Urantia book y Historia de la Creación con Gráficos de Antonio Moya Cerpa
- Descripción
Descripción
Urantia book y Historia de la Creación con Gráficos de Antonio Moya Cerpa
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HISTORIA DE LA CREACIÓN
PRÓLOGO
Este trabajo está basado íntegramente en “El Libro de Urantia”. Es un resumen de la obra de William S. Sadler, hijo, “Un estudio del universo maestro”. Dicho estudio consta de 17 Capítulos y de 27 Apéndices, y se encuentra in extenso, en inglés, en la página web de “The Urantia Book Fellowship” http://urantiabook.org/studies/smu/index.html. Para cualquier profundización adicional en esta obra de Sadler remitimos al lector a la página web anteriormente citada.
“Esta historia del universo maestro es la historia de la creación y de la evolución”. (Bill Sadler)
La historia del universo se puede estudiar desde distintos puntos de vista, entre ellos los siguientes:
- a) Los niveles de actividad de la Deidad Total
- b) Las eras del universo
- c) los niveles espaciales del universo
- d) las diversas tesis, antítesis y síntesis
- e) los universos nucleares y los universos citoplásmicos
Cualquiera de estos estudios nos contaría la misma historia, por lo que no hemos elegido ninguno de ellos en particular, sino que hemos tratado de utilizarlos todos a la vez, esperando no habernos dejado nada atrás. El lector juzgará por sí mismo. (N.d.T.)
CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO. El Libro de Urantia llama “gran universo” a la unión del universo central y los 7 superuniversos. Y denomina “universo maestro” al conjunto formado por el “gran universo” y los 4 niveles del espacio exterior.
Los niveles espaciales del universo. El universo está formado por 6 niveles espaciales concéntricos y elípticos, a saber:
1) El nivel espacial de Havona El universo central
2) El nivel espacial de los superuniversos Los siete superuniversos
3) El primer nivel del espacio exterior El nivel espacial primario
4) El segundo nivel del espacio exterior El nivel espacial secundario
5) El tercer nivel del espacio exterior El nivel espacial terciario
6) El cuarto nivel del espacio exterior El nivel espacial cuaternario
(Figura 1)
Las Eras del universo. Cada Era del universo es un gran período de tiempo que corresponde al comienzo y al desarrollo de un nuevo nivel espacial:
1) La Primera Era del universo nivel espacial de Havona
2) La Segunda Era del universo nivel espacial de los 7 superuniversos
3) La Tercera Era del universo nivel espacial primario
4) La Cuarta Era del universo nivel espacial secundario
5) La Quinta Era del universo nivel espacial terciario
6) La Sexta Era del universo nivel espacial cuaternario
Magnitudes espaciales del universo maestro
Sabemos que los siete superuniversos son mucho más grandes que el universo central. Havona contiene mil millones de mundos, y los planes para los superuniversos prevén siete billones de mundos habitados. No sabemos con exactitud las dimensiones de Havona, pero sabemos que Orvonton (nuestro superuniverso) mide aproximadamente medio millón de años luz de diámetro.
Si simbolizamos el tamaño del gran universo (Havona más los siete superuniversos) y lo comparamos con una pelota de tenis, el nivel espacial primario sería igual a una sala de estar más bien grande, lo que significa que este primer nivel es mucho más grande que la totalidad de la creación actualmente organizada y habitada.
¿Qué comparación podríamos hacer entre el nivel espacial primario y el secundario? Podríamos expresarlo comparando nuestra sala de estar con una manzana de edificios más bien grande. Imagine esa manzana de edificios como si fuera un cubo, y luego piense en la sala de estar como suspendida en el centro del cubo. Así es como estaría encajado el nivel espacial primario en el nivel espacial secundario.
¿Y qué decir del nivel espacial terciario? ¿Cómo es de grande? Según la escala que hemos utilizado, podríamos simbolizarlo como una ciudad más bien grande, o mejor dicho, como el cubo de una gran ciudad. Imagine un cubo de 52 kilómetros de lado y esto le dará el tamaño relativo del nivel espacial terciario.
El nivel espacial cuaternario es, con mucho, el más grande de todos. Para hacernos una idea, nuestra Luna mide 3.476 kilómetros de diámetro, y nuestro símbolo para el nivel espacial cuaternario sería como una Luna pero de 5.150 kilómetros de diámetro.
Ahora, para hacernos una idea de los tamaños, empecemos con la pelota de tenis. Dejémosla flotar en el centro de la amplia sala de estar; suspenda la sala de estar en el centro de la gran manzana de edificios; imagine la manzana cúbica de edificios flotando en el centro de la ciudad cúbica (de 52 kilómetros de lado). Y finalmente, haga flotar el cubo de la gran ciudad en el centro de nuestra Luna.
Piense en la pelota de tenis… y luego piense en la Luna.
Magnitudes temporales del universo maestro
Las eras universales no podemos medirlas en años. Tendríamos que utilizar unas cifras tan descomunales que terminarían por carecer de sentido. Tenemos que encontrar una unidad adecuada para medir estos largos períodos de tiempo, al igual que el año luz se utiliza para medir las distancias astronómicas. Podríamos emplear la edad de la nebulosa de Andronover (la que dio origen a nuestro Sol), estimada en un billón de años, como unidad de tiempo adecuada. La duración de las eras universales podríamos expresarlas en “Unidades de Tiempo de Andronover” (UTA). Esto nos indicaría la cantidad de veces que las eras del universo son más largas que la edad de Andronover.
En términos de “UTA”, las eras universales se podrían calcular como sigue:
La Segunda Era (la era actual) 50 mil UTAs
La Tercera Era (primer nivel espacio exterior) 5 millones de UTAs
La Cuarta Era (segundo nivel espacio exterior) 500 millones de UTAs
La Quinta Era (tercer nivel espacio exterior) 50 mil millones de UTAs
La Sexta Era (cuarto nivel espacio exterior) 5 billones de UTAs
Hemos calculado que la Segunda Era del universo quizás se haya completado en sus tres cuartas partes. Si esto es así, aún queda por desarrollarse una cuarta parte de la era actual, lo que supone más de 10.000 UTAs (más de 10.000 billones de años). Tenemos todavía tiempo suficiente para llegar al Paraíso.
LA ERA CERO -PRÓLOGO EN LA ETERNIDAD DEL PASADO
La Primera Era del universo es la era de Havona, el universo central. El Libro de Urantia dice que Havona apareció cuando surgió a la existencia el Espíritu Infinito, pero que ambos existen desde toda la eternidad. Vamos a estudiar pues aquellos actos previos de la Deidad que prepararon el terreno para el universo maestro –y para el mismo Havona.
Antes de los tiempos de Havona.
Si el Espíritu Infinito y el universo central son eternos, entonces se deduce lógicamente que:
- a) El Hijo Eterno y la Isla del Paraíso son “más eternos”, porque ambos ya existían cuando el Espíritu y Havona aparecieron. Y si el Hijo y el Paraíso son “más eternos”, entonces:
- b) El Padre Universal es “aún más eterno”, porque es el Padre del Hijo y, al mismo tiempo, el Origen del Paraíso.
Esta línea de razonamiento nos permite pensar en, al menos, tres fases de desarrollo dentro de la eternidad, a saber: “eterna”, “más eterna”, y “aún más eterna”. Supongamos que partimos de la “más vieja” de las tres, para luego ir hacia adelante, paso a paso, hacia la Primera Era del universo, la Era de Havona y de la realidad objetiva.
(Figura 1-A)
Explorando la eternidad del pasado.
Según nos dice El Libro de Urantia en el Prólogo (I. Deidad y divinidad) la Deidad Total está actuando en los siete niveles siguientes:
- Estático.
- Potencial.
- Asociativo.
- Creativo.
- Evolutivo.
- Supremo.
- Último.
Tratemos de imaginar a Dios antes de que se convirtiera en el Padre del Hijo Eterno. Esta idea es un concepto pre-Padre de Dios (no es una realidad objetiva, pero es un concepto válido). ¿A qué se parecía Dios cuando estaba totalmente solo, antes de que hiciera algún plan para crear algo?
1) Deidad estática. En el centro de la Era Cero nos encontramos con la quietud, con la estabilidad absoluta. Nada se mueve. En este estado Dios vive dentro de sí mismo; tiene un interior, pero no un exterior, un dentro, pero no un afuera, un eterno presente, pero ni un pasado ni un futuro. Existe por sí mismo. Dios es.
(Figura 2)
2) Deidad potencial. Demos ahora nuestro primer paso desde las profundidades de la Era Cero hacia la realidad objetiva. En este punto, Dios planea hacer algo, y ese “algo” se vuelve una posibilidad, se convierte en un potencial. Ahora pensamos en Dios después de que ha decidido expresar su voluntad. Los potenciales han surgido a la existencia, y la Deidad se ha vuelto Potencial.
(Figura 3)
Al círculo con un punto en el centro lo llamaremos Deidad. Se ha separado del otro círculo porque Dios lo ha decidido así. El otro círculo no se ha movido; lo llamaremos no-deidad. No tiene voluntad; puede reaccionar, pero no empezar algo. Cuando Dios se separa de este círculo no-deidad, cambia aquello que mueve, lo modifica. El círculo que ha quedado atrás no ha cambiado, no se ha movido, no se ha modificado.
Como todo esto sucede en el nivel absoluto, al círculo que ha quedado atrás lo llamaremos el Absoluto Inmodificado. Es el Absoluto que no ha cambiado, que no ha sido modificado. Y al círculo (con el punto) que se ha movido, que ha cambiado, lo llamaremos el Absoluto Modificado.
Estos dos Absolutos son como unos depósitos sin límites. Contienen todos los planes de Dios para el futuro. Si estos planes están relacionados con las energías y las materializaciones no personales, Dios los extraerá del Absoluto Inmodificado, el depósito del que emergen todas las energías físicas que se organizarán en nuevos universos materiales (nebulosas, estrellas y planetas del espacio). Si están relacionados con el espíritu, los seres personales y otros seres, entonces los extraerá del Absoluto Modificado, el depósito del que emergen todos los seres nuevos y otras realidades espirituales y divinas.
3) Deidad asociativa.
Puesto que los dos Absolutos proceden de la misma Realidad (estática) Original, están relacionados entre sí. Cuando el Uno se convierte en Dos, entonces tenemos Uno y Otro. La palabra “y” es también una realidad, y enlaza universalmente a los dos Absolutos. Puesto que esta “acción de enlazar” es universal, se le ha llamado el “Absoluto Universal”. El Absoluto Universal enlaza a los otros dos como el eslabón central de una cadena de tres.
(Figura 4)
El pre-Padre se convierte en Padre.
Tal como hasta ahora hemos pensado en Él, Dios es todavía la Persona Absoluta (el Absoluto Modificado). Como Persona Absoluta, está preso de todas las limitaciones que conlleva el ser absoluto. Llena toda la Deidad (todo el Absoluto Modificado). No hay ninguna Deidad fuera de Él. No hay “espacio” para actuar o maniobrar. Dios se aparta entonces para hacer algo de “espacio”. Lo que hace es separarse de toda la Deidad, tal como antes se había separado de toda la Realidad cuando apartó al Absoluto Modificado del Absoluto Inmodificado.
¿Cómo hace Dios esto? Pues separándose de la Persona Absoluta. Y al hacerlo suceden tres cosas:
1) Dios hace que ese Ser exista separado y aparte de Él, y Dios se convierte así en la causa y el origen de la Persona Absoluta.
2) Si Dios es la “causa” y el “origen” de algo, y si ese algo es una persona, entonces Dios es el padre de esa persona. Y si puede ser el padre de la Persona Absoluta, entonces puede ser el padre de todas las personas, convirtiéndose así en el Padre “Universal”.
3) Si Dios se vuelve el “padre” de la Persona Absoluta, eso hace que esta Persona Absoluta sea el Hijo Original de Dios, aunque es costumbre llamar a este Hijo el “Hijo Eterno”, porque todo esto sucedió en la eternidad.
Al mismo tiempo, Dios Padre construyó la Máquina Absoluta (la Isla del Paraíso). Aparentemente la construyó por la misma razón que nosotros construimos máquinas, para hacer algo (relativamente) mecánico y repetitivo. La Isla del Paraíso está destinada a ser el centro y el controlador de los universos físicos. El Hijo Eterno es el centro y el controlador espiritual de la creación espiritual.
(Figura 5)
Definición de la palabra “existencial”.
“Existencial” es una palabra que se utiliza de manera especial en el Libro de Urantia. Significa algo eterno, sin principio ni fin. Un ser existencial tiene un conocimiento pleno antes de realizar cualquier experiencia. Dios es existencial. De ahí que la palabra “existencial” se utilice como algo opuesto a “experiencial”. Esta última designa a los seres y las cosas que tienen un origen. También designa a todos los seres que pueden crecer por experiencia.
Tesis, antítesis y síntesis.
Estas tres palabras están definidas en la “Nueva Enciclopedia Universal” de la manera siguiente: “La dialéctica (de Hegel, 1770-1831) consta de tres partes o momentos: 1) la afirmación de una tesis, que pretende ser verdadera; 2) cualquier aserto finito y positivo tiene su contrario o antítesis; 3) puesto que ambos asertos pretenden ser verdaderos, es necesario reconocer que las dos afirmaciones, tesis y antítesis, son verdaderas sólo parcialmente y que la verdad debe formularse en un nivel superior, que es la síntesis de las mismas. La síntesis se convierte entonces en una nueva tesis, pero en un nivel más elevado, y a su vez es sometida al proceso dialéctico”.
