Apariciones de Garabandal (1961) por M. Garrido

Descripción

Apariciones de Garabandal (1961) por M. Garrido

 

SÁBADO 18 DE JUNIO DE 2011

50 AÑOS DE LAS APARICIONES DE GARABANDAL

LA VIRGEN, SEGÚN LA DESCRIBIERON LAS VIDENTES DE GARABANDAL
Un día como hoy, de hace justo cincuenta años, tuvo lugar un presunto acontecimiento celestial en Garabandal (Cantabria) que transformó la vida de muchísimas personas, no solo de los habitantes del lugar. Los sorprendentes sucesos que allí acaecieron entre 1961 y 1965 dieron rápidamente la vuelta al mundo, atrayendo a miles de seguidores aparicionistas. Aún hoy resuenan los ecos de una historia que no ha tocado a su fin. Y es que son muchos los ‘garabandalistas’ que siguen reuniéndose en el enclave cántabro aguardando que se cumplan las profecías anunciadas por la Virgen hace medio siglo. Pero ¿cómo empezó todo?…

Hemos de remontarnos al domingo 18 de junio de 1961. En la apacible localidad de San Sebastián de Garabandal, a 90 kms. de Santander, cuatro niñas se dirigen a un huerto para robar manzanas. Sus nombres son Mari Cruz, de 11 años, y Conchita, Jacinta y Mari Loli, de 12. Cumplida la acción, y cuando ya regresaban, oyen un trueno y distinguen en el camino “una figura muy bella, con muchos resplandores”. Las cuatro creen que se trata de un ángel, y asustadas salen corriendo hacia la aldea. Cuando localizan a la maestra, Serafina Gómez, le cuentan lo sucedido…

– ¿Es cierto que habéis visto a un ángel?
– Sí, señora
– ¿No será imaginación vuestra?
– Estamos seguras. Lo hemos visto.
– ¿Cómo era?
– Vestía con un traje azul, largo, sin costuras. Las alas rosas, muy grandes. Su rostro pequeño, ni alargado ni redondo. Los ojos negros. Las manos muy finas. Las uñas cortadas. Los pies invisibles. Parecía tener unos nueve años…

El caso se propagó inmediatamente por la aldea. Las opiniones fueron muy dispares. Unos lo creían mientras que otros se lo tomaban a burla. Incluso el párroco de Cosío, Valentín Marichalar, al ver el revuelo, decide interrogar a las niñas por separado. Luego les dijo: “Si esta tarde le volvéis a ver, preguntadle quién es y a qué viene”… Las niñas de nuevo se dirigen al punto exacto, conocido como ‘la calleja’. Pero esa tarde no hubo aparición. Sin embargo, por la noche, cuando Conchita estaba acostada, oye una voz que le dice: “No os preocupéis que me volveréis a ver”

El día 21 las niñas volvieron al lugar, esta vez acompañadas de adultos, y cuando estaban rezando cayeron en éxtasis. Las personas que las rodeaban se asombraron de verlas inmóviles, con una dulce expresión en sus rostros y todas mirando hacia un mismo punto del cielo. Las ‘visiones celestiales’ se repiten durante varios días. El párroco asiste a los éxtasis, viendo cómo pinchan y queman a las niñas sin que muestren el más mínimo signo de dolor. “Sin duda, estas niñas ven algo que no es de este mundo. Bien pudiera ser cosa de Dios”, es lo único que pudo expresar don Valentín. Por fin, el 1 de julio, la ‘aparición’ se identifica. Dice ser el árcangel san Miguel y anuncia a las niñas que al día siguiente vendría acompañando a la Virgen María. Y así es. Ese día, se les aparece la Virgen a las niñas, tras recibir una especie de ‘llamada interior’ que las hizo correr hacia ‘la calleja’. Las niñas la describen así: “Viene con un vestido blanco, el manto azul, la corona de estrellas doradas, las manos estiradas, con un escapulario marrón, salvo cuando lleva al niño en brazos; el pelo largo, castaño oscuro, con raya en medio; la cara alargada, con nariz muy fina; la boca muy bonita, con labios un poco gruesos; aparenta unos 17 años y es más bien alta”.

