Moises Garrido entrevista a Ignacio Darnaude Rojas-Marcos sobre la transufología

Descripción

Moises Garrido entrevista a Ignacio Darnaude Rojas-Marcos sobre la transufología

 

 

Sobre la Trans-ufologia
Por Moises Garrido

Hemos entrado de lleno en el siglo XXI, y la ufología no puede quedarse estancada con viejos y caducos postulados que ni por asomo resolverán jamás el complejo enigma de los OVNIs. Tras la abundante y diversificada casuística recogida en todos los rincones del planeta desde mediados del pasado siglo, ya es hora de plantear cuestiones más profundas y abandonar los eternos y aburridos debates sobre si existen o no los OVNIs, o si tal o cual avistamiento corresponde a un globo sonda o a un auténtico «fenómeno aéreo anómalo».

De existir una inteligencia y una intencionalidad tras los OVNIs, como muchos sospechamos, deberíamos preguntarnos a qué se debe su constante presencia en nuestro mundo, cuál es su origen y naturaleza, qué papel juega el ser humano en este escenario cósmico y si estamos siendo sutilmente manipulados para algún objetivo concreto. Mundo Misterioso no ha deseado mantenerse ajeno a los grandes cambios que se están experimentando alrededor del Fenómeno OVNI -uno de cuyos ejes principales es ya el propio factor humano- y por ello ha querido entrevistar en exclusiva al sevillano Ignacio Darnaude Rojas-Marcos, principal representante de la llamada Transufología y quizás el único investigador español que más lejos ha llegado en este resbaladizo terreno. Sus sorprendentes deducciones, no exentas a veces de un ingenioso sentido del humor, no dejan indiferentes a nadie, ni a creyentes ni a escépticos…

-MG: Ignacio, ¿qué te llevó a recorrer el sendero de la investigación OVNI? ¿Cómo se dejó seducir por este fascinante enigma un economista que trabajaba en la Banca?

-Ya sabes que la manera más prestigiosa y veloz de arruinarse consiste en consultar las inversiones con un economista… A principios de los cincuenta vislumbré en el escaparate de la madrileña Casa del Libro un humilde volumen argentino sobre los platillos volantes. Lo devoré de un tirón aquella misma noche, y desde entonces el mundo se convirtió en un pretexto para sondear quiénes eran y de dónde venían estos imposibles pilotos y aviones sin alas. Medio siglo después todavía no ha sido posible averiguarlo sin sombras ni dudas, aunque ya intuimos por dónde van los tiros, lo que es todo un éxito.

Nuestro entrevistado lleva 40 años de incansable investigación ufológica, arrastrando a la vez dudas e interrogantes. No en vano, ha llegado a reunir más de 300 hipótesis sobre los OVNIs. Sin embargo, a estas alturas, ya cuenta con algunas firmes certezas. ¿Qué son y quiénes son, para Ignacio Darnaude, los OVNIs y sus tripulantes?

-Gente como tú y el dicente, pero bastante más civilizada, oriunda de remotos orbes y reinos intangibles. Trabajan con denuedo en ayudar a que nos ayudemos a nosotros mismos en cuanto a resolver los graves problemas que amenazan la supervivencia de este planeta maldito. Nos auxilian con primoroso disimulo, sin interferir en la cultura terrestre y respetando nuestro sagrado libre albedrío.

-¿A qué crees que se deben esas manifestaciones tan heterogéneas de los OVNIs? ¿Por qué se comportan de la forma tan absurda en que lo hacen? ¿Juegan a algo?
-Creo que estos viajeros siderales se proponen mentalizar gradualmente a esta retrasada grey terrenal en torno a la complejidad y diversificación cuasi infinitas que se enseñorean del universo. Su comportamiento absurdo es una táctica deliberada con miras de quitarse hierro a ellos mismos y no convencernos al cien por cien acerca de la existencia real de los forasteros del espacio.

Si algo hay que destacar en Ignacio Darnaude es que hoy por hoy se ha convertido en uno de los poquísimos pensadores de la Ufología. Muchos le han definido ya como «el filósofo de los OVNIs». Al menos, ha procurado ir más allá que otros y dar ese salto que permite vislumbrar la cara oculta de este misterio.

-¿Qué has encontrado detrás de eso que llamamos «Objeto Volante No Identificado»? ¿Estamos ante una intencionalidad perfectamente planificada?
-Detrás del fenómeno se palpa una misteriosa inteligencia ocupada en la manipulación pedagógica de la estirpe humana. Representan un master educativo en los cielos con ánimo de convencernos muy poco a poco y sin producir alarma social, sobre la existencia amistosa de otros mundos, seres y mentalidades no familiares y heterodoxos.

-Tienes el mérito de haber creado el neologismo «Transufología«, una rama de la ufología que intenta penetrar en las raices más profundas del Fenómeno OVNI. ¿Cuál es su principal objetivo?
-La forma, color, tamaño y maniobras de los discos volantes han sido escrutados hasta la saciedad. Pero los dilemas esenciales no son a estas alturas las estadísticas, sino algunas preguntas de cajón incontestadas: quiénes son, de dónde provienen, y sobre todo qué se proponen. La obligación del analista responsable y con dos dedos de frente consiste en pasar del cómo al por qué, centrando su investigación en lo que en verdad se cuece detrás de las engañosas apariencias, amañadas por los actores espaciales en esta magna comedia celeste. Y agenciarse una respuesta a esos interrogantes cruciales, soslayados por cierto en casi todos los manuales de ufología.

Darnaude se ha especializado en el controvertido fenómeno «contacto». Ha reunido una importante documentación presuntamente «revelada» por esas inteligencias extrahumanas que establecen comunicación con algunos humanos seleccionados. Nos interesa saber qué enseñanzas transmiten dichos textos.

-¿Es su contenido de especial trascendencia para el género humano o, por el contrario, no son más que inútiles párrafos?…
-Más de un millón de páginas han sido inspiradas por inteligencias suprahumanas en los últimos 130 años. Se refieren a Dios, cosmogonía, cosmología, leyes naturales, ética intergaláctica, universos paralelos, realidad multidimensional, composición íntima de la materia, deterioro ecológico del orbe, riesgo de una contienda nuclear y otros muchos conceptos de considerable interés. Se trata de un curioso banco de datos que, previamente expurgado su trigo de la cizaña, sería una valiosa cantera de ideas capaz de estimular la imaginación inquisitiva de teólogos, metafísicos y hombres de ciencia, si no se estancaran anestesiados por su mente estrecha, arrogancia intelectual y una castrante alergia a la heterodoxia y lo desconocido.

-Una de esas biblias «reveladas» por presuntas entidades no-humanas es el célebre Libro de Urantia sobre el que también te has interesado bastante. ¿Cómo valoras, en comparación a otros textos «extraterrestres», el contenido de esta monumental obra?
-La llamativa originalidad de sus 2097 páginas en un inglés latinizado y sin una sola errata de imprenta convierte a este megalito filosófico en una hazaña única en su género. Urantia no se parece a ningún otro mamotreto infuso. Sin ir más lejos niega de plano la reencarnación, las experiencias post-mortem en el mundo astral y la ley del karma, una tríada de dogmas sacrosantos en los restantes catecismos insuflados.

-Sin duda, algo que incomoda bastante a determinados ufólogos es la implicación paranormal que tiene el Fenómeno OVNI. Los encuentros cercanos, las abducciones y las «visitas de dormitorio» contienen muchos elementos que pertenecen al ámbito de la Parapsicología. ¿Cómo interpretas esta simbiosis entre los OVNIs y lo paranormal? ¿Qué papel juega la mente humana en tales experiencias?
-Los fenómenos paranormales son plenamente normales -nunca mejor dicho-, están a la orden del día y son moneda común en un omniverso donde coexisten múltiples sistemas de realidad. Habida cuenta de que los ocupantes de las naves interdimensionales tienen su ser en un sinnúmero de avanzados reinos y niveles vibratorios del cosmos, donde imperan leyes físicas y mentales distintas a las que regulan nuestro espacio/tiempo, no tiene nada de particular que la casuística ufológica se muestre tan entreverada con eventos parapsicológicos.

-Has escrito mucho sobre los motivos del no-contacto extraterrestre a nivel mundial. Resultado de ello es una tesis muy bien estructurada que llamas El Principio de Elusividad Cósmica. ¿Nos puedes hablar de esta cuestión?
-El esquema de las cosas no exhibe un funcionamiento automático ni obedece al azar, sino que se encuentra regido por la ley y el orden. Los procesos de la naturaleza están controlados por una inteligencia rectora y tienen su causa en cierta planificación consciente y en un diseño intencional de carácter personal y voluntarista. Es decir, algo o alguien tira a sabiendas del carro de la Creación. Sin embargo, con objeto de preservar el libre arbitrio, la capacidad de inquirir y el progreso evolutivo de las criaturas, las huellas de esta actividad gerencial han sido borradas deliberadamente, y se ocultaron adrede las evidencias relativas a los dioses, demiurgos o ejecutivos cosmosféricos que administran los asuntos de la realidad universal, con el fin de que parezca lo que no es: que el Todo marcha pasablemente bien de forma espontánea y a su aire. A este sistemático encubrimiento de las pruebas acerca de la mano racional y ejecutora que dirige cuanto ocurre en el mundo, se denomina ley de la acción elusiva.

-¿Y qué consecuencias crees que acarrearía un contacto oficial entre nuestra actual civilización y una raza alienígena? ¿A qué instituciones y núcleos de la sociedad afectaría más?
-Las instituciones más poderosas e intocables se derrumbarían como castillos de naipes -responde sin dudarlo-. La ciencia ortodoxa, la religión, la filosofía, la clase política y los inmensos negocios del consumismo, el petróleo, las drogas, el tráfico de armamento, la sanidad, la mentalidad bélica, la injusticia social, la desigualdad económica y otros muchos pilares de esta civilización egoista y corrupta, acabarían obsoletos y se desmoronarían por ir contra la corriente natural del universo. Una brutal crisis industrial y financiera convertiría nuestro despilfarrador nivel de vida en mera reliquia del pasado. La élite del poder (sociedades secretas, banqueros, multinacionales, ejército, iglesia, mafias) no se cruzaría de brazos, y reaccionaría defendiendo a sangre y fuego y con las armas en la mano sus escandalosos privilegios del «antiguo régimen». Tan intolerable vuelco del ‘status quo’ culminaría en la pobreza generalizada, en una apocalíptica anomia social y posiblemente en la tercera guerra mundial con bombas nucleares.

-Ahora la física moderna y la cosmología hablan de otras dimensiones, mundos paralelos, multiversos, etc. ¿Pueden contribuir algo estos novedosos postulados científicos al esclarecimiento, origen y naturaleza de los ‘no identificados’ y de toda esa variopinta ‘fauna alienígena’?
-Desde luego que sí. El ininteligible y ‘milagroso’ comportamiento de los ufonautas, en apariencia mágico y sin pies ni cabeza, solo podría explicarse por el funcionamiento de los diferentes axiomas y reglas psico-físicas vigentes en otros planos vibratorios, niveles dimensionales y sistemas de realidad alternativos que constituyen el habitat natural de los visitantes del espacio profundo».

No podíamos entrevistar a Ignacio Darnaude sin hablar del polémico «Affaire UMMO». Es, sin duda, uno de los máximos estudiosos del tema, habiendo compilado casi todo lo que se ha difundido mundialmente sobre los presuntos «ummitas». Pacientemente, ha ido creando la base de datos Ummocat con casi 5.000 referencias y más de 1.200 páginas. Sin embargo, Darnaude no mantiene la tesis defendida por la mayoría de los actuales ufólogos: que el asunto UMMO es un fraude.

-¿Sobre qué evidencias te apoyas para considerar que hay un trasfondo verdadero detrás de esta historia?
-La trama de Ummo rezuma un insoportable índice de extrañeza y absurdo, que como ya sabemos constituye la ‘marca de fábrica’ y el marchamo inequívoco del típico producto importado de Extra-Terra. Los surreales escritos de Wolf-424, con su cursilón e inimitable estilo literario, son un caso más de rutina entre otras muchas ristras de letra impresa generadas en el curso de millares de equivalentes episodios contactistas. Informaciones similares, igual de extravagantes, ambiguas y contradictorias, han sido recibidas en todo el mundo durante el último medio siglo por un pintoresco ejército de contactados.

El detalle en verdad irrelevante que distingue al evento ummense de Adamski, Asthar Sheran, Ramtha o Jane Roberts, reside en que aún no sabemos quién fue el sensitivo que a partir de 1966 recibió por telepatía o escritura automática los discursos cientifistas supuestamente dictados desde 14,4 años-luz. Así pues, los estrambóticos textos de Ummo son por el estilo de fraudulentos o verdaderos (ojo: éste es otro problema) que las peroratas presuntamente inyectadas en el cráneo a otros miles de contactados repartidos por los cinco continentes».

-¿Qué papel crees, por tanto, que ha jugado José Luis Jordán Peña en el caso UMMO? ¿Tenía algún propósito haber confesado públicamente su autoría?
-Que más quisiera el autor del libro Casas Encantadas que disponer del talentazo capaz de inventarse las 1.300 páginas de la genial a la par que estrafalaria fantaciencia ummita, monsergas harto inteligentes que parecieran redactadas por un demente extraordinariamente lúcido. Peña en todo caso habrá cumplido -a cambio de una magra soldada- las tareas de un humilde amanuensis, encargándose de meras labores oficinescas: mecanografiar y distribuir los informes de Ummo, así como simular telefonazos de falsos wolfianos.

-Dioses, ángeles, hadas, elfos, sílfides, íncubos, súcubos, apariciones marianas, extraterrestres… ¿Estamos ante las mismas ‘entidades’ pero con ropaje diferente? ¿Con qué intenciones adoptan estas formas a lo largo de la historia?
-Tan churrigueresca horda humanoide integra la nómina de empleados del gran palacio cósmico, donde se afana una abigarrada fauna de servidores que se responsabilizan de sus respectivos trabajos especializados. En nuestro conflictivo planeta esta bienintencionada chusma interdimensional se desempeña cual actores que representan una útil comedia educativa, con ánimo de ir acostumbrando al homo insapiens a la idea subversiva de que no estamos solos sino más bien acompañadísimos en el humanódromo pluridimensional que nos acoge tanto a Ellos como a los simples mortales.

-¿Consideras que los ufólogos son también marionetas dirigidas por los ufonautas? ¿A qué se deben esas causalidades y sincronicidades que alguna vez hemos protagonizado durante determinadas investigaciones de campo?
-Los ovnílogos somos objeto de un estrecho seguimiento por parte de los maquiavélicos E.T. -afirma convencido-. Con harta frecuencia montan un show delante de las narices de un compadre del primastro de la concuñada del vecino de un platillista, con el tortuoso fin de que el estudioso -y cómplice en la inopia- publique algún informe del avistamiento en una revista especializada que leen cuatro gatos. No contentos con que dediquemos nuestra energía mental, tiempo y dinero a investigarlos, los transplutonianos nos utilizan además como robots amaestrados en orden a cumplir sus arcanos designios. Y a cambio del favor, ni un golpecito en el lomo como a los perros; ni siquiera dan las gracias.

-¿Qué le preguntarías a un extraterrestre si te encontraras cara a cara con él? ¿Qué es lo primero que te interesaría saber sobre Ellos, sobre su vida o sobre su planeta de origen?
-Díselo con flores, o mejor, con las manos… Le arrearía una tanda de hostietas en el rostro como Cantinflas al jefe de su oficina, por lo duro que lo tienen. A continuación voy y le notifico, zarandeándolo con exquisito respeto por sus solapas etéricas: -«Tio, ya está bien. ¿No se te cae la cara por el bondadoso cachondeo que os traéis con los desgraciados terrícolas? ¿Cuándo os vais a quitar la máscara, dejar de fingir, y jubilar los cuentos chinos que nos endilgáis?«… Luego me lo llevaría a casa a ponernos morados con un revuelto de huevos con patatas. Si pidiera una tercera copa de Marqués de Riscal, date por seguro que el de Sirio es buena gente…

-Con Jacques Vallée has mantenido contacto epistolar. ¿Qué te parece el enfoque que hace sobre el Fenómeno OVNI? ¿Encuentras nexos entre su teoría sobre el «sistema de control» y tus postulados transufológicos como el del «gran teatro cósmico»?
-En 1980 el influyente magónico se mereció que lo abroncara por haber reculado ante las explicaciones definitivas del enigma UFO, en vez de abrir la cancela del coto vedado OVNI a patada limpia y adentrarse con arrojo en campo enemigo, a la caza sin cuartel de respuestas comprometedoras, sean las que fueren y lleven a donde lleven: quiénes demonios son, y para qué están aquí. El matemático francés prefirió no correr riesgos, improvisó una larga y ambigua cambiada, se quedó entre dos aguas y optó por nadar y guardar la ropa. No se atrevió (por el desprestigio que se le venía encima ante el dogmático y calcificado estamento científico) a enfrentar con dos huevos el dilema primero y último en la ufología honrada: precisar sin ambivalencias qué o quién es su celebrado ‘sistema’, cuál es exactamente el tipo y grado de ‘control’ que ejerce, sobre quién lo aplica, y por qué razones lo pone en juego.

-Todos sabemos que existe una oscura conjura oficial que comparten los gobiernos de las principales potencias mundiales respecto al Fenómeno OVNI. ¿Piensas que, en el fondo, están preparando sutilmente a la población para un eventual contacto? ¿O realmente utilizan la creencia en los OVNIs para manipular y controlar al rebaño social?
-Esta paleta aldea planetaria no está todavía preparada para asumir sin un catastrófico trauma social la ¿buena? nueva de que individuos de otros orbes se encuentran aquí haciendo de las suyas. Y por otra parte hay importantísimos intereses creados que peligrarían si el presidente de los EE.UU. proclamara urbi et orbe la pacífica presencia alienígena. A la CIA, el Pentágono y el Majestic-12 o asimilables sólo les cabe filtrar al pueblo con cuentagotas y extremadas cautelas el tremendo problema extraterrestre, echando mano de una desesperante parsimonia, tal como lo vienen divulgando desde 1984: a través de películas de ficción y declaraciones grotescas y ridículas de ex agentes del contraespionaje medio chalados, generales y altos cargos.

-Pero insisto ¿con qué propósito?
-Bueno, estas informaciones/desinformaciones, con ánimo de descafeinar la buena parte de verdad y sensatez que contienen, se emiten adrede en un tono delirante y sensacionalista y como una mezcla indigerible de realidad y ciencia-ficción, con el propósito de que la población no se las crean del todo, pero no obstante que la subcultura E.T. vaya calando en la opinión pública a paso de caracol y sin riesgo de estampida social. Ahora bien, es un misterio guardado con siete llaves cómo piensa el gobierno norteamericano culminar dicha campaña de ‘marketing sideral’ orquestada con miras de lavar a tempo lento el cerebro de las masas, hasta que la gente se acostumbre a la idea subversiva de convivir sin sobresaltos con los Infiltrados.

-Y ya para finalizar, ¿a dónde crees que nos conducirá la ufología del siglo XXI? ¿Tiene sentido seguir buscando respuesta al fenómeno OVNI si posiblemente jamás lleguemos a alcanzar la verdad definitiva?
-Los que hemos puesto a los extranjeros del espacio bajo el microscopio, tenemos la obligación moral de seguir ahondando en las abundantes respuestas que ya nos hemos agenciado gracias a un duro trabajo desde el verano de 1947. Bien mirado, a estas alturas sabemos bastante sobre la verdad que atañe a los psiconautas que nos torturan con su elusívico modus operandi. Apoltronarnos en el retiro sería impensable: gracias a Dios estamos intoxicados hasta la médula por el virus de una curiosidad insaciable hacia la naturaleza de la alienosfera, hasta el punto de que hemos alcanzado por fortuna una situación irreversible. Así es que nuestra pobridad intelectual nos impulsa a proseguir la indagación reuniendo más retazos, cayendo en la cuenta de detalles iluminadores, descubriendo novedosas pistas y caminos para la investigación del futuro…

Así es Ignacio Darnaude, todo un sabio en la materia. Un hombre de ideas claras que se ha esforzado en colocar las piezas del rompecabezas OVNI en su lugar correspondiente. Podría estar equivocado, pero tiene la virtud de saber pensar, reflexionar y extraer conclusiones, algo que muchos otros ufólogos, entretenidos solo en llenar sus archivos de cuestionarios, jamás hacen. No en vano, nuestro amigo Juanjo Benítez le llamó una vez «maestro del alma»…

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