Expedición a Albacete en busca de la mano cortada UMMO

Descripción

Expedición a Albacete en busca de la mano cortada UMMO

 

 

Ignacio   Darnaude   Rojas – Marcos

 

 

EXPEDICIÓN  A ALBACETE  EN BUSCA DE “LA MANO CORTADA”

 “Trabajar cansa” , sentenció el poeta Cesare Pavese. Y para más inri la recargada belleza de esta impar Toledo en la que ahora acampamos termina pesando en el ánimo. Así es que el 20 de febrero de 1983 me tentó el   anti-Woa y arriesgué el fin de semana incitando a sabrosas locuras castellanas a una guapa y arrojada amiga dispuesta siempre a cualesquier aventura excitante.                                          

                 Le propuse emprender una cacería de ummitas por las desoladas estepas manchegas. Sin extrañarse lo más mínimo ni hacer preguntas aclaratorias , aceptó encantada «-con la condición , Nacho , de que no me aburras ; en tus manos encomiendo mi bodyspíritu».            

               Llegamos a Albacete el sábado por la tarde , mal momento para darle el coñazo a Pedro Monzón , Tita Martínez y otros periodistas locales y manocortanoicos que habían investigado previamente el macabro caso de doña Margarita Ruiz de Lihory , aristócrata venida a menos que en 1954 fue acusada de cercenar una mano al cadáver de su hija Margot , mutilación que según varias cartas de los supuestos habitantes del planeta Ummo residentes en España fue realizada por dos   ummitas huéspedes de la Marquesa en su casona de Mayor 58 de la capital de los cuchillos.                                            

                 En vista de las circunstancias poco favorables nos dedicamos a patear la ciudad buscando con frenesí huellas ruizlihórycas. Peregrinamos no sin emoción al mítico solar de lo que fue residencia de Doña Margarita , en la calle Mayor Nº 58 , embarrado por las lluvias.        

                 ¿ Qué más podíamos hacer ?. Interpelamos al azar a un montón de gente como taxistas , camareros , dependientes de tiendas , conserjes y transeuntes en plena calle. Y lo curioso es que en su ciudad natal nadie tenía la menor idea del turbio y llamativo episodio de la Baronesa   y su célebre mano cortada. Treinta años después , el enorme escándalo que sacudió a la España de la postguerra se había volatilizado de la memoria colectiva incluso en la patria chica de la protagonista.

                 Lo que demuestra que los oriundos de la estrella   Wolf-424   dicen la verdad al menos en una cuestión : que se puede inyectar cualquier dosis de información alienígena en una sociedad espiritualmente anestesiada –la Tierra- sin que exploten sus válvulas de seguridad , con tal de que los datos exógenos se infiltren adobados con exageraciones , insensateces , verdades a medias , embustes y kilotones de absurdo.

                 Cenamos en un restaurante semivacío agobiados por una nube de camareros , mientras mezclábamos un Viña Albina-1979 con rememoranzas de la Baronesa de Alcahalí .                          

                 Con el fin de hacer la digestión y al mismo tiempo cumplir la promesa de no sumir en el tedio a mi hermosa acompañante , emprendimos otra etapa en la gira nocturna por las desiertas calles de una capital helada , hasta recalar en un par de salas de fiestas fabulosamente abarrotadas por una marabunta animadísima y con la parla suelta gracias a excesivos miligramos en sangre , ventaja que aprovechamos para tirar de la lengua a los paisanos de la mutiladora.   Interaccionamos con todo Dios sacando a relucir hasta el culo de Doña Margarita.    

                 Dos señorones con aire de coroneles , gente gorda y bien informada sin duda alguna , quienes por cierto se quisieron ligar a mi acompañante con su maquiavélica aquiescencia , nos contaron que atesoraban valiosas primicias sobre albaceteñas manos y yo qué sé de otros órganos cortados. Desgraciadamente el infrascrito y sus copas no estaban ya para tomar minuciosa nota de tan interesantes efemérides , y esta valiosa pieza historiográfica acerca de los inmigrantes del astro frio Ummo se ha perdido para la posteridad.                                          

                 Debimos de conversar , bajo la música ensordecedora , con un tercio de los albacetenses   que cuentan , y juraría que volvimos a poner de moda Mayor 58 en la trepidante ciudad de las navajas ( Toledo a su lado era un bellísimo funeral ).            

                 La del alba sería o poco menos cuando, a pesar de que nos íbamos con las manos vacías de otras cortadas , me di cuenta de que teníamos la obligación social de dormir , y entonces nos dispusimos a recluirnos en nuestra calentita y confortable alcoba del Parador Nacional , no sin antes despedirnos calurosamente de las flamantes amistades conquistadas en la nocturna juerga del sábado sabadete.    

                 Ocasión que agarró por los pelos mi bella y conflictiva dama , manchega , ciclotímica y también marquesa por más señas , con ánimo de organizar un impresionante escándalo   -que todavía recordarán los empleados del Parador-   a causa de sabe Dios qué trivial e inventado motivo , habida cuenta de que a lo largo de tan agitada noche mi aventurera se había venido equivocando una y otra vez en la aritmética de los güisquis.                                                            

                 A media mañana liquidé la cuenta avergonzado y nos largamos de Albacete con el portafolios huero de contenido nazi-médico-nórdico-úmmico , que había sido el objetivo del viaje , en algebraica correspondencia con la tan aireada presencia ummita en la provinciana Mancha de los años cincuenta ,   que en realidad nunca existió.                                              

 

[ Carta de   Ignacio Darnaude Rojas-Marcos al ummólogo bonaarense   Adalberto C. Ujvári   fechada el 3 de marzo de   1983.

Documento reseñado en el   UmmoCat con la referencia número   2.395 ].

 

 

 

 

 

 

 

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