Pautas de apariciones marianas

Descripción

Pautas de apariciones marianas

 

Apariciones Marianas,Pautas-2

 

 

Algunas consideraciones sobre el fenómeno de las Apariciones Marianas
Ignacio Darnaude

Se ha aplicado esta denominación a ciertos fenómenos extraños que, desde hace varios siglos, son repetidamente observados en muchos países del mundo. Normalmente, se presentan de manera espontánea a una o más personas, con las que toman contacto bajo la forma de un «objeto», «entidad» u «agente» no identificado (al que llamaremos ANI), y que presentan como principal característica una extraordinaria luminosidad. Esta «manifestación» es, generalmente, el principio de una serie de experiencias derivadas de una compleja y peculiar fenomenología.

En el mundo occidental son conocidas desde los primeros siglos del Cristianismo, manifestándose preferentemente a partir de la Edad Media (siglo XII). Se desarrollaron de forma extraordinaria, extendiéndose por toda Europa, para florecer también posteriormente en el continente americano, tras su descubrimiento y ulterior conquista.

Fundamentalmente se desarrollaron en las áreas católicas de Europa e Hispanoamérica, aunque también se conocen ejemplos africanos y asiáticos. El cultivo óptimo de estas «manifestaciones» ha residido en la civilización cristiana, y muy especialmente en la católica.

En principio, parecen estar muy claramente conectadas con los fenómenos religiosos y de forma particular con los ritos católicos. Esto es esencialmente evidente en el ámbito católico, en cuyo seno han tenido lugar masivamente las «AM». Sin embargo, se tienen noticias de estas «manifestaciones» en otras religiones (Subud, Mormones, etc.), aunque se conoce muy poco en la actualidad sobre ellas. Con bastante fundamento, sospechamos que las «Apariciones» han tenido un papel muy importante en la fundación, desarrollo e historia de las religiones, adquiriendo en el catolicismo el matiz particular de «Marianas».

NATURALEZA DE LAS «AM»

 Las «AM» son muy numerosas; aunque sin poderse barajar unas cifras aproximadas, diversas fuentes aseguran que alcanzan los millares… La mayor parte de ellas yacen enterradas en el más completo olvido.

Frecuentemente se manifiestan de forma individual o colectiva en niños de corta edad, semianalfabetos (predominan los pastores), que habitan en regiones aisladas y subdesarrolladas, así como entre hombres y mujeres adultos, especialmente en monjas. También se constata el hecho de que el sexo femenino parece más propicio a estas «manifestaciones». Por otra parte, las enfermedades somáticas abundan extraordinariamente en los perceptores adultos de las «AM».

Pese a la opinión generalizada de que tienen un origen «interior», es decir que se trata de alucinaciones, psicosis colectiva, etc., poseemos una certidumbre cercana a la evidencia de que las «AM» están motivadas por una causa exterior a los videntes, independiente de ellos mismos y mostrando todos los atributos ontológicos de la realidad».

La causa es también «personal», es decir que tiene como portador una «entidad» que manifiesta cualidades de cuerpo perceptible a los sentidos, forma parecida a la humana (pero siempre realzada y embellecida), inteligencia y consciencia, movimiento, mirada, voz y lenguaje. Estos «ANI» van de un lado a otro, conversan, dan mensajes, emiten órdenes, besan, etc., mostrando un comportamiento en cierto modo asimilable al humano.

FENOMENOLOGIA HABITUAL

Por regla general, los videntes suelen ver una figura luminosa de aspecto humano (que en muchas ocasiones es adquirido posteriormente por una inicial fuente luminosa), que recuerda a una hermosa dama cubierta con blancas vestiduras, de aspecto juvenil, frecuentemente suspendida sobre un árbol. Entonces el «ANI» se dirige a los sorprendidos testigos o videntes a quienes habla, posiblemente utilizando algún medio de percepción extrasensorial, les conmina a observar «buenas» costumbres y a practicar la oración, les ordena que transmitan determinados mensajes a la jerarquía eclesiástica, y ya más frecuentemente les indica la conveniencia de construir en el lugar de la aparición una ermita conmemorativa del hecho. También les cita para otro día y asi progresivamente se suceden las apariciones durante un cierto tiempo, hasta que finalmente cesan de forma tan súbita como se iniciaron. La percepción del «ANI» parece ser selectiva; esto es, cuando se encuentran varias personas reunidas sólo unas pocas de ellas ven y escuchan al «ANI».