Sadler indica en su obra que “Tesis” es una propuesta, una afirmación, una presentación. “Antítesis” (que se entendería mejor si se escribiera “anti-tesis”) es algo diferente a, que contrasta con, y que estimula a la “Tesis” (pero que no es necesariamente antagónico a la “Tesis”). ”Síntesis” es la reunión de las dos en un todo ampliado y armonioso. Es un proceso de tres pasos, y lo veremos desarrollarse más de una vez en nuestro estudio del universo maestro.
Tesis, antítesis y síntesis de la Realidad Potencial.
Cuando Dios apartó al Absoluto Modificado de la Infinidad Total, ésta fue la primera expresión de su voluntad de actuar –su primera tesis. Aquello que se quedó atrás no se movió ni se modificó, convirtiéndose así en la antítesis de lo que Dios había planeado. El Absoluto Modificado parece ser la primera tesis potencial de Dios. El Absoluto residual (el Absoluto Inmodificado) parece ser la primera antítesis potencial. Cuando los dos son unidos por el Absoluto Universal, esto constituye la primera síntesis.
(Figura 6)
Tesis, antítesis (y no síntesis) de la Realidad Manifestada
Cuando Dios se separó de la Persona Absoluta, convirtiéndose en el Padre del Hijo Original, construyó al mismo tiempo la Máquina Absoluta (la Isla del Paraíso). El Hijo es personal y espiritual, la tesis manifestada de la Deidad. El Paraíso no es ni personal ni espiritual, es la antítesis manifestada del Hijo. Aquí tenemos una situación similar a la de los dos primeros Absolutos; la diferencia principal es que los Absolutos son potenciales mientras que el Hijo y el Paraíso están manifestados.
Ya hemos visto que Dios sintetizó a los dos Absolutos en el Absoluto Universal. Ahora podríamos esperar que hiciera lo mismo con el Hijo y el Paraíso. Pero Dios no es mecánico y sucedió lo imprevisible. Si no nos lo hubieran contado, habríamos esperado que Dios sintetizara al Hijo espiritual con el Paraíso no-espiritual. Esto hubiera producido una situación equilibrada. Los Manifestados (Hijo Eterno, Paraíso y Espíritu Infinito) hubieran sido sintetizados como los Potenciales (Absoluto Modificado, Absoluto Inmodificado y Absoluto Universal). Pero Dios como artista tiene precedencia sobre Dios como ingeniero. Por lo tanto, no lo hizo así.
(Figura 7)
Tesis tras tesis de la Realidad Manifestada
Dios no sintetizó al Hijo y al Paraíso. Lo que hizo fue unificar la Realidad Deificada (manifestada), empezando por él mismo y el Hijo. Al unirse así, el Padre-Hijo dieron nacimiento a un Tercer Ser que será para siempre la expresión perfecta de los dos. Éste es el origen del Espíritu Infinito. En cierto modo, es una superposición de tesis sobre tesis. Si el Hijo es la tesis manifestada de la Deidad, entonces el Padre es la pre-tesis de la Deidad, y el Espíritu aparece como la tesis conjunta de la Deidad manifestada. Su unión (en la Trinidad) expresa la tesis indivisa de la Deidad existencial y manifestada.
(Figura 8)
Cuando Dios unifica de esta manera una parte de la Realidad Manifestada (y excluye al Paraíso), hace que esta asociación incluya sólo a la Deidad. No sintetiza toda la Realidad Manifestada, sino que limita esta unificación a la Realidad Manifestada que es Deidad. Dios deja fuera al Paraíso. Puesto que el Paraíso queda fuera de esta síntesis existencial, representará un problema para todos los asociados y subordinados de Dios que aparecerán más tarde con estatus experiencial.
LOS ALBORES DE LA ETERNIDAD – EL COMIENZO DE LA PRIMERA ERA
Al terminar la Era Cero, vamos a hacer un inventario de lo que tenemos:
- a) Tenemos a los tres Absolutos de Potencialidad (Modificado, Inmodificado y Universal, que son los depósitos infinitos que contienen todos los planes de Dios para el futuro)
- b) Y tenemos a los tres Absolutos Manifestados (el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Paraíso, o sea, dos Deidades existenciales y una base de operaciones).
Una trinitización en los albores de la Primera Era
¿Qué es lo que pone fin a la Era Cero y da comienzo a la Primera Era? El acto que inicia la era de Havona (la Primera Era) es un acto de trinitización por parte de las dos Deidades existenciales. Dicho acto produce cambios inmediatos en el inventario de la Realidad Manifestada:
- a) El Padre y el Hijo se unen como Padre-Hijo.
- b) El Espíritu Infinito aparece como su igual en Deidad.
- c) El universo central de Havona hace su aparición.
- d) El Padre, el Hijo y el Espíritu se unen como Trinidad Paradisiaca.
Inventario de las Realidades existenciales eternas:
Al final de la Era Cero y en los albores de la Primera Era, tenemos a los Siete Absolutos de la Infinidad que podríamos clasificar como sigue:
- a) El Absoluto Original – Dios, el Padre Universal.
- b) Los Absolutos Potenciales – Modificado, Inmodificado y Universal.
- c) Los Absolutos Manifestados – el Hijo, el Paraíso y el Espíritu.
Y tenemos además el universo central de Havona y la Trinidad Paradisiaca. Todas estas Realidades son pre-creativas y cada una de ellas es eterna.
(Figura 8-A)
Dios se escapa de la infinidad.
Regresemos al principio de la eternidad, cuando Dios separó lo que es Deidad de lo que no-es-Deidad. Al hacer esto, salió de una situación en la que él mismo llenaba la Realidad Total (la Infinidad).
Ésta es la historia de una magnífica evasión hacia la libertad. Dios está tan completamente solo y es tan totalmente infinito que le resulta difícil hacer algo. Lo llena todo; no hay nada salvo Dios, y no hay sitio para nada, salvo para Dios. Por eso empieza haciendo algo de sitio. Se aparta de una parte de la Realidad Total (la Infinidad) y la deja inmodificada –el Absoluto Inmodificado. Quien se aparta es el Absoluto Modificado (la Deidad Total). Luego se las arregla para separarse, como persona, de la Deidad Total. Esta retirada la lleva a cabo separándose él mismo de la Persona Absoluta que se convierte en el Hijo, luego uniéndose con el Hijo para trinitizar al Espíritu, y finalmente consumando la unión Divina de los tres en la Trinidad Paradisiaca. Esta unión Trinitaria restablece la unidad original de la Deidad indivisa, tal como ésta era antes de que Dios se volviera el Padre del Hijo Eterno. La Deidad permanece indivisa en la Trinidad, aunque ahora hay Tres Personas que son Deidad.
(Figura 9)
La Trinidad Paradisiaca le permite a Dios sentirse personalmente libre de las limitaciones que suponen el ser absoluto e infinito, reteniendo y manteniendo al mismo tiempo la unidad absoluta de la Deidad.
El carácter único de Havona
En la Primera Era, Havona estaba totalmente solo, era un universo aislado, sólo había espacio vacío fuera de él. En aquella época lejana no tenía relaciones externas, sólo tenía relaciones consigo mismo y hacia el interior con el Paraíso.
Havona es difícil de clasificar. No es ni finito, ni absonito ni absoluto. En Havona existen seres, y suceden cosas, en cada uno de estos niveles funcionales. Havona contiene realmente algo de cada cosa. Es el “universo modelo” que Dios creó, y tiene probablemente la capacidad de servir como creación modelo para todos los universos locales, para los siete superuniversos, para todo el universo maestro, y para cualquier otra cosa que pueda desarrollarse más allá de la creación maestra.
(Figura 10)
LOS ALBORES DEL TIEMPO -EL COMIENZO DE LA SEGUNDA ERA
¿Qué es exactamente lo que pone fin a la era de Havona y da comienzo a la era de los superuniversos? No fue un acontecimiento repentino; sucedió gradualmente. El ocaso de la Primera Era se transformó gradualmente en el alba de la Segunda Era.
Mucho antes de que la Segunda Era fuera una realidad oficial, sospechamos que los Arquitectos del Universo Maestro tenían a sus delegados, los Organizadores de la Fuerza, trabajando en el nivel espacial de los superuniversos, organizando nebulosas e iniciando las cosas físicas, adelantándose a los acontecimientos por venir.
El primer suceso realmente post-eterno fue probablemente la creación de los Siete Espíritus Maestros. Estos Espíritus no son seres absolutos, pero representan a la Deidad Paradisiaca en todos los niveles por debajo de lo absoluto: finito, absonito, y finito-absonito. Estos Espíritus Maestros no son existenciales, son experienciales. También expresan las siete combinaciones posibles de las Tres Personas de la Deidad, por eso el nivel espacial de los superuniversos fue dividido en siete partes.
(Figura 13)
En algún momento de este período sucedió otra cosa: Dios Supremo apareció en Havona. Antes de que los superuniversos fueran oficialmente organizados, el Supremo ya residía en el universo central. Entonces, como ahora, no era contactable por las criaturas.
Por esta época la Trinidad debió crear a los 21 Ancianos de los Días. Poco después fueron construidos los mundos sede de los siete superuniversos, y los Ancianos de los Días partieron probablemente del Paraíso para residir en sus capitales respectivas.
En algún momento posterior, el Padre y el Hijo debieron empezar la creación de los Hijos Creadores, y el Espíritu infinito respondió engendrando los Espíritus Creativos complementarios. A su debido tiempo, estos Hijos y Espíritus Universales recibieron el encargo de gobernar los universos locales más antiguos. Ahora, la Segunda Era está en pleno florecimiento. Pronto aparecerán los mortales evolutivos en los mundos del espacio; y luego empezará la larga ascensión de los peregrinos del tiempo hacia el Paraíso en busca del Padre Universal.
Todos estos seres recién aparecidos tienen una naturaleza experiencial. No son existenciales. Y esto es así desde el nivel del hombre mortal hasta los niveles de los Espíritus Maestros y de Dios Supremo.
4) Deidad creativa
En este punto, la Deidad parece trabajar en un nuevo nivel de actividad. En el Prólogo vimos que la Deidad empezaba en el nivel estático, progresaba hacia el nivel potencial, y trabajaba en el nivel asociativo en los albores de la Primera Era. Una de las diferencias básicas entre la Primera y la Segunda Era es la entrada de la Deidad en el cuarto nivel de actividad –el nivel creativo. ¿Qué significa esto? Esto significa que la Deidad está empezando ahora a utilizar los grandes depósitos de la realidad latente –los potenciales de los tres Absolutos.
(Figura 11)
El proceso creativo es en realidad un proceso de transformación; los potenciales son transformados en realidades –algo nuevo surge a la existencia: ya sea una nueva personalidad, un nuevo nivel de funcionamiento mental, o la organización de una nueva nebulosa. Todas estas “nuevas realidades” tienen que venir de alguna parte, y ese “alguna parte” es los tres Absolutos de Potencialidad.
Dios Séptuple
Dios Séptuple es la respuesta de la Deidad al desafío de la imperfección. Esta asociación séptuple empezó a funcionar en la época de la organización de los superuniversos. Dios Séptuple proporciona la escalera viviente de personalidades divinas que colma la laguna existente entre el hombre y el Padre Universal:
1) Los Hijos Creadores
2) Los Ancianos de los Días
3) Los Espíritus Maestros
4) El Ser Supremo
5) El Espíritu Infinito
6) El Hijo Eterno
7) El Padre Universal
Los diversos seres que colaboran en este grupo de la Deidad Séptuple trabajan en los niveles potencial, asociativo, creativo y evolutivo de actividad de la Deidad en el tiempo y el espacio.
El Cuerpo de los Creadores Supremos (Hijos Creadores, Ancianos de los Días y Espíritus Maestros) es algo nuevo. Son unos creadores que hacen su aparición después del eterno Havona. Tienen el trabajo de organizar y perfeccionar los siete superuniversos (con sus 700.000 universos locales en proyecto) Cada uno de los Espíritus Maestros impregna uno de los superuniversos, determinando así su naturaleza única. Los Ancianos de los Días actúan de tres en tres como gobernantes directos de las siete supercreaciones. Los Hijos Creadores (y sus Espíritus Creativos asociados) organizan los universos locales, y crean (o producen por evolución) los seres vivientes nativos de esos reinos.
Havona durante la Segunda Era: La tesis de la perfección.
En el Prólogo estudiamos al Havona de la Primera Era, un Havona que tenía una existencia pre-creativa, algo que no había tenido ningún comienzo. Pero cuando consideramos a Havona en relación con los superuniversos, es una creación, es el universo modelo de la perfección divina.
El Havona de la Segunda Era es la tesis divina de la perfección –el desafío de Dios a la imperfección de los universos evolutivos. Dios ha hecho una invitación desafiante a cada criatura: “Sé perfecto como yo mismo soy perfecto”. Para todos los Hijos Creadores y Espíritus Creativos de los universos locales evolutivos, Havona representa el desafío de un universo de perfección divina. He aquí el desafío: Estos Hijos y Espíritus Universales, ¿serán capaces de reproducir en sus dominios espacio-temporales, mediante la creación y la evolución experienciales, la perfección eterna del universo existencial que está en el centro de todas las cosas?
Si Havona es un desafío para la imperfección de los superuniversos, los superuniversos (con todas sus necesidades) no lo son menos para Havona. Cuando la Primera Era llega al período de su “ocaso” (que es también el “alba” de la Segunda Era), el cambio, por primera vez, entra en el incambiable Havona. Aparecen nuevos seres: los Espíritus de los Circuitos, los Centros de Poder, los Censores Universales, los supernafines secundarios… Los Guías de los Graduados dan la bienvenida a Grandfanda, y otros muchos cambios debieron tener lugar en el universo de la perfección divina. En la Segunda Era, Havona sigue siendo pre-creativo y eterno, pero también se vuelve creativo y cambiante –e incluso evolutivo.
En la era actual, el universo central y divino es la tesis creativa de la perfección. Los superuniversos (que empiezan siendo creaciones imperfectas) son la gran antítesis de la perfección de Havona.
El desafío de la imperfección.
En la Primera Era del universo todo es equilibrio, todo está en orden. Las esferas de Havona giran en sus órbitas establecidas alrededor de la Isla inmóvil del Paraíso. La falta de armonía no se conoce; el desorden no ha aparecido nunca. Toda la creación sigue un modelo incambiable de perfección sin defecto, una época tras otra. Y entonces, Dios amplía esta creación perfectamente equilibrada y simétrica. El universo organizado se expande hacia afuera, y repentinamente aparecen unos reinos sin un desarrollo físico asentado, unos reinos de naturaleza imperfecta, unos reinos donde pronto aparecerán las criaturas imperfectas, unos reinos donde el mal potencial se convertirá demasiado a menudo en un mal real, e incluso en pecado, debido a la elección ignorante de las criaturas imperfectas.
Deteneos a pensar cuán asombrosos y sin precedentes serían estos desafíos para los seres infalibles de la eternidad. ¿Cuál fue su primera reacción ante la disonancia, estos seres que no habían conocido más que armonía? ¿Cómo consideraron por primera vez el desorden, estos seres que no conocían más que el modelo de la perfección sin defecto? ¿Cuál fue su reacción ante el mal potencial, estos seres que siempre habían elegido el bien en ausencia de todo mal que sirviera de contraste? ¿Y cuál fue su reacción cuando, por primera vez en su experiencia, el mal potencial se transformó en mal real por elección de las criaturas? ¡Y qué conmoción debió suponer para ellos cuando el mal, más la falta de sinceridad, “equivalieron” al pecado e incluso a la iniquidad!
Repentinamente, por decirlo así, tenemos una inmensa creación rebosante de criaturas imperfectas; cada una de ellas ha sido dotada por Dios con el poder inapreciable de la elección. Cada una puede elegir a favor o en contra de su ciudadanía en el universo y de su filiación con Dios. Sin este poder de elección, sin el regalo de la personalidad por parte de Dios, seríamos poco más que unas máquinas vivientes.
¿Quién, si no Dios, se habría atrevido a unir la forma más pura del espíritu con el tipo más humilde de criatura? Repentinamente, por así decirlo, la perfección existencial de la creación sin defecto de la eternidad sufre el desafío de la aparición de la antítesis de la perfección –los dominios imperfectos y evolutivos del tiempo y del espacio.
5) Deidad evolutiva
El Ser Supremo es una Deidad evolutiva, experiencial. Está surgiendo lentamente como resultado del trabajo de los Creadores Supremos en los reinos espacio-temporales, como resultado de su colaboración con las Deidades Paradisiacas, y como resultado de sus propios esfuerzos por crecer. El Ser Supremo no es un receptor pasivo de todos estos esfuerzos. Es personalmente activo haciendo algo por su propio crecimiento y evolución. Por ejemplo, regresa a los niveles creativo y asociativo (de la Deidad Total) para hacer reales los potenciales de las Deidades Paradisiacas. Ahora observamos que la Deidad funciona en el quinto nivel de actividad, el nivel evolutivo.
(Figura 11)
El Ser Supremo inicia su camino en los albores de la Segunda Era como una persona espiritual en Havona. Incluso los Creadores Supremos mismos evolucionan. Participan en el proceso de crecimiento de la Segunda Era. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a los Hijos Creadores y los Espíritus Creativos, pero es probable que también sea cierto en lo que concierne a todo el Cuerpo de Creadores Supremos.
La gran diferencia entre creación y evolución es el factor tiempo. La creación tiene lugar sin el paso del tiempo, en un instante. La evolución aminora la marcha del proceso transformativo hasta el punto de que las criaturas pueden comprender qué está sucediendo, y pueden participar en ello, pueden jugar una parte consciente en su propio crecimiento.
Ésta es la era en que es posible tener experiencias finitas. Otras eras aportarán experiencias, pero no serán finitas; podrán ser post-finitas o super-finitas, pero serán ciertamente distintas a la finita. Esto es así porque el crecimiento del Supremo es algo que está limitado a la Segunda Era, a la era actual.
La virtud que tiene un vaso vacío es que se puede llenar (Lao Tsé). La virtud que tiene la imperfección es que se puede llenar con la experiencia de crecer conscientemente hasta el estado perfecto. La imperfección de las creaciones del espacio-tiempo proporciona la posibilidad de este tipo de crecimiento. Si los superuniversos hubieran sido creados perfectos, no hubieran sido más que una prolongación de la creación central.
LA PRIMERA SÍNTESIS: DIOS SUPREMO
El acontecimiento que lleva a la cumbre de todo el crecimiento finito es la aparición final del Ser Supremo como soberano experiencial de los superuniversos perfeccionados. Dios Padre es infinito y siempre será un misterio para nosotros, pero Dios Supremo es finito y por tanto comprensible para las criaturas finitas.
En este punto nos encontramos con un nuevo nivel de actividad de la Deidad Total. Primero vimos el nivel estático, luego los niveles potencial y asociativo, y después los niveles creativo y evolutivo. Ahora podemos examinar el sexto nivel –el nivel supremo.
(Figura 11)
6) Deidad suprema
Los tres primeros niveles son pre-creativos (estático, potencial y asociativo). Podrían compararse con los niveles en que la Deidad “se desdobló” y se preparó para la aventura de desarrollarse en el tiempo y el espacio. Los dos niveles siguientes son “salientes” (creativo y evolutivo). En estos niveles la Deidad se está distribuyendo a toda la creación; se está revelando a los universos; se está extendiendo hacia los reinos posteriores a Havona; se está asociando con sus criaturas (por medio del Ajustador). Las actividades de la Deidad en estos niveles salientes quizás se revelan mejor en el ministerio de Dios Séptuple.
Ahora en el sexto nivel, el nivel Supremo, observamos una “entrada” –una reunión de aquello que ha sido derramado sobre toda la creación. El Supremo es la primera gran síntesis, la reunión de la tesis de la perfección y de la antítesis de la imperfección.
(Figura 12)
La síntesis en el nivel de existencia de las criaturas
¿Podríamos encontrar ahora un ejemplo de la síntesis de lo perfeccionado y lo perfecto en los niveles de las criaturas?
Esta síntesis podría tener lugar, entre dos criaturas, en la unión trinitizadora de un finalitario y un nativo de Havona. ¿Puede imaginar el lector a alguien más opuesto a un nativo perfecto de Havona que un cavernícola sucio y despeinado de algún planeta primitivo? Y sin embargo ese humano primitivo puede estar habitado por un Ajustador, puede mostrar sed de perfección, puede sobrevivir, ascender al Paraíso y ser enrolado en el Cuerpo de la Finalidad. Y como finalitario, podría unirse con algún nativo de Havona en la aventura de la trinitización. Esta sería una síntesis bastante literal de lo perfecto y lo perfeccionado.
El gran universo terminado
Durante el largo período del crecimiento evolutivo de la Segunda Era, cada superuniverso se ha desarrollado a su aire, con la sola influencia de uno de los Espíritus Maestros. La naturaleza de cada Espíritu Maestro es única. Puesto que cada Espíritu impregna y domina el entorno de un solo superuniverso, de esto se deduce que cada superuniverso y sus seres nativos son también únicos. Cada superuniverso tiende a desarrollar su propia cultura distinta, su propia “civilización” única.
Con la aparición del Ser Supremo como soberano de todos los superuniversos, las barreras que separaban a las supercreaciones durante la Segunda Era van a ser eliminadas. Y entonces, por primera vez, los siete pueden empezar a funcionar como una sola unidad, como un todo administrativo y cultural.
Divergencia y convergencia
Esta mezcla de las siete culturas superuniversales provocará un nuevo estímulo para crecer. Este acontecimiento es un buen ejemplo del principio de la divergencia y la convergencia. Primero se incita a que el crecimiento sea individual y distinto por medio de la divergencia, y luego, en la plenitud de los tiempos, todo aquello que se ha desarrollado en un aislamiento relativo es reunido y consolidado.
Esto establece un paralelo interesante con lo que sucede durante el desarrollo de un mundo habitado normal. Primero se fomenta que las razas evolutivas diverjan, vayan por caminos separados. Cada raza, así aislada, tiende a desarrollar su propia cultura y civilización únicas. En una época más tardía del desarrollo planetario, todas las razas y culturas se mezclan con los pueblos adámicos y la civilización edénica.
UNIVERSOS NUCLEARES Y UNIVERSOS CITOPLÁSMICOS
Si el universo maestro se pudiera comparar con un organismo que crece, y lo es en muchos sentidos, entonces podríamos imaginar que tiene un núcleo que está rodeado por un citoplasma. En un huevo, la parte amarilla (la yema) es el núcleo, y lo blanco que la rodea (la clara) es el citoplasma.
En este estudio adelantamos la teoría de que el universo maestro tiene más de un núcleo. Creemos que tiene dos: uno existencial, y el otro una combinación de existencial y experiencial. Havona como núcleo es exitencial; el gran universo (los siete superuniversos más Havona) como núcleo es existencial-experiencial.
Havona, núcleo del gran universo
La creación central parece ser el núcleo de la creación actualmente organizada y habitada, el gran universo. La Isla del Paraíso no parece ser un verdadero núcleo, porque no es realmente una parte del universo maestro o de cualquier otro universo. Pero Havona es una parte real de la creación maestra; el nivel espacial de Havona es el primer nivel espacial del universo maestro, y la era de Havona es la Primera Era del universo.
Si Havona es realmente un universo nuclear, entonces ¿qué características especiales lo identifican como tal? Sugerimos que las siguientes cualidades son las características de un universo nuclear, y sirven para identificarlo:
- a) Naturaleza única.- La naturaleza de Havona es radicalmente diferente a la de los superuniversos. Havona tiene su origen en la eternidad y es perfecto en sentido existencial. Los superuniversos tienen su origen en el tiempo, son imperfectos, y finalmente se perfeccionarán en sentido experiencial.
- b) Aparición de una Deidad.- La aparición del eterno Havona está asociada con la aparición simultánea de una nueva Deidad, el Espíritu Infinito.
- c) Formación de una Trinidad.- Havona aparece al mismo “tiempo” que el Espíritu Infinito, y la aparición del Espíritu Infinito hace posible que las tres Deidades se unan en la Trinidad Paradisiaca.
- d) Transmisibilidad.- Las características hereditarias de la perfección divina son transmitidas a los superuniversos periféricos, o citoplásmicos, por los creadores y administradores del Paraíso-Havona que prestan su servicio en las creaciones espacio-temporales. El ministerio de los Creadores Supremos es un buen ejemplo de ello.
Parece bastante obvio que Havona es el núcleo del gran universo. Esto plantea inmediatamente otra pregunta: ¿Havona es también el núcleo del universo maestro? Parece ser que no. Creemos que el gran universo es el núcleo de la creación maestra, porque su evolución producirá otra serie de acontecimientos, análogos a los que hemos asociado con Havona para identificarlo como creación nuclear.
El gran universo como núcleo del universo maestro
Presentamos la sugerencia de que el gran universo es el segundo universo nuclear, y que funcionará como núcleo existencial-experiencial del universo maestro. Si esta teoría es válida, entonces será posible comparar el gran universo con el universo central en aquellas características que lo identificarán como creación nuclear. Esta comparación la hacemos con los siete superuniversos ya establecidos en la luz y la vida, al final de la era actual, cuando el Ser Supremo haya aparecido como una Deidad plenamente contactable.
El gran universo perfeccionado revelará las características siguientes:
- a) Naturaleza única.- La naturaleza del gran universo perfeccionado será radicalmente distinta a la de los universos del espacio exterior. Ninguna otra cosa en el universo maestro podrá ser igual al gran universo, porque éste es el marco espacial donde el Ser Supremo termina su crecimiento experiencial. La naturaleza y el potencial para el crecimiento de todas las creaciones posteriores serán post-supremos. Estarán desprovistas de toda experiencia finita.
- b) Aparición de una Deidad.- El perfeccionamiento del gran universo está asociado con la aparición de una nueva Deidad, el Ser Supremo.
- c) Formación de una Trinidad.- La aparición final del Ser Supremo hará posible que se forme la Primera Trinidad Experiencial (la Trinidad Última). Esta Trinidad estará compuesta por los Arquitectos del Universo Maestro, los Creadores Supremos y el Ser Supremo.
- d) Transmisibilidad.- Las cualidades hereditarias del gran universo –la experiencia finita– serán transmitidas a los universos citoplásmicos del espacio exterior por el Ser Supremo, por la Primera Trinidad Experiencial, y por una multitud de finalitarios y de otros seres que prestarán su servicio en aquellos reinos.
Los acontecimientos relacionados con la terminación del gran universo parecen ser totalmente análogos a los asociados con la aparición del universo central. Tenemos pues la opinión de que los dos son universos nucleares. Havona es el primer universo nuclear, el núcleo del gran universo, y el gran universo es el segundo universo nuclear, el núcleo del universo maestro.
(Figura 14)
Los niveles del espacio exterior son universos citoplásmicos
Si Havona es el primer núcleo y el gran universo es el segundo, ¿no sería lógico deducir que el desarrollo completo del nivel espacial primario producirá el tercer universo nuclear? Pensamos que no. Y vamos a probar la validez de esta afirmación aplicando los mismos criterios que hemos utilizado anteriormente:
- a) Naturaleza única.- Los cuatro niveles del espacio exterior no son tan radicalmente diferentes entre sí como Havona lo es de todas las creaciones posteriores, y como el gran universo lo es de los universos del espacio exterior.