LAS CUATRO NIÑAS VIDENTES RODEADAS DE DEVOTOS

Viendo las filmaciones de la época, observamos cómo las niñas durante sus éxtasis se desplazan de rodillas por un terreno pedregoso. Se tumban en el suelo boca abajo y con la cabeza estirada hacia atrás, adoptando posturas incomodísimas y a veces hasta dolorosas. Andan incluso de espaldas, al unísono, sin tropezarse ni caerse a pesar de las dificultades del terreno. Las vemos coger rosarios, fotos y medallas de los asistentes, mientras que sus ojos siguen mirando hacia el cielo. Extienden los objetos para ser bendecidos por la Virgen y luego son devueltos sin equivocación a sus respectivos dueños. Después salen del éxtasis como si tal cosa, sonrientes y sin recordar nada. En pocos días comienzan a suceder ‘prodigios extraordinarios’. Muchos testigos dicen haber presenciado las ‘comuniones místicas’, algunas de las cuales han podido ser fotografiadas y filmadas. Otros aseguran haber visto a algunas de las niñas levitando a unos centímetros del suelo. El ‘aroma celestial’ embriaga el ambiente durante los éxtasis. Impresionantes son también las marchas y caidas extáticas. Fenómenos increíbles que dejarían boquiabierto al más íntegro de los mortales. El neurólogo Ricardo Puncernau fue testigo de algunos de esos hechos. Llegó incluso a pensar en una posible causa sobrenatural. “La verdad es que no se encuentra una explicación natural que los comprenda en conjunto, por lo que desde un punto de vista científico, no se puede negar, por lo menos hasta hoy, la posibilidad de una causa sobrenatural en la realización de todos estos fenómenos”, manifestó durante una conferencia pronunciada en 1965.

El caso trascendió a la prensa nacional y la zona no tardó en ser invadida por multitudes llegadas de todo el pais. Mientras tanto, la Virgen advertía en sus mensajes, como es costumbre, de grandes castigos para la Humanidad si no cambiábamos de conducta y no manteníamos la fe. “Hay que hacer muchos sacrificios y mucha penitencia y tenemos que visitar mucho el Santísimo. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendrá un castigo muy grande”.

Durante cuatro años las niñas reciben mensajes de similar contenido, hasta el 13 de noviembre de 1965, día en que la Virgen se despide de todos a través de Conchita: “¿Te acuerdas de lo que te dije el día de tu santo, de que sufrirías mucho en la tierra?… Ten confianza en Nosotros y lo ofrecerás con gusto a nuestros corazones, por el bien de tus hermanos, porque así estarás más unida a Nosotros (…) Os quiero mucho y deseo vuestra salvación, para reuniros en torno del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (…) Será la última vez que me veas aquí, pero estaré siempre contigo y con todos mis hijos…”

CONCHITA TRANSMITIENDO UN MENSAJE CELESTIAL

Pero había algo que seguiría manteniendo esta historia por muchos años, incluso hasta nuestros días. Y era el anuncio de un ‘milagro’ extraordinario que marcaría el inicio del final de los tiempos. “Estoy segura de que el milagro vendrá, porque la Virgen me lo ha dicho, y también sé la fecha y el contenido del milagro que la Virgen hace para el mundo. Estoy tan cierta de que va a venir el milagro como que dos y dos son cuatro”, aseguró Conchita.

Mucho se ha especulado sobre la naturaleza de dicho ‘milagro’. Lo único cierto es que hasta la fecha no ha ocurrido, a pesar de las falsas alarmas que han dado los ‘garabandalistas’ durante las dos últimas décadas. Según Conchita, y como únicas pistas, el milagro se producirá un jueves; a las ocho y media de la tarde; en marzo, abril o mayo; coincidiendo con un evento de enorme trascendencia para los cristianos (dicen que el jueves santo); coincidirá además con el día de un santo mártir vinculado con la Eucaristía. Antes del milagro, habrá un importante aviso en forma de una gran señal en los cielos, visible para todo el mundo. La vidente ha dicho que empieza por ‘A’. Los ‘garabandalistas’, así como muchos otros ‘visionarios’, ya han pensado que pueda tratarse de un ‘asteroide’. Concretamente de la estrella ‘Ajenjo’, citada en el cap. 8, vers. 11 del Libro del Apocalipsis. Tras el aviso, y en un plazo de doce meses, ocurrirá el ‘Gran Milagro’ en los alrededores de Garabandal, y permanecerá allí para siempre. Todo el que vaya será curado. No se sabe qué puede ser. Conchita solo dice que avisará ocho dias antes de que ocurra, y que podrá ser filmado y televisado. Si después del milagro, el mundo no se convierte, recibiremos nuestro merecido… “La Virgen hará el milagro para intentar evitar el Castigo”, nos recuerda la vidente. Y todo este lío es lo que mantiene alerta no solo a los ‘garabandalistas’, sino a los devotos de muchos otros enclaves aparicionistas. Y es que la Virgen, a través de otros videntes, sigue insistiendo aún hoy en lo que hace medio siglo anunció a Conchita.