La noticia de la «Aparición» corre por la región como la pólvora, a consecuencia de lo cual acuden grandes multitudes. Paralelamente ocurren unos «prodigios» aparentemente paranormales, es decir curación instantánea de males corporales, brote de manantiales en terrenos áridos, extraños fenómenos luminosos en el cielo, etc.. lo que intensifica la afluencia de masas humanas.

El tono de la piedad popular adquiere proporciones formidables precisamente en lugares donde anteriormente dormitaba o era inexistente, y este extraordinario «Efecto=AM» se prolonga durante siglos. En la actualidad se ha organizado en torno a ello un culto con la celebración de festividades y rituales periódicos.

CONSECUENCIAS HISTORICAS DE LAS «AM»

Han sido extremadamente importantes, cualitativa y cuantitativamente. Sin ésta «superestructura» de las «AM» es muy difícil concebir un mantenimiento tan eficaz y prolongado de la influencia doctrinal, primero del Cristianismo y luego del Catolicismo. Estas «manifestaciones» han cooperado poderosamente al establecimiento en Occidente de una civilización basada en la filosofía del Evangelio.

Por otra parte, cabe destacar el hecho de que casi todas las festividades de la liturgia católica tienen su origen en una aparición o prodigio similar. Europa está sembrada por doquier de templos que conmemoran «Apariciones Marianas». Durante siglos hubiera sido prácticamente imposible mantener viva la tensión religiosa en el pueblo si no se hubiera contado con la eficacísima ayuda de estas «manifestaciones». En cierto modo podemos decir que gracias al «soplete» de las «AM» la Cruz ondea todavía sobre la cultura occidental. Pocas dudas albergamos al respecto cuando nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Cómo hubiera sido la Historia sin su intervención y mantenimiento de la idea, primero Cristiana y luego Católica?

Consideramos que éste campo de estudio e investigación está todavía virgen, de manera que puede resultar sumamente interesante profundizar sobre éste particular, y posiblemente a consecuencia de ello podamos discernir mejor el enmarañamiento con que se nos presentan una serie de fenómenos extraños que siempre parecen haber estado, incluso «dirigiendo» nuestro desenvolvimiento histórico.

Hasta ahora hemos dado unas nociones elementales u orientativas para una mejor comprensión y ulterior asimilación de las distintas exposiciones que sobre el tema de las «AM» se abordan en el presente número de Contactos. Pero , ¿qué tienen que ver las «AM» con el fenómeno OVNI?

LAS «AM» INTERRELACIONADAS CON EL FENOMENO OVNI

Comenzaremos dando a conocer el desarrollo y pormenores de un suceso que fue considerado como «milagro» por parte de las personas residentes en el entorno donde el hecho acaeció.

El 30 de Marzo de 1968, en el barrio sevillano de «Los Remedios», un niño de 12 años llamado Jesús sale con sus amigos a las afueras del barrio, donde existe una gran extensión de terreno libre. Mientras corretean por allí, ven -de pronto- que en el suelo y saliendo de un pozo aparece una potente luz. Los niños se asustan y salen corriendo. Todos menos Jesús que, según sus amigos, queda paralizado. Los niños llegan a sus casas y con gran excitación cuentan a sus padres lo que han visto. Más tarde, también Jesús llega a la suya y le dice a su padre: «Papá, he visto a un Angel o a la Virgen», El padre, comerciante de comestibles. es poco religioso y le reprende, llegando a prohibirle que acuda a un convento de monjas cercano al domicilio al que Jesús solía ir con frecuencia a recibir clases de música.

Posteriormente, el niño explicará: «Cuando corría con mis amigos por el campo ví una luz que salía del pozo que se encuentra situado al lado de una casa derribada. De pronto, me quedé totalmente paralizado, pero no sentía miedo alguno y me daba perfecta cuenta que no podía realizar ningún movimiento. De la luz que salía del pozo comenzó a elevarse una figura que flotaba en el aire, toda ella muy luminosa y que me miraba fijamente. Después, flotando en el aire -pues recuerdo que sus pies se separaban unas dos cuartas del suelo- y sin dejar de mirarme, retrocedió y traspasó la alambrada de la valla metálica, yendo a pararse a los pies de tres eucaliptos que hay en el campo y a los pocos segundos de estar allí se esfumó, al mismo tiempo que yo me recuperaba el éxtasis».

Pasados varios días, éstas afirmaciones aparecían en los periódicos con el siguiente titulo: «Un niño dice ver a la Virgen en un lugar llamado el Mimbral». Y esto ocurría en plena Semana Santa.