- b) Aparición de una Deidad.- No aparece ninguna nueva Deidad cuando termine el desarrollo del primer nivel del espacio exterior.
- c) Formación de una Trinidad.- Sin la aparición de una nueva Deidad experiencial, no puede formarse una nueva Trinidad experiencial.
- d) Transmisibilidad.- No aparece ninguna Deidad o Trinidad que sirva de vehículo para transmitir las características hereditarias; cada uno de los cuatro niveles sucesivos del espacio exterior parece ser una extensión del anterior.
Cuando aplicamos estos criterios al nivel espacial primario, no parece que llegue a asociarse con el gran universo para formar una nueva creación nuclear. Los mismos criterios se pueden aplicar también a los niveles espaciales secundario y terciario con las mismas conclusiones negativas. Este estudio sostiene por tanto que los cuatro niveles del espacio exterior son una sola unidad citoplásmica en relación con el gran universo que les sirve de núcleo.
EL PRIMER CICLO DE LA TESIS, LA ANTÍTESIS Y LA SÍNTESIS
Vamos a revisar los tres pasos de nuestro estudio sobre la primera síntesis:
- a) Primera Tesis.- Hemos estudiado a Havona como existencia pre-creativa, y luego como la tesis de la perfección divina. Hemos reconocido que es un universo nuclear. ¿Cuándo se volvió nuclear? ¿Cuándo se convirtió en una tesis, en un desafío? Para que Havona fuera un núcleo, tenía que existir con relación a una creación citoplásmica.
- b) Primera Antítesis.- La imperfección original de los superuniversos es ciertamente la antítesis del perfecto Havona, y los superuniversos son citoplásmicos con relación al nuclear Havona. Su imperfección constituye el contra-desafío de necesidades al que se enfrentan Dios Séptuple y todas las personalidades del sistema Paraíso-Havona que han descendido a los universos espacio-temporales para ayudar a las criaturas imperfectas a ascender, a alcanzar las alturas de la perfección evolutiva.
- c) Primera Síntesis.- Hemos observado que el gran universo terminado es la síntesis de lo perfecto y lo perfeccionado. Esto queda demostrado en las criaturas cuando el hombre fusiona con su Ajustador interior y asciende para encontrar a Dios en el Paraíso; está demostrado al nivel del Creador cuando Dios se vuelve hombre como en las donaciones de los Hijos Paradisiacos; y está demostrado al nivel de la Deidad mediante la síntesis del poder y la personalidad de toda la realidad finita, que conduce a la aparición final de Dios Supremo.
Éste es el primer ciclo: Havona como tesis, los superuniversos como antítesis, y el gran universo como síntesis. Ésta es la primera historia del universo maestro, la Historia Finita.
(Figura 15)
Transformación de la síntesis
El ciclo del crecimiento parece terminarse cuando el proceso de la síntesis logra reunir aquellas cosas que originalmente eran tan diferentes entre sí y tan desafiantes para las dos partes. No debemos olvidar que nuestra propia imperfección debe ser un gran desafío (querer ayudarnos) para un ser con perfección divina, como su perfección divina es un gran desafío (querer ascender) para cada uno de nosotros.
Llegar a la meta parece poner siempre algo nuevo en movimiento. Si el establecimiento de los superuniversos en la luz y la vida sólo conduce a la aparición del Ser Supremo, y a nada más, entonces el gran universo podría entrar en una situación estática de no crecimiento al final de la era actual. Pero la aparición del Supremo pone en movimiento otros acontecimientos.
La aparición del Supremo completa la primera síntesis. La formación de la Primera Trinidad Experiencial (la Trinidad Última) tiene el efecto de transformar esta primera síntesis en la segunda tesis, lo cual equivale a un nuevo desafío. Creemos que la transformación de una antigua síntesis es un principio básico que fluye a través de toda la historia del crecimiento del universo maestro. Una antigua síntesis se convierte en una nueva tesis. La vieja síntesis es personalizada en la aparición de una nueva Deidad. La nueva tesis es presentada en la formación de una nueva Trinidad.
EL SEGUNDO CLICLO DE LA TESIS, LA ANTÍTESIS Y LA SÍNTESIS
Después de haber formulado este nuevo principio de la transformación de una síntesis en una nueva tesis, tratemos de ver lo que sucederá cuando aparezca la segunda tesis en el escenario espacial del universo maestro:
- a) Segunda Tesis.- El gran universo, como primera síntesis, ha alcanzado su destino. Como segundo universo nuclear, es la base de poder a partir de la cual se proyectará la segunda tesis. La Primera Trinidad Experiencial y la multitud de personalidades que ésta movilizará trabajarán fuera de la base nuclear del gran universo, en las creaciones citoplásmicas de los cuatro niveles del espacio exterior.
- b) Segunda Antítesis.- Los universos exteriores serán sin duda tan diferentes del gran universo como los superuniversos lo fueron de Havona. Los universos exteriores tendrán una naturaleza post-suprema, y por ello estarán totalmente desprovistos de cualquier capacidad para la experiencia finita.
- c) Segunda Síntesis.- Si nuestras deducciones sobre la segunda tesis y la segunda antítesis son correctas, la lógica nos lleva a esperar que su desafío mutuo conducirá finalmente a una segunda síntesis, a la reunión de los universos citoplásmicos exteriores y las creaciones nucleares interiores. Pero esta posible síntesis necesitará el crecimiento completo y el desarrollo final de todo el universo maestro. Y esto es una empresa gigantesca.
LOS NUEVOS FACTORES QUE APARECERÁN EN EL NIVEL ABSONITO
Aquí empieza la segunda historia del universo maestro, la Historia Absonita. Esta historia es mucho más larga que la Historia Finita. Si toda la Historia Finita se pudiera contar en una hora, tardaríamos más de 10.000 años en contar la Historia Absonita.
La Historia Finita (el estudio de la Segunda Era del universo) se cerró con el perfeccionamiento de los siete superuniversos y la aparición final del Ser Supremo como soberano experiencial. Esta aparición del Supremo en el escenario de la acción cósmica produce una serie de cambios en el nivel absonito de existencia:
- a) La Primera Trinidad Experiencial.- Esta Trinidad incorpora la dotación original de divinidad que poseen los Arquitectos Maestros, los Creadores Supremos y el Ser Supremo (1.428.040 personalidades en total), pero enriquecida y ampliada gracias a su participación en el perfeccionamiento de los siete superuniversos. Esta Trinidad es su unión como Deidades, no como personalidades, y tiene la meta de desarrollar por completo todo el universo maestro. Su éxito en este proyecto tendrá como resultado la aparición de la segunda Deidad experiencial –Dios Último.
(Figura 16)
- b) El Cuerpo de los Creadores Supremos.- Este Cuerpo debemos considerarlo de dos maneras: como una Deidad unificada y como muchas personalidades. Como Deidad unificada es miembro de la Trinidad Última, pero como personas están también activas en las eras post-Supremas del universo maestro. Estos seres son los líderes (creativos) de la inmensa multitud de personalidades del Paraíso-Havona que respondieron al primer gran desafío experiencial en los albores de la Segunda Era. Estos seres se han vuelto más que creadores: han añadido experiencialmente la naturaleza de las criaturas a su naturaleza como creadores.
Por ejemplo, Miguel de Nebadon es más que un Hijo Creador. Su naturaleza paradisiaca incorpora también la naturaleza y el carácter de un Melquisedek, un Lanonandek, un Adán, un serafín, y los tres niveles de la naturaleza evolutiva humana: espiritual, morontial y material. Miguel de Nebadon es una criatura experiencial así como un creador divino, y sólo es uno de los 700.000 iguales a él.
- c) Las criaturas post-finitas.- Son las personalidades perfectas y perfeccionadas que habrán participado en el crecimiento del Supremo. Incluye a los mortales finalitarios, a sus asociados de los seis cuerpos finalitarios no mortales, y a muchos colegas no finalitarios. Todos estos seres también prestarán su servicio en los universos del espacio exterior mientras se dedican a la búsqueda absonita de Dios Padre –el intento por encontrar a Dios como Último.
Estas nuevas influencias que aparecerán en el nivel absonito tendrán un profundo efecto sobre el desarrollo de los universos exteriores a medida que introduzcan allí el ingrediente de la experiencia finita.
El segundo universo nuclear
La Deidad parece trabajar siempre desde una base de poder –una base a partir de la cual la divinidad y la soberanía se pueden extender. La Trinidad Existencial trabaja desde la base de poder del sistema Paraíso-Havona. Havona es el universo nuclear a partir del cual esta Trinidad extiende sus actividades hacia el exterior. La Primera Trinidad Experiencial trabajará desde una base de poder similar, el segundo universo nuclear, el gran universo con estatus existencial-experiencial.
En la Primera Era, Havona era un universo aislado y autosuficiente. En la Segunda Era es un universo nuclear y sus ciudadanos se extienden hacia fuera en los superuniversos citoplásmicos. Al empezar la Tercera Era, el gran universo se movilizará para responder al desafío de la nueva aventura –la Aventura del Último– en las esferas del espacio exterior. La transición desde una síntesis terminada a una nueva tesis es la transición desde el estado pasivo al estado activo –desde un final temporal a un nuevo comenzar. Esta diferencia la produce el hecho de pasar desde el estado estático de haber alcanzado el destino, al estado dinámico de perseguir un destino.
El nuevo universo nuclear (el gran universo) experimentará nuevos tipos de crecimiento porque ahora estará en relación con los universos del espacio exterior. En la Primera Era, la creación central estaba atrapada en el estancamiento existencial de una perfección sin defecto. ¿Cómo podría haber alguna mejora en aquello que Dios había proyectado con una perfección divina? Y sin embargo, en la Segunda Era, los peregrinos del tiempo rompieron el estancamiento estático de la perfección existencial, llevando hasta Havona la expansión dinámica del crecimiento experiencial. Esto produjo una ruptura de las viejas barreras; Havona trascendió sus límites anteriores para el crecimiento, y los romperá por segunda vez cuando el primer habitante del espacio exterior llegue al universo central. Esto también sucederá en los superuniversos. En la época actual, el límite de su crecimiento es alcanzar el estado de luz y vida. La llegada de los habitantes del espacio exterior cambiará todo esto, y los superuniversos en otro tiempo asentados se embarcarán en una nueva aventura de crecimiento –un crecimiento más allá de lo finito, más allá de la experiencia finita y de las limitaciones finitas.
Características nucleares y características citoplásmicas
Los superuniversos quizás sirvan mejor para ilustrar la diferencia entre una creación nuclear y un universo citoplásmico, porque han sido ambas cosas. Durante la Segunda Era, cuando los superuniversos eran citoplásmicos con relación a Havona, eran unos dominios con una máxima actividad creativa. Durante dicha Era, ¿qué podría compararse, tanto en el Paraíso como en los mil millones de mundos de Havona, con la profusión de creatividad en los 700.000 universos locales? –sin mencionar el torrente de procreatividad de los midsonitarios y de los Hijos Materiales en siete mil millones de sistemas locales, y de las razas humanas en siete billones de mundos habitados.
A medida que los superuniversos dejen de ser creaciones citoplásmicas para convertirse en una parte integrante de un nuevo núcleo, deberá haber una disminución de la creatividad (y quizás de la procreatividad) en el proceso de la transición gradual hacia un estado más asentado y estabilizado, una estabilidad en cierto modo comparable a la del universo central.
Esta transición se ve mejor en los universos locales. Si los Hijos Creadores (y los Espíritus Creativos) han de prestar su servicio en el espacio exterior, entonces, cuando partan, los universos locales dejarán de ser las áreas de máxima creatividad, para convertirse entonces en unidades administrativas más bien estables, que ya no estarán caracterizadas por una gran proliferación de nuevas criaturas.
Así pues, un universo nuclear es un terreno caracterizado por una estabilidad (relativa), en contraste con un universo citoplásmico que es un terreno caracterizado por una inestabilidad (relativa), la cual es inseparable de una gran velocidad de crecimiento y de cambio. Cósmicamente hablando, un núcleo es maduro, y cósmicamente considerado, un citoplasma no lo es. Un universo nuclear es una base de poder, un fundamento a partir del cual se puede iniciar una expansión hacia el exterior. De un universo nuclear proceden los creadores iniciadores, los coordinados comunes y los subordinados cooperadores que constituyen el personal pionero de la nueva expansión hacia las nuevas creaciones de la nueva frontera creativa.
Hace muchísimo tiempo, los seres descendentes del sistema Paraíso-Havona, desde los Ancianos de los Días hasta los supernafines, respondieron al excitante estímulo de la Aventura del Supremo, de la experiencia real de ser puestos a prueba y estimulados por lo desconocido, lo inmenso, lo inexplicable y lo impredecible. Algún día, en el lejano futuro, el gran universo pasará por una experiencia semejante, llenándose de expectación cuando la Primera Trinidad Experiencial empiece a reunir los poderes y las personalidades del segundo universo nuclear como preparación para la Aventura del Último. Y todos los interesados recibirán su cometido como creadores, organizadores y administradores de los universos del espacio exterior.
Las necesidades citoplásmicas amplían las funciones nucleares
Las cuatro eras de los niveles del espacio exterior son post-supremas, y durante las mismas la Primera Trinidad Experiencial trabajará para conseguir tres objetivos:
1) Su propia unificación
2) La terminación del universo maestro
3) La aparición de Dios Último
Estas cuatro eras post-supremas serán las épocas de la gran expansión de las fuerzas y los agentes creativos paradisiacos hacia las esferas del espacio exterior. Asociados con estas personalidades creativas estarán todos los veteranos experienciales de la Segunda Era del universo –la era de la evolución de los superuniversos. Éste será el primer esfuerzo conjunto de lo perfecto y lo perfeccionado –de los habitantes del Paraíso-Havona y de todos los veteranos de los superuniversos evolutivos. Ésta será su aventura conjunta, la Aventura del Último, la organización de las creaciones del espacio exterior.
En la presente era del universo, las personalidades creativas trabajan con ciertos potenciales (posibilidades no realizadas) que proceden de los tres Absolutos. Estos potenciales, como son absolutos, serían de poca utilidad para los creadores que trabajan en el nivel finito. Esto significa que esos potenciales absolutos han de ser modificados de alguna manera antes de ser útiles para los creadores finitos. Aquí es donde las Deidades experienciales emergentes juegan un papel importante.
Mucho antes de aparecer, el Supremo y el Último están activos y trabajando con esos potenciales absolutos. El Último (que está en contacto directo con el nivel absoluto) empieza por organizar esos potenciales absolutos para que puedan reaccionar a la acción creativa. Luego el Supremo los modifica aún más de manera que sean idóneos para ser utilizados en el nivel finito. Así es como los creadores pueden “crear”; tiene que haber algo a partir de lo cual crean las cosas y los seres, y ese “algo” consiste en los potenciales que el Último y el Supremo han preparado para ser utilizados.
(Figura 17)
Cuando la Segunda Era ceda el paso a la Tercera, un cambio importante tendrá lugar en el potencial disponible para la creación y el crecimiento. Al final de la presente era, el Supremo habrá completado su crecimiento, y este potencial (esta capacidad) para la experiencia finita se habrá agotado por completo. Este potencial particular es finito y, por lo tanto, se puede agotar.
(Figura 17-A)
Por ejemplo: Imaginemos a un Espíritu Creativo de la Tercera Era que está trabajando en el primer nivel del espacio exterior. Y comparémoslo con un Espíritu Creativo de la Segunda Era que trabaja en uno de los universos locales actuales. El Espíritu de la era actual puede crear serafines que tienen la capacidad de crecer (evolucionar) por experiencia finita. Este Espíritu trabaja dentro de, y con, los potenciales del Supremo que crece. El Espíritu de la Tercera Era nunca será capaz de crear serafines como los de los universos locales actuales. El material en bruto (el potencial) a partir del cual eran creados los serafines de la Segunda Era ya no estará disponible. Un Espíritu Creativo de la Tercera Era trabajará con potenciales post-supremos. Dichos potenciales serán posiblemente absonitos, pero no finitos. Los hijos que cree tendrán una naturaleza post-suprema, serán unos seres post-finitos, lo que significa que estarán desprovistos para siempre de la experiencia finita –la experiencia finita estará fuera de sus capacidades inherentes.
¿Qué tipo de seres nacerán en esos universos del espacio exterior? Es imposible especular sobre ellos porque están fuera del alcance de nuestra experiencia. Podemos estar seguros de que los habitantes del espacio exterior serán distintos a los nativos de Havona o a cualquier ser nativo de los superuniversos. Esos seres están más allá de nuestra capacidad de imaginación. (Nosotros debimos ser inimaginables para los nativos de Havona, hasta que se encontraron con el primer peregrino ascendente en los circuitos del universo central). Pero sí sabemos que hay una cosa que estará ausente en todos los dominios del espacio exterior, que faltará en todos sus seres nativos –la experiencia finita.
Esta carencia es nuestra oportunidad. Estamos especialmente dotados de la cualidad que estará ausente en las creaciones del espacio exterior. Mediante el servicio en los universos exteriores, nos libraremos de las limitaciones de crecimiento que encontramos en la era actual. A medida que sirvamos allí para compensar la falta total de experiencia finita, nos elevaremos por encima de nuestras limitaciones actuales. Esto es exactamente lo que les sucedió a nuestros antecesores del Paraíso y Havona cuando vinieron a los superuniversos que estaban tan faltos de perfección divina, una perfección inherente a la naturaleza de dichos antecesores.
El desafío de la Aventura del Último
En los albores del tiempo, los ciudadanos de las creaciones asentadas y establecidas de la eternidad recibieron el desafío del proyecto, en vías de revelarse, de Dios: la imperfección original de los siete superuniversos. Y respondieron a este desafío embarcándose en la aventura –la Aventura del Supremo– de enfrentarse a las incertidumbres y a las situaciones imprevisibles de los reinos no organizados e inestables del nivel espacial superuniversal.
Al mismo tiempo, Dios desafió a todas las criaturas de naturaleza imperfecta con esta gran invitación: “Sed perfectos como yo mismo soy perfecto”.
Ahora, por segunda vez, Dios lanza un desafío a toda la creación, en esta ocasión para que se embarque en la Aventura del Último. En su primer desafío, Dios creó un problema quitándole a los nuevos superuniversos la cualidad de la perfección inherente e innata. El problema que ideó fue el problema de perfeccionar lo imperfecto a través del crecimiento y la experiencia finitos mediante la evolución en el tiempo y el espacio. En este segundo desafío, Dios ha quitado algo otra vez; esta vez ha quitado la posibilidad de crecer a través de la experiencia finita. Ha desafiado a todos los ciudadanos del gran universo a la tarea de compensar esta carencia en las creaciones exteriores. Esta carencia es nuestra oportunidad. Nuestra misión será revelar el Supremo a las nuevas criaturas de los nuevos universos del espacio exterior.
Los Documentos nos dicen que estaremos bien equipados para este deber y este servicio. Combinamos la dotación de divinidad del Ajustador con la sabiduría experiencial ganada con mucha dificultad durante la ascensión evolutiva al Paraíso, más el largo servicio en los superuniversos en desarrollo. Una vez más experimentaremos la expansión repentina de los horizontes cuando empecemos a vislumbrar la inmensidad de la tarea que tendremos por delante.
Las etapas de la aparición del Último
El Último está apareciendo como resultado del crecimiento y el desarrollo completos de la creación a lo largo de cuatro eras y en cuatro niveles espaciales. Esto significa que el Último está apareciendo en diversas fases o etapas distintas, lo que es totalmente diferente a la aparición del Supremo, la cual se efectúa en una sola fase, en una sola era del universo, y en un solo nivel espacial.
Todo esto sugiere que habrá cuatro etapas en la unificación de la Primera Trinidad Experiencial, y cuatro etapas en la aparición de Dios Último.
(Figura 18)
LA SEGUNDA SÍNTESIS: DIOS ÚLTIMO
A pesar de que el universo maestro sea tan grande, tiene límites. El último nivel del espacio exterior finaliza… en alguna parte. El universo maestro tiene un tamaño extraordinario, y llevará una extraordinaria cantidad de tiempo completar su desarrollo. Pero en alguna parte de las remotas regiones del espacio exterior hay un final, y el crecimiento expansivo terminará por alcanzar esas regiones tan distantes, y finalmente llegará a su fin.
Unificación de la Primera Trinidad Experiencial
La terminación del universo maestro se debe a los esfuerzos de la Primera Trinidad Experiencial por conseguir la unificación de la Deidad –por convertirse en una realidad unificada como la Trinidad Paradisiaca. Con la terminación del universo maestro, esta Trinidad Experiencial ha conseguido la síntesis final entre el poder y la personalidad, y se ha convertido en una realidad plenamente unificada.
La Trinidad Paradisiaca podría haber creado un universo existencial a escala de la creación maestra –pero, ¿con qué finalidad? No hubiera sido otra cosa que Havona de nuevo, pero a una escala mucho más grande. Una creación tan enorme con su perfección inherente no habría añadido nada a la calidad de la divinidad existencial manifestada, sino simplemente más cantidad. La Trinidad Paradisiaca no actuó así. Havona fue diseñado para ser lo suficientemente grande como para servir de modelo adecuado a todos los universos posteriores. Esta limitación cuantitativa por parte de la Trinidad Paradisiaca hace posible la aparición y la colaboración de la Primera Trinidad Experiencial, en virtud de la cual el universo maestro es organizado y establecido como creación experiencial –no como un duplicado de Havona, sino como algo nuevo y diferente.
Con la terminación del universo maestro y con la unificación de la Primera Trinidad Experiencial, la segunda síntesis se vuelve posible, es decir, la unificación del gran universo nuclear con los universos exteriores citoplásmicos. Esta síntesis queda reflejada en los niveles de la Deidad mediante la aparición final de Dios Último, el soberano experiencial de la creación maestra.
(Figura 19)
7) Deidad Última
Después de haber alcanzado al Supremo, el Último se convierte en la búsqueda experiencial de los finalitarios –y de todos los demás seres que crecen. Desde el punto de vista de las magnitudes relativas de tiempo, el Supremo se puede alcanzar con cierta rapidez; el Último necesita mucho más tiempo. Si pudiéramos decir que los superuniversos consiguen la perfección en una “hora eterna”, estimamos por comparación que el universo maestro necesitaría “diez mil a_os eternos”.
Dios Último es la segunda Deidad experiencial. El Último simboliza la Trinidad Paradisiaca para los seres absonitos. El Último no sólo es cuantitativamente más grande que el Supremo, sino cualitativamente más complejo. Al igual que el Supremo es ubicuo, el Último es omnipresente. El Supremo es realmente todopoderoso, pero el Último es omnipotente. La conciencia por reflectividad del Supremo contrasta con la omnisciencia del Último. Dentro de los confines del universo maestro, el Último es verdaderamente omnipresente, omnipotente y omnisciente.
Con la aparición de Dios Último hemos alcanzado finalmente la culminación del séptimo nivel de actividad de la Deidad Total. Éste es el último nivel creativo. Podemos recapitular diciendo que la Deidad ejerce su actividad en tres niveles pre-creativos: estático, potencial y asociativo. Luego trabaja en dos niveles de acción salientes: creativo y evolutivo, que son seguidos por dos niveles entrantes o consolidantes: supremo y último. La síntesis final del poder (sobre la energía-materia) y la personalidad en estos dos últimos niveles es conseguida por el Supremo y el Último.
(Figura 11)
La aparición final del Último señala el fin de todo crecimiento experiencial de naturaleza absonita. Esto debe significar el principio de un crecimiento post-absonito (post-último). Un crecimiento post-último de este tipo debe ser super-último, y lo super-último es absoluto o, por lo menos,
coabsoluto o asociable-absoluto.
Ahora los superuniversos romperán por segunda vez las barreras experienciales para el crecimiento. La primera ruptura se produjo en la época de la aparición del Ser Supremo, cuando el crecimiento absonito se superpuso a las limitaciones finitas del estado de luz y de vida. Ahora tiene lugar la segunda ruptura en conexión con la aparición final del Último, cuando los potenciales post-últimos se superpongan a las limitaciones experienciales del completo crecimiento absonito. Esto expondrá a los universos interiores a las posibilidades insondables de la expansión coabsoluta.
(Figura 20)
¿A qué se parecerá un planeta como Urantia en esa época tan lejana? Imaginemos un mundo que lleva mucho tiempo establecido en la etapa final de luz y de vida. Imaginemos ese mundo en relación con un mundo muy primitivo. Los dos mundos están a una gran distancia en términos de civilización y de cultura. Opinamos que un mundo como el nuestro, en la era post-última de desarrollo, estará más distante de un mundo en la etapa final de luz y de vida, que este último lo estaría de un planeta primitivo de la época cavernícola. ¡Un mundo habitado post-último está simplemente fuera del alcance de nuestra imaginación!
Así pues, todo el universo maestro se encuentra al borde del crecimiento post-último, y este desarrollo concluye muy probablemente la historia de la creación. Los Arquitectos Maestros han cumplido su misión como planificadores de universos. Habían fomentado el desarrollo de la creación maestra a través de los niveles de crecimiento supremo (finito) y último (absonito). Ahora sus planes se han consumado, se han hecho realidad.
Nuestro estudio del universo maestro ha concluido. Pero éste no es el final de la historia en lo que se refiere al crecimiento. Como ya hemos aprendido, la finalización con éxito de una síntesis importante ha demostrado ser el principio de la transformación de esa síntesis consumada en una nueva tesis.
(Figura 15)
RESUMEN: Los siete niveles de actividad de la Deidad Total
- NIVELES PRE-CREATIVOS. Puesto que estos niveles son pre-creativos, están ocupados por la Deidad existencial antes de organizarse el universo maestro.
1) EL NIVEL ESTÁTICO.- Aquí, la Deidad está tranquila e inmóvil. Aún no ha hecho ningún proyecto. Dios existe por sí mismo y está contenido en sí mismo. ¡Dios es!
2) EL NIVEL POTENCIAL.- Aquí Dios ha empezado a hacer planes, y estos planes se han vuelto posibilidades, potenciales. Aquí encontramos a los Absolutos de Potencialidad.
3) EL NIVEL ASOCIATIVO.- Aquí Dios ha unificado los dos Absolutos (Modificado e Inmodificado) en el Absoluto Universal. También ha unificado toda Deidad en la Trinidad Paradisiaca.
- NIVELES SALIENTES. A estos niveles los hemos denominado “salientes” porque en ellos la Deidad se expande y se distribuye. Aquí la Deidad se revela a las criaturas y se identifica con ellas, se asocia con ellas.
4) EL NIVEL CREATIVO.- En este nivel, la Deidad empieza a extraer de los Absolutos de Potencialidad para traer nuevas cosas y nuevos seres a la existencia. La primera expresión de la Deidad creativa es Dios Séptuple.
5) EL NIVEL EVOLUTIVO.- En este nivel encontramos la creatividad unida al tiempo, una creatividad en la que las mismas criaturas pueden participar. En este nivel, incluso la Deidad evoluciona.
- NIVELES ENTRANTES. Estos niveles se denominan “entrantes” porque en ellos la Deidad consolida y unifica todo lo que ha sucedido. La primera consolidación la efectúa en los niveles finitos, la segunda en los niveles absonitos.
6) EL NIVEL SUPREMO.- Éste es el nivel de la Deidad en relación con lo finito. En este nivel, la Deidad consolida todas las actividades finitas y las unifica en el Supremo.
7) EL NIVEL ÚLTIMO.- Éste es el nivel de la Deidad en relación con lo absonito. En este nivel, la Deidad consolida todas las actividades absonitas y las unifica en el Último.
(Figura 11)
LA ÚLTIMA TESIS CREATIVA
¿Existe alguna posibilidad de que esta inmensa creación llamada universo maestro pueda llegar a ser un núcleo, un núcleo de algo mucho más grande? ¿Podrían existir universos citoplásmicos más allá de los límites exteriores del cuarto nivel del espacio exterior?
Hemos estudiado dos universos nucleares: Havona como núcleo del gran universo, y el gran universo como núcleo del universo maestro. Ahora consideremos la posibilidad de que la creación maestra sea un núcleo, quizás el tercer y último núcleo.
El último universo nuclear
Hemos utilizado cuatro criterios para identificar una creación nuclear:
- a) La naturaleza de un universo nuclear es única; no es igual que las creaciones citoplásmicas que lo rodean.
- b) La terminación de un universo nuclear está asociada con la aparición de una nueva Deidad.
- c) La terminación de un universo nuclear también está asociada con la formación de una nueva Trinidad.
- d) El núcleo transmite sus características a las creaciones citoplásmicas exteriores mediante las actividades de la nueva Trinidad y de los creadores y administradores asociados que salen del universo nuclear para prestar su servicio en las nuevas creaciones exteriores.
Ahora, apliquemos estos mismos criterios al universo maestro, para ver si es o no una creación nuclear.
- a) Naturaleza única.- El universo maestro es radicalmente diferente a cualquier creación que pueda venir detrás, porque es el escenario espacial donde el Último creció y apareció finalmente. La naturaleza de cualquier creación que aparezca más tarde tendrá que ser post-última.
- b) Aparición de una Deidad.- La terminación del universo maestro es simultánea con la aparición final de Dios Último.
- c) Formación de una Trinidad.- La aparición final del Último hace posible que se forme la Segunda Trinidad Experiencial (la Trinidad Absoluta).
- d) Transmisibilidad.- La Trinidad Absoluta tiene la capacidad de movilizar los recursos totales del universo maestro para transmitir los valores y significados experienciales finitos y absonitos a cualquier posible creación citoplásmica exterior que pudiera desarrollarse en el futuro.
Estas comparaciones parecen indicar que el universo maestro no es un producto final, que es una creación nuclear y que, como tal, es similar al gran universo y al universo central. El universo maestro parece ser el núcleo de un ámbito que deberá ser exterior a él y de un tamaño mucho más grande.
(Figura 15)
La Trinidad Absoluta
La terminación del tercer universo nuclear parece establecer la tercera (y última) tesis creativa –el último desafío de Dios a toda la creación. Este nuevo desafío se hace realidad gracias a la aparición de una nueva Trinidad, la Trinidad Absoluta. Los miembros corporativos de esta Trinidad son:
- a) El Ser Supremo, la primera Deidad
- b) Dios Último, la segunda Deidad
- c) El Culminador No Revelado del Destino del Universo
(Figura 16)
Esta Trinidad abarca la suma total de todos los logros experienciales en todo el universo maestro, más el aditivo del factor imprevisible que representa la presencia del Culminador del Destino. Vamos a evaluar a los miembros de esta Trinidad, la Segunda Trinidad Experiencial.
- a) El Ser Supremo.- Esta Deidad experiencial goza de una relación única con las dos Trinidades experienciales, ya que es miembro de las dos. Creemos, no obstante, que su relación con estas dos Trinidades se efectúa en niveles diferentes. Analicemos el por qué:
Al final de la Segunda Era, el Supremo había finalizado la síntesis entre el poder (sobre la energía-materia) y la personalidad de todo lo finito. Su desarrollo había agotado todos los potenciales finitos. Y es miembro de la Primera Trinidad Experiencial como tal Deidad de la totalidad finita.
Al final de la Sexta Era, el Ser Supremo es más que una Deidad finita. Ha estado desarrollándose personalmente y expandiéndose en el nivel absonito durante las largas eras de los universos del espacio exterior. Ha estado haciendo esto como Deidad, participando en los esfuerzos de la Trinidad Última por unificarse. Al final de la Sexta Era, el Supremo ha experimentado y finalizado todo el desarrollo absonito que caracterizará a los cuatro niveles del espacio exterior.
Si este razonamiento es válido, entonces el Ser Supremo, que es miembro de la Primera Trinidad Experiencial, es un ser post-finito. Y el Ser Supremo que es miembro de la Segunda Trinidad Experiencial es un ser post-último. Ésta es una cuestión interesante, porque aquello que es post-último debe ser absoluto –quizás co-absoluto, asociado-absoluto o casi-absoluto– pero no sub-absoluto.
- b) Dios Último.- Al igual que sucede con el Supremo, el Último también ha finalizado su proceso de desarrollo pero en relación con la totalidad absonita. La aparición final del Último indica que se han agotado las posibilidades de seguir creciendo en el nivel absonito. Esto significa que el Último, al igual que el Supremo en este punto, es “post-último”, y como ya hemos visto antes, aquello que es post-último no puede ser sub-absoluto.
- c) El Culminador del Destino del Universo.- Éste es el ser más misterioso que mencionan los Documentos. No sabemos nada prácticamente de él, salvo que se ocupa de culminar el destino. Debe ser preexistente tanto al Supremo como al Último. Debe ocupar una posición, en la Segunda Trinidad Experiencial, análoga a la que los Arquitectos del Universo Maestro ocupan en la Primera –ambos son preexistentes a los otros dos miembros.
Ahora parece evidente por qué la Segunda Trinidad Experiencial se llama Trinidad Absoluta. Sus miembros parecen ser absolutos, o al menos podemos estar seguros de que son post-últimos. El ámbito de acción de esta Trinidad incluye todo el universo maestro, y parece proyectarse en las regiones espaciales exteriores a él. La actividad de la Primera Trinidad Experiencial es de tipo último; la de la Segunda es de tipo absoluto.
Los objetivos de la Primera Trinidad Experiencial eran triples:
- a) Su propia unificación
- b) La terminación del universo maestro
- c) La aparición de Dios Último
Los objetivos de la Segunda Trinidad Experiencial también parecen triples:
- a) Su propia unificación
- b) La terminación de las creaciones exteriores al universo maestro
- c) La aparición final de Dios Absoluto
Estos objetivos parecen no tener límites, y deben ser muy difíciles de alcanzar. Sin embargo, la Trinidad Absoluta es el resultado post-último de la terminación de todo el universo maestro, y el desafío final a los ciudadanos de la era post-última.
La última movilización
La idea de la posible movilización de todos los recursos del universo maestro se encuentra más allá de toda imaginación. Sin embargo, sugerimos que algo así está destinado a suceder bajo la dirección de la Segunda Trinidad Experiencial.
La primera gran movilización tuvo lugar en los “albores del tiempo”, cuando los ciudadanos de la creación perfecta de la eternidad recibieron el desafío del comienzo de los superuniversos imperfectos. Fue la Aventura del Supremo, la aventura en el nivel espacial superuniversal, la aventura de la Segunda Era.
(Figura 14)
La segunda movilización vino después de comenzar la Tercera Era, cuando todos los recursos del gran universo fueron reunidos por la Primera Trinidad Experiencial para invadir el espacio exterior. Los Documentos llaman a esto la Aventura del Último.
(Figura 20)
Ahora intentamos visualizar la tercera movilización –la movilización de todos los recursos del universo maestro desde Havona hasta el cuarto nivel del espacio exterior. Tratar de visualizar esto sobrepasa nuestras posibilidades, pero creemos que la reunión de unos recursos semejantes anunciará la proclamación de la última aventura, la Aventura del Absoluto.
(Figura 23)
EL COMIENZO DE LA ÚLTIMA ANTÍTESIS
Al empezar este estudio de la Última Antítesis, nos encontramos más allá de los confines del nivel espacial más exterior, y más allá de la época de la Sexta Era del universo. Ya no hay Arquitectos del Universo Maestro que nos sirvan de guías para saber qué hay fuera de la creación maestra.
La era post-última
Hemos observado que las eras del universo difieren cuantitativamente. Parecen volverse más largas a medida que avanzamos desde la Segunda Era hasta la Sexta. Algunas de ellas también difieren cualitativamente. Ahora, en la era post-última, hemos llegado a una nueva era, que es cualitativamente diferente de todas las anteriores. Veamos en qué difiere de las eras post-supremas:
1) El universo maestro ha terminado su desarrollo.
2) El Supremo ha terminado su desarrollo post-finito (absonito).
3) La Primera Trinidad Experiencial se ha unificado plenamente.
4) Dios Último ha aparecido finalmente.
5) La Segunda Trinidad Experiencial se ha formado como una realidad de hecho.
6) El potencial para el crecimiento absonito se ha agotado.
7) La búsqueda absonita del Padre como Último ha terminado.
La era post-última también difiere de otro modo de las otras eras universales: aparentemente no tiene fin en el tiempo. Quizás debiéramos pensar en ella como la Última Era. En este sentido es como la Primera Era –las dos son eternas. La Primera Era no tiene comienzo en el tiempo, aunque termina en el tiempo. La Última Era no tiene fin en el tiempo, aunque empieza en el tiempo.
Las épocas post-últimas.- Una era eterna no tiene por qué ser necesariamente una “mancha gris” de tiempo monótono, interminable, ininterrumpido –algo que dura, y dura, y dura. Es probable que la Última Era tenga muchas épocas que irán presentando metas sucesivas que se podrán alcanzar realmente. La siete Épocas Planetarias de los Mortales son las divisiones mayores de la historia de un mundo habitado. La séptima época se llama “La Era de Luz y de Vida” –y aparentemente dura y dura. Pero cuando los Documentos analizan en detalle esta última época, descubrimos que está dividida en siete etapas –las siete etapas de avance progresivo en la era de luz y vida. Y es posible que la séptima etapa también tenga sus subdivisiones, que esté dividida en siete subetapas de crecimiento progresivo, y así sucesivamente.
Así es como visualizamos la era post-última, un período de épocas que se irán desplegando, cada una de ellas con su comienzo y su terminación, su principio y su fin.
El ajuste a la eternidad
Los Documentos nos dicen que cuando los mortales ascendentes pasan (durante la Segunda Era) por el último sueño de tránsito entre el circuito interior de Havona y la Isla del Paraíso, se convierten en los “hijos de la eternidad”. Ya no son criaturas del tiempo. Esto parece ser una introducción razonable a la calidad de eternidad, pero es difícilmente una base adecuada para comprender la cantidad de eternidad. Creemos que la sensación de cantidad de eternidad ha de crecer en la conciencia de los mortales, los ascendentes y los finalitarios como un lento proceso evolutivo.
El tiempo objetivo (el tiempo del reloj) es una cosa, y el tiempo subjetivo (el tiempo en nuestra conciencia) es otra muy distinta. Cuando un ser humano ha vivido cuarenta años o más, puede mirar hacia atrás al menos treinta años en su pasado, con sus recuerdos y sus sentimientos. Esto lo equipa para mirar hacia adelante la misma cantidad de tiempo –tiene la “sensación” de un período de tiempo futuro de treinta años. Esto le proporciona una base de tiempo de sesenta años con la que evaluar el momento presente que pasa –treinta años hacia atrás más treinta años hacia adelante.
Nos han informado que, entre otras cosas, el Ajustador nos aporta algo llamado “la experiencia y la memoria de la eternidad pasada”. Examinemos a un ascendente que acaba de fusionar con su Ajustador. Toda esta memoria interminable de la eternidad pasada se abre repentinamente a su conciencia. ¿Qué puede hacer con ella? Creemos que sólo será capaz de absorber aquello que tenga capacidad para absorber. En otras palabras, ¿cuánto puede comprender? ¿Cuánto tiempo ha experimentado conscientemente? Si está en los mundos mansiones y tiene mil años, entonces será capaz de comprender mil años adicionales de experiencia y de memoria de la eternidad pasada del Ajustador. Si puede hacer esto, entonces podrá retroceder dos mil años en el pasado. Esto le proporcionará la sensación de la misma cantidad de tiempo hacia el futuro –dos mil años. Ahora tiene una base de tiempo de cuatro mil años –dos mil años hacia el pasado más dos mil años hacia el futuro. Pero este ascendente sólo ha vivido conscientemente mil años. Esto significa que su capacidad para evaluar el presente en términos del pasado-futuro combinados ha crecido a una velocidad de cuatro veces el verdadero paso del tiempo.
Empezamos a librarnos de las limitaciones del tiempo a medida que podemos asociar el momento presente con más cosas del pasado y del futuro Cuando tengamos un millón de años, tendremos una base de tiempo (una comprensión del pasado-futuro) de cuatro millones de años. Cuanto tengamos un billón de años (cuando seamos tan viejos como la nebulosa de Andronover) tendremos una base de tiempo de cuatro billones de años. Cuando entremos en la era post-última, podremos ser cinco billones de veces más viejos que Andronover, y tendremos una comprensión del tiempo que será cuatro veces más grande. Ésta es la edad que hemos calculado para todo el universo maestro –cinco billones de billones de años.
El crecimiento post-último: trascender los viejos límites
El crecimiento experiencial más allá del nivel Último es una verdadera ruptura con todos los límites de crecimiento anteriores. Ésta sería también la tercera vez que se trascienden esos límites de crecimiento. Cada uno de estos episodios ha sucedido porque Dios le ha quitado algo a las condiciones preexistentes. Volvamos a examinar los tres casos en que Dios desafió a la creación existente mediante el establecimiento de una nueva necesidad en un nuevo ámbito experiencial:
- a) Necesidades post-havonianas. El primer desafío que Dios hizo a toda la creación fue cuando promulgó los superuniversos y les quitó la perfección inherente –cuando los puso en camino como creaciones finitas e imperfectas. Esto fue un desafío para el Paraíso y Havona y, al mismo tiempo, la oportunidad para los seres perfectos de los reinos eternos de acometer la aventura de un nuevo servicio en los superuniversos imperfectos. Al responder a este desafío, Havona se elevó por encima de las limitaciones de su perfección inherente, y añadió el crecimiento y la experiencia evolutivos a su perfección original y divina.
- b) Necesidades post-supremas. El segundo desafío que Dios hizo a toda la creación lo dirigió a los ciudadanos del gran universo cuando abrió los niveles del espacio exterior y les quitó la posibilidad de la experiencia finita. Al responder a este desafío, los habitantes del gran universo se elevaron por encima de las limitaciones del crecimiento finito y emprendieron el progreso del crecimiento post-supremo –el crecimiento absonito.
- c) Necesidades post-últimas. El tercer y (quizás) último desafío que Dios hace a toda la creación parece dirigirlo a los ciudadanos del universo maestro terminado. Creemos que Dios los desafiará con la perspectiva de un Cosmos Infinito –un ámbito al que le habrá quitado toda posibilidad de crecimiento y de experiencia finitos y absonitos. Si los ciudadanos del universo maestro pueden responder a este desafío, se embarcarán en la última aventura, la Aventura del Absoluto, el intento por compensar a los seres experienciales nativos del universo final su falta de capacidad para tener experiencias finitas y absonitas. Al responder a este desafío, los ciudadanos del universo maestro emprenderán un crecimiento de naturaleza absoluta.
La capacidad de los finalitarios
¿Cuáles son las perspectivas para los finalitarios en la era pos-última, una era en la que habrá terminado todo crecimiento finito y absonito? ¿Cuáles son las posibilidades para un crecimiento adicional? La cuestión de un “crecimiento adicional” es realmente impresionante. Después de que el crecimiento finito y absonito hayan terminado, todo crecimiento relativo habrá terminado. Y cuando el crecimiento relativo ha terminado, todo lo que puede quedar es el crecimiento absoluto.
Creemos que las perspectivas para los finalitarios son buenas. Los finalitarios tienen el potencial de un crecimiento sin fin, porque:
- a) En primer lugar, tienen una personalidad con la capacidad de expresarse y de crecer en el nivel finito, en el nivel absonito, y de penetrar en el nivel absoluto –no de abarcar este nivel, sino de penetrarlo y de crecer allí.
- b) El Ajustador con el que han fusionado les aporta un elemento de absolutidad. En el momento de la fusión, este elemento de absolutidad es una cualidad potencial que difícilmente se puede expresar de inmediato, pero que seguramente se hará realidad en el futuro.
Los finalitarios parecen tener la capacidad de alcanzar un destino cualitativamente absoluto, pero no cuantitativamente infinito. Creemos que están destinados a encontrar a Dios como absoluto, pero nunca a conocer todo lo que Dios posee como absoluto –siempre más, y aún más, pero nunca todo.
El concepto del Cosmos Infinito: el citoplasma sin fin
Si Havona es el núcleo del gran universo, y si el gran universo es el núcleo de los universos citoplásmicos de los cuatro niveles del espacio exterior, entonces el universo maestro es el núcleo… ¿de qué? Este estudio sugiere que el universo maestro es el núcleo potencial de un posible Cosmos Infinito –un citoplasma sin fin, la última antítesis.
(Figura 15)
El Cosmos Infinito tendría que ser la tercera y última antítesis. Debe ser diferente y distinto a todo lo que ha aparecido antes que él, desde los circuitos de Havona hasta los reinos del cuarto nivel espacial. El universo central parece ser pre-creativo, el universo maestro parece ser creativo (y evolutivo), quizás el universo final de la infinidad sea super-creativo.
Estamos seguros de que el supuesto cosmos sin fin será experiencial, pero también será post-finito y post-absonito. Quizás sea existencial-experiencial. Éste no es un concepto nuevo, porque nos han indicado que el Absoluto Modificado es a la vez existencial y experiencial.
LA SÍNTESIS IMPOSIBLE
En nuestro estudio hemos seguido la historia del universo maestro desde los “albores del tiempo” hasta después de finalizar la Sexta Era. Hemos visto la aparición de Dios Supremo y de Dios Último. Ahora es el momento de preguntarnos: ¿Por qué evolucionan y aparecen estas Deidades experienciales? Y… ¿Habrá una tercera?
La base para las Deidades y Trinidades experienciales
Como de costumbre, las decisiones y los planes de Dios están detrás de todos estos fenómenos de Deidades y Trinidades experienciales. Estos planes hicieron que su aparición fuera totalmente inevitable. Quizás podamos comprender mejor el desarrollo del proyecto de Dios analizando qué sucedió realmente.
1) La síntesis existencial de los potenciales.- Cuando Dios da nacimiento a los Absolutos, los sintetiza en el Absoluto Universal, de manera que en la eternidad son un solo Absoluto. Ésta es una síntesis existencial, no una síntesis experiencial.
(Figura 6)
2) La no síntesis de los manifestados.- Cuando Dios da nacimiento a la tesis del Hijo Eterno, también produce la antítesis del Hijo, el Paraíso no personal y no espiritual. Dios no sintetiza estas dos manifestaciones absolutas. Las coordina por medio de la mente, pero por lo demás las deja separadas, como un problema a ser resuelto por las Deidades y Trinidades experienciales que aparecerán más tarde.
(Figura 7)
3) Tesis tras tesis.- Puesto que el Hijo Original es la Persona Absoluta, se convierte en la tesis original de la Deidad. Dios, como Padre de este Hijo, se convierte en la pre-tesis de la Deidad. Luego Dios se une con el Hijo para trinitizar al Espíritu, que se convierte así en la tesis conjunta de la Deidad. Los tres se unen en la Trinidad Paradisiaca, que se convierte en la tesis indivisa de la Deidad. Esto es una superposición de tesis sobre tesis, y no la creación de una síntesis. Tiene el efecto de unificar por completo la Deidad existencial y de separarla por completo de lo que no es deidad, excepto lo que está coordinado funcionalmente por la mente.
(Figura 8)
4) La realidad sub-absoluta.- Con la aparición de Havona, Dios planea dos nuevos niveles de realidad, además del nivel absoluto en el que está sucediendo todo. Estos dos nuevos niveles son el finito y el absonito, y suman tres en total: finito, absonito y absoluto. En la Primera Era, y en Havona, estos tres niveles son existenciales. Aún no ha aparecido nada que tenga una naturaleza experiencial.
5) La realidad experiencial.- En los albores del tiempo, Dios planeó un nuevo tipo de realidad, la realidad experiencial. Así empezó la Segunda Era del universo. La Trinidad Paradisiaca siempre había impregnado los tres niveles de la realidad (finito, absonito y absoluto). En consecuencia, en cada nivel había un reflejo de la presencia de la Trinidad. Parece razonable suponer que, con la creación de la realidad experiencial, estos reflejos de la Trinidad se convirtieron en los potenciales de las tres Deidades experienciales: en el nivel finito, la persona espiritual de Dios Supremo; en el nivel absonito, Dios Último; y en el nivel absoluto, el potencial de una persona experiencial, Dios Absoluto.
(Figura 21)
6) La síntesis del poder y la personalidad.- Estos tres potenciales de las Deidades experienciales (Supremo, Último y Absoluto) sólo se pueden personalizar como Deidades manifestadas resolviendo el problema que Dios dejó deliberadamente sin resolver: ¿Qué hacer con la Isla del Paraíso?, o bien ¿cómo se puede consolidar (sintetizar) toda la realidad manifestada en los niveles finito, absonito y absoluto? Este problema sólo se puede resolver (aparentemente) mediante el proceso de sintetizar el poder y la personalidad, lo que significa unir el poder total (sobre la energía-materia) en cada nivel, y coordinarlo (unificarlo) con la persona espiritual de la Deidad por medio de la mente. Dicho de otra manera, la mente logra conquistar la energía-materia, y luego se subordina a la dirección del espíritu en virtud del poder de elección de la personalidad.
- a) Síntesis en el nivel finito.- El perfeccionamiento de los siete superuniversos es tarea de Dios Séptuple (los Creadores Supremos en asociación con las Deidades Paradisiacas). Dicho perfeccionamiento lleva a la aparición de Dios Supremo (síntesis del poder y la personalidad en el nivel finito) y a la formación de la Primera Trinidad Experiencial (la Trinidad Última).
- b) Síntesis en el nivel absonito.- El perfeccionamiento del universo maestro es tarea de la Trinidad Última. Dicho perfeccionamiento lleva a la aparición de Dios Último (síntesis del poder y la personalidad en el nivel absonito) y a la formación de la Segunda Trinidad Experiencial (la Trinidad Absoluta).
- c) Síntesis en el nivel absoluto.- El perfeccionamiento del cosmos infinito es tarea de la Trinidad Absoluta. Dicho perfeccionamiento (si pudiera realizarse) llevaría a la aparición de Dios Absoluto.
(Figura 16)
La barrera de la infinidad
El perfeccionamiento del gran universo y del universo maestro se ha podido realizar plenamente porque cada uno de estos niveles tiene límites –cada uno de ellos tiene un “exterior”. Pero en el último nivel (en el nivel final) nos encontramos con una situación que no tiene límites. ¿Dónde está el “exterior” de un cosmos infinito?
La síntesis final del poder y la personalidad necesitaría la terminación material del Cosmos Infinito, el agotamiento experiencial del potencial infinito del Absoluto Modificado, y la unificación total de estos dos potenciales infinitos (deificado y no deificado).
La Trinidad Absoluta puede empezar este proyecto infinito, puede continuar con él indefinidamente, pero nunca será capaz de terminarlo –nunca conseguirá unificarse. Esto significa que Dios Absoluto no será capaz de surgir del potencial infinito del Absoluto Modificado. La personalización de Dios Absoluto depende de la unificación de la Trinidad Absoluta, y la unificación de esta Trinidad necesita el agotamiento de toda la infinidad. Pero, cuantitativamente, la infinidad no se puede agotar. Por lo tanto…
Éste parece ser el fin de la historia del universo maestro. Esta gigantesca creación experiencial tiene la capacidad de generar dos Deidades experienciales y dos Trinidades experienciales. Pero llegamos a un punto muerto. La Trinidad Absoluta no puede unificarse; en consecuencia, Dios Absoluto no puede sintetizar el poder y la personalidad en el nivel absoluto.
Estamos estancados ante de la Barrera de la Infinidad.
(Figura 15)
CONCLUSIONES
Hemos terminado nuestro estudio del universo maestro y hemos visto completarse dos veces el ciclo de la tesis, la antítesis y la síntesis. Y hemos observado el principio, pero no el final, del tercer ciclo. Hemos aprendido algo sobre el tamaño físico del universo maestro, y hemos estimado la duración de las eras universales en términos de tiempo. Pero, en lo que se refiere al propósito de Dios en la creación maestra, y al propósito del universo maestro mismo, probablemente no hemos hecho más que arañar la superficie del misterio.
El propósito del universo maestro
Dios se proyectó existencialmente, desde el Paraíso y Havona, en la eternidad pasada. El universo maestro parece ser la base, el fundamento, desde el que Dios parece intentar proyectarse, experiencialmente, hacia la eternidad futura.
Desde el punto de vista de las criaturas, el universo maestro es nuestro gran hogar. Es el lugar donde hemos nacido, crecido, decidido, ascendido, encontrado a Dios, terminado nuestro destino finito y continuado hasta los logros de los niveles absonitos. Cuando hayamos alcanzado la plenitud del destino absonito, es posible que hayamos llegado a la “mayoría de edad”. Entonces seremos probablemente ciudadanos maduros de la creación maestra. Habremos conseguido un estatus que nos dará derecho a participar en la última aventura experiencial, la aventura eterna, la búsqueda del Padre como absoluto. Desde una perspectiva más amplia, la carrera en todo el universo maestro es una carrera de preparación para el desafío final y la última aventura –la Aventura del Absoluto. El universo maestro es el semillero de los hijos experienciales que algún día participarán en el establecimiento del universo interminable de la infinidad.
Desde la perspectiva de la Deidad, el universo maestro parece tener cuatro objetivos: la evolución de las dos Deidades experienciales, y la aparición de las dos Trinidades experienciales. Sin las dos Deidades experienciales no podrían formarse las dos Trinidades experienciales. Y sin las dos Trinidades experienciales no podría organizarse la Trinidad de Trinidades. La función del universo maestro es generar el Ser Supremo y la Trinidad Última, así como hacer surgir Dios Último y la Trinidad Absoluta. Todo esto posibilitará la reasociación final de la Deidad total manifestada en la Trinidad de Trinidades existencial-experiencial.
¿Cuáles son los Límites Finales? ¿Cuál es la Meta Final?
