Carta Ummo con Alejandro Agostinelli (21 Agosto 2001)
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Descripción
Buenos Aires, 21 de agosto de 2001
Mi querido Ignacio,
Sé que debería avergonzarme de tan tremenda borrada, y de hecho los colores se me suben a la cara a medida que escribo. Y sé, naturalmente, que de poco servirá todo lo que te pueda decir en mi descargo. Pero aquí me tienes de nuevo, seis añitos después y a cinco (nada de “flamante”) de mi experiencia conyugal, que me a traído tres bocas más que alimentar (no cuento a mi mujer, que se abastece sola, e incluyo a su niño Mauro de 10 añitos y a las dos bebotas de mis amores, Chiara y Catalina, de 3 ½ y 1 ½ respectivamente).
Sí, es cierto: se me han “apolillado en un baúl”, como tú dices, las entrevistas a los ummólogos/ummófilos et altres. Pero debes saber ya mismo que no se me han ido nunca las ganas de sacar algo en limpio de todo aquello. ¿Quieres que, para empezar, te cuente por qué carámbanos nunca tomé la )+( por las cornamentas? Pues porque cuando me decidí hacerlo acabé abrumado. Eran tantas cosas las que quería contar, era tanto el material desgrabado y cargado en la mochila, que 1°) me acobardé, 2°) me paralicé y 3°) me achanché (aquel viejo truco según el cual “lo dejaré descansar hasta cuando disponga del tiempo necesario”. Y cuando llega el “tiempo necesario” uno ya está entregado a otras prioridades. También fui presa de una ambición francamente desmesurada: debía ser la “mejor historia jamás contada” sobre el desembarco de los wolfianos a la Tierra o “nada”. Bueno, por ahora ha quedado en “nada”. Y no sabes cuanto me pesa ese vacío.
Se puede decir que todo lo que queda de aquel ímpetu aventurero -absolutamente digno de aqulla causa- fueron las entrevistas, cuyas desgrabaciones ahora me pides.
Te cuento: por iniciativa de tu tocayo Cabria en breve se publicará un gran libro ufológico consagrado a las principales temas de la ufología mundial. Y, sin borrarme de la cabeza el compromiso con toda la bella gente que me ha regalado generosamente su tiempo cuando los visité allá, varias veces hasta el 95, me he propuesto recopilar lo mejor de aquellas entrevistas para uno de sus capítulos.
No sé si a estas alturas me creerás (bueno, ¡a Jordán le has creído por más tiempo! –permíteme la humorada), pero confío en que, una vez que le tome el ritmo a la historia y vuelva a familiarizarme con las subhistorias (que eso es ahora lo que deberé remontar), acabaré de una vez aquel librito empezado. Y, ya sin dramatismo ni excesivas pretensiones, levantaré actas de aquel viaje y sus protagonistas.
Si por cualquier razón ese libro (que no dudes te dedicaré, porque eres mi más cercano acicate con Cabria y Luis González) se posterga y yo mismo veo que la cosa se va a dilatar (será “ahora o nunca”), te daré sin problemas la autorización para que difundas este material penosamente recopilado por los medios que te plazca (y si mañana un mal rayo me parte, considera el abandono de este cuerpo por órden de largada). Es decir: te confío el material para tu disfrute personal, pero todavía no lo hagas público. Entretanto, sólo me resta pedirte una pizca de paciencia, porque para las editoriales no está bien visto que circulen inéditos antes de la salida de una parte de sus libros (del cual desde ahora cuentas con unas cuantas páginas). Yo sé que, si te lo pido, “guardarás el secreto”. Pero siempre existe la tentación de dar a conocer lo que uno tiene para sí “en exclusiva”. (Por cierto, ahora parece que sale JJ Benítez con un libro sobre Ummo y ya no sé quién me dijo que allí fueron a parar cosas mías -ignoro todo otro detalle, es más: ignoro hasta la existencia misma del libro de Benítez). Ojalá me entiendas y no te enfades, lo que no me perdonaría con lo muchísimo que te quiero.
