Fotografías del comandante ummita «Dei-98» interceptadas por la policía de Franco

Descripción

Fotografías  del  comandante   ummita       «Dei-98»   interceptadas   por   la   policía   de   Franco

 

 

 

 

 

En base a aseveraciones de   Enrique de Vicente  ,  periodista asaz conocido en los medios paracientíficos de la  Villa y Corte  ,  hacia  Diciembre de  l970  recibió en su domicilio de  Santa María de la Cabeza  un sobre anónimo con matasellos del distrito del  Aeropuerto de Barajas  en la capital de España , que contenía una pareja de retratos tamaño                           9 x 12 cm   correspondientes a un varón de raza blanca , corpulenta complexión y elevada estatura que aparentaba unos diez años más que  Cristo , elegantemente ataviado a la usanza europea y tocado de mascota al estilo de los  gangsters  del cine negro americano.        El curioso personaje se erguía a pie firme en alguna suerte de barco , malecón o paseo marítimo emplazado , es de imaginar , en parajes costeros o fluviales de  Portugal  o  Brasil  , toda vez que en ambas postales se apreciaban ciertos letreros en la musical lengua de  Eça de Queiroz.                                               

 

 

                     Al dorso figuraba un afectuoso mensaje dirigido al estudioso   De Vicente  , con motivo de su persistente interés en el misterio de  Ummo , firmado fraternalmente por el que aseguraba de sí mismo ser nada menos que   «Dei-98»   , supuesto líder en la colonia de expedicionarios del astro frio  Ummo  inmigrada a la  Península Ibérica  , y redactor de otras misivas  «exoplanetarias»  oportunamente reseñadas en el   «Catálogo Documental del Criptogrupo Ummo»                                ( UmmoCat ).                    

 

 

                     Enrique de Vicente ,    ávido coleccionista de rarezas documentales y con reputación bien ganada de conocer como nadie a la fauna ufológica de la piel de toro , sobremanera excitado por tan inesperado regalo de la providencia , consistente en el rostro y envoltura terrenal del presunto director general del comando de la estrella   Wolf-424  destacado en la  Tierra , se apresuró a telefonear febrilmente  «a medio Madrid» ,  incluyendo a varios incondicionales de los objetos volantes no identificados y del enigma  ummense , a los que con su verbo fácil comunicó la sensacional buena nueva de que atesoraba el físico tridimensional del embajador de  la estrella  IUMMA  en territorios intrapirenaicos.        

 

 

 

                      Presa de deliciosa agitación depositó con cuidado exquisito las pretendidas reproducciones del organismo físicoquímico del jerarca exobiológico        «Dei-98»   en su manoseada cartera de mano                      ( «mi segunda alma» , como  Enrique solía confiar a sus íntimos ) ,  se echó a la calle y continuó sus múltiples contactos y actividades habituales.                                 

 

 

 

                     Pasadas varias horas , en esta misma inolvidable jornada , y para su consternada sorpresa , fue abordado por inspectores de la siniestra    Brigada Social   adscritos al rastreo de operaciones subversivas antifranquistas , quienes lo trasladaron sin contemplaciones a la   Dirección General de Seguridad  sita en la   Puerta del Sol  , corazón urbano de  Madrid , donde al llegar y como es preceptivo entregó el portafolios con todo su variopinto y personalísimo contenido amén de la doble faz y porte de su flamante amigo estelar bautizado como   «Dei Noventayocho , hijo de   «Dei-97» .                                                                              

 

 

 

                      En la sede de la temible   Policía Secreta   del  Generalísimo  fue interrogado durante varias horas en torno a su eventual participación en las algaradas estudiantiles antifranquistas por entonces en boga , hasta que finalmente fue puesto en libertad sin cargo alguno ,  previa la educada excusa de que disculpase las molestias sufridas ya que  «se había tratado de un lamentable error».       Antes de salir del   «Kilómetro Cero»   los   «grises»   le devolvieron cortésmente su astrosa bolsa de cuero.             

 

 

 

                      Pasó algún tiempo hasta que  Enrique se acordó de repente de las extraordinarias instantáneas del poderoso   «Dei-98» , y como afectado por una extraña premonición las buscó nerviosamente en la  mariconera.          Habían desaparecido   , aunque todas sus otras  abigarradas pertenencias seguían intactas.     El ahora director de la revista   Año Cero  ignora todavía si su insólita detención obedeció a aleatorias diligencias policiales de mera rutina inducidas por vulgares móviles políticos , o si por el contrario su extemporáneo éxodo al sancta sanctorum de la represión del régimen estuvo relacionado , hipótesis harto surrealista , con su privilegiada posesión de la asombrosa y nunca vista efigie carnal del   «pontifex»  wolfiano  «Dei-98».             

 

 

 

                   En cuyo caso de por sí inverosímil ,                ¿ qué confidente informó a las fuerzas de seguridad , justamente el mismo dia de su recepción ,  de que tales superimágenes del nuncio  ummita  se encontraban bajo su custodia ?.     Irreemplazables positivas que , de eso no hay duda , pasaron a las expertas manos de los comisarios del orden público , por motivos en extremo intrigantes pero aún desconocidos , y de las cuales por desgracia  Enrique  no ha vuelto a tener noticias.    

 

 

 

                      Enrique de Vicente , antes de que le resultaran incautadas por los funcionarios del  Ministerio del Interior , mostró los  «incunables»  con las semblanzas de  «Dei-98»   a dos colegas de toda confianza con los que se citó , viscerales investigadores del fenómeno  Ummo  :   el psicólogo   Francisco Mejorada   y   Javier Ruiz Sierra.           Ambos entendidos escrutaron con intensa concentración el par de  «hologramas»   de   «Dei-98» ,  por lo que están en condiciones de testificar y ampliar información sobre las ya célebres fotografías alienígenas   -las únicas de la historia-  de infausta memoria.                                                       

 

 

 

(  Ver   referencias del   UmmoCat    Nº   415 ,     434       y   4.349 ).

 

 

 

 

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Ignacio   Darnaude   Rojas – Marcos                                                                    

                            

 

 

 

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