Ese deseo enfermizo de ver cumplida la supuesta profecía dada por la Virgen hizo que los ‘garabandalistas’ se equivocaran estrepitosamente hace dieciseis años. Corrió el rumor de que el ‘Gran Milagro’ tendría lugar el 13 de abril de 1995, jueves santo. La noticia se propagó a la velocidad de la luz, y varias semanas antes de la fecha prevista llegaron hasta Garabandal peregrinos de todo el mundo. Casi todas las plazas hoteleras de Cantabria quedaron cubiertas y hubo una psicosis general. El vicario de la comarca, don Pedro Salvador, perplejo ante lo que se le echaba encima, intentó en vano hacer un llamamiento para que los católicos desistiesen de ir a Garabandal: “El movimiento generado en torno a Garabandal huele a montaje (…) Estos individuos abusan del sentimiento religioso de la gente de buena voluntad, y les hacen concebir unas falsas expectativas”. Ante las dimensiones que estaba tomando el asunto, la propia Conchita, desde su residencia de Nueva York, aclaró que no había recibido aún el ‘aviso’ de la Virgen que precedería al ‘Milagro’, así que ese 13 de abril no pasaría nada. Sin embargo, en Garabandal se dieron cita unas 10.000 personas y por sí mismas comprobaron que de milagro, por el momento, nada de nada. Pero algunos ‘videntes’ de turno, como la norteamericana Jeiny Garzan, aprovecharon la ocasión para caer en éxtasis y recibir algún mensaje ‘celestial’…

MARI LOLI EN PLENO ARROBAMIENTO MÍSTICO

Los ‘garabandalistas’, con anterioridad, también habían creído que el choque del cometa Shoemaker-Levy contra Júpiter, ocurrido en julio de 1994, sería el ‘Aviso’ anunciado por Conchita. ¡Cuántos tropezones les quedan! Comprendo que estén impacientes. Y es que, en 1965, Conchita dijo: “El Milagro no tardará en venir”

Mientras, siguen las cábalas. La marióloga Pilar Gutiérrez, que se toma muy al pie de la letra esto de las profecías milenaristas, ofrece datos muy ‘reveladores’ sobre el ‘Aviso’, basándose en un mensaje recibido por Mari Loli: “Dios va hacer algo tan grandioso que va a parar el mundo. La Humanidad sentirá un fuego que no quema el cuerpo, pero que produce un calor impresionante en el alma. Será un fuego purificador. Durante ese aviso se parará todo. La Virgen ha dicho que se pararán hasta los aviones en pleno vuelo. Se quedará todo suspendido. Todo el movimiento producido por el hombre, las máquinas, se detendrán durante ese tiempo para que Dios de alguna forma, demuestre al hombre cual es nuestro verdadero poder ante el suyo. Durante ese tiempo cada uno va a sentir como si estuviera ante Dios…” Lo de pararse las máquinas y cesar toda actividad humana, ya lo vimos reflejado en el magnífico clásico de ciencia-ficción ‘Ultimátum a la Tierra’ (1951). La diferencia es que en el film lo provocaron los extraterrestres para demostrar su poder ante nosotros. En el caso de Garabandal, lo hará Dios. No sé si tendrá que ver o no, pero Dios a fin de cuentas es un extraterrestre, o eso dicen algunos… Bromas aparte -y es que uno no puede más que sonreir cuando oye tantas barbaridades-, hay una pregunta que no puede quedar en el aire: ¿Qué postura ha tomado la Iglesia respecto a los sucesos de Garabandal?… Aunque hubo sacerdotes muy atraidos por esta historia, y que se convirtieron en acérrimos defensores, como el jesuita Ramón Andreu o el padre Laffineur, la actitud de la jerarquía eclesiástica siempre ha sido negativa frente a este caso. El primer comunicado se emite el 26 de agosto de 1961 y lo firma el Obispo de Santander Doroteo Fernández. Según sus palabras, “nada hasta el presente nos obliga a afirmar la sobrenaturalidad de los hechos allí ocurridos”.

El 7 de octubre de 1962, el nuevo obispo, monseñor Eugenio Beitia Aldazábal, hace pública otra nota en la que señala que los fenómenos de Garabandal “tienen una explicación de carácter natural”. Su sucesor, monseñor Vicente Puchol, también negaría el carácter sobrenatural de este caso, tras consultar con la Santa Sede, en un contundente informe fechado el 17 de marzo de 1967: “No ha existido ninguna aparición de la Santísima Virgen, ni del Árcangel San Miguel, ni de ningún otro personaje celestial. No ha habido ningún mensaje. Todos los hechos acaecidos en dicha localidad tienen explicación natural”.
LAS NIÑAS CORREN AL ENCUENTRO DE LA VIRGEN

Desde entonces y hasta ahora, todos los sucesivos obispos han mostrado su escepticismo ante los sucesos de Garabandal. Quien se mostró algo más receptivo fue el obispo Juan Antonio del Val, que en 1988 manifestó: “Estoy abierto a toda información, a toda consideración sobre Garabandal, y en este sentido quiero continuar; lo que he hecho ahora es autorizar a los sacerdotes para que suban a Garabandal y celebren allí la Eucaristía, anteriormente prohibido por las notas que dieron mis antecesores”. Sin embargo, el siguiente obispo de Santander, José Vilaplana Blasco, escribió una nota fechada en noviembre de 1997 en la que entre otras cosas manifestó: «…Dado que las declaraciones de mis predecesores, que estudiaron el caso, han sido claras y unánimes, no he creído oportuno hacer una nueva declaración pública por evitar dar notoriedad a unos hechos demasiado lejanos en el tiempo. Sin embargo, sí he creído oportuno redactar este informe como respuesta directa a las personas que piden orientación sobre la cuestión, que doy por terminada, aceptando las decisiones de mis predecesores, que hago mías y las orientaciones de la Santa Sede. Referente a las celebraciones de la Eucaristía en Garabandal, siguiendo las disposiciones de mis predecesores, sólo admito que se celebren en la iglesia parroquial sin referencia a las supuestas apariciones y con la autorización del Párroco actual, que goza de mi confianza”.

¿A qué puede deberse esta actitud tan contraria por parte del clero? ¿Desconfían de alguna cosa?… La verdad es que Garabandal esconde un gran secreto. Algo que ha quedado sin aclarar y que, sin duda, ha enturbiado esta historia. Me refiero a las declaraciones que en su día hicieron algunas de las niñas, negando sus propias visiones y éxtasis. Llegaron incluso a confesárselo al párroco y al obispo. El sacerdote sevillano Enrique López Guerrero manifestó al periodista Gabriel Carrión que: “Mari Loli, la segunda vidente en importancia, me abrió los ojos y me descubrió toda la verdad. Ellas habían empezado como si se tratase de una broma y viendo que la gente se interesaba muchísimo por el tema, siguieron adelante hasta que se asustaron. Llegaron las dudas sobre si lo que habían visto era real o imaginario…” Mari Cruz, por su parte, tenía alguien a quien culpar: “Se lo inventó todo Conchita, que siempre estaba organizando bromas. Lo hizo sin mala intención, pero se montó tal jaleo que tuvimos que seguir (…) Yo temía que si decía la verdad la iban a tomar con nosotros”. Conchita, en una entrevista realizada en 1971, declaró: “…Dije al obispo que no había visto nunca a la Virgen, y que había engañado a todo el mundo, todo el tiempo (…) Estas dudas duraron cinco o seis días. Desde entonces estoy sumida en la confusión y en la duda, esperando un milagro para confirmar si fue verdad o no”…

¿Qué las llevaron a retractarse? ¿Estuvieron presionadas por terceros para negar todo, como afirmaron algunas personas del entorno de las videntes?… Según Maximina González, tía de Conchita y testigo de algunos fenómenos extraordinarios, hubo quien coaccionaba a las niñas, con amenazas incluidas, para que negaran todo. “Estábamos allí la madre de Conchita y yo, el Dr. Peñal y el Dr. Luis González, y entonces es cuando le decían a Conchita ‘si desistes de esto de Garabandal serás una señorita, te meteremos en un colegio, pero si no desistes de esto, a ti te llevaremos a un manicomio y a tu familia a la cárcel’…”

JUNTO A CONCHITA, EL CIEGO JOEY LOMANGINO, PROMOTOR DE LAS APARICIONES

Pero hay algo más. Charlando en su día con el sacerdote José María Pilón sobre la historia de Garabandal, me reveló algo sorprendente: “Yo hablé con el arzobispo de Pamplona, monseñor José María Cirarda (fue Obispo de Santander en 1968) y recuerdo que me confesó una cosa muy gorda. Él me contó que Conchita, la principal vidente, le había dicho que habían robado formas consagradas del sagrario de la parroquia para ensayar la comunión mística, y esto es muy grave”.

¿Fueron entonces fingidos los éxtasis? ¿Tuvieron realmente visiones?… Siempre permanecerá la duda. Muchas veces, los fenómenos parapsicológicos comparten lugar con el fraude. No podemos decir que el caso Garabandal sea totalmente falso, ni tampoco que sea totalmente cierto. Podemos encontrar testimonios fiables para defender cualquiera de las dos posiciones. Es, por tanto, muy probable que allí hayan ocurrido fenómenos de naturaleza paranormal, pero también se ha podido recurrir al fraude para satisfacer, en cierta manera, a los fieles que van buscando ansiosamente el milagro. No es la primera vez que conviven lo real y lo falso en estas historias. Grandes médiums y paragnostas, han echado mano alguna vez del fraude al no poder manifestar siempre a voluntad sus facultades psi. Quizá, como declaró en su día el sacerdote Lucio Rodrigo, confesor de Conchita, el juicio definitivo sobre la verdad de Garabandal debía quedar pendiente de la realización en el futuro del ‘Milagro’ anunciado por Conchita. Por mi parte, como no tengo confianza en las profecías milenaristas, prefiero basar mis juicios en cosas más tangibles. Y este caso es ciertamente confuso. Así que, como bien dice el parapsicólogo Scott Rogo, “la historia de Garabandal es una crónica sin final y un misterio sin solución”. Y así estamos cinco décadas después…

De lo que únicamente no hay duda es del negocio que se ha generado en torno a las apariciones de Garabandal. Se convirtió en una auténtica ‘multinacional de la fe’. Conchita, Jacinta y Mari Loli se casaron con americanos y viven en Estados Unidos (esta última falleció en 2009, a la edad de 59 años). Mari Cruz reside en Avilés (Asturias). Desde Nueva York, Conchita González, coordina el llamado ‘Garabandal Center’, fundado y financiado, desde 1968, por el empresario multimillonario Joey Lomangino -director de la sede central de la organización en Nueva York y también director de la revista ‘Garabandal’-, que se convirtió en un acérrimo devoto tras visitar la localidad cántabra en pleno auge de las apariciones. Por cierto, Joey es ciego y espera recobrar la vista el día del ‘Milagro’… El ‘Garabandal Center’ cuenta con medio millar de delegaciones sólo en EE.UU. y está extendido por todo el mundo (Europa, Australia, Sudáfrica, China, Japón, India, Malasia, Rusia, etc.) Es un negocio que mueve muchísimo dinero gracias a las aportaciones económicas de los fieles y a la venta de objetos relacionados con las célebres ‘apariciones’: estampas, diapositivas, fotos, escapularios, rosarios, medallas, cassettes, revistas, libros, etc. Las imágenes de las niñas en éxtasis están recogidas en dos vídeos, ‘The Message of Garabandal’ y ‘Garabandal – The Eyewitnesses’, disponibles a $25.00 US cada uno y con versiones en 30 idiomas. Hoy, aprovechando el tirón de internet, tienen una página web, que puede consultarse en diez idiomas, en la que ofrecen sus productos comerciales por correo, además de contar la historia de las apariciones, publicar artículos y entrevistas, mostrar las fotos de las niñas en pleno ‘arrobamiento místico’, difundir testimonios sobre curaciones milagrosas, etc. Para el interesado que quiera visitarla es: www.ourlady.ca. Y por si alguno desea colaborar en la difusión de la obra garabandalista, puede hacerse hasta promotor y formar parte de los miles de trabajadores voluntarios pertenecientes a ‘Los Obreros de Ntra. Sra. del Monte Carmelo’. Aunque el mundo moderno está, según los seguidores aparicionistas, muy influido por el Maligno, también tiene sus ventajas y, por lo que vemos, ellos saben aprovecharlas muy bien…


 

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