Carta sobre elusivadad de J. Fraile Pelaez a Ignacio Darnaude Rojas-Marcos

Descripción

         Carta sobre elusivadad de J. Fraile Pelaez a Ignacio Darnaude Rojas-Marcos

 

 

   Estimado amigo: 

            He leído su interesante artículo “The Principle of Cosmic Elusiveness” –en el que por cierto demuestra un dominio del inglés nada habitual.

La verdad es que sus reflexiones son muy atinadas. De entrada, la situación de conjunto de la “fenomenología” OP: ovnis + parapsicología (que empezaron bastante separaditas, y –para mi inicial disgusto- cada vez parecen más entremezcladas) yo la resumiría como *caos*. En esa jungla que es la casuística OP ya me perdí yo hace mucho tiempo. Desde el “rigor” científico-tecnológico ummita a las apariciones marianas, pasando por los iluminados tipo Fry o Adamasky, los círculos de la campiña inglesa, y los incontables receptores de mensajes “extraterrestres” mediante ouija (como ‘Geenom’). ¿No es para volverse loco? Porque, como bien sabe, lo raro es que haya corroboración entre unos casos y otros; lo normal es que se contradigan. Esto es lo que usted explica a través de la “Cosmic Elusiveness”.

Ahora bien, creo entender de su artículo que vislumbra una *intencionalidad* en esta elusividad; un plan preconcebido de intoxicación por el que estamos pasando. O sea, detrás del cortinón del escenario donde nos ponen la obra de teatro, hay toda una complejísima dirección y organización de tramoyistas que, pese a las apariencias, trabajan coordinadamente.

¿Pero es así? ¿O es algo “accidental”, en el sentido de que las cosas “son como son” por “ley natural”, pero no hay *programación* ni coordinación deliberada entre todos los entes que pululan sobre nosotros?

De entrada, no sólo está la Tierra en el (multi)Universo. Es decir, habrá millones de planetas en distintas fases de evolución, y todos requerirán la “atención” de alguien. No va a estar todo el Cosmos “trabajando” para nosotros… Pensemos, por ejemplo, en Ummo, dando por sentado que es auténtico. Esa gente estaría muy evolucionada, pero por otro lado parece que tampoco se enteran mucho de la fenomenología paranormal… ¿No habrá gente confundiéndoles a ellos también, jugando con ellos? (Por cierto, ¿conoce el caso de Stefan Denaerde? Aunque en principio parece un caso más, es muy curioso y tiene bastante interés científico, porque ha habido una *considerable* aportación de datos científicos muy *concretos* -que recuerdan en algo a los ummitas en ciertos aspectos pero, ¡cómo no!, también son muy contradictorios con ellos en otros. Si no concoce el caso, puede echar un vistazo a http://www.angelfire.com/ab/rafson/index.html ).

Una cosa que siempre me ha sorprendido ha sido la unanimidad de todos los “contactantes” en lo que a la existencia de la Reencarnación se refiere (que a mí me parece lo más razonable). Sin embargo, de los textos de nuestros amigos ummitas, aunque no la tratan nunca explícitamente en ningún documento que yo conozca, se deduce implícitamente que no creen en ella. De hecho, he mantenido alguna discusión con Farriols por correo, y él siempre insiste en que la reencarnación le parece “absurda”; pero por mucho que hemos hablado, no acabo de comprender por qué le parece “absurda”. A mí lo absurdo me parece lo contrario. Creo que sobre eso nunca podremos ponernos de acuerdo…

¡Vaya lío, ¿no?! Le reproduzco unos párrafos de la última carta que le envié a R. Farriols, a la que aún no me ha contestado:

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Hay muy pocas historias (uso la palabra historias en contraposición a casos de avistamiento puntual) de contacto extraterrestre que me merezcan crédito. Y prácticamente todas las he conocido en los libros de Ribera. Un caso impresionante es el de Julio F., que supongo conocerás. Creo haber leído –hablo de memoria- en “Secuestrados por Extraterrestres” que Antonio le mostró a Julio F. unos cuantos signos ummitas, y éste creyó identificarlos con algunos signos que había visto durante su estancia en el platillo. Lo cuál hacía reflexionar a Antonio (creo recordar vagamente) sobre la posibilidad de que detrás de Ummo se escondiera una civilización; extraterrestre sí, pero distinta: sólo “representada” por Ummo.

 

Recuerdo un detalle del relato, aparentemente menor, pero que a mí me llamó muchísimo la atención. El tipo fue abducido de noche. Sin embargo, desde dentro del platillo, a través de las “ventanas” se veía perfectamente el exterior, como si fuese de día. Eso no parece tan espectacular si pensamos en la visión nocturna con infrarrojos, pero es que el tipo decía que se veía como si fuese “de día”, apreciándose perfectamente los colores (!) Eso sí que, desde el punto de vista de la Física, me deja maravillado; no puedo ni apenas concebir cómo podría lograrse semejante cosa (suponiendo que sea verdad, claro…)

 

Y aquí volvemos, un poco, al punto que mencioné antes: la relativa “inferioridad técnica” de los ummitas respecto a otras civilizaciones –si es que hemos de dar crédito a historias como las de Julio F-. Desde luego, la estructura de la nave en cuestión, pese a ser discoidal, era según Julio F. radicalmente diferente a la de las naves ummitas (que, para empezar, parecerían un “Seat 600” en comparación con aquel gigantesco disco).

 

Por cierto, parece que el tal Julio F. (que falleció en un accidente de tráfico, ¿no?) siguió supuestamente en contacto telepático con aquella gente. Ribera lo mencionaba al final del capítulo, pero decía que “no podía dar más detalles”. Y recuerdo que el inefable Antonio J. Alés, comentando el caso en uno de sus programas, le daba mucho crédito, pero despreciaba olímpicamente esta segunda parte de “relaciones telepáticas” y demás, que tildaba de surpecherías y mixtificación surgidas a partir de los hechos “auténticos”. Antonio J. Alés dixit; así que…: Punto-Redondo… (La verdad es que ese tío siempre me ha caído bastante mal -¿se nota?…-).

 

Esa historia de los ummitas que querían hablar con los supuestos habitantes del planeta “Urln”… Muy curiosa. El tipo de Urln que se comunicaba telepáticamente con F. Donis era supuestamente de origen terrestre; y le habían elegido (los “urlnianos”) porque esa tarea se le daba particularmente bien. Y eso me trae a la cabeza la aseveración de los ummitas de que no son capaces de entablar comunicación telepática con terrestres –quizás porque tienen otra BB planetaria distinta-. Sin embargo, la casuística ufológica está llena de casos de contacto telepático. Julio F., sin ir más lejos…

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En fin, espero sus interesantes comentarios. Entre tanto, permítame que le muestre un dato que no sé si conoce. José L. Camacho, a quien cito en mi artículo como el descubridor de la existencia de la expedición de Terranova en 1934, ha hecho recientemente una interesante averiguación más -que no me dio tiempo a meter en el artículo-:

Camacho no sólo confirmó la existencia de la expedición, sino que hizo la siguiente comprobación: Con un programa de ordenador que tiene, puede obtener el mapa celeste en cualquier día de la Historia. Bueno, pues miró el 6 de Febrero de 1934, a las 03:19:27 (hora universal; o sea que Terranova, serían unas 4 horas menos y en Noruega unas 4 mas) y averiguó dónde se encontraba Wolf 424. Luego, desde la costa de Terranova trazó un rayo con el ángulo que tendría que tener para, mediante rebote ionosférico, llegar a Noruega. El resultado se muestra en el siguiente esquema:

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