Hay que tener en cuenta que tanto los alambres entrecruzados de la cerca como el lugar donde el niño dice que atravesó la visión se hallaban totalmente calcinados y a medio fundir. A las dos semanas del suceso, los tres eucaliptos estaban podridos por el tallo y las ramas y hojas se encontraban totalmente secas.

También es interesante resaltar que, de acuerdo a nuestras informaciones, una comisión de investigadores estadounidenses estuvo en el lugar de la observación con diversos contadores y analizadores del terreno; pero los resultados o conclusiones nunca se hicieron públicos. Cuando unos investigadores civiles preguntaron acerca de todo esto en la Base Aérea de Morón, que es de donde al parecer partió la citada comisión, se les atendió de forma muy amable, pero ni negaron ni afirmaron nada en relación a este suceso.

Evidentemente, este avistamiento, no «visión» (no olvidemos que el «ente» no se dirige en ningún momento al niño y que fue avistado por otros testigos), conlleva una considerable cantidad de detalles de alto valor significativo que avalan nuestra afirmación de que se trataba de un ser o entidad de las que en el argot ufológico son conocidos como «humanoides»), si bien en este caso no está relacionado, directamente con un «OVNI». Sin embargo, incidimos de nuevo en que los detalles de la observación son muy reveladores a éste respecto. Veamos algunos de ellos:

1º) Paralización física del testigo.

2º) Hay una ausencia de temor, coincidente con la paralización y que -por tanto- nos hace pensar en una especie de neutralización, tanto física como del estado emocional del testigo.

3º) El niño ve una «figura» que durante todo el tiempo que dura la observación no deja ni por un instante de mirarle, y fácil de explicar si consideramos la posible utilización de cualquier procedimiento hipnótico o de control del cerebro.

4º) Evidencias físicas tales como la marchitación de los árboles y la calcinación de los alambres de la valla, posiblemente debidas a una gran concentración de energía de considerable intensidad.

Podríamos seguir argumentando más razones de peso muy comunes en los avistamientos de seres no identificados, relacionados o no con OVNIS, pero estimamos que con lo expuesto hay más que suficiente. Por otra parte, hay serios obstáculos para considerar éste incidente como de origen «milagroso», y más concretamente dos: Primero, el testimonio de Jesús, quien al contar a su padre lo sucedido demuestra claramente que no sabe lo que ha visto cuando no puede diferenciar si fue un «ángel» o «la Virgen» (recordemos que el primero es representado o caracterizado como masculino y el segundo como femenino). Otro es la aparición de restos de orden físico, lo que es incompatible con la noción religiosa que tenemos de los «seres puros» (Dios. Jesús, la Virgen, los Angeles, Santos, etc.) ¿Acaso tienen necesidad de calcinar el alambre para venir a vernos? El más mínimo sentido común nos hace desechar esta posibilidad y por consiguiente creemos que sobran más comentarios sobre este caso, que es por otro lado muy representativo de lo que ha sucedido en la casi totalidad de las «AM» (ya ven los lectores que no arremetemos contra el fenómeno «mariano» en sí, aunque en lo personal tengamos nuestras serias dudas).

Conviene significar que dentro de las «AM» existen una serie de fenómenos bastante corrientes en la ufología y parapsicología. Citaremos algunos ejemplos: clarividencia, levitación, apariciones, estados de posesión, teletransportaciones, fenómenos luminosos e incluso objetos de apariencia física (luces, discos, naves. ruedas, cruces. figuras, etc.). lluvias insólitas, sonidos extraños en el cielo, revelaciones similares a las de los «contactados por los extraterrestres», etc.

No obstante más de un lector se preguntará cómo explicar los estigmas de los videntes. Desde luego, existen, pero ¿ello indica que tengan un origen divino? Evidentemente, nuestra respuesta es un ¡no! rotundo. ¿En qué nos basamos para afirmación tan contundente? Pues sencillamente en que no es un fenómeno propiamente «mariano» o católico, porque en la religión musulmana hay ejemplos tan representativos y numerosos como en la católica, pero hay algo que diferencia a los estigmatizados de las dos religiones: Los estigmas son representativos del culto de cada religión respectiva. De manera que si consideramos los estigmas como «pruebas divinas» ya tenemos dos dioses «verdaderos» y si echamos una ojeada a otros cultos… ¿Con cuántos «dioses» nos encontraríamos?

Categoría: