que transmite rock existe al lado de otra de música clásica, totalmente ajenas de su existencia y la de otras emisoras? La evidencia del rancho Gorman – sin abusar lo que se entiende por “evidencia” – sugiere un mundo de vida animal, con pájaros e insectos de características tropicales, tal vez una interminable selva. Pero, ¿qué podemos decir de los mamíferos – si es que lo son – que también visitan nuestro mundo? Los seres negros y peludos con ojos fosforescentes vendrían de una realidad, dimensión o “frecuencia” muy distinta – tal vez un mundo sumido en la oscuridad total, donde las criaturas que denominamos Bigfoot, yeti, pie grande, y otros nombres libran batallas contra los hombres polilla, chupacabras, hienas por el dominio de un paisaje estéril e inhóspito. En estas cuestiones acudimos a La octava torre de John Keel, el libro de texto por excelencia acerca de las criaturas raras que nos visitan:

“Resulta más factible pensar que estos no son animales, sino distorsiones de la realidad, insertadas en nuestro espacio-tiempo por las maliciosas fuerzas del superespectro. La densidad de algunas de estas criaturas indica que no son de carne y hueso, sino que están hechas de átomos altamente condensados comparables a los del plutonio. Y al igual que el plutonio, metal radiactivo hecho por el hombre, se deterioran a una tasa sumamente veloz. El plutonio es muy pesado, y solo se requieren once libras para confeccionar una bomba atómica.

“Puesto que las masas energéticas del superespectro pueden alterar sus frecuencias y desplazarse a lo largo del espectro electromagnético, podemos suponer que también son capaces de manipular la estructura atómica para internarse a nuestra realidad, creando átomos compatibles con nuestra estructura atómica. Los antiguos dieron el nombre de transmogrificación a este proceso. Los átomos de mayor peso y más compactados, con un campo denso de electrones en sus orbitas, disipan su fuerza con rapidez. El plutonio es un elemento muy poco estable, propenso a la combustión espontánea. Imaginemos que cuando las energías del superespectro vibren hasta llegar a nuestra realidad, se trocan en átomos de vida muy corta y densidad inusual. En las primeras etapas de su creación, los seres transmogrificados son relativamente inofensivos, pero cuando comienza a producirse el deterioro, comienzan a desprender electrones y radiaciones que causar daño a los seres humanos y animales, en la misma forma que los platillos voladores hacen daño.

“Algunos monstruos permanecen en nuestro medio por varios días, y son vistos por muchos, antes de desaparecer por completo. Los animales sufren daños simbólicos durante este período, ya que los monstruos intentan reponer sus menguantes fuerzas con materia terrena de origen animal. Pero llevan las de perder, y el monstruo acaba derritiéndose, dejando poco más que un terrible olor.

“En algunos casos, aparecen OVNIS sobre los monstruos, disparando haces de luz sobre ellos. Los monstruos desaparecen, dejando tras de sí un residuo de carburo de silicio (SiC), compuesto cristalino sumamente duro que se ha recogido en numerosos sitios [en que ha habido] aterrizajes de OVNIS o manifestaciones de seres monstruosos. Se le confunde a veces con la escoria normal de una fundición. Lógicamente, es lo único que queda del proceso de transmogrificación” (Keel, The Eighth Tower, p. 101-102)

Ahora abordamos el tema con el que comienza este escrito. ¿Puede un ser humano entrar a una de estas realidades o frecuencias? En el caso del rancho Gorman descrito por Kelleher y Knapp en su libro, y si los investigadores hubiesen hecho de tripas corazón, ¿les hubiese sido posible internarse en el “túnel” para llegar al punto de origen del ser peludo sin rostro? De haberlo conseguido, ¿ hubiesen sobrevivido a la presión, temperatura o atmósfera de esa realidad? O más escalofriante aún — ¿les hubiese sido posible volver a nuestro mundo?

Al autor Brad Steiger se le puede conferir con gran justicia el título de “decano de los escritores de lo paranormal” (¡O canciller, ya de estar!) por sus cientos de libros publicados sobre distintos aspectos del misterio, una labor que persiste hasta el día de hoy. De uno de los libros de Steiger – Strange Disappearances (NY: Lancer Books, 1972) – se desprende una narrativa sorprendente para la que no existe corroboración alguna. O aceptamos la sinceridad del testigo, y la honestidad de Steiger, o nos refugiamos en el inútil “testis unum, testis nullius” del derecho romano.