No podemos encontrar respuestas a estas preguntas dentro de los límites de nuestro estudio del universo maestro. Pero hemos decidido que los Límites Finales y la Meta Final son exteriores a la inmensa creación maestra.
Temas, principios y modelos
¿Qué temas, principios y modelos hemos descubierto a lo largo de nuestro estudio? Hay cierta cantidad de ellos, que parecen atravesar el diseño creativo del universo maestro. Vamos a hacer un inventario de nuestros hallazgos:
- Tesis, antítesis y síntesis. El principio de la tesis, la antítesis y la síntesis parece caracterizar toda la historia del universo maestro, e incluso de sus antecedentes. Primero se plantea una proposición, que después se contrasta con la formulación de una anti-proposición estimulante, y luego se unifican para el beneficio y la expansión de las dos.
- La transformación de una síntesis. Hemos observado que la aparición de una nueva Deidad se_ala una síntesis importante. Dicha aparición pone en movimiento una cadena de acontecimientos que conduce a la formación de una nueva Trinidad. Esta nueva Trinidad es la nueva tesis, un nuevo desafío que surge de la transformación de una tesis anterior.
III. Universos nucleares y universos citoplásmicos. Todos los universos no son iguales. Algunos son nucleares en relación con otros que son exteriores y citoplásmicos. Hemos observado que un universo nuclear está asociado con la aparición de una nueva Deidad y una nueva Trinidad. Havona es el primer núcleo en relación con los superuniversos citoplásmicos. El gran universo es el segundo núcleo en relación con los universos exteriores citoplásmicos. El universo maestro es el tercer núcleo, el núcleo final, en relación con el Cosmos Infinito citoplásmico.
- Las necesidades citoplásmicas amplían las funciones nucleares. Cada nueva creación citoplásmica sufre la falta de algo que está (o estaba) presente en su universo nuclear. A los superuniversos les falta la perfección de Havona. A los universos exteriores les faltará la experiencia finita. Estas necesidades citoplásmicas desafían a la creación nuclear a extender su servicio y su ayuda. Al responder a este desafío, la creación nuclear se eleva por encima de los límites de crecimiento que había alcanzado anteriormente.
- Unificación del poder y la personalidad. Todo crecimiento experiencial parece implicar la unión del poder (sobre la energía-materia) y la personalidad. Esto es así, al nivel de la Deidad, en la evolución del Supremo y del Último. Y también es así en los niveles de las criaturas, donde la unificación del poder y la personalidad parece depender de la subordinación de la mente (que domina la energía-materia) a la dirección del espíritu, en virtud de la libre elección de la criatura personal.
- Divergencia y convergencia. Parece ser que se favorece la diversificación de la realidad, porque es una técnica para evitar la monotonía de la similaridad. Esto está ilustrado en las naturalezas únicas de los Siete Espíritus Maestros, lo que ocasiona que cada superuniverso sea también único. Después de la aparición del Supremo habrá una convergencia, una consolidación de las siete culturas de las supercreaciones. A nivel planetario, se anima a cada raza evolutiva a que desarrolle su propia cultura individual, y posteriormente todas estas diversas culturas se mezclan en la civilización adámica.
La complejidad de esta divergencia puede crecer en las creaciones del espacio exterior. En los superuniversos hay siete entornos y culturas distintos. En el nivel espacial primario podría haber 49, y muchos más en los niveles espaciales siguientes.
VII. La trinitización como manera de escapar de la Infinidad. Al final de nuestro estudio nos hemos encontrado con la Barrera de la Infinidad. Esto ha producido una paralización en los esfuerzos de la Segunda Trinidad Experiencial por unificarse. En el Prólogo observamos que Dios se escapó de las limitaciones inherentes a su infinidad mediante la técnica de la trinitización. En el Epílogo nos encontraremos con una situación semejante –pero con una diferencia: Dios estaba “evadiéndose” de la infinidad, y las Deidades experienciales están tratando de “forzar la entrada”.
LA ERA UNIVERSAL FINAL
La unificación de la Trinidad Absoluta es un proyecto sin fin. No puede unificarse hasta que no abarque la infinidad. Y hasta que no se unifique, Dios Absoluto no puede surgir de los potenciales del Absoluto Modificado.
El universo maestro se está movilizando como universo nuclear, preparándose para el desarrollo de las zonas citoplásmicas exteriores a él, pero no existen tales zonas citoplásmicas –el espacio exterior al universo maestro está vacío. Y es dudoso que los Arquitectos del Universo Maestro tengan planes que se extiendan más allá del perímetro de la creación maestra.
Calidad y cantidad
Quizás podamos continuar nuestro estudio un poco más si distinguimos entre lo que es una calidad absoluta y pura, y lo que es una cantidad universal e infinita. En este estudio nos gustaría asociar la palabra “absoluta” al concepto de una calidad sin disminuir, y la palabra “infinita” al concepto de una cantidad ilimitada.
Hechas estas distinciones, podemos estudiar la cuestión del destino final desde un ángulo nuevo Sugerimos que se puede alcanzar un destino absoluto si reconocemos que la calidad de un valor absoluto se puede alcanzar de manera sub-infinita. Un simple ejemplo: Un ser humano difícilmente podría respirar todo el aire del planeta, incluso en toda una vida. Pero esta limitación en cuanto a la cantidad no significa que esa persona no pueda respirar ningún aire en absoluto. En esta situación, el límite en cuanto a la cantidad no tiene nada que ver con el hecho de respirar ni con la calidad del aire que respire.
Cuando el Padre y el Hijo trinitizaron al Espíritu y dieron nacimiento a Havona, la calidad existencial de la perfección divina la expresaron plenamente en la creación central. Pero las Deidades no expresaron infinitamente la cantidad de este universo existencial. Si lo hubieran hecho, todo el espacio eterno hubiera estado lleno con un universo de perfección existencial. El Padre y el Hijo escogieron limitar la cantidad de creación en Havona; la limitaron a mil millones de mundos y a un área circunscrita del espacio. Expresaron plenamente la calidad de la perfección divina, pero limitaron su obra en cuanto a la cantidad expresada. Crearon un universo modelo que es puro en cuanto a la calidad de la perfección, pero que es estrictamente sub-infinito en cuanto a la cantidad o tamaño.
Al limitar así a Havona, las Deidades Paradisiacas hicieron posible todos los desarrollos más tardíos y experienciales de las creaciones posteriores.
Trinitización de la Deidad experiencial
Hemos observado ciertas analogías entre la Primera y la Última Era. En los albores de la Primera Era teníamos dos Deidades existenciales más una base de operaciones. El Padre y el Hijo se unieron para trinitizar al Espíritu Infinito, y las repercusiones de este acto fueron la aparición de Havona y la formación de la Trinidad Paradisiaca.
Creemos que la historia cósmica volverá a repetirse. En los albores de la Última Era tenemos dos Deidades experienciales (el Ser Supremo y Dios Último) y una base de operaciones (el universo maestro). ¿Qué harán estas dos Deidades experienciales para dar comienzo a la Última Era? Aquello que ocurrió en sentido existencial en los albores de la Primera Era se repetirá experiencialmente al principio de la Última Era. Creemos que la Era Final empezará cuando el Supremo y el Último se unan para trinitizar a su igual en Deidad, a Dios Absoluto. Y creemos que las repercusiones de este acto serán el comienzo del Cosmos Infinito y la formación de la Trinidad de Trinidades.
(Figura 22)
El Padre y el Hijo son Deidades existenciales e infinitas, por eso el resultado de su unión trinitizadora es existencial e infinito –Dios Espíritu. El Supremo y el Último son Deidades experienciales y sub-infinitas, por eso el resultado de su unión trinitizadora será también experiencial y sub-infinito –una expresión experiencial y limitada de Dios Absoluto.
Hemos establecido un paralelismo entre el acto del Padre-Hijo y el acto del Supremo-Último. Parecen ser similares, pero no son lo mismo. Son análogos, pero no homólogos. El Padre-Hijo, al trinitizar a Dios Espíritu, está en proceso de surgir de la infinidad. El Supremo-Último, al trinitizar a Dios Absoluto, está tratando de entrar en la infinidad. Aquello que el Padre y el Hijo consiguen en el sentido total de la calidad y la cantidad, el Supremo y el Último sólo podrán lograrlo en el sentido de la calidad. Dios Absoluto surge como una realidad absoluta en términos de calidad, pero en términos de cantidad y de infinidad es una manifestación sub-infinita del Absoluto.
El comienzo del Cosmos Infinito
Creemos que la aparición de Dios Absoluto será el acontecimiento más importante de la historia del universo desde la aparición en la eternidad del Espíritu Infinito. El Espíritu Infinito es el resultado de la primera trinitización de la Deidad; Dios Absoluto será el producto de la última trinitización de la Deidad.
Cuando el Espíritu Infinito surge a la existencia, se personaliza como el corolario creativo de la aparición del universo eterno. Creemos que la aparición de Dios Absoluto también vendrá acompañada de la aparición del comienzo del universo infinito. La primera creación es realmente eterna; la última creación es potencialmente infinita. Opinamos que Dios Absoluto aparecerá al mismo tiempo que se materialice la zona más interior del Cosmos Infinito.
Este universo no se parecerá en nada a todo lo que habrá aparecido antes en toda la creación maestra. Por primera vez, los planes trascendentales de los Arquitectos del Universo Maestro serán trascendidos.
En cuanto al tamaño de esta nueva zona, sólo podemos especular. Suponemos que el tamaño de la zona más interior del Cosmos Infinito estará relacionado con el tamaño del universo maestro, al igual que el universo maestro lo está con el gran universo. Dicho de otra manera: si el universo maestro fuera una pelota de tenis, entonces la zona más interior del Cosmos Infinito sería algo así como la Luna. Y esto sólo es la zona más interior –quizás, con mucho, la más pequeña.
Tenemos razón para especular así. En cada ejemplo del pasado, el núcleo de un nuevo citoplasma ha sido muy pequeño en comparación con la zona periférica. Havona debe ser muy pequeño en comparación con los superuniversos. Hemos averiguado que el gran universo es bastante pequeño en comparación con el universo maestro. Así pues, cuando contemplamos el universo maestro como núcleo de una creación exterior, creemos que existirá la misma relación: el universo maestro nuclear será pequeño en comparación con el simple comienzo del Cosmos Infinito.
(Figura 23)
Las profundidades de la Era Final
La trinitización de Dios Absoluto y la penetración masiva de personalidades en el Cosmos Infinito abren un panorama sin fin de crecimiento y de progreso más allá de los confines del universo maestro, dentro de la extensión final del universo ilimitado.
En un esfuerzo por hacer un tanto inteligibles la Última Era y el Cosmos Infinito, proponemos establecer tres etapas de progreso a fin de crear un marco donde poder pensar en el universo sin fin. Conceptualmente es indiferente si existen tres, o siete, o un millón de etapas. Elegimos tres porque es el número mínimo que se necesita para poder presentar un concepto sobre los comienzos, las fases intermedias y los destinos.
Etapa número uno. La primera etapa del Cosmos Infinito la identificamos con la zona más interior, con esa parte del universo sin fin que se concretiza como repercusión de la aparición de Dios Absoluto.
Etapa número dos. Visualizamos la segunda etapa del Cosmos Infinito como una etapa intermedia de desarrollo, una etapa que vendrá después de la concretización de la zona más interior. Esta fase de desarrollo intermedio puede o no tener un final, una conclusión.
Etapa número tres. La etapa final del crecimiento expansivo del cosmos sin fin puede ser una reflexión puramente teórica. Esta etapa final la asociamos con la asociación final de la Deidad Doble –la asociación del Absoluto y el Padre-Infinito, la “finalización” del ciclo de la Realidad.
Después del final de los finales
¿Qué sucedería si todos los potenciales pudieran manifestarse? Esto significaría el fin absoluto de todo crecimiento, de todo cambio, de toda aventura. Esto supondría un estado experiencial estático, un estado sin cambios. Significaría un presente perpetuo –sin ningún mañana con amplios horizontes y nuevos mundos por descubrir.
Dios, en toda su sabiduría, ha evitado todo esto. Los planes de Dios parecen prever un universo siempre joven y creciente, una creación que siempre está al borde de una nueva aventura, un cosmos que vive eternamente en la fresca aurora de una primavera sin fin.
Hemos intentado seguir el desarrollo de los planes de Dios a lo largo de las eras del universo y a través de los años luz del espacio, y hemos llegado a ciertas conclusiones. Parece ser que Dios está enfrascado en el eterno proyecto de revelarse a todos sus Hijos y a los hijos de sus Hijos, y de compartir Su naturaleza con ellos.
La aventura final, la Aventura del Absoluto, no tiene fin. Nada nos parará nunca, nunca llegaremos a un estancamiento, a una barrera final para el progreso. La exploración de la infinidad de Dios debe ser interminable. Lo encontraremos como Absoluto, pero nunca podremos conocerlo como Infinito. El Infinito está ahí antes que la Fuente Primera y después del Destino Final.
En un Documento se dice (Pág.1152:1) que toda la Realidad se puede simbolizar mediante una gran elipse. Comienza por una Fuente infinita y absoluta y busca siempre un Destino que es igualmente infinito y absoluto. En el Prólogo de este estudio tratábamos de comprender esa Fuente. En el Epílogo nos encontramos de nuevo persiguiendo esa misma Fuente –sólo que ahora usamos la palabra Destino. Al principio, y al final, buscamos la Fuente-Destino de la Realidad. Debe tratarse del Infinito, de ese Ser que conocemos mejor con el nombre de Dios.
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Traducido del inglés por Antonio Moya.
Ilustraciones del traductor (con la inestimable colaboración artística de Eduardo Altuzarra)
Junio de 2006.