He recibido también tu precioso CD, que he comenzado a curiosear, aunque deberás fijarte que la extensión de los documentos en texto crudo sean “.doc” porque muchos vinieron sin extensión y no los pude abrir (probé “rtf” y algunos abrieron, pero no siempre funcionó).
Aunque no me lo creas, te cuento que unos meses antes de recibir tus noticias estuve a punto de escribirte porque le había propuesto a una productora de televisión latina preparar un documental sobre la saga ummita, e iba a preguntarte cuántos ummólogos (de los que aún creen en la extraterrestrialidad del asunto) quedan en activo (dicho sea de paso, me encantaría que me lo dijeras en una próxima correspondencia). De más está decir que me entusiasmé con la idea de volver a la piel de toro con aquel borrador de asuntos pendientes (tras mi viaje del 95 la lista de asuntos pendientes era más voluminosa que la de asuntos concretados). Pero ya ves como son las cosas: después de cierto entusiasmo inicial (esta productora argentina también tiene oficinas en Madrid), la cosa se empantanó (sabrás lo mal que andan las cosas en el país) y todo quedó en stand by. Siempre soy optimista: ya recibirás noticias mías si el proyecto vuelve a cobrar vida.
Por último, una confesión: esta debe ser la primera vez en ¿seis años? que debo marchar al correo a despachar una carta ¡ya no me comunico con nadie que no tenga email! ¿Es que no piensas capitular al fervor de Internet? ¡Alucinarías con todo lo que hay en la red de tus amigos wolfianos! Aprovecharé para meter en el disquete alguna cosa de la web (creo que optaré por algo de la tétrica historia de las “Hijas de Ummo”).
Un abrazote, gracias por honrarme con tu amistad, con tu bellísima prosa y, claro, por recordarme con tanto cariño. También siento mucho afecto por tí.
Hasta otra,
AlejandroA
Querido Nacho:
He estado rastreando nuestro correo viejo, al menos aquel que te envié en su momento a tu email, y por ahora sólo he encontrado esta carta que salió hace poco más un año. Su relectura que me ha impresionado un poco. Demasiadas cosas han pasado desde entonces, y recuerdo que te las comentaba en algún mensaje de esos que se han perdido en el ciberespacio (el email que me mencionas, por cierto, hace cinco años que está inactivo). Ya había rescatado tu nuevo email a través de José García Bautista, un tío sensacional que conocí en la lista de correo ufológica Orion. Pues bien: te cuento que me he separado hace cinco meses, con todas las tragedias que eso implica, entre las más graves el tiempo que le falto a mis hijas. Luego siguen los trastornos de rigor, a saber: más gastos, obligación de poner en venta la propiedad conyugal, enriedos diversos a causa de las niñas, cambios en la relación (mi ex se ha puesto insoportablemente aguerrida, pese a que nos separamos de común acuerdo)… en fin: no quiero aburrirte. Pero lo cierto es que este desmadre personal me ha cambiado mucho los planes de vida. Ando con urgencias económicas gravosas y eso me tiene mucho más alejado que de costumbre a nuestros temas. Sin embargo, siempre trato de arreglármelas para tratar de colar alguna cosa que vuela y no se sabe lo que es en revistas o, eventualmente, en la tele. De hecho, he seguido recorriendo productoras con el proyecto para realizar el documental en España sobre ]+[ . Todos se interesan, pero siempre se estanca por un quítame de ahí esas pelas, lo que hasta ahora posterga tan magno desafío, pese a que sólo pido el dinero mínimo ya que cuento con la hospitalidad de muchos amigos ibéricos que me han ofrecido dónde pernoctar. Esas son, a las apuradas, las novedades más acuciantes. Espero que en tu próximo mensaje seas más locuaz, que echo de menos la gracia, el saber y la vida de tus textos.
Abrazo,
Alejandro