Steiger tuvo la oportunidad de mantener un intercambio epistolar con un individuo supuestamente capaz de internarse a voluntad en estos otros niveles de existencia. Al Kiessig, natural de Missouri (EUA) escribió detalladamente sobre sus experiencias con los portales dimensionales o «puntos de acceso» a otras realidades.

Pero dejemos que nos lo cuente el mismo Steiger:

“En Febrero de 1971, poco después de la aparición en la revista SAGA de una nota mía sobre los viajes en el tiempo, recibí una carta de un caballero de talento inusual cuyo nombre era Al Kiessig, cuyo don era el atravesar las “puertas” entre dimensiones. En nuestro intercambio epistolar, Kiessig compartió un sinnúmero de experiencias conmigo, y descubrí que mi corresponsal era un hombre franco y sincero. El lector, por supuesto, tendrá que juzgar la validez de sus experiencias por sí mismo”.

Kiessig informó al escritor que uno de nuestros «universos vecinos» es un entorno insonoro que carece de viento o de sol, aunque su cielo dispone de suficiente luz como para sugerir la existencia de semejante astro, y que él mismo pudo internarse en dicho mundo mientras que paseaba a su perro en Arkansas en diciembre de 1965.

“Existen dos sitios, uno en Missouri y otro en Arkansas”, reza la carta del caminante interdimensional, “en los que pude pasar a nuestro universo vecino. Es un lugar muy silencioso. Hasta se parece a nuestro mundo, pero no hay sonido, ni viento, ni sol, aunque parece que el sol está brillando. En el estado de Missouri descubrí dos campos que disponían de portales, o lo que yo llamo vórtices. No importa a donde caminara uno, siempre se regresaba al punto de partida, y si hubiese dado con el centro del vórtice, entonces hubiese salido en un lugar irreconocible a una o dos millas de la entrada. Era necesario recuperar el equilibro interno antes de poder reconocer el entorno. Cada portal es distinto, pero creo que si uno fuese capaz de reconocer estas aberturas, sería posible usar el portal en Arkansas para llegar hasta tu casa en Iowa.” (Strange Disappearances, p. 145-46)

Este mundo silencioso parecía imitar al nuestro, copiando hasta los detalles de las casas de madera descubiertas por Kiessig en su paseo. Pero el silencio, la ausencia de vida animal y de seres humanos infundían pavor. También parece haber una diferencia de tiempo considerable entre ambas dimensiones.

Kiessig pasó a mencionar una región sin nombre en las montañas Ozark desde la cual podía ver otra dimensión con claridad, y ver la manera en que sus habitantes entraban a la nuestra. Kiessig afirmó su creencia que esta otra dimensión paralela representaba «el infierno terrenal donde Jesucristo predicó por tres días antes de ascender al cielo». Según Kiessig, otras puertas dimensionales conducen «a una tierra sin vida. Otras te llevan al pasado, y otras te conducen al futuro de este mundo».

El mundo vacío visitado por Kiessig recuerda poderosamente a la “realidad anterior al comienzo del tiempo” – la realidad que existe entre los segundos del reloj, vaya – que nos presenta Stephen King en su novela “The Langoliers”. Si la experiencia del corresponsal de Steiger resultara ser verídica – ¿existen copias de nuestra realidad, mayormente inútiles, como los archivos TEMP de nuestros ordenadores? Si soltamos las riendas de nuestra imaginación, podemos conjurar una situación en la que un pobre diablo cae accidentalmente en uno de estos universos copia, creyendo todo el tiempo que está en el suyo, por sutiles que puedan ser las diferencias, hasta que una fuerza exterior venga a borrar los archivos superfluos…

Fuente: http://arcanamundiblog.blogspot.com

¿Criatura tipo «Mothman» en Ohio, USA?

Dibujo del Testigo

Encuentro cercano con criatura tipo “Mothman” en Stow, Ohio
Por Scott Santa, MUFON-Ohio

Comentario: Este artículo también aparece en la página web de la Munroe Falls Paranormal Society en www.munroe-falls-paranormal-society.com

La Munroe Falls Paranormal Society (MFPS) es un grupo sin fines de lucro que reúne a investigadores de lo paranormal basados en Munroe Falls, Ohio, justo afuera de la ciudad de Akron. Con una experiencia colectiva de 40+ años en la investigación y documentación de lo paranormal, el equipo MFPS presenta un acercamiento profesional a la resolución de fenómenos paranormales.

Fui contactado por una persona que tuvo un avistamiento totalmente insólito de un ser extraño en Stow, Ohio, comunidad aledaña a mi pueblo. La esposa del testigo se comunicó conmigo para compartir este relato y después de varios días de negociaciones, el testigo convino en reunirse conmigo para recrear los sucesos oralmente y responder a mis preguntas. El testigo titubeaba considerablemente, pero su esposa le persuadió a compartir su relato.

Durante la noche del 14 de septiembre del 2009, el testigo conducía hacia su lugar de trabajo a eso de las 10:15 p.m., con rumbo norte hacia Hudson Drive. Justo cuando el testigo pasaba por debajo del puente de la Ruta 8, a la altura del restaurante Applebees’ en Hudson Drive, se percató de la presencia de un ser negro de 9 ó 10 pies de estatura. No pudo verle cabeza ni rasgos faciales. La duración del evento fue de aproximadamente 5-10 segundos. La criatura estaba a 15-20 pies de su vehículo. El testigo tuvo la sensación de que el ser le miraba y que su presencia era “exclusivamente para él”. No hubo ningún otro automóvil presente durante el evento. Inmediatamente después de devolver su atención a la carretera, miró por el retrovisor y la criatura ya no estaba. No pudo ver si el ser desapareció o salió volando. El testigo se puso nervioso y asustado. Sintió que palidecía y que sus ojos lagrimeaban descontroladamente. Su primer pensamiento fue en regresar a su hogar, olvidando el trabajo. Trato de llamar a su esposa por teléfono, pero el celular no funcionaba (ni la libreta programada ni las teclas de ingreso manual servían). El móvil seguía desplegando el mensaje CALL FAILED (llamada fracasada) que nunca había visto antes. El teléfono estuvo inservible hasta la rampa de acceso a la carretera I-271, aproximadamente 8 ó 10 millas de camino. El testigo llegó a su trabajo, arrepintiéndose de no haber dado la vuelta para regresar a su hogar. La experiencia le dejó traumatizado y tuvo una “mala noche” en el trabajo.

El cielo estaba despejado y estrellado. No se conoce ningún otro testigo, ni hubo presencia de animales. Aparte del lagrimeo incontrolable de sus ojos, no se produjeron otros efectos físicos ni fisiológicos. Aparte de la inoperabilidad del móvil, no se produjeron otros efectos adversos sobre los objetos estáticos, como las luces eléctricas, el coche en sí, o su reloj pulsera. El testigo se abstuvo de darle una interpretación religiosa al tema. No hubo ningún lapso de memoria ni sueños relacionados con el avistamiento de este ser.

El testigo tuvo un encuentro con un objeto aéreo no identificado (UAO, en inglés) a los diez años de edad cuando vivía en Akron, pero no ha vuelto a tener experiencias paranormales en su vida.

El testigo declaró que inmediatamente después del avistamiento, comenzó a sentirse más y más ofuscado y temeroso mientras más avanzaba. Tenía la sensación de que el ser le estaba esperando y que muy posiblemente le seguía, pero no volvió a verla esa noche. Al día siguiente, de regreso a su casa, y al acercarse al puente de la Ruta 8, comenzó a sentir que le lagrimeaban los ojos. Esta sensación despareció al alejarse del puente.

El testigo me proporcionó un dibujo a lápiz de lo que vio esa noche. Cuando vi el dibujo, quedé sorprendido por el parecido que guardaba con el dibujo realizado por el primer testigo de MOTHMAN en Point Pleasant, Virginia Occidental, en 1966. Mi reacción intuitiva es que el testigo es sumamente fiable y sincero en su testimonio. En ningún momento trató de agregar detalles a su narración – y me la relató dos veces – ni a su dibujo, que era un boceto bastante sencillo. Así que a fin de cuentas, no tenemos respuestas. No obstante, el dibujo y su parecido sorprendente con el legado de MOTHMAN me intrigan. Seguiré en contacto con el testigo y le visitaré periódicamente, esperando ansiosamente si se producen encuentros adicionales en esta zona que puedan validar la manifestación de este ser.

(Traducción por Arcana Mundi)

Fuentes:
http://arcanamundiblog.blogspot.com
www.munroe-falls-paranormal-society.com

MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2009

Cementerio Sud de San Andrés de Giles

Llamado Cementerio Sud, su construcción se hizo necesaria a raíz de la gran cantidad de personas que fallecieron en San Andrés de Giles(Buenos Aires) entre 1869 y 1871 como consecuencia de las epidemias de fiebre amarilla y de cólera. Sus obras se terminaron el 29 de noviembre de 1873 y este cementerio fue el tercero con que se contó en este pueblo. Sus construcciones, cruces y quienes allí yacen sepultados, antiguos pobladores gilenses, convierten a este sitio en un lugar de relevante valor histórico. Hoy en día, solo quedan los restos de este lugar.

Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

El Cementerio Lychakivskiy (Ucrania)

No sé si será por estar situado en una colina fértil, donde las sombras de los altos árboles producen un mar de luces y sombras que lentamente recorren las antiguas tumbas, como en un recuento diario y perpetuo. No sé si será porque la vegetación y las vivas flores no saben de muertes ni penas, y se empeñan, insolentes, en confundirse con los musgos que hacen las veces de cómodas botas de ángeles, vírgenes y cristos de roca. Será el conjunto supongo, lo que hace de este lugar uno de los más bellos cementerios de el centro de europa.

El cementerio Lychakivskiy se comienza a construir en el año 1787 en las colinas de las afueras de la ciudad de Lviv (Ucrania), tras un decreto del gobierno Austrohúngaro que obligaba a las ciudades a sacar los campo santos del interior de los núcleos urbanos. Existen varios cementerios más en la zona pero Lychakivskiy no tarda en convertirse en el principal y más solicitado por la clase media y alta de la ciudad. El proyecto inicial es obra de Karol Bauer, jefe del jardín botánico y profesor de la universidad de Lviv. A mediados del siglo XIX sufre una gran reforma y ampliación. Este cementerio, dada la mezcolanza de religiones y dogmas de la zona, se convierte en todo un signo de pluralidad; protestantes, ortodoxos, cristianos romanos y orientales, todos entierran allí a sus parientes. (Algo no demasiado común, pues cada religión solía tener sus propios cementerios en esta zona del este europeo).

Tras la 2ª guerra mundial, la ciudad pasa a formar parte de la República Socialista Soviética de Ucrania. La población Polaca es literalmente expulsada a los territorios ex alemanes, que tras la conferencia de Yalta, son cedidos a Polonia. Las relaciones entre Ucranianos y Polacos no son demasiado buenas. Los nuevos ciudadanos de Lviv no tienen demasiados miramientos con el cementerio que es prácticamente destrozado, aunque corre mejor suerte que un cementerio vecino que se convirtió en aparcamiento para camiones. Por suerte, en 1975 el cementerio es declarado monumento histórico nacional y comienza su lenta restauración hasta nuestros días.

Como curiosidad, en 1918 se construye en este cementerio un monumento a los soldados defensores de la ciudad, años después las cenizas de esos soldados anónimos serían llevadas a Varsovia y con la llegada de los rusos, el monumento sería destrozado por completo. El gobierno de la ciudad nunca quiso reconstruir ese monumento pero a finales de los ochenta, un grupo de trabajadores Polacos que se encontraban trabajando en la cercana ciudad de Khmelnitsky, decidieron restaurar el monumento por su cuenta, pese a muchos problemas y las prohibiciones, al final, lo dejaron como en sus mejores tiempos.

Este monumento, junto al cementerio, son uno de los lugares más visitados turísticamente en la comarca de Lviv.

Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

El Cementerio de Trenes de Uyuni

El altiplano Boliviano es en su conjunto un mundo irreal donde los paisajes que encuentra el visitante se le antojan más propios de la imaginación de un pintor surrealista que de la propia obra y capricho de la naturaleza. Uyuni es conocido popularmente por su salar, una gigantesca extensión blanca de sal y litio rodeada de abruptas montañas, pintorescos desiertos y lagunas de colores imposibles que son la delicia de flamencos y turistas. Y como broche de bronce para estos increíbles parajes, encontramos el viejo cementerio de trenes de Uyuni, aunque para ser sinceros, en lugar de bronce deberíamos decir fierros retorcidos y oxidados.

El pequeño pueblo de Uyuni, perteneciente al estado de Potosí, fue el primer lugar de Bolivia donde se escuchó el silbido de un tren. Allí se tendió la primera línea ferroviaria del país en 1899, que unía Uyuni con Antofagasta. El potencial de las minas de plata de Huanchaca hicieron que el ferrocarril pronto se convirtiera en columna vertebral del desarrollo industrial y como los juncos en las orillas fértiles de los ríos, muchos pueblos nacieron a la orilla fértil de las vías. Pero los trenes partían repletos de plata y, a cambio, en ellos solo regresaban gentes de otros lugares con la única intención de subsistir y ganarse la vida, sin reparar en la honradez para conseguirlo. Y como suele suceder en estos casos, los beneficios de la plata fueron a bolsillos extranjeros hasta que otro lugar les fue más rentable que Uyuni y, lentamente, los trenes que fueron vida y orgullo de aquellas gentes fueron quedando varados en las solitarias vías muertas de este lugar.

Hoy en día, los perfiles herrumbrosos de todas aquellas máquinas permanecen desafiantes al terrible clima, como museo del pasado o como continentes vacios para el recuerdo de todas las historias que se vivieron y contaron en su interior. En días de fuerte viento, éste se cuela por los orificios desvencijados haciendo silbar de nuevo a las máquinas, que quizás, todavía no se percataron de que jamás llegarán a la próxima estación.

Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

Sara y las Estrellas

Por Doorkeeper

Tintinean alegremente los geométricos y fríos cubos de hielo al sentirse libres por fin de su cárcel de plástico. No son conscientes de que su final es sucumbir bajo el ardiente fuego del bourbon que generosamente les baña en ese momento. Ignorantes, crujen y se quiebran en su interior, extasiados ante el fulgurante calor del alcohol.

Sara apenas percibe esta lenta agonía mientras corre desnuda con el vaso ancho en su mano derecha. Acaba de salir de la ducha y, con la piel húmeda aún, se ha abalanzado al bar del salón con el único propósito de prepararse una copa tranquila. Registra entre los montones de ropa que hay en su dormitorio y que guardan pacientes cola para ser llevados a la lavandería… – ¿ Dónde estará la puta camiseta?… ¡ ajá!… ¡ te encontré!

… y sus ojos brillan mientras cubre el bronceado cuerpo con aquel harapo blanco que perteneció a un antiguo amor. – Debería quemarla en vez de ponérmela -murmura mientras bebe con avidez- nunca más volveré a enamorarme, nunca, nunca jamás… Sus pies descalzos sienten el contacto del frío mármol de los peldaños de las escaleras y Sara sonríe por primera vez en todo el día consciente de su propia desnudez apenas cubierta por aquella vieja camiseta. Algo más relajada desciende hasta la planta baja de su casa. Abre el gran ventanal que da al patio y se deja acariciar por la tenue brisa de una maravillosa noche de verano. Las estrellas están más resplandecientes que nunca y su luz parece atravesar el alma obligándola a sentirse pequeña. Vuelve a crujir el hielo en el vaso de Sara y sonríe de nuevo pensando en como hielo y bourbon forma un solo cuerpo. Quizás el amor sea lo mismo, piensa, primero oyes las campanas del flechazo y sueñas feliz, luego crujes de dolor al igual que el hielo y por último terminas diluyéndote en el calor de la personalidad del otro, adaptándote a él y olvidándote de quién eras al inicio… pero… y los que no aceptan ser diluidos por la otra persona? … quizás estemos condenados a vagar solitarios por la vida…

Perdida en sus meditaciones atraviesa la oscuridad del patio acompañada únicamente por el destello que la luna deja en los últimos resquicios del hielo. Sus largas piernas toman posesión del cómodo y colorista chinchorro mientras sus oscuros ojos se pierden entre las dueñas absolutas de la noche, las estrellas, esas pequeñas espías que sigilosas ven, callan y otorgan… Así tumbada, sintiendo el gélido aliento del vaso sobre su cálido vientre, todo parece carecer de importancia. La infinitud del firmamento, la suave brisa, el profundo perfume de las flores nocturnas… todo, absolutamente todo, parece conjurarse en silencio para que su alma se adormezca y deje de sentir. Hasta el murmullo del agua de riego suena a vieja canción de cuna. Entre las nubes de alcohol Sara se arrepiente de no haber seguido con más interés las explicaciones que le daba su padre sobre la disposición de los astros. Tenía suerte de reconocer Venus y poco más… Y …¿ Marte?… ¿Dónde estará Marte? – Un estirado compañero de trabajo le había dicho que en estos días era fácil de percibir -… un pequeño punto rojizo… uhmmm… un puntito…

Comenzó a mecerse y a dejarse llevar por la impresión de que eran aquellas luces las que se movían mientras ella permanecía inmóvil, allí tumbada. Bailaban para ella, bailaban para mitigar su soledad y su tristeza… Cerró los ojos y se dejó embargar por aquel calor que surgía de su interior. Padre Bourbon que estás en mi vaso, santificado sea tu nombre, venga a mí tu calor, hágase tu voluntad así en mi mente como en mi cuerpo…

Y Sara dejó de ser Sara. Su mente por fin se había diluido como el hielo en el alcohol, como las estrellas de aquella noche con las primeras luces del alba… y de su mano yerta cayeron un puñado de pequeñas pastillas al igual que gotas de rocío temprano. Nunca, nunca jamás, volvería a sentir dolor en el alma.

Fuente: http://www.pleiads